Capítulo 21
ERNIE
Durante la noche había caído una fuerte nevada que había sumido al castillo entero en oscuridad, y era muy arriesgado salir a los exteriores, por lo que la profesora Sprout les hizo saber a primera hora que la última clase de Herbología antes de las vacaciones se había cancelado.
Muchos estudiantes de Hufflepuff habían decidido tomarse la hora libre y pasar el rato en el Gran Comedor, bebiendo unas cuantas tasas de chocolate caliente. Pero Ernie tenía un trabajo para la clase de Pociones pendiente, y había acordado ir con Hannah a la biblioteca para terminarlo.
Se levantó de la cama veinte minutos más tarde de lo usual, y rápidamente comenzó a alistarse. Después de haber tomado un rápido baño con agua hirviendo y colocarse impecablemente su uniforme, Ernie aprovechó que estaba solo en el baño y se tomó un par de minutos para observarse en el espejo. Sin darse cuenta, había engordado un par de kilos en los últimos meses. Su cuerpo era más robusto, sus mejillas más regordetas, incluso sus manos se veían más llenitas. Tal vez debió hacerle caso a su padre cuando le ordenó no comer tantos dulces y pastelillos de calabaza, pero comer todas esas golosinas era la única forma que Ernie conocía para calmar la ansiedad que muchas veces lo había invadido en los últimos meses.
No pudo evitar pensar en que a su hermano Edrick siempre lo habían elogiado por su gran físico y sus admirables habilidades atléticas. Elber también había recibido varios cumplidos por su apariencia y sana condición, sin nombrar su extraordinario talento para el Quidditch. Y no hacía falta decir que su padre se veía más joven de lo que en realidad era, debido al impecable estilo de vida saludable que siempre había mantenido.
Ernie se sintió un poco avergonzado, y hasta podría decirse que disgustado, con la forma en que había descuidado su estado físico. Se prometió a si mismo que trataría de ser más cuidadoso con lo que comía en el futuro.
Sin perder más tiempo, Ernie salió del cuarto de baño y regresó a su habitación. Solamente le faltaba ponerse su collar de salamandra. Sin embargo, en el momento exacto en que lo agarró entre sus dedos, Ernie recordó la llamada de atención que el profesor Flitwick le había hecho por llevar el collar a las clases. No quiso arriesgarse a que algún profesor se lo castigara y decidió que era mejor dejarlo sobre su cama.
Se dirigió a la perta y echó un ultimo vistazo a la habitación. Justin no estaba, pero Wayne y Zacharias seguían durmiendo profundamente. Abrió y cerró la puerta con mucho cuidado, con el fin de no despertar a ninguno.
Encontró a Justin y a Hannah conversando en el sillón más cercano a la chimenea de la sala común. Justin tenía mucho mejor aspecto que en la noche anterior, tal vez se debía a que hoy no había nadie interrogándolo sobre el episodio de la serpiente en el club de duelo.
-¿Lista para irnos, Hannah? -Le preguntó Ernie, mostrándole todos los pergaminos, plumas y frascos de tinta que cargaba en su mochila.
-¿No podemos almorzar algo antes? -Suplicó Hannah, con ojos tristes.
-El profesor Snape nos colgará de los dedos si no le entregamos este trabajo antes de la próxima clase.
Hannah aceptó de mala gana y les dijo que iría a su cuarto por su mochila. Justin miró a Ernie con una expresión de confusión en el rostro.
-¿De qué están hablando? -Preguntó, arrugando la frente.
-Hannah y yo iremos a la biblioteca para terminar el trabajo sobre la elaboración de -Respondió Ernie.
-Voy con ustedes, también debo terminar el trabajo -Justin se dispuso a levantarse del sillón, pero Ernie lo detuvo bruscamente.
-¡No puedes salir de la sala común! -Habló Ernie, subiendo el tono de su voz unos pocos niveles más de lo acostumbrado-. El castillo está más oscuro de lo usual, y la mayoría de los estudiantes están en sus salas comunes o en el Gran Comedor. Potter podría atacarte fácilmente mientras caminas por los corredores. Yo haré tu trabajo para la clase de Pociones, despreocúpate.
