Capítulo 15
HANNAH
Aunque fuera verdad o falso, lo que Ernie les había contado sobre la Cámara de los Secretos les había afectado gravemente. Trataban de no caminar por el castillo sin compañía, y solo abandonaban la sala común cuando era necesario. Y no era muy diferente con los otros estudiantes.
La petrificación de la señora Norris había trastornado a toda la escuela. Todos los profesores parecían estar siempre en estado de alerta, incluso, los jefes de las cuatro casas habían anunciado que, durante un tiempo indefinido, los estudiantes de varias casas comenzarían a tomar más clases juntos.
Ernie les había contado que Hermione Granger había excedido su propio récord de más horas de investigación seguidas en la biblioteca, pero ella nunca le decía que era lo que investigaba.
Hannah la vio durante un miércoles en la biblioteca. Lucía realmente cansada, pero no dejaba de leer libro tras libro. Si Hannah no hubiera estado tan ocupada redactando un trabajo para el profesor Binns sobre «La Asamblea Medieval de Magos de Europa», habría hecho el esfuerzo por hablar con ella. Esta labor se había extendido más de lo debido, ya que Ron Weasley no acababa de utilizar los dos libros de historia que Hannah necesitaba para el trabajo.
Afortunadamente, Justin se había ofrecido a acompañarla durante todo el tiempo que le llevara terminar la redacción. Y aunque la señora Pince ya les había llamado la atención en un par de ocasiones, Justin siempre hacía que Hannah se sintiera más relajada en cualquier situación. Sus bromas y comentarios ocurrentes nunca estaban fuera de lugar.
Todo se mantuvo tranquilo hasta que Harry Potter apareció en la biblioteca. Justin se había levantado de la mesa que compartía con Hannah para encontrar un libro de biografías de magos medievales importantes cuando se topó a Harry frente a frente.
Hannah vio como Harry se disponía a saludar a Justin, pero este último cambió rápidamente de rumbo y abandonó la biblioteca sin decir una palabra. Harry estaba muy desconcertado por el comportamiento tan abrupto de Justin, pero eso no lo detuvo de reunirse con Ron en su mesa.
Si Hannah no se hubiera visto en la necesidad de terminar el trabajo, habría seguido a Justin sin dudarlo. Continuó escribiendo sobre el pergamino extendido en su mesa, pero logró escuchar como Harry le contaba a Ron lo que había ocurrido.
-No sé por qué te preocupa, si siempre has pensado que era un poco idiota -Escuchó hablar a Ron-. Todas esas tonterías sobre lo maravilloso que es Lockhart...
Hannah se sorprendió al escuchar un crack, seguido de un repentino dolor en su mano derecha. Volteó a ver su mano y descubrió que la pluma con la que había estado escribiendo momentos atrás había sido partida a la mitad, víctima de la fuerza de la chica. Algunas astillas se habían quedado encajadas en sus dedos y sentía un poco de dolor al moverlos.
Se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia el baño de niñas más cercano.
***
Había logrado arrancarse las astillas y el dolor ya se le había pasado para la clase de Transformaciones. En esta ocasión compartirían clase con los Gryffindor, los Slytherin y los Ravenclaw, por lo que el aula estaba más abarrotada que nunca, y la profesora McGonagall le había entregado un animal diferente a cada estudiante para transformarlo en una copa de cristal.
Hannah y Ernie se sentaron juntos, y la profesora les asignó un conejo y un armadillo. Megan y Justin estaban sentados detrás de ellos, y ambos cuidaban de una ardilla y una tortuga. Justin actuaba como si su encuentro con Harry en la biblioteca no hubiese ocurrido, y con tal de no hacer un escándalo, Hannah le seguía la corriente.
-Pongan atención, por favor -Le ordenó McGonagall a la clase. Estaba parada a un lado de su escritorio, y sobre el mueble se encontraba un exótico tucán. La profesora sostenía con delicadeza su varita, mientras apuntaba al ave-. Uno, dos, tres, ¡Vera-Verto!
De repente, las plumas del ave se volvieron completamente transparentes, y su cuerpo se fue reduciendo y deformando hasta obtener la forma de una copa transparente.
Todo el salón quedó maravillado. Hannah vio como Ernie abría los ojos de asombro y contemplaba a la profesora McGonagall con profunda admiración.
-¿Quién quiere hacerlo primero? -Habló la profesora, complacida por obtener la total atención de sus estudiantes. Se alejó de su escritorio y caminó hasta la mesa que compartían Harry Potter y Ron Weasley-. Ah, Señor Weasley. Uno, dos, tres, Vera-Verto.
Nervioso, Ron sujetó su varita, la cual había sido partida a la mitad y reparada con un pedazo de cinta, y apuntó hacía la vieja rata marrón que estaba frente a él.
-¡Vera-Verto! -Exclamó Ron.
La rata se transformó en una copa, pero a diferencia de la demostración de la profesora, la copa de Ron no era de cristal, sino de pelo de rata marrón y una rosada cola sobresalía de la base. Los estudiantes reían, mientras Ron contemplaba con vergüenza su copa-rata.
-Necesita cambiar esa varita, señor Weasley.
La profesora estaba por escoger a otro estudiante para un nuevo intento cuando Hermione Granger alzó la mano, sin embargo, no era para que la profesora le dejara transformar a su animal.
-Profesora McGonagall, pensaba que quizá usted pudiera hablarnos sobre la Cámara de los Secretos.
El aula se llenó de completo silencio, y todos los estudiantes esperaban impacientes a que la profesora respondiera. La anciana bruja soltó un suspiro de cansancio y acomodó sus anteojos ovalados.
-Está bien. Todos ustedes saben, naturalmente, que Hogwarts fue fundado hace unos mil años por los cuatro brujos más importantes de la época. Godric Gryffindor, Helga Hufflepuff, Rowena Ravenclaw y Salazar Slytherin. Los cuatro juntos construyeron este castillo, lejos de las miradas indiscretas de los muggles, dado que aquélla era una época en que la gente tenía miedo a la magia, y los magos y las brujas sufrían persecución.
La profesora comenzó a rondar los espacios entre las mesas, mientras relataba la leyenda.
-Durante algunos años, los fundadores trabajaron conjuntamente en armonía, buscando jóvenes que dieran muestras de aptitud para la magia y trayéndolos al castillo para educarlos. Pero luego surgieron desacuerdos entre ellos y se produjo una ruptura entre Slytherin y los demás. Slytherin deseaba ser más selectivo con los estudiantes que se admitían en Hogwarts. Pensaba que la enseñanza de la magia debería reservarse para las familias de magos. Le desagradaba tener alumnos de familia muggle, porque no los creía dignos de confianza. Un día se produjo una seria disputa al respecto entre Slytherin y Gryffindor, y Slytherin abandonó el colegio.
Hannah no pudo evitar girar la cabeza y observar a Justin, quien mantenía una expresión seria en el rostro e inclinaba un poco la cabeza para evitar ser visto por todos.
-La leyenda nos dice que Slytherin había construido en el castillo una cámara oculta, de la que no sabían nada los otros fundadores. Slytherin, según la leyenda, selló la Cámara de los Secretos para que nadie la pudiera abrir hasta que llegara al colegio su auténtico heredero. Sólo el heredero podría abrir la Cámara de los Secretos, desencadenar el horror que contiene y usarlo para purgar al colegio de todos los que, según Slytherin, no tienen derecho a aprender magia.
-¿Los impuros? -Preguntó Hermione.
McGonagall le dio la razón a Hermione, y continuó con su relato.
-Claro que la hemos buscado muchas veces, y tal cámara no aparece
-Profesora..., ¿a qué se refiere usted exactamente al decir «el horror que contiene» la cámara?
