Capítulo 1
- Me lo prometiste- gruñe mi amiga como por quinta vez
- Leila, no recuerdo haberte prometido nada- digo rodando los ojos y levantándome del suelo. Acabamos de ver una película y mi amiga Leila ha empezado otra vez con el tema de la dichosa fiesta. No me apetece salir de casa, estamos en pleno diciembre y no es que haga mucho calor que digamos.
- Joder Ava, ¿entonces para que te enseñé la coreografía? - se queja siguiéndome a la cocina
- Para pasar el rato juntas, como siempre - digo con obviedad.
Al ver que se queda callada la miro interrogante, está poniendo la sonrisa inocente, eso es que ha hecho algo malo, no puedo creerlo.
- Leila Smith, ¿para qué es la coreografía? - le pregunto poniendo los brazos en jarra, no puedo creer que me haya engañado.
- A ver Ava, tranquila...- dice a la vez que coge una manzana de la cesta de frutas- Puede que no haya sido del todo sincera.
- Eso me temo, quieres hablar de una vez- la miro enfadada y reacciona, sabe que no estoy para juegos.
- Está bien, sabía que si te decía para lo que de verdad era, no ibas a aceptar- dice bajando sus hombros dándole un mordisco a la manzana.
- ¿Y para qué es?
- Te acuerdas de la fiesta que te comenté el otro día- niego con la cabeza- la del hijo del alcalde, pues dicen que va a ser la mejor fiesta de por aquí, no podemos faltar Ava, di que si por favor- ruega poniéndose de rodillas delante de mí y poniendo cara de cachorro abandonado.
Niego con la cabeza y me siento en una de las sillas, es una locura.
- No, no podemos Leila, ni siquiera nos han invitado, y dudo que lo hagan, o sea no somos nadie importante. - le explico desilusionada, aunque no lo quiera admitir, estar en una fiesta de las que hace el alcalde es el sueño de cualquier joven, los rumores dicen que estos sí que saben como gastar su dinero en una buena velada.
- Ya lo hemos hecho antes, colarnos en lujosas fiestas es nuestra especialidad- recuerda mi amiga levantándose y sentándose en frente de mí.
- Pero no a una tan grande, ¡te puedes imaginar cuanta seguridad habrá allí! - exclamo y me dirijo al fregadero a lavar los platos que tenía sucios.
- Lo sé, no te preocupes, tengo todo controlado.
- Tú esto lo tenías planeado hace semanas ¿verdad? - digo haciendo una pausa en lo que estoy haciendo y dirigiendo mi mirada a ella.
- Puede ser- dice mostrando una gran sonrisa.
Resoplo y continúo con la labor. Esa fiesta es muy suntuosa, no creo ni siquiera tener un vestido decente comparado con los costosos y hermosos vestidos que llevarán las chicas que asistan, no estoy muy convencida de ir, aunque si va a ser a la última que vaya ¿por qué no terminar a lo grande?
- Voy a buscar nuestros vestidos- anuncia Leila saliendo de la cocina.
- Yo no he dicho que vaya- grito para que me escuche.
- Claro que irás- grita antes de subir las escaleras a mi habitación. Vivo sola en un ático dúplex que pago con la ayuda de mis padres, pero eso será por poco tiempo, no me gusta depender de las personas y menos ser una carga para mis padres.
Seco los platos con el paño de cocina y los coloco en el armario que les corresponde, recojo las bolsas de palomita y las tiro a la basura, una vez terminado me dirijo hacia mi habitación donde encuentro a mi amiga con un hermoso vestido color turquesa y el pelo recogido en un hermoso moño.
- ¿Pero, qué haces? - interrogo asombrada poniéndome a su lado.
- Preparándome para la fiesta- declara aplicándose sombra de ojos.
- ¿Es hoy? - cuestiono espantada.
- Si, y tú deberías ir preparándote- advierte sonriéndome.
- Pero tienes que avisar antes, joder Leila no tengo nada que ponerme, ni siquiera estoy peinada- le digo preocupada, como se supone que voy a ir si no tengo nada que llevar.
- No preocupes, mira lo que te dejé en la cama.
Miro a mi cama y un bonito vestido rojo se encontraba allí, con unos tacones negros preciosos... ¿en qué momento trajo todo esto?
- Lo tenía escondido bajo tu cama...sabía que irías- dice guiñándome el ojo.
Sonrío y cojo el vestido en mis brazos, es sencillo pero elegante. Me dirijo al baño, me desvisto y el agua caliente cae por mis hombros y me relaja. Hoy me espera una noche muy larga.
(...)
Me miro una última vez al