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Capítulo 2

¡Venga levántate! Le reprocho a mi cuerpo y hago el amago de levantarme, apoyo las manos en la cama e impulso mi cuerpo hacia arriba pero con la misma caigo, esta cama es magnética ¡joder! Mis ojos aún están cerrados y se niegan a abrirse pero tengo que levantarme, mi vuelo sale en unas horas y tengo que prepararme.

No sé cuántos minutos pasaron pero por fin me levanto y me dirijo al baño, lleno la bañera de agua caliente, cierro el grifo cuando ya está llena, me desvisto y meto los pies en la bañera, mmm... que delicia de la vida, meto mi cuerpo completamente en la bañera y me relajo al momento. Cierro mis ojos y me dejo llevar por el silencio ese que se esfuma al momento con el timbre del portero.

- ¡Joder! ¿Qué quieren ahora? - grito frustrada, ¿es que no saben respetar el baño ajeno?

Salgo de la bañera y me envuelvo en una toalla, bajo las escaleras y descuelgo el portero.

- ¿Quién es? - gruño al auricular

- Señorita Ava, perdone que la moleste pero su amiga pide subir- me informa el portero y rápidamente me siento mal por haberle hablado así.

- Oh si...dile que suba- le informo amablemente y cuelgo.

Yo a esa la mato, abro la puerta a la espera de Leila, la veo salir del ascensor con una gran sonrisa y la fulmino con la mirada.

- ¡Vaya! Alguien se levantó con el pie izquierdo- comenta burlona mi amiga entrando en mi piso.

- Bueno... interrumpiste el mejor baño de mi vida- me quejo sentándome en el sofá.

- Ah por eso vas media desnuda por casa- dice señalándome con el dedo arriba y abajo.

Chasqueo la lengua, me levanto y me dispongo a subir las escaleras cuando mi amiga me interrumpe.

- Voy a hacer tortitas, te me apuras- dice recogiendo su pelo en una coleta alta.

Asiento con la cabeza restándole importancia al asunto, a Leila le gusta que sus tortitas se coman al momento porque según ella acabadas de hacer son como mejor saben, pero en estos momentos solo pienso en terminar mi baño, a quien quiero engañar ya no me da tiempo, entro al baño y quito el tapón de la bañera, veo como el agua se va por el desagüe, mi baño caliente se va por el desagüe. Miro a la ducha y la enciendo.

- Como siempre, rápido- susurro desanimada y me doy una ducha rápida.

Salgo y me seco con la toalla y la enrollo en mi cuerpo, luego de ir a mi habitación y vestirme bajo y el olor a tortitas entra por mi nariz, mmm...eso huele delicioso, pienso.

- Que bien huele- la halago sentándome en isla de la cocina.

- Quiero que recuerdes bien como saben porque nunca probarás otras iguales- me advierte sonriendo y echando el sirope de chocolate encima de las tortitas.

- Bueno, no sé yo...puede que allí cocinen mejor- bromeo y mi amiga pone mala cara colocando las tortitas en la meseta.

Muerdo una y ¡dios mío! están de lujo.

- Ava ¿estás segura de lo que vas a hacer? - pregunta mi amiga seria. No está muy de acuerdo con la decisión que he tomado de irme a otro estado, piensa que es una locura irse a la aventura pero quiero explorar más allá de esta ciudad.

- Si Leila, lo he pensado miles de veces, y sé que voy a extrañar esto pero lo tengo que hacer- le aclaro y mi amiga baja su cabeza y come las tortitas. Verla así me pone más triste.

- Sabes que siempre te apoyaré pero esto lo veo un poco precipitado.

- ¿Por qué no te vienes conmigo? Sería divertido.- la aliento.

- Ni loca, es muy arriesgado, yo ya estoy asentada aquí, no veo necesario ese viaje- explica, y la entiendo, ella está estudiando en la universidad artes escénicas y por la tarde trabaja en un bar, y es principal en la compañía de teatro, vamos que lo tiene todo por aquí.

- Oye te imaginas que encuentras al misterioso de ojos verdes.- comenta divertida, interrumpiendo el pequeño silencio que se había formado, cambiando el tema conversación.

- Ya...seguro- digo sarcásticamente con una sonrisa amarga, dada mi suerte dudo que lo vuelva a ver, luego de aquella noche no he podido olvidarlo pero que le voy a hacer todo debe quedar en esa noche.

- No seas pesimista anda- dice guiñando el ojo.

- Deberías saber que eso solo se ve en pelis y en esos libros románticos que leemos

- Bueno pero nunca se debe perder la esperanza- me anima y le sonrío, tan positiva como siempre, esos libros la están volviendo loca.

Terminamos las tortitas y los platos los ponemos en el fregadero.

- Son las 10:45 tienes que prepararte- me avisa mi amiga subiendo las escaleras.

El vuelo sale a las 13:15 pm y aún no sé qué ponerme.

Le sigo los pasos y entramos a la habitación, mi amiga se sienta en la cama y yo abro mi armario, hay pocas cosas (ya que casi toda la metí en la maleta) pero hay suficientes para escoger un atuendo de viaje.

Me decido por un pantalón pitillo negro y una sudadera gris con mis converses blancas y para finalizar escogí la chaqueta de cuero que estaba al final del armario, la verdad quiero ir cómoda en el viaje y así voy sencilla y bastante holgada.

- ¿Qué tal?- le pregunto a mi amiga posando con la ropa puesta.

- ¡Me encanta!- exclama aplaudiendo y hago una exagerada reverencia y juntas nos reímos de mi estupidez.

Me siento y la cama y pego un largo suspiro. Veo como su mirada viaja a la maleta que está en un rincón de la habitación.

- ¿Hiciste la maleta sin mí? - pregunta haciéndose la ofendida.

- Puede ser, llevo las cosas necesarias y si te esperaba me iba con dos maletas- me burlo y pone mala cara ante mi comentario.

Leila es de esas personas de si por si acaso... echa las cosas, si se va de viaje dos días, lleva cuatro pantalones por si acaso sucede algo...y yo soy más práctica y en caso de que necesitara alguna cosa, allí hay tiendas así que no hay problema.

- ¿Llamaste a tus padres?

- Si- digo levantándome, cojo la maleta y me dispongo a bajar las escaleras.

- ¿Qué tal se encuentran? - curiosea

- Pues mi madre no está bien, casi no pude hablar con ella porque lloraba mucho y mi padre se lo ha tomado mejor.- le explico. Alzo la maleta y bajo las escaleras cuidadosamente para no tropezar.

- Tú no te preocupes que yo les mantendré tranquilos.

- Te lo agradezco amiga- digo una vez llegado a la puerta del apartamento dejo mi maleta y miro a mi amiga con nostalgia.

- ¿De verdad no quieres que te acompañe?- insiste una última vez mi amiga, lleva días preguntando lo mismo.

- No, eso haría más difícil mi partida, antes de que salga el avión te hago una perdida, pero no me cojas la llamada, no quiero llorar.- le recuerdo y sonreímos, nos damos un largo abrazo, agarro mi maleta y salgo del apartamento, voy al ascensor y espero a que suba a mi piso. Las puertas de abren y miro por última vez a mi amiga.

- Cuida el apartamento eh- bromeo y me subo al ascensor.

(...)

Embarco en el avión y empiezo a buscar mi asiento, 26-A justo la ventanilla, lo pedí así porque me gusta ver el paisaje.

- 26-A, 26-A - miro las placas encima de los asiento pegadas a la pared- ¡Aquí está!- exclamo alegre por dar con el asiento pero mi alegría decae al ver que este está ocupado por un chico.

- Perdone pero ese es mi sitio- digo llamando la atención de la persona sentada, un chico de unos 23 o 24 años, muy guapo he de admitir alza la cabeza con el ceño medianamente fruncido.

- Creo que no, es el mío, 26-A - dice señalando la placa del asiento con una sonrisa arrogante.

Bufo y ruedo los ojos, ¡joder! Empiezo bien el vuelo. Cruzo mis brazos a la altura del pecho para demostrar autoridad y seriedad.

- Creo que te equivocas, el mío es este.

- El 26-A es mío, además yo llegué primero- dice con superioridad.

- Sabes lo infantil que ha sonado eso- digo riendo para calmarme un poco, este tipo me está sacando de mis casillas.

- Y sabe lo obstinada que te ves ahora mismo- contraataca aún sonriendo, si por mi fuera le quitaría esa sonrisa con un buen puñetazo, ¡dios mío!

- No pienso seguir discutiendo con un niñato.- digo y agarro mi bolso.

- Fue a hablar de niñatos la que ha empezado una discusión sin sentido.

- Estúpido- murmuro dándome la vuelta para irme.

- Maleducada- escucho que dice el idiota.

Gruño de frustración y camino por el estrecho camino entre los asientos, veo a una azafata y sin pensarlo dos veces me dirijo a ella, ese tipo tiene que salir de mi sitio, que lástima tan guapo y a la misma vez tan estúpido.

- Señorita que hace de pie, tiene que ir a su asiento, el avión despega en unos minutos.- me informa la azafata.

- Ya, ese es el problema, mi asiento lo está ocupando otra persona.- le explico a la chica y esta me mira confusa.

- ¿No se habrá confundido usted? A veces suelen haber confusiones.

- No lo creo, el 26-A es mi asiento.- le digo a la azafata pero caigo en la cuenta de que puede que ella tenga razón y yo haya entendido mal, tal vez mi asiento es el 16-A y yo entendí 26-A, si es así he cometido la mayor estupidez de mi vida, aunque no cambiaré mi idea de que es idiota el chico.

Me giro dándole la espalda a la azafata y voy en busca de mi asiento, cuando llego está vacío, efectivamente es mi asiento, pongo el bolso en el suelo y me siento, veo que a mi lado se sienta una señora, le resto importancia, por el altavoz nos indican que nos abrochemos los cinturones que el avión despegará en breves. Una vez arriba nos indican que todo salió bien, me quito el cinturón y noto como la señora de al lado se acomoda y cierra los ojos, ¿ya va dormir? si apenas y hemos despegado.

Se me ha olvidado llamar a mi amiga, ¡mierda! se va a enfadar muchísimo, bueno...en cuanto me baje le marco.

En la pantalla empieza una peli que ni sé cómo se llama pero como el viaje es de 8 horas, llego a las 21:32pm así que tengo tiempo de ver una peli, dormir, leer y... mejor me concentro en la peli.

- Vaya, mira quien está aquí- una voz llama mi atención, esa voz que no quería volver a escuchar.

Cierro mis ojos con fuerza y finjo una sonrisa cuando lo miro.

- ¡Hola!- exclamo aparentando sorpresa.

- Al fin encontraste el asiento- comenta con burla. ¡Idiota!

- Si- digo cortante.

- Me alegro, nos vemos- dice luego de unos minutos.

- Ojalá que no- murmuro espantada, y me coloco los cascos y veo de reojo como se va con una espléndida sonrisa, lo que yo digo es tonto.

Por una extraña razón sonrío, quiero pensar que es por la ansiedad de llegar a Nueva York, y empezar la aventura pero a quien quiero engañar, estoy sonriendo por el idiota, el idiota del asiento 26-A me ha hecho sonreír, y no me molesta.

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Hola hermosuras!!

Siento haber tardado pero ¡aquí está!

Dejadme en los comentarios que os pareció el capítulo. Apoyarme con los votos, se lo agradecería un montón.

He cambiado la portada ¿os gusta?

Se os quiere, millones de besos.

Att: Flavia


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