—Se dice que la cámara alberga algo que solo podrá dominar el heredero de Slytherin. Se cree que es el hogar de un monstruo.
Hannah sintió un escalofrío por todo el cuerpo e instintivamente agarró su anillo de bronce, notó que Ernie se había llevado un mano al pecho, ya que usualmente usaba el collar de salamandra por debajo del uniforme. Sin embargo, en esta ocasión las reliquias no les habían advertido sobre algún peligro, o habían tenido algo que ver con el desconcierto que Hannah y Ernie sentían. El escalofrió se debió a que muchas de las partes del relato de la profesora McGonagall encajaban con la historia que Elber le contó a Ernie.
-Pero, profesora -Comentó Seamus Finnigan-, si sólo el auténtico heredero de Slytherin puede abrir la cámara, nadie más podría encontrarla, ¿no?
-No lo sabemos con seguridad, Finnigan. Varios directores del colegio lo intentaron, pero sus esfuerzos no llegaron a nada. Puede que todo se trate de un rumor que el mismo Slytherin pudo haber inventado como un último intento para alejar a los "impuros" -La profesora McGonagall tuvo mucho cuidado al pronunciar esa palabra-, del colegio.
Más estudiantes de la casa Gryffindor comenzaron a hablar.
-Pero, profesora -Intervino Parvati Patil-, probablemente haya que emplear magia negra para abrirla...
-El hecho de que un mago no utilice la magia negra no quiere decir que no pueda emplearla, señorita Patil -Le interrumpió McGonagall-. Insisto, si los predecesores de Dumbledore...
-Pero tal vez sea preciso estar relacionado con Slytherin, y por eso Dumbledore no podría... -Apuntó Dean Thomas.
-Creo que es mejor que continuemos con la clase. No pienso que sea apropiado seguir hablando sobre este tema. -Concluyó la profesora, que claramente se empezaba a abrumar por las insistentes preguntas de los estudiantes.
***
Mientras la mayoría de los Hufflepuffs pasaban su tiempo libre paseando por los patios y campos del castillo, Hannah, Ernie y Justin bajaban las escaleras del sótano, en busca de un lugar privado para poder charlar sin interrupciones.
-¿Lo entienden? Las dos historias encajan correctamente -Dijo Ernie, golpeando cinco veces la tapa del barril que revelaría el pasadizo secreto hacia la sala común de Hufflepuff.
Después, cada uno tomó su turno para arrastrarse por el túnel y llegar a la entrada de la sala.
-¿Y eso cómo se conecta con Potter? -Preguntó Hannah, después de arrastrarse por el túnel.
-No estoy seguro, -Confesó Ernie-, pero lo que sea que viva en la Cámara de los Secretos petrificó a la señora Norris y asesinó a una estudiante en el pasado.
Los tres se sentaron en la mesa más aislada. Había un par de estudiantes en la sala, pero ninguno podía escuchar su conversación.
-Estás olvidando el detalle de que Elber mencionó en su historia que un estudiante ocultó a un monstruo en la Cámara de los Secretos, y ese monstruo mató a la chica hace décadas, pero la profesora McGonagall dijo que Salazar Slytherin fue quien dejó al monstruo en la Cámara de los Secretos hace miles de años -Argumentó Hannah- Así que tenemos tres posibles conclusiones: una de las historias es falsa, hay dos monstruos aterrorizando el castillo, o está ocurriendo algo más que nosotros ignoramos por completo.
Ernie puso cara de frustración, y no trató de defender su teoría. Los tres se sumieron en un silencio lleno de tensión. Las últimas semanas habían estado repletas de sucesos y descubrimientos alarmantes, y solamente querían encontrar la respuesta que ayudaría a que todo volviera a la normalidad.
-Creo que vi a alguien con el cabello pelirrojo en esa noche -Dijo Justin. Fue la primera frase que había pronunciado en horas.
-¿Cómo dices? -Le preguntaron Hannah y Ernie al mismo tiempo.
-La noche de Halloween, cuando nos encerramos en el despacho de Lockhart, abrí la puerta un poco y vi a una figura encapuchada corriendo hacia las escaleras -Explicó Justin, esforzándose por recordad todos los detalles de aquella agitada noche-. Un poco de cabello se le escapaba de la capucha, y me parece que era un mechón largo y pelirrojo. El corredor estaba muy lúgubre, por lo que no pude distinguir otra cosa.
-¿Sabes si la figura encapuchada era hombre o mujer? -Le preguntó Ernie.
Justin negó con la cabeza. Esa nueva pieza de información no les ayudaba mucho. Había muchos estudiantes con el cabello pelirrojo en Hogwarts, y el sospechoso pudo mezclarse con la multitud después de que la señora Norris fue descubierta petrificada.
-Quiero investigar la inscripción en el muro -Confesó Justin, de repente.
Ernie y Hannah lo miraron muy sorprendidos, ya que Justin se había mostrado muy reservado cuando los demás hablaban de la Cámara de los Secretos.
-¿Por qué quieres ir ahí? -Le preguntó Hannah.
-Es el lugar más lógico para buscar pistas. Puede que nosotros encontremos algo que los profesores pasaron por alto. Además, lo que le ocurrió a la señora Norris podría pasarle a cualquier hijo de muggles en Hogwarts, no quiero quedarme de brazos cruzados -Explicó Justin.
Hannah jamás lo había escuchado a hablar con tanta seriedad. Sus ojos estaban llenos de determinación, y ella y Ernie sabían que no podrían hacerlo cambiar de opinión.
-Pero Filch vigila la inscripción en el muro día y noche -Le recordó Ernie-. ¿Cómo lo evadiremos?
-Tenemos el collar de bronce para hacernos invisibles, ¿verdad? -Contestó Justin.
-Aún necesitamos una distracción -Dijo Hannah.
-Creo que los gemelos Weasley pueden ayudarnos con eso -Respondió Ernie, poniéndose de pie-. Voy a mi cuarto por un poco de dinero, no creo que los Weasley nos ayuden gratis.
Ernie se marchó hacia el túnel que conducía a los dormitorios de los chicos, y casi al mismo tiempo, la entrada de la sala común se abrió y Susan salió del estrecho pasadizo. Hannah la saludó con la mano y Susan el respondió de buena manera.
Sin embargo, cuando Susan se percató de que Justin estaba sentado junto a Hannah, giró abruptamente y comenzó a caminar hacia su dormitorio. Hannah se sorprendió por el comportamiento tan extraño de su amiga, pero se sorprendió más al ver que Justin también actuaba de una forma incómoda y poco común en él, justo después de ver a Susan.
Ya que lo pensaba bien, Hannah se dio cuenta de que Justin y Susan se habían comportado muy diferente entre ellos durante los últimos días. Casi nunca se les veía en el mismo lugar, rara vez se decían más de dos palabras, y daba la impresión de que ambos hacía todo lo posible por no toparse por los corredores de la escuela. Hannah había asociado estos comportamientos con la conmoción que la Cámara de los Secretos había ocasionado en la escuela, pero ahora entendía que se debía a algo más.
Estuvo a punto de preguntarle a Justin si todo se encontraba bien entre él y Susan, pero justo en ese momento apareció Ernie con una pequeña bolsa llena de monedas.
-Espero que los Weasley no nos cobren mucho por sus servicios -Comentó Ernie, mientras contaba cada una de las monedas en la bolsa.
-Perfecto, hay que hacerlo antes de que se vuelva más tarde -Respondió Justin, levantándose de su asiento y caminando hacia la salida.
Hannah llegó a la conclusión de que era mejor hablar con Justin y Susan en otro momento.
🦝🦝🦝
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