-¿Y se supone que debo quedarme todo el día encerrado en la sala común? -Contestó Justin, cruzándose de brazos.
-Es el lugar más seguro para ti Justin -Ernie empleó una voz más suave para convencerlo-. Potter no conoce la clave para abrir el pasadizo secreto, no podrá llegar a ti. Deberás ocultarte en nuestro dormitorio por una temporada, o hasta que Potter fije su atención en un nuevo objetivo.
-No quiero esconderme como un cobarde.
-Pero no tenemos otra opción, ¿llevas contigo los aretes de bronce?
Justin hundió la mano en el bolsillo de su pantalón, y en cuestión de segundos sacó los dos aretes con forma de ave.
-Perfecto -Dijo Ernie-. Úsalos en todo momento. Si llegas a sentir algún tipo de peligro, no te hagas el valiente, dedícate a correr a nuestro cuarto y encanta la puerta para que nadie la pueda abrir. No le abras a nadie que no seamos Hannah o yo.
-Tu no llevas puesto tu collar -Dijo Justin, señalando al lugar vacío alrededor del cuello de Ernie.
-No quiero arriesgarme a que algún profesor me lo quite. Pero Hannah se llevará su anillo. Es mucho más discreto que mi collar, y para los profesores es más aceptable que las niñas utilicen joyería.
No se habían dado cuenta que Hannah acababa de llegar, cargando en su espalda su abarrotada mochila, ya que era típico en ella llenar su mochila con un montón de objetos que casi nunca utilizaba, pero que prefería llevarlos a que le hicieran falta. Muy diferente a Ernie, quien siempre llevaba solamente las cosas que sabía que iba a utilizar, o a Justin, cuya mochila siempre iba ligera, aunque usualmente se debía a que se le olvidaban las cosas que necesitaba.
Hannah y Ernie se dirigieron a la entrada del pasadizo, pero lograron escuchar a Justin murmurando desde el sillón.
-No me voy a esconder por siempre.
Ernie le dijo a Hannah que se adelantara, mientras él hablaba con Justin. Casi no había otros estudiantes en la sala, por lo que Ernie no sintió pena en hablar con voz clara y alta.
-No será para siempre, Justin. Solo tengo que encontrar pruebas para atrapar a Potter. Te prometo que nada malo te pasará, y en cuanto menos te lo esperes, verás como todo habrá regresado a la normalidad.
Ernie le dio unas suaves palmadas en el hombro antes de despedirse. Justin no reaccionó, solo se limitó a observar las llamas anaranjadas que devoraban los troncos en la chimenea.
En ese momento, ninguno de los dos tenía la más mínima idea de que, mucho después de esa mañana, ambos desearían haberse despedido de otra forma.
***
La señora Pince había distribuido varias velas de cera por toda la biblioteca, en un intento por erradicar la penumbra del lugar. Pero había pocos lugares que estaban completamente iluminados, por lo que Ernie y Hannah tuvieron que compartir la mesa en la parte trasera de la biblioteca con un montón de estudiantes de Hufflepuff de diferentes años. Al parecer, a todos se les había ocurrido aprovechar esa hora libre para adelantar tareas y trabajos.
Después de media hora de intensa investigación y esfuerzo, Ernie y Hannah solo habían avanzado poco más de un cuarto del trabajo de la poción herbovitalizante. Por momentos, Ernie creía escuchar a su propio estómago rugiendo de hambre, y a veces, creía que también podía escuchar el de Hannah.
Sin previo aviso, Wayne Hopkins apareció a un lado de Ernie y ocupó el último asiento disponible que quedaba en la mesa. Llevaba el cabello despeinado y el uniforme desarreglado, como si acabara de levantarse de la cama.
-Zacharias y yo nos quedamos dormidos más de la cuenta -Explicó Wayne, después de liberar un bostezo-. Si no hubiera recordado que tenía que terminar el trabajo para Snape, me hubiera quedado en la cama como Zacharias. ¿Dónde está Justin?
-Se quedó en la sala común -Respondió Hannah, mientras hundía la punta de su pluma en el frasco de tinta.
-¿Por lo que pasó en el club de duelo? -Preguntó una chica de Hufflepuff que estaba en el mismo año que Cedric, Ernie no recordaba su nombre, pero la identificó por una mancha de nacimiento que tenía en el rostro-. ¿Tiene miedo de salir?
De repente, Ernie se dio cuenta que todos los estudiantes de Hufflepuff habían dejado a un lado sus deberes y estaban muy atentos a lo siguiente que Ernie o Hannah respondieran.
-No se debe a que tenga miedo -Contestó Ernie, antes de voltear hacia las filas de estantes para asegurarse de que nadie que no perteneciera a Hufflepuff pudiera escucharlos-. Desconocemos completamente el método que el heredero de Slytherin utiliza para petrificar a sus víctimas, y si Justin es su próximo objetivo, es mejor que se oculte hasta que alguien lo detenga.
-¿Y quien creen que sea el heredero de Slytherin? -Preguntó Wayne.
Ernie bajó el volumen de su voz y varios estudiantes se inclinaron hacia él para escucharlo mejor.
-¿No te parece obvio, Wayne? -Repuso Ernie, señalando el aviso de club de duelo que estaba colgado en el tablón de anuncios en la pared trasera de la biblioteca-. Todos estuvimos presentes en el club de duelo, y vimos como Harry Potter le decía a la serpiente que atacara a Justin.
Un chico menor que Ernie habló con una vocecita aguda.
-¡Es verdad! ¡Le habló al animal en una lengua extraña!
Acto seguido, se escuchó un estruendoso ¡SHHHH!, el cual provenía de la señora Pince y significaba que era su primer aviso para bajar la voz. Todos en la mesa regresaron a sus estudios y guardaron silencio hasta que vieron que la bibliotecaria dejó de prestarles atención y continuó desempolvando los libros antiguos de las estanterías.
-Así que -Retomó la conversación Ernie, hablando lo más bajo que podía-. Le dije a Justin que se ocultara en nuestro dormitorio. Quiero decir que, si Potter lo ha señalado como su próxima víctima, es mejor que se deje ver poco durante una temporada. Por supuesto, Justin se temía que algo así pudiera ocurrir desde que se le escapó decirle a Potter que era de familia muggle. Lo que Justin le dijo exactamente es que le habían reservado plaza en Eton. No es el mejor comentario que se le puede hacer al heredero de Slytherin, ¿verdad?
-¿Y estás seguro de que él es el heredero de Slytherin, Ernie? -Preguntó Hannah, asustada.
-Hannah -Le respondió solemnemente- Habla lengua Pársel. Todos sabemos que ésa es la marca de un mago tenebroso. ¿Has oído de un mago decente que hable con las serpientes? A Slytherin lo llamaban «lengua de serpiente».
Esto provocó densos murmullos. Ernie prosiguió:
-¿Recuerdan lo que apareció escrito en la pared? «Temed, enemigos del heredero.» Potter estaba enemistado con Filch. A continuación, el gato de Filch resulta agredido. Ese niño de primero, Creevey, molestó a Potter en el partido de quidditch, sacándole fotos mientras estaba tendido en el barro. Y entonces aparece Creevey petrificado.
-Harry siempre fue muy agradable -Repuso Hannah, vacilando-. Y, además, él hizo que Quién-ustedes-ya-saben desapareciera. No puede ser tan malo, ¿no creéis?
Ernie bajó la voz para adoptar un tono misterioso. Los de Hufflepuff se inclinaron y se juntaron más unos a otros. Ernie creyó escuchar como el suelo crujía detrás de él, pero no le dio importancia.
-Nadie sabe cómo pudo sobrevivir al ataque de Quien-ustedes-saben. Quiero decir que era tan sólo un niño cuando ocurrió, y tendría que haber saltado en pedazos. Sólo un mago tenebroso con mucho poder podría sobrevivir a una maldición como ésa. -Bajó la voz hasta que no fue más que un susurro, y prosiguió-: Tal vez Quien-ustedes-saben quería matarlo por lo mismo. No quería que otro Señor Tenebroso compitiera con él. Me pregunto qué otros poderes oculta Potter.
De repente, se escuchó el sonoro y distinguible sonido que alguien producía al toser levemente para aclarar su garganta. Ernie vio como las caras de los Hufflepuffs en la mesa palidecían al instante, y no necesitó de ninguna explicación para adivinar que había cavado su propia tumba.
Bruscamente se dio media vuelta en su asiento, y sintió como la sangre se le bajaba a los pies. Frente a él se encontraba Harry Potter. Tenía el ceño fruncido y sus ojos verdes miraban a Ernie igual que a un lobo observando a su presa. Ernie se sentía como un gatito indefenso que estaba apunto de ser destripador por el lobo.
-Hola -Dijo Harry, muy serio-. Busco a Justin Finch-Fletchley.
Los peores temores de los de Hufflepuff se vieron así confirmados. Todos miraron atemorizados a Ernie. No necesitaba verse en algún espejo para saber que estaba igual de pálido que un fantasma, pero Ernie se armó de valor y lo encaró.
-¿Para qué lo buscas? -Le preguntó Ernie, con voz trémula.
-Quería explicarle lo que sucedió realmente con la serpiente en el club de duelo -Dijo Harry.
Ernie se mordió los labios y luego, respirando hondo, dijo:
-Todos estábamos allí. Vimos lo que sucedió.
-Entonces te darías cuenta de que, después de lo que le dije, la serpiente retrocedió -le dijo Harry.
No podía creer ni una solo palabra que Harry le decía. Aunque las dijera con naturalidad y convicción, Ernie sabía que solo eran mentiras para aparentar inocencia. Pero no podían ser verdaderas. No podía ser así.
-Yo sólo me di cuenta -Dijo Ernie tozudamente, aunque temblaba al hablar- de que hablaste en lengua Pársel y le echaste la serpiente a Justin.
-¡Yo no se la eché! -dijo Harry, con la voz temblorosa por el enojo-. ¡Ni siquiera lo tocó!
-Le anduvo muy cerca -dijo Ernie-. Y por si te entran dudas -añadió apresuradamente-, he de decirte que puedes rastrear mis antepasados hasta nueve generaciones de brujas y brujos y no encontrarás una gota de sangre muggle, así que...
Ernie se sintió muy mal inmediatamente después de decir eso último, hablar sobre la pureza de su sangre era algo que su padre le había enseñado que no era correcto. No lo hubiera hecho si el miedo que sentía por ser petrificado no le hubiera ganado. Incluso, mientras le gritaba a Harry, Ernie se sorprendió al percatarse que, muy en el fondo, no quería pelear con él.
-¡No me preocupa qué tipo de sangre tengas! -Dijo Harry con dureza-. ¿Por qué tendría que atacar a los de familia muggle?
-He oído que odias a esos muggles con los que vives -Dijo Ernie apresuradamente.
-No es posible vivir con los Dursley sin odiarlos -Dijo Harry-. Me gustaría que lo intentaras.
Harry dio media vuelta y salió de la biblioteca, provocando una mirada reprobatoria de la señora Pince, que estaba sacando brillo a la cubierta dorada de un gran libro de hechizos.
Ernie se quedó con un mal sabor de boca. Se sentía terrible por haber explotado de esa forma frente a tantas personas, pero debía proteger a Justin. No importaba lo que tuviera que hacer.
🦝🦝🦝
Si te gustó el capítulo, me ayudaría mucho tu voto ✨
Por favor, trata de compartir esta historia con más personas. Mas lectores me alentarían a escribir más rápido 🙏🏻
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro