
** Extra 1 **
Unos dedos largos, acariciaban aquel portaretrato, con la yema de los dedos rozaba la imágen, con amor, nostalgia y dolor.
Cuando llegaba aquella fecha, su corazón se encogía, era inevitable, lo extrañaba mucho, tres largos años, dolorosos, vacíos, en soledad.
La puerta suena con varios toques, casi sin detenerse, desesperantes, pero él solo sonríe, sabe quien es.
-¡Abuuuuu abremeeee!-
-Voy Yerin, deja de tocar así que me vas a abrir un hueco en la puerta- Acomodó el portaretrato en la mesa, se levantó del sillón y se dirigió a la puerta.
-¡Ya deja de golpear!- Su nieta de 12 años, lo abrazó fuerte apenas la puerta se abrió. Él la abrazó con mucho cariño.
-¿Estás listo Abu?- Lo miró desde abajo, por su pequeña estatura, su abuelo era más alto, pero ella amaba aquello, porque él la podía envolver con sus brazos y sentirse protegida en su pecho.
-Si, estoy listo, ¿Donde esta Jungtae?- Miró hacia afuera de la casa, buscando a su hijo.
-Íbamos camino a la floristería, pero yo quería verte ya, entonces me dejaron acá primero, van a ir a la floristería y luego pasarán por nosotros.
-Ah ok, pasa mi amor, los esperamos en la sala-
Yerin, es su primer nieta, son muy unidos, sus personalidades se parecen mucho, su otra nieta Somi apenas tiene 2 años, y aunque la ama, aún no son tan unidos, pero probablemente cuando crezca, también serán muy unidos.
Porque Taehyung es un excelente abuelo; es cariñoso, consentidor, alcahueta claro, ama jugar con sus nietas, tener 72 años no es impedimento para él.
Pasaron 15 minutos, su hijo llegó con su esposa Yura y su otra nieta Somi. Camino al cementerio, la familia hablaba animadamente, pero para Taehyung las voces sonaban en eco, cada año que visitaba la tumba de Jungkook, era doloroso, ya no lloraba como antes, pero él reconocía que no había podido superar su muerte.
Suspiró pesadamente y con ayuda de su hijo, bajó del vehículo. Cada paso que daba hacia la tumba se sentía pesado.
Perder un familiar, o un ser querido, es diferente para todos, ya fuera por accidente, enfermedad o ya por vejez.
El dolor de la pérdida dependía del vínculo, pues si fallece un familiar lejano al que nunca conociste, tal vez no sientas nada o tal vez, un leve dolor por su pérdida, que superarás en unos días o semanas.
Por otro lado, si aquella persona tenía un fuerte vínculo contigo, tal vez el dolor no sea tan fácil de superar, por más que llores su ausencia.
La familia que conformó con Jeon Jungkook creció cuando adoptaron al pequeño Jungtae, con 1 año de nacido. Y creció aún más cuando llegaron sus hermosas nietas.
Pasaron toda la tarde en aquellos campos, donde reposan muchos cuerpos, donde la vida termina, y no quedan más que unas lápidas con nombres, lindas frases, y la fecha de tú último día de vida.
Era el tercer año desde la muerte de Jeon Jungkook, quien partió luego de una lucha contra el cáncer de páncreas, que por su avanzada edad, no pudo soportar el tratamiento, murió 6 meses después de diagnosticado.
Y aunque Taehyung sentía dolor por su partida, su corazón vibraba cuando recordaba los años a su lado, porque fueron maravillosos, cada paso que dieron como pareja fue único y especial.
Y los recordaba cómo una película en su mente, su boda, su primera casa, la decisión de adoptar, el gran día cuando les informaron que serían padres de un hermoso niño de 1 año, el primer dia de escuela, la graduación de su hijo, cuando le presentó a su novia, anunciando que se casarían, la mayor bendición cuando se enteraron que serían abuelos.
Todos aquellos momentos lo mantenían en pie cada día desde su partida, pues disfrutaron su amor, aquel tan especial y único.
Jeon Jungkook le demostró el amor más sincero que pudo conocer, siempre amandose con locura, pasión, ternura, entrega, nadie como él, nadie como Jungkook.
Taehyung miró a su hermosa familia con ternura, se sentía afortunado de tenerlos, pero también se sentía solo, no sabía qué más podía hacer en este mundo sin su amor, extrañaba terriblemente el calor de su Kookie.
Su hijo ya tenía 42 años, se casó con una hermosa mujer y tenía dos hijas, ya tenía su propia familia, y Kim Taehyung, luego de la muerte de Jungkook, sintió que su ciclo estaba cumplido, nada lo ataba a este mundo.
Y aunque no sabía si al partir se encontraría con su amor, tenía la esperanza de poder amarse después de la muerte, porque su amor estaba intacto, igual al día que se dijeron "te amo" por primera vez.
La noche anunciaba su llegada, Taehyung le pidió a su familia unos minutos a solas, y para poder hablar con su Kookie, como todos los años.
Se sentó al lado de la lápida donde el nombre Jeon Jungkook estaba escrito, suspiró antes de hablar.
-Kookie, mi kookie, te extraño tanto. Aún no puedo creer que ya sean 3 años, siento que han sido como 100, los días sin ti pasan lentos, muy lentos- Su mano acarició la lápida. -Espero sean pocos los que me queden en este mundo, para unirme a ti- Sonrió tristemente, luego miró hacia el cielo, conteniendo sus lágrimas. -Yerin cumplió 12 años hace un mes, Somi cumplió 2 años hace 5 meses, nuestro hijo, nuestro bebé Jungtae, es feliz con Yura, todos te extrañamos mucho-
Taehyung permaneció callado, cómo tratando de escuchar palabras en el silencio, como si la brisa que acariciaba su rostro, fuera Jungkook hablando con él.
Luego de unos minutos, se levantó y caminó hacia el vehículo donde lo esperaba su familia, sonrió al verlos, recordando que fue feliz al lado de Jungkook. Era feliz con la familia que ambos formaron.
Y como era común en aquella fecha, todos compartieron una noche agradable donde cocinaban en familia, recordando los platos preferidos de Jungkook, recordándolo con amor.
Mientras Yura cocinaba con Jungtae; Taehyung se sentó en el sillón al lado de sus nietas, Somi jugaba en el suelo con sus bloques de colores y Yerin hablaba con su abu.
Yerin miró la foto de los dos, y le dijo. -Abu... ¿Me cuentas cómo mi Abu Kookie te pidió matrimonio?-
-Yerin has escuchado esa historia miles de veces- Replicó Yura.
-Pero es que me gusta escucharla, es taaan romántica- Suspiró mientras colocaba sus manos en el pecho.
-No me molesta contarla- Le dijo a Yura, para luego mirar a Yerin. -Además me gusta recordar ese día-
Yerin aplaudió de felicidad y se acomodó en el sillón para escuchar a su Abu. Muy atenta a cada palabra que iba a escuchar.
-Nos casamos cuando teníamos cuatro años de novios y aunque ya vivíamos juntos, solo nos faltaba formalizar la relación.. Tu abuelo Jungkook, era muy romántico, detallista pero también muy perfeccionista.- Taehyung rió al recordarlo. -Cada año tratamos de visitar un país diferente, queriendo conocer el mundo juntos, en nuestro cuarto aniversario viajamos a madrid, fue una experiencia hermosa, cada día allí fue de ensueño, caminar por las calles juntos fue muy romántico... El último día antes de regresar a Corea, estábamos en la plaza mayor, sentados en silencio, observando a las personas disfrutar del día... De repente se acercó una mujer y nos entregó una caja, con el nombre de Antonio Lopez en la parte de arriba, yo intenté rechazarla pero la mujer rápidamente se alejó, yo no sabía qué hacer con la caja y Jungkook de curioso me dijo que la abrieramos, yo acepté. -Taehyung detiene su relato, recordando aquel momento, siempre que habla sobre ese momento, su corazón palpita fuertemente. -Al abrir la caja, había dos hermosos anillos, y una pequeña nota que decía: "Mi amado Bebé, ¿Quieres ser mi esposo?".. Mis ojos se cristalizaron, giré mi rostro hacia él, quien me miraba con su hermosa sonrisa.. Lo besé aceptando aquella propuesta, con lágrimas en mis ojos.
-Awww que lindoooo, muero de amor Abu, quiero un Jungkook en mi vida-
-Aún estas pequeña, para pensar en eso- Dijo Jungtae
-Si, pero si no es como mi Abu Jungkook, me quedaré soltera-
Todos rieron por los comentarios de Yerin y aquella noche comieron en familia, disfrutando de la compañía.
Cuando todos se fueron, Taehyung se acostó en su cama, cerró sus ojos, y a su mente llegó el recuerdo de su luna de miel, una historia que nadie sabía, por obvias razones no era para contar, pero recordarla lo hacía sentirse cerca de su Kookie.
En el próximo extra, estará la luna de miel..
Gracias por leer esta hermosa historia...
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