Capítulo VII: Conociendo a Hiashi Hyūga.
Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momen al lector.
Hinata arreglaba sus maletas, estaba contenta, ansiosa por ir a ver a su padre. Poder darle un gran abrazo, pasar días enteros a su lado. Regresar a su lugar de origen era algo maravilloso.
Sakura observaba desde la puerta de su habitación, no le agradaba la idea de que Hinata se fuera con Shisui, pero su amiga era feliz con esa decisión y ella no podía romper su ilusión.
La ojiperla cerró sus maletas, se vio al espejo por última vez y después se acercó a Sakura. "Ya tengo que irme, Shisui-kun dice que está abajo estacionado, pero el guardia no lo deja subir"
—Te acompaño, Hinata-chan— Sakura tomó una de las maletas y comenzó a caminar, cerró con llave cuando ambas salieron del departamento y se subieron al elevador.
Shisui estaba recargado en la puerta de su coche, jugaba a lanzar y atrapar las llaves para pasar el tiempo en lo que Hinata salía. Abrió la cajuela al verla junto a Sakura en la puerta del edificio de departamentos, les ayudo a guardar las maletas y cerró su auto de nuevo.
—¿Lista, pequeña?— el Uchiha le extendió su mano, antes de que Hinata pudiera tomarla, Sakura apretó con fuerza el brazo de Shisui y lo torció de manera lenta.
—Si se te ocurre hacerle algo, tu familia tendrá que esforzarse por reconocerte cuando acabe contigo, ¿De acuerdo?— lo amenazó la ojijade sin temor a que Shisui intente defenderse.
—Dudo que puedas hacerme algo si es así como aprietas— le dijo Shisui sin problemas, claramente para él Sakura no representaba un problema, y lo hacía ver para burlarse de ella. Sakura aplicó más fuerza en su ataque para hacerlo callar —No me atrevería a hacerle algo— le aseguró el Uchiha mientras trataba de apartar a la Haruno, no quería preocupar a la ojiperla.
Hinata miraba asustada la escena, en segundos tomó a Sakura hasta que la separó de Shisui, "Shisui-kun no me haría daño" sus manos se movieron rápidamente, acción que mostraba su enojo.
Su amiga suspiró —No estaba de más avisar.
Shisui frotó su brazo —Claro que estaba de más.
—Tú cállate, no pedí tu opinión— Hinata miró molesta a Sakura por aquel grito, y la pelirosa no tuvo otra opción más que resignarse —Ya, está bien, no vuelve a suceder.
"Nos vemos en unas semanas, Sakura-chan, te mando un mensaje si sucede algo y también cuando llegue a casa"
—Sí, por favor, ¿Llevas tú libreta?, No quiero que si los detienen los militares en la entrada no te puedan entender— le recordó Sakura como una madre verdaderamente preocupada, quizá ese era su rol con Hinata además de ser su amiga.
Hinata sonrió "Si la llevo, también unas plumas"
—Cuídate mucho— Sakura la abrazó, ambas se quedaron así por unos minutos.
—¿Nos vamos?— Hinata tomó la mano que Shisui le ofrecía, él le abrió la puerta del copiloto y cerró cuando ella se abrochó el cinturón de seguridad —Hasta luego, Sakura. Me saludas a Itachi.
Sakura se despedía con la mano de Hinata, podía ver cómo su amiga agitaba su mano porque Shisui había bajado los vidrios.
El auto encendió, los vidrios subieron y ya no pudo observar a las dos personas que estaban adentro. Se siguió despidiendo con su mano hasta que los perdió de vista.
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El camino era tranquilo, Shisui tenía encendido el radio para hacer todo más entretenido. Hinata movía su cabeza al ritmo de la música y movía sus manos contenta. Todo en ella era tierno e inocente, Shisui estaba deseando que llegara el día en que pudiera pasear con ella de la mano.
—¿Entonces son cinco horas, Hinata?— ella asintió —Sólo llevamos tres horas, ¿Quieres parar a comer algo?— Hinata volvió a asentir.
Shisui disminuyó poco a poco la velocidad, se hizo a la orilla y se detuvo cuando miró una tienda que vendía bebidas, frituras, entre otras cosas. Dió la vuelta para estacionarse, apagó el auto y sacó las llaves.
