Único capítulo.
Discreción a quien sea sensible.
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Leonardo ha regresado de un entrenamiento para ser un mejor líder, aislado por un año entero en la profundidad del bosque.
Cuando puso un pie en la alcantarilla el aura en su hogar se sintió repentinamente pesada, con sus hermanos mirandose entre ellos antes de revivirlo con los brazos abiertos. Exepto Rafael.
Su regreso no se celebro como lo había esperado, pero le bastaba con poder volver y estar con sus hermanos, quiénes en realidad hubieran preferido que se quedara en ese bosque un tiempo más.
No entendía el comportamiento distante de ellos, no entendía la miradas fulminantes de Rafa, no entendía los tartamudeos de Donnie cuando él le dirigía la palabra, no entendía el repentino bajón de ánimos cuando Mikey estaba a su lado.
¿Que paso cuando él no estubo?
Splinter no respondió ante esa pregunta, simplemente dijo que lo habían extrañado y ahora se sentían abrumados por la repentina llegada. Pero eso no lo convenció.
Sabía que Rafael es el segundo al mando, quien toma el liderazgo cuando él no puede. Entonses lo enfrenta, creyendo que era su culpa al ver lo mal qué estaban las cosas.
–¿Mi culpa? ¿¡Mi culpa!? ¿¡Que demonios piensas que estuve haciendo cuando tú te fuiste de vacaciones!? ¡Proteji a mi familia y a la ciudad! ¡Yo fui pegando los pedazos de esta destrozada familia! ¡Familia que tú destruirte!– en sus brazos las venas se marcaban, la sien en su cabeza palpitaba al punto de parecer que reventaría.
–¿¡De que demonio hablas!? ¡Yo me esforcé por protejer esta familia! ¡Por ser el líder que tengo que ser! ¡Y ahora cuando vuelvo todos parecen deprimidos estando a tu mando!–lo señaló con rabia y deseos de golpearlo, queriendo que dejara de decir estupideces y admitiera su mal liderazgo.
–Te equivocas, cuando tú te fuiste estábamos perfectos, Mikey podía ser quien en verdad es, Donnie podía trabajar con más calma, sin sentirse precionado al no tenerte detrás redsfregando sus errores en su cara, y yo por fin pude sentir calma, por fin pude estar bien al ver a mis hermanos bien. Te hubieras quedado en ese maldito “entrenamiento”, estábamos mejor sin ti– Leonardo pudo sentir su sangre hervir y sus venas palpitar con fuerza.
–¡Mentiroso! ¡Nada de eso sucedió! ¡Lo sé!– no podía creer que le estaba mientiendo a la cara.
–¡¿Mentira?! ¡Ja! ¡Tú porqué no viste lo feliz que se veía Mikey luego de una semana! ¡Lo confiado y relajado que se veía Donnie! ¡Solo Splinter te extraño! ¡Esa asquerosa rata fue la única que te extraño!– había notado con el tiempo que su supuesto padre solo tenía ojos para Leonardo, era su consentido, su favorito, ellos no importaban.
Leonardo saco sus katanas y cortó la mejilla de Rafael, acorralandolo contra la pared y amenazandolo con el filo de sus armas.
–No hables así de nuestro padre– gruño profundamente, el de rojo sin siquiera inmutarse ante eso.
–Tu padre, él nunca fue uno para mí y los demás– pateó su estómago, logrando alejarlo con un fuerte gemido adolorido. –Tú y él destruyeron esta familia, yo la reconstruí, creí que podría curar la herida que dejaste en poco tiempo, pero me di cuenta que tardaría, y ahora que volviste no creo poder verla sanar– se alejo a grandes pasos, dispuesto a ir a buscar a sus hermanos solo para abrazarlos y rezar porqué nadie logrará romper lo que tanto le costó remendar.
–Maldito mentiroso– gruño Leonardo, pero Rafael no se volteo y siguió su camino hasta desaparecer de su campo de vicion.
–Rafa...– la voz de su hermano menor lo hizo detenerse, mirando hacia su costado para ver a Mikey y Donnie.
El menor entre ellos abrazo al de antifaz rojo, habían oído la pelea y agradecieron de corazón que nada hubiera empeorado.
–Lo siento, haré lo posible para que no los vuelva a lastimar– Donnie se acercó ante esas palabras, abrazándolo también y dejando salir algunas lágrimas.
A pesar de todo el daño seguian queriendo a Leonardo, aun recuerdan cuando él era la tortuga que se crió con ellos, aun recuerdan quién fue su hermano alguna vez. Extrañan a ese Leonardo cerio pero sonriente que siempre los ayudaba, que no exijia y se esmeraba en poder verlos sonreír.
¿Que le había pasado?
¿Que fue lo que lo cambio?
Leonardo desapareció luego de esa pelea, y la verdad ellos se habían relajado al ya no sentir su presencia rondando por la alcantarilla, ya no oír sus palabras flotando en el aire.
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La tortuga de antifaz azul estaba sobre un edificio, mirando la ciudad que brillaba de noche y bufando entre dientes, soltando insultos a la nada mientras intentaba no destruir algo.
De verdad no lo entendía, se supone que siempre protejio a su familia, se supone que siempre fue el líder adecuado, ¿Realmente había destruido a su familia? ¿Realmente Splinter de había equivocado?.
¿Que hizo mal? ¿Cómo es que no se dió cuenta? ¡Era un líder!.
–Veo que las cosas no van como deberían– la voz lo sobresalto, sacando sus katanas con gran velocidad para apuntarle a quien estaba repentinamente sentado a su lado.
–¿Quien eres? ¿De dónde saliste?– miro su alrededor para asegurarse de que fuera el único, no lo había escuchado llegar, no había sentido su precencia, ¿Cómo era eso posible? Sus habilidades habían mejorado notoriamente en su estadía en el bosque.
–Soy un amigo de tus hermanos, los conocí gracias a Abril y Casey. Y realmente, lo que me han contado de tí es deprimente– Leonardo apretó el mango de sus armas, indignado al oír tales palabras.
–¿Que mentiras te dijeron de mí?– gruño por lo bajo, alejándose apenas por seguridad.
–No creo que hallan sido mentiras– respondió sin mirarlo, sus ojos viendo algo que él no lograba divisar. –Dijeron que extrañaban al Leonardo que alguna vez fuiste, el Leonardo que realmente era su hermano– el corazón de la tortuga dió un vuelco ante eso, ¿Realmente había hecho tanto mal? –Me dijeron que en las batallas para proteger la cuidad tú eras el único que hablaba, nunca preguntabas si tenían alguana idea, nunca te importo la opinión de tus hermanos sobre esa situación–
–¡Eso no es cierto!– sus propias palabras se sentía como una mentira por alguna razón.
–Mikey lloro diciendo que tú no querías que sonriera, que no querías que rieras. Dijo que sentía como si tuviera que ser otra persona– eso partió una parte de su corazón.
–No, yo solo quería que no se distrajera en las peleas, en los entrenamientos, es demaciado despreocupado y no podía dejar que distrajera a todo el equipo– intento justificarse, pero su garganta se estaba cerrando.
–Pero lo lastimaste, lo hiciste sentir como un estorbo, una molestia, una escoria. Provocaste que el lazo que se había formado por tantos años se degradara– Leonardo no pudo decir nada ante los ojos negros que lo miraron, un brillo de enojo envolviendo su reflejo en la retina –Donnie apenas podía decir cuánto le dolía que tú dijeras que lo que hacía estaba mal, que le dolía oír que estaba decepcionado de él. Le hiciste creer que no era capaz de muchas cosas, lo hiciste sentir inseguro de todo lo que hacía– el mayor trago en seco, ahora que se daba cuenta, siempre lo retaba y nunca le decia que estaba orgulloso. –Rafa ni siquiera podía dejar de gritar por el dolor y la rabia que tenía, diciendo que quería que volvieras a ser el hermano que amaba– el chico se levantó, revelando que era casi tan alto como él –Dijo que le dolía oír tus insultos, le dolía ver cómo lastimabas a tu familia, le dolía estar serca de tí–
El silencio se apoderó, con Leonardo sin poder decir una palabra, sin poder creer que él había provocando todo eso, no solo había fallado en ser un líder, sino que también en ser un hermano.
–Dijeron que cuando tú te fuiste se sintieron aliviado, que cuando Rafa tomo el manos se sintieron libres de poder decir lo que pensaban, en las peleas y enfrentamiento para proteger la ciudad de sentías libres de preguntar y dar sus ideas, de hacer el rescate divertido, de hacerlo eficiente. Rafa les dió la oportunidad de poder hablar, de tener una voz en el equipo, Donnie volvió a ser el cerebrito, Mikey volvió a ser el divertido, Rafa pudo sonreir al ver a sus hermanos felices– Leonardo cayo de rodillas, clavando sus katanas en el techo y luchando por no gritar. No sabía cuando había empezado a llorar pero ya no podía detenrse.
–E-el... Splinter... Splinter me dijo que era un buen líder... Me dijo que era el mejor... Me dijo que hacía las cosas bien. Y-yo-yo-yo pensé que era así, p-pense que estaba bien. P-pense...– tomo aire, sin poder entender porque su padre le hizo creer ser algo que nunca fue.
–Y por eso fracasaste– levanto la mirada ante sus palabras, pudiendo ver que ahora estaba frente a él, mirandolo sin ninguna expresión pero sus ojos brillando con muchas emociones –Fracasaste porqué no pudiste abrir los ojos, siempre viste, siempre viste el daño que hacías, pero nunca lo miraste, nunca miraste y asimilaste lo que hacías, nunca te diste cuenta que lo que decía era una maldita mentira– Leonardo trago, intentando hablar pero nada salia de su garganta –Te guiaste por palabras vacías y no por hechos llenos de verdad– la tortuga soltó un sollozo, pegando su cabeza al suelo con el dolor recorriendo todo su pecho.
–Y-yo... Yo... Lo siento, lo siento, jamás pensé-pensé en los errores que cometía, jamás pensé en la herida que deje en ellos, jamás pensé... Jamás me di cuenta que no era quien se supone que devia ser. Yo no quise lastimarlos, p-pende que en mi tiempo en el bosque Rafael los había lastimado, pensé que en mi tiempo allí ellos no habían hecho nada– a pesar de apenas poder hablar estaba esforzándose por no atragantarse y poder decir lo que pensaba, lo que sentía.
–Ellos hicieron muchas cosas, Donnie se encargo de cuidar la alcantarilla con sus máquinas y trampas, Mikey quizás se la pasaba gran parte del tiempo en las máquinas de arcade pero ayudaba en lo que podía, mejorandole el día a su familia, Rafael hacia lo posible para volver a verlos felices, para protejer la ciudad– eso solo hacía que su corazón se rompiera un poco más. –Dime algo Leonardo, ¿Eres un líder?– el mencionado se sorprendio, ¿para que quería que le contestara? ¡Era demaciado obvio! –¿Eres un líder?– otra vez, esa pregunta solo le hacía recordar sus errores y la desgarradora verdad.
–¡Leonardo Hamato! ¿¿¡¡Eres un líder!!??–
–¡¡N-NO!! ¡¡NO LO SOY!! ¡¡NO LO SOY!!– Casi se atraganta con su saliva, tosiendo antes de levantar la mirada –¡Nunca lo fui! ¡No lo soy! ¡Y nunca lo seré!– podía sentir las lágrimas caer, su rostro caliente por la angustia y la vergüenza, su garganta doliendo ante el esfuerzo que hacía por hablar.
Se había equivocado, lo había arruinado, había creído las palabras de alguien que estaba tan ciego como él.
–Sí lo serás– eso lo sorprendió, mirando al chico que de pronto lo levanto de los hombros, sin darle tiempo a reaccionar –Lograste darte cuenta de tus errores, lograste admitir que no eres lo que dices ser, lograste ver que estabas haciendo mal, si lograste darte cuenta de esto, entonses eres capaz de mejorar, eres capaz de ser el líder que debes ser, eres capaz de ser el hermano que alguna vez fuiste– Leonardo trago, mirandolo con los ojos irritados, después de todo eso aun confiaba en él y ni siquiera lo conocía –Y si no puedes ser ese líder después de todo el esfuerzo, si te das cuenta que no importa cuánto te esfuerces no puedes ser el líder que ellos se merecen, entonses di quien deve serlo, date cuenta quien es el verdadero líder–
–Eso haré, seré el líder y el hermano que ellos se merecen... Y si no puedo, entonses quiero que Rafa lo sea–
–Si querés serlo, lo serás. Pero sabes que esto no tienes que decírmelo a mí – Leonardo se inclino de pronto, mostrando respeto.
–¡Gracias! ¡Gracias de verdad! ¡Prometo hacer lo que sea! ¡Prometo esforzarme cuánto pueda! ¡Gracias!– está vez no tembló, no titubeó, arreglaría las cosas cuánto pudiera.
–Estoy seguro que sí – el chico por fin sonrió, pero cuado Leonardo levanto la mirada, ya no estaba.
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–Si vienes a joder te recomiendo que te vallas– Rafael se cruzó de brazos, parándose delante de sus hermanos como una muestra de protección, algo que solo provocó que el corazón del mayor de estrujara una vez más.
Tomo aire, su garganta otra vez cerrándose. Abrió la boca, esperando poder hablar pero nuevamente nada salio. Se maldijo a si mismo ante su cobardía y lucho por decir algo, hasta que luego de unos minutos por fin pudo gritar.
–¡Lo siento!– se inclino ante ellos, los tres abriendo los ojos sorprendidos, pero el segundo mayor gruño antes de fruncir el ceño. –¡Lamento haberlos lastimado! ¡Lamento haberles exigido tanto y haberlos ayudado tan poco! ¡Lamento no haber sido el verdadero hermano que debí ser! ¡El líder que se supone que soy!– tomo aire con mucho ruido, levantando la mirada y mostrando sus lágrimas caer –¡Tenías razón! ¡Tenías razón Rafael! ¡Yo lo destrui! ¡Yo me convertí en algo que no debía ser! ¡Yo dejé de ser el hermano de ustedes tan pronto creí que Splinter estaba en lo sierto! ¡Deje de ser su hermano cuando me convertí en líder!– volvió a tomar aire, viendo cómo Mikey se aferraba a Donnie, ambos mirandolo con lágrimas en los ojos. –Sé que una disculpa no lo cambiara, sé que una disculpa no es capaz de cambiar y remendar todo el daño que les hice. Pero las cciónes sí, así que me esforzaré cuánto pueda para volver a ser su hermano, para ser el lider que debo ser– trago y tomo aire, mirando a Rafael a los ojos, pudiendo ver que se estaba conteniendo para no llorar. –Si no puedo ser lo que dije que seré, entonses quiero que lo seas tú– el rojo abrió los ojos sorprendido, sin poder creerlo del todo –Quiero que seas el líder que una a este equipo, quiero que seas quien agrande sus sonrisas, quiero que seas quien los guíe– volvió a tragar, cerrando los ojos con fuerza para dejar caer más lagrimas –Me demostraste que tú eres capaz de liderar, me diste las razones para pensar que lo eres, luego de pensarlo me di cuenta que eras el unico que me confrontaba, eras el unico que me decia que estaba equivocado. Tú tienes lo que se necesita, y si yo no llego a ser lo que ustedes necesitan, entonses tú sí– sonrió apenas, mirando a Mikey –Lamento haberte hecho sentir que eras un estorbo, lamento haberte hecho pensar que no podías sonreír y reír– sus lágrimas cayeron con aun más fuerza al verlo sollozar –Entonces... Entonces por favor, por favor sonríe por todas las veces que no lo hiciste, rie por todas esas veces que te calle, se el chico feliz que siempre fuiste y no dejes que alguien más te lo impida, no dejes que alguien más intente borrar tu sonrisa, ni siquiera tu familia, eres quien eres y eso es suficiente– Mikey acintio, abrazando a su hermano antes de soltar un sollozo, ocultando su rostro en el hombro de Donatello –Donnie– el mencionado apenas lo miro, volviendo su vista hacia Mikey –Eres increíble, gracias a ti podemos vivir en esta alcantarilla, gracias a ti podemos seguir vivos, quisas tus inventos fallen, quisas no sean perfectos, pero si no te sale por favor vuelve a intetarlo, vuelve a intentarlo hasta que te salga y que te salga lo mejor que pueda porque tú eres increíble y eso es suficiente, es suficiente para que puedas darte cuenta que no importa cuanto te equiboques vas a seguir siendo el mejor. Asi qué por favor nunca dejes que alguien te diga lo contrario, nunca dejes que alguien te haga sentir menos de lo que eres, demuestra que eres capaz porqué lo eres. Estoy orgulloso de haberte tenido como hermano y quiero que te dez cuenta que no necesitas de una opinión para ser el mejor– Donnie lloro, abrazando a Mikey con fuerza mientras sonreía, se había dado cuenta –Rafa, solo sigue siendo como eres, sigue protegiendo a esta familia, sigue ayudándolos. Sigue siendo el líder que ellos se merecen– el de rojo no había emitido un solo sonido, no había podido decir una sola cosa y en algún momento se había permitido llorar en silencio.
Se había dado cuenta, lo había aceptado y se estaba disculpando, podía ver sus lagrimas sin dejar de caer, podia ver su sonrisa de orgullo hacia ellos, la decisión de mejorar brillando en sus ojos.
Miguel Angel se soltó de Donnie para caminar hacia Leonardo, parándose delante de él con una sonrisa a medias.
–¿Prometes?– pregunto el menor, la sonrisa de Leonardo volviéndose más acuosa.
–Hare todo lo que pueda, destruiré mis límites solo para poder ser el hermano que tengo que ser– Mikey sonrió y lo abrazo, fuerte pero gentil y lleno de alivio.
–¡Eres un madito imbécil!– dejo salir Rafael, Leonardo solo riendo por lo bajo –Tengo tantas ganas de matarme pero desgraciadamente ya no puedo– camino hacia ellos y los abrazo, ambos pudiendo sentir como la tensión en su cuerpo se desvanecía, empezando a sollozar por lo bajo.
Donnie fue el último, pero se hizo un espacio para poder abrazar a Leonardo.
Lo había logrado, se había disculpado, había logrado el perdón y ahora se aseguraria que valiera la pena, se aseguraria de ser lo mejor que podría llegar a ser solo para ellos, para sus hermanos, para su familia, se aseguraria de que nadie mas los lastimara.
Y si eso implicaba alejarlos de Splinter, si eso implicaba enfrentar a quien le había mentido, a quien lo había manipulado y le había hecho creer que estaba bien lo que hacia, entonses lo aria, lo sacaría de sus vidas y de la suya propia, ya no había nada que pudiera lastimarlos, ya nadie podrias arruinar otra vez a su familia.
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Espero les allá gustado mucho.
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