Historia 8: Promesa
Se habían hecho una promesa, una de esas que parten como una broma entre amigas que se convierten en una realidad. ¿Lo que prometieron? Acostarse juntas antes de cualquier otra relación con algún hombre, en un principio se rieron, hasta que una de ellas lo asumió con seriedad y aceptó sin rechistar. Después de unos minutos de silencio, las otras dos la imitaron, levantaron sus dedos meñiques y los entrelazaron, haciendo un juramento inquebrantable.
Duraron años sin cumplirla, incluso la olvidaron por un tiempo.
En una tarde de verano, en un café de la ciudad, una de ellas manifestó su querer dar el primer paso con su pareja, lo que las hizo recordar el antiguo compromiso. Fecharon lugar, día y hora.
Y ahí estaban, cubiertas de sudor por la alta temperatura de la habitación. Una se encontraba al medio con las piernas abiertas mientras besaba a la que estaba sentada detrás de ella, misma que le masajeaba los pechos con avidez. La tercera, lamía y jugueteaba con la zona de la primera. Ello la hacía temblar de placer mientras soltaba suaves gemidos que encendían a las otras dos; entonces, empujó hacia atrás a la que besaba para girarse y recorrer desde su abdomen hasta el pecho para mordisquearlo. Al mismo tiempo, con una mano, masajeaba la intimidad de esta, rotando y frotando con fuerza. La chica solo sonreía y reía por las sensaciones, sentía su zona húmeda, arqueo la espalda junto con las piernas cuando sintió que su amiga introducía dos dedos con rapidez, sentía los besos en el cuello y las marcas que le dejaba.
Mientras tanto, la tercera se acomodó de espaldas para seguir degustando de su amiga, pero no se quedaba allí; pues se tocaba a sí misma con ambas manos hasta gemir de placer y estallar en la cama. Después tiró a la chica para besarla eróticamente, haciendo que la tercera sacara parte del líquido y lo degustase, se lamió los dedos como si los estuviese embarrados de helado derretido. De ahí, se acercó a las dos chicas para unirse en el beso y convertirlo en una unión triple, tal como entrelazaron sus dedos en la promesa.
Lo siguiente que hicieron fue juntar sus zonas y masajearse entre sí, jugueteando y acariciando con pasión hasta que alcanzaron el éxtasis; gritando con fuerza para besarse.
Se miraron entre ellas sonriendo, contentas de cumplir con sus palabras mientras compartían un último beso con las manod entrelazados.
Finalmente, la chica dio el paso con su novio.
Sin embargo, allí se encontraba con sus amigas en esa calurosa habitación, jugando y acariciándose; repitiendo la promesa
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