—Iré por un café, ¿Quieres algo?— se giró a verla, encontrando a una tierna Hinata que veía la pantalla del esterio e intentaba encenderlo de nuevo.
"También quiero un café" la joven tecleó rápidamente en su teléfono, le parecía más práctico que ir escribiendo en su libreta durante el viaje.
—¿Solamente eso?— insistió para que ella pierda la timidez y ordene otras cosas que pueda necesitar.
"Sí, esperaré a que vayamos a comprar algo de comer"
—Piensa en que se te antoja— Shisui cerró la puerta del auto, Hinata lo miró entrar a la tienda. Escogió ese momento para mandarle mensajes a su padre, Sakura y a Naruto.
Hinata estaba muy emocionada, sólo dos horas más la separaban de poder reunirse con su padre. Todo un ciclo escolar sin verlo fue verdaderamente difícil, no estaba acostumbrada a permanecer alejada de él.
La puerta del auto se abrió de nuevo al pasar unos minutos, Shisui entró con dos cafés helados, entregó uno a Hinata y dejó otro en el porta vasos del auto —¿Lista, pequeña?
"Sí, gracias por llevarme con Otôsan"
—Ya sabes que quiero conocer a mi futura familia— Hinata enrojeció por su respuesta, a Shisui le dió gracia y no pudo evitar reír un poco.
"¿Qué se supone que somos nosotros dos?"
—Lo que tú quieras que seamos— le contestó sinceramente y teniendo ambos ojos fijos en ella, Hinata sintió a su corazón danzar en un mágico baile.
Hinata no encontró que respuesta dar, y sin esperar a que ella reaccione, Shisui se inclinó levemente para desabrochar el cinturón de seguridad de su acompañante. La acercó a él para besar su frente, ella quiso escribir pero Shisui se lo impidió haciendo su celular a un lado.
—Se una buena acompañante— Hinata se cambió de asiento cuidando de no tirar los cafés o mover la palanca, Shisui la sentó sobre su regazo y acarició su mejilla, la ojiperla sentía el volante a su espalda y el refrescante aliento de Shisui rozándole la nariz.
Buscó con la mano su celular y la pluma para escribir "¿Qué intentas?"
—¿Has dado tu primer beso?— Hinata se sonrojó y negó —¿Me dejarías ser el primero?
Ella lo observó con los ojos bien abiertos, la respuesta era sí, quería que Shisui fuera su primer beso, le gustaba demasiado como para permitir que su vergüenza le ganara.
Unos toques en la ventana impidieron que Hinata le pudiera escribir su respuesta.
Shisui miró al policía del otro lado de la ventana y bajó los vidrios nuestras maldecía en voz baja —¿Sucede algo, oficial?
—¿No crees que deberían irse a un motel?— el hombre de cabello rubio les miró con desaprobación debido a su posición, Hinata inocentemente no entendió su molestia a la primera.
Ambos chicos se sonrojaron —No sé a qué se refiere oficial— habló Shisui riendo.
—Mira amigo, podrás tener los vidrios polarizados, pero aún así se pueden ver las sombras— el oficial se cruzó de brazos y continuó viendo a Shisui, como pidiendo que regrese a Hinata a su lugar.
—Lo sentimos— respondió con una sonrisa nerviosa —No volverá a suceder, justo hace un momento le estaba pidiendo a mi amiga que regresará a su asiento, ¿Verdad?— observó a Hinata un instante para que ella entienda que debía seguirle el juego.
Hinata asintió apenada.
—¿Y usted qué tiene que decir señorita?— los ojos grises del hombre se dirigieron ahora a la joven que, avergonzada, agachaba la cabeza y negaba en silencio.
—Ella no habla oficial— le respondió Shisui.
El hombre del otro lado del vidrio de la ventana los observo el uno al otro —Será mejor que no hagan un numerito como ese de nuevo, por estas calles pasan niños.
—Lo sentimos— el oficial negó y se retiró para subirse de nuevo a la moto con la que había llegado. Shisui esperó pacientemente a que de fuera para poder hablar otra vez —Que entrometido, ¿No crees?
Hinata golpeó su hombro sin usar tanta fuerza, infló sus mejillas y regresó a su asiento.
—¿Acaso estás molesta conmigo?— preguntó Shisui incrédulo.
"No me gusta estar en esas situaciones, fue muy vergonzoso"
—Entiendo, no volverá a suceder— Shisui le depositó un cálido beso en la mejilla y abrochó de nuevo el cinturón de seguridad del asiento de Hinata —No estés tan cómoda por mucho tiempo, pequeña, en un momento nos detendremos en otro lugar para comer.
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El auto de Shisui se estacionó frente a una casa de dos pisos pintada de un azul claro, el patio delantero era grande, tenía macetas pequeñas, algunos árboles y arbustos. Una cerca de madera rodeaba todo el terreno. Un señor alto, de mirada fría, cabello largo y castaño y unos ojos idénticos a los de Hinata se encontraba de pie en la puerta principal.
Shisui se bajó primero, le dió la vuelta al auto y le abrió la puerta a Hinata, las facciones en el rostro de su padre se suavizaron al verla.
Una mirada llena de cariño fraternal. Algo que anhelaba cuando era un niño y nunca obtuvo.
Abrió la cajuela y le ayudo a Hinata a bajar sus maletas, rápidamente su padre se acercó para apoyarlos. Hiashi llenaba de besos el rostro de su hija, ella se sonrojaba y sonreía.
—Te extrañe mucho, Hinata, la casa no es lo mismo sin mi hija— Hiashi limpió con su pulgar la pequeña lágrima que salió del ojo derecho de Hinata.
Shisui una vez más tuvo curiosidad, por sus palabras y lo que Hinata había escrito hace unos días, era claro que en la familia Hyūga faltaba un miembro fundamental. ¿Acaso Hinata perdió a su madre?, ¿O ésta la abandonó como lo hicieron con él?
Hiashi sólo volvió a hablar hasta que entraron a la casa, después de haber invitado a Shisui a pasar junto con ellos.
—Hiashi Hyūga— se presentó realizando una corta reverencia, Shisui no tardó en imitarlo.
—Shisui Uchiha, un placer conocerlo, señor Hyūga— sonrió a padre e hija, estaba feliz de conocer por fin al hombre de la imponente voz.
Hinata movió sus manos, su padre la observaba fijamente al igual que Shisui, aunque éste último no comprendía del todo lo que ella comunicaba.
"Él es de quien te hablé Otôsan, Shisui es una persona muy especial para mi"
Hiashi suspiró, dejó a un lado su actitud cortante y le sonrió al amigo de su hija. Por ella haría cualquier cosa, incluso tratar de llevarse bien con ese chico del que Hinata no paraba de hablar —También es un placer.
—Espero que mi presencia no le incomode— comentó el Uchiha dejando las maletas que llevaba en el piso de la entrada, quitó sus zapatos imitando a Hinata y a su padre. Buscó por las paredes del pasillo algún cuadro familiar, pero su búsqueda no obtuvo éxito.
—Al contrario, los amigos de Hinata son bien recibidos. Aunque hasta la fecha eres el segundo que viene a visitarla— quiso enfatizar lo último para demostrarle que no cualquiera era bien recibido en su hogar.
Shisui miró de reojo a Hinata, suponía que la primer amiga en ir era Sakura —Me gustaría ayudarle con los gastos de la casa, en el tiempo que estoy aquí.
—No es necesario, tengo dinero suficiente para cubrir los gastos de una persona más en mi casa— Hiashi notó que Shisui no dejaba de ver las paredes o repisas, como buscando algo.
—Me sentiría más cómodo si me permite ayudarlo— volvió a decir Shisui, esperando que su insistencia rinda frutos.
—No me gusta que me contradigan— Shisui asintió y guardó silencio, el padre de Hinata daba miedo si se lo proponía —Si lo que buscas son retratos familiares, esos están en la sala, puedo prestarte un álbum si lo que quieres es ver fotos de mi hija.
El Uchiha se sonrojó al verse descubierto, sabía que Hiashi no hablaba en serio y solamente pretendía avergonzarlo frente a Hinata —No se trata de eso, señor, en realidad sólo observo el lugar.
Hinata frunció ligeramente el ceño "¿Por qué quieres mostrarle mis fotos?" Shisui miraba como Hinata movía sus manos, parecía molesta.
—No hablaba en serio, no le mostraría a nadie las fotos de mi hija. Sólo yo puedo ver lo adorable que eras de pequeña— la joven Hyūga se sonrojó con la última palabra de su padre, puesto que ese era el apodo que Shisui le había dado.
Hiashi subió las escaleras, los dos jóvenes lo siguieron, algunas veces intercambiaban miradas y sonrisas. Se detuvieron en una de las habitaciones, la puerta era de color café y se encontraba cerrada. El Hyūga sacó varias llaves de los bolsillos de su pantalón y escogió una para abrir. Shisui miró el interior, un cuarto para dormir sencillo pero sin dejar un poco la elegancia que caracterizaba al padre de Hinata.
—Esta será tu habitación, la de Hinata es la de enfrente y la mía está al fondo del pasillo— Hiashi se giró sobre sus pies para ver de nuevo al amigo de su hija —Las habitaciones cuentan con un baño, aunque si lo prefieres puedes usar el que está a una habitación de la tuya.
—Muchas gracias, señor Hyūga— Shisui hizo una reverencia para agradecer a Hiashi por su hospitalidad.
—No es nada, espero que tu estancia aquí sea agradable.
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Los días pasaban más rápido de lo que Shisui había imaginado, esa mañana se levantó temprano, después de arreglarse y se fue de inmediato a la sala de la casa. Era grande y espaciosa, con tres sofás de color negro, una mesita de centro con un jarrón lleno de girasoles, una televisión puesta de manera estratégica para que pudieras verla bien de cualquier lado de los sofás, algunos libreros y varias mesas con más jarrones y fotografías, justo lo que estaba buscando.
Encontró una secuencia de cuadros familiares, en la primera estaba Hiashi a lado de una mujer prácticamente idéntica a Hinata. Después otra con la misma mujer, sólo que en esa fotografía ella parecía estar embarazada, su vientre era abultado, la fotografía fue tomada en un momento de descuido. La tercera era de nuevo Hiashi con su esposa, el padre de Hinata cargaba un pequeño bebé envuelto en una sábana amarilla. La cuarta era Hinata detrás de un gran pastel, llevaba una faldita floreada y una serie de notas la felicitaban por su primer cumpleaños. En la quinta fotografía, Hiashi y su esposa arreglaban el jardín, Hinata salía persiguiendo una mariposa, el marco tenía una pequeña nota que decía "La pequeña Hinata de dos años ayudando en el jardín". La sexta era en un dojo de entrenamiento, Hiashi y su esposa miraban fijamente a quien tomó la foto, Hinata llevaba puesto un traje para prácticas de artes marciales, a lado de Hiashi estaba un hombre idéntico a él, supuso que era su gemelo, con ese hombre estaba otra mujer y un niño de al parecer uno o dos años más que Hinata. La séptima era la esposa de Hiashi preparando un pastel, su hija le ayudaba pasándole las frutas que adornaban el postre. La octava eran Hiashi, su esposa y Hinata en la entrada de una escuela de preescolar, la más pequeña de la foto tenía una lonchera y sonreía entusiasmada. En la novena aparecía Hinata junto al gemelo de su padre, al principio creyó que era Hiashi pero el niño más grande que Hinata que los acompañaba le confirmó que no lo era. En las siguientes fotografías se repetían las personas que aparecían, Hinata, su tío, su primo y en algunas ocasiones su tía también estaba. Había una foto en donde Hiashi volvía aparecer, Hinata ya debía tener alrededor de once años, una nota le hizo saber que ambos iban a un centro de lenguaje, "Hinata y Hiashi están a punto de aprender el lenguaje en señas". Después seguían muchas fotos de Hiashi y Hinata. Shisui tenía muchas preguntas, ¿Por qué la madre de Hinata dejó de aparecer cuando ella tenía cinco años?, ¿Por qué Hiashi también desapareció durante cinco años de la vida de su hija?
Shisui se quedó viendo una foto en específico, si Hinata era muda, ¿Por qué su padre la llevo hasta los once años a aprender el lenguaje en señas?
"Hinata y Hiashi están a punto de aprender el lenguaje en señas"
Eso sólo lo hacía creer una cosa. Hinata no era muda de nacimiento como había pensado.
Las fotos de la madre de Hinata se encontraban por todas partes, aparecía sola, a lado de Hinata o con su esposo. Shisui se quedó viendo una de sus fotografías y perdió la noción del tiempo.
—Ella era es mi esposa— el Uchiha dió un salto asustado al oír a Hiashi hablar, el cuadro casi caía de sus manos, pero pudo sostenerlo y dejarlo de nuevo en su lugar.
—Lo lamento, no quería incomodar— Shisui se dió la vuelta para ver a Hiashi cuando algo más resonó en su cabeza —¿Era?
—Mi esposa nos dejó hace tiempo, Hinata solamente tenía cinco años cuando murió— confesó Hiashi mientras observaba una de las fotografías de su esposa.
Shisui comprendió entonces porque la madre de Hinata ya no apareció en las fotografías —Lo siento mucho, debió ser difícil para ustedes.
Hiashi asintió —Lo fué, Hinata se quedó sola durante cinco años, mi hermano y su esposa se hicieron cargo de ella.
—No comprendo.
—A mi esposa la asesinaron— el Hyūga se dió la vuelta y salió con rumbo a la cocina, Shisui lo siguió en busca de una explicación —Después de eso pasé cinco años en prisión, regresé a la vida de mi hija cuando ella tenía diez.
—Hinata no es muda de nacimiento, ¿Verdad?
—¿Qué no te lo ha dicho?— Shisui lo miró confundido y negó con la cabeza —Entiendo, mi hija no le dice a muchos lo que sucedió, creo que sólo Sakura lo sabe.
—¿Qué sucedió?— indagó el Uchiha con gran curiosidad.
—Hinata presenció cuando asesinaron a mi esposa, ella era muy pequeña y la impresión fue tanta que no volvió a hablar— un silencio en toda la cocina, Hiashi retiro del fuego el agua hirviendo y apagó la estufav—La llevé por un año a un psicólogo diferente al que le presentó mi hermano pero Hinata no tenía avances, al final preferí aceptar su condición.
Shisui se quedó un buen momento procesando toda la información —¿Hinata hablaba?
—Síz y tenía la voz más linda que hubiera escuchado— Hiashi sonrió y su mirada se volvió triste, le dió la espalda para preparar un té en una taza limpia —¿Te gusta con azúcar?
—Sí, gracias— Shisui respiró profundamente para poder continuar —¿Hinata puede volver a hablar?
Hiashi le pasó su taza de té caliente y le dió un sorbo a la que preparó para él mismo —El psicólogo dijo que tal vez si supera el trauma vuelva a hablar, le tiene miedo a algo pero aún no sé a que.
—A los ladrones— respondió más para él que pasa Hiashi.
—Lo mismo pensé, aunque creo que hay algo más.
Los dos siguieron bebiendo el té, Hiashi acercó un bote de galletas para compartir con Shisui. Hinata apareció en la cocina después de unos minutos, ajena a la plática que ambos hombres habían tenido. Sonrió y agitó su mano derecha para saludar.
—Buenos días, Hinata— saludó su padre.
—¿Cómo amaneciste?— le preguntó Shisui sonriendo.
Hinata buscó una hoja en blanco en el cuaderno que había bajado con ella para hablar con Shisui, le quitó la tapa a su pluma y escribió. "Muy bien, ¿Y tú?"
—Mejor con tu sonrisa— ella se sonrojo y bajó su mirada. Hiashi frunció el ceño.
"¿De qué tanto hablaban?"
—El joven Shisui me comentó que quiere llevarte a la feria que está en la ciudad— le dijo Hiashi para conseguir desviar la atención de su hija.
El nombrado lo miró con sorpresa. Hinata estaba emocionada "¿Me dejarías ir Otôsan?"
—Claro, sólo deben llegar antes de las diez— Hiashi sonrió al ver feliz a su hija, ella incluso daba pequeños saltos.
Hinata asintió varias veces y volteó a ver a Shisui "Gracias, Shisui-kun"
—De nada— el Uchiha entendió por la mirada de Hiashi que era su forma de no explicar lo que en realidad hablaron.
Tal vez en la feria hablaría con Hinata, quería que ella le tuviera confianza para decirle lo que le pasó en el pasado y poder ayudarla.
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