Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Historia 7: Venus




Siempre se había preocupado de su apariencia, a pesar de que siempre le decían que no hiciera caso a los comentarios de sus compañeras. También era un problema su timidez, su introspección y, probablemente, muchos otros calificativos de los que se recriminaba cada mañana en el espejo de su baño. Yo la encontraba una persona dulce, con sus ondas cortas y pecas, pero ¿quién era yo para decirle esas palabras? Mucho menos me las creería, alguien a quién no conoce.

Todo cambio una mañana.

Estaba lloviendo, lo que provocaba que su cabello se llenase de más humedad de lo normal, convirtiéndolo en una bola. Las compañeras de siempre la molestaban, como cada día desde que entró a esa escuela, se recordaba a sí misma cuando era más pequeña y era la que protegía de los matones.

Justo antes de que la situación se agravara, llamaron a la puerta de la sala, el tiempo se detuvo cuando apareció el chico más guapo y popular de la escuela para decir que, según él, un profesor quería conversar con ella. Las chicas, que babeaban por él, le respondieron que no había problema; ella, al contrario, no se lo creyó, pero tampoco rechazó la oportunidad de escapar.

Al cruzar la puerta y que este la tomara por los hombros le preguntó si estaba bien, le respondió que bien y que tenía todo bajo control. No le creyó. La dejó ir, no iba a pelear con ella, sabía que no ganaría. "Creo que un gracias es lo mínimo para tu amigo de la infancia" dijo entre dientes.

La verdad era que sus madres eran buenas amigas, tan buenas, que vivían una al lado de la otra; por lo que crecieron juntos. Y, para agregarle sabor a esta historia, era a él a quién ella protegía de los matones. Aún recordaba cuando era el niño de grandes lentes que golpeaban los más grandes y, consecuentemente, cómo ella salía con un enorme palo a devolver todos los golpes que recibía él. Y, también, cómo volvían tomados de la mano, la chica cubierta de barro y el chico llorando, hacia sus casas donde provocaban un paro cardíaco a sus madres.

Todo su mundo se vino abajo cuando se reencontraron en el pórtico de cada casa esa misma tarde, su corazón se detuvo al verla completamente embarrada, despeinada, con el uniforme todo arrugado y destruído. Le pidió explicaciones de lo qué había pasado,pero ella lo ignoró mientras entraba a su casa con los ojos rojos, las lágrimas se mezclaban con la lluvia.

Entró rápidamente a su casa para dirigirse a la ventana de su habitación y saltarla hacia el balcón vecino, justo dónde se encontraba ella, mojándose en el camino. Tocó la ventana, lo ignoraron, tocó de nuevo; le abrieron con cuidado. Entró dejando una huella de humedad en cada pisada, y la miró; ella estaba igual, pero peor. Le extendió los brazos y ella corrió a ellos llorando fuerte mientras se preguntaba todos los porqués que se le ocurriesen, desde los más lógicos hasta los más ilógicos. Él la escuchaba en silencio, mientras se le rompía el corazón.

Siguieron así esta que ella empezó a reclamar su aspecto, de la belleza que no tenía y de que nadie la quería de manera romántica. Ahí la detuvo y la miró molestó, le dijo que no era verdad, y que era hermosa sin importar su físico. Por supuesto, le increpó que lo decía porque eran amigos de la infancia y se conocían de toda la vida. "Por lo mismo, sé que no es así" le rebatió "Y te lo puedo demostrar".

La sentó en la cama para agacharse frente a ella, le tomó una mano y la besó con suavidad. Fue subiendo por el brazo, por el hombro hasta llegar a la mejilla, le regaló dos más en ese lugar, justo donde estaba apareciendo un morado.. La miró a los ojos, estaba sorprendida y sin argumentos, aprovechó su silencio para unir sus labios en un pequeño topón que la hizo temblar. "Te quiero, más que un amigo. Espero que eso si lo creas" le confesó con un susurro en la oreja, misma que empezó a mordisquear y a lamer con cuidado. Estiró los brazos para apoyarlos en la cama, dejándola atrapada.

Continuó su jugueteo hasta que ella soltó un leve gemido, lo que los sorprendió a ambos. Se volvieron a ver, ella se tapó la boca mientras enrojecía; él sonreía coquetamente para saltar a su cuello para mordisquearlo y besarlo avidamente. Ella solo estiró el cuello, dándole más espacio para actuar mientras temblaba, de repente, sintió como le desabotonaba la camisa dañada para masajear su pecho, en círculos y leves apretones. Buscó su mirada, la que él tenía oculta en su cuello, para sostenerla unos segundos antes de tomarlo por el cuello de la prenda y tirar de esta para besarlo con intensidad, sintiendo cómo le correspondían avidamente.

Imitó su acción masajeando el pecho de él que, si bien no era un estatua griega, era firme y delgado; con un leve vestigio de la gordura que tuvo en el pasado, pero a ella no le importaba, lo encontraba guapo, no estaba ciega.

Cuando le sacó la camisa, bajó a la falda y la deslizó con cuidado, besando cada milímetro, sacando la calza, dejando solamente la ropa interior, le pareció la imagen más sexy de la vida. Ella se había encorvado para tapar su ropa inferior con un brazo mientras que, con la otra, se cubría el delicado sostén color turquesa; haciendo resaltar su tono rojizo de la piel. El estómago resaltaba un poco más de lo normal y el cuello se engrosaba por la cercanía a la base junto con las pecas que se distribuían por el resto del cuerpo; para él, su piel parecía un hermoso cielo estrellado.

Le tomó el rostro y lo besó, se sacó la camisa y los pantalones, para que ella estuviese cómoda con la imagen de no ser la única con poca ropa. Se agachó a la altura de las piernas, levantó el brazo para entrelazar las manos y poder separale las piernas, con la otra mano empezó a deslizarle lentamente la última prenda que quedaba, sintió que le apretaban con fuerza la mano. Sonrió.

A pesar de la vergüenza ante la situación (y por lo que se venía), ella tuvo el suficiente valor para no juntar las piernas y mostrarse completamente mientras sentía el rostro arder, se calmaba con recuerdos de baños juntos de pequeños y cosas así; pero sabía que esto era distinto, eran grandes y sentía su mirada llena de placer. En eso estaba hasta que sintió como él empezaba a acariciar la zona, primero con la mano libre, acomodando los labios, luego, sintió la aspereza de la lengua. Esta se movía hacia arriba y hacia abajo, se enterraba un poco y jugueteaba con el punto de placer para volver a repetir el procedimiento. Se encorvó un poco más por la sensación y empezó a gemir suavemente, la mente se iba a blanco con cada movimiento.

Continuó con esta acción hasta que sintió la zona húmeda, con ello se alejó, no sin antes lamerse los labios frente a ella; provocando que se tapase el rostro con la mano libre. En un acto de valentía, retiró su mano y le estiró la lengua en un gesto burlesco junto con una sonrisa juguetona; él pestañeo un par de veces antes de sonreír por ver que recuperó la luz tan caracteristica de ella; y, después, a modo de juego, abrió la boca para morderle la lengua en un beso erótico que los encendió a ambos. Le preguntó si todavía ingería pastillas anticonceptivas y ella asintió.

Entonces, la acomodó en la cama con las piernas separadas; según su poco conocimiento, debía insertar lentamente su miembro en la zona de ella y que sangraría si no tenía el suficiente cuidado. Pero, antes de dicho procedimiento, vió cómo ella se sacaba el sostén para mostrar su hermoso pecho ante él; este era redondo y un poco caído, como cualquier otro; sin embargo, al verlo, el rostro de él se tornó completamente rojo por admirar a quién consideraba por muchos años su gran y maravillosa Venus. Estiró un mano para sujetar uno, su peso y grosor calzaba perfectamente en su mano, su amiga gimió cuando jugueteo con aquel, solo hasta que ella, en un acto reflejo con el pie, rozó su miembro erecto y listo para la penetración.

Ese leve roce fue suficiente para que ambos se petrificaran y fueran plenamente conscientes del siguiente paso. Él volvió a separarle las piernas y se acercó para penetrarla lentamente, empezó por la punta, pero se detuvo al ver que ella se tensaba y soltaba un par de lágrimas. Entró en pánico. Estiró ambas manos para sujetarle el rostro cuidadosamente y limpiárselo mientras le besaba los ojos, no sabía que hacer para continuar y, al mismo tiempo, evitar lastimarla. Volvió a acomodarse, pero en plan de extraer su miembro, pero ella posicionó una mano sobre su vientre mientras le decía que siguiera, que estaba bien. Para calmarlo y que continuaran le dijo "Una vez leí que las cosquillas funcionan", "¿Y funcionó?" Interrogó él,"En teoría sí" respondió su amiga. Con dicha idea en mente, el chico pasó levemente un dedo por el costado de ella, haciéndola temblar; cuando se relajó introdujo un poco su ser, viendo que ella no lo había sentido. Sonrío. Cambio de lugar y la fuerza del ataque, las carcajadas sonaron fuertes y firmes, contagiándolos a ambos, retumbando por toda la habitación. Entonces, se detuvieron para respirar, en ese intervalo, él se posicionó bien e introdujo todo su ser en el interior de ella haciéndola arquear la espalda y cerrar los ojos por la reciente sensación.

Le preguntó cómo se sentía, ella le pidió un minuto, él se lo concedió. Y, cuando le aseguró que estaba bien, empezaron lentamente el movimiento. Adentro, afuera, adentro y afuera; cada vez con mayor velocidad, compartiendo gemidos y leves gritos, como también susurros y nombres junto con declaraciones de amor.

Veía cómo su cuerpo se coordinaba con el vaivén, sus piernas, su estómago y su pecho, la vista lo llenaba de placer y disminuía la resistencia para no explotar en su interior. Quería que ella se sintiera a gusto, quería que ella gozase del momento; en una futura ocasión podrían juguetear más y que el placer fuese más equilibrado; pero hoy, sí, hoy, la tarde era de su mejor amiga, aquella que lo protegió y escuchó por tantos años, a la que amaba con locura. Su Venus. Entrelazó sus manos con las de ella, señalándole que estaba allí y que nada malo le volvería a pasar, la besó nuevamente.

Entonces, sus cuerpos temblaron en armonía, ajustándolos al otro, como si fuesen un rompecabezas destinado a estar unido; y gritaron con fuerza al momento en que se derramaron internamente. Sentían como su interior explotaba de placer ante el recibimiento de inmensa ola de placer por parte de él, mientras que, su amigo, se llenaba de dulce fulgor que salía de ella. Mantuvieron la posición unos minutos antes de separar las piezas del rompecabezas, acostándose al lado del otro. Le estiró los abrazos para que se acurrucase en su pecho, ella sonrió y se enrolló en él hasta dormirse profundamente.

Unas horas más tarde, y acompañada de su mejor amigo, habló con sus padres sobre los malos tratos de sus compañeras y que quería cambiar de escuela. Al escuchar sus argumentos y las historias aceptaron sin rechistar.

Él estaba triste, porque no podrá verla todos los días; pero una parte sonreía. Mientras sigan siendo vecinos y grandes amigos (ahora pareja), sería muy fácil pasar de una casa a otra y estar juntos. Ella le sonrió mientras sujetaba su mano con amor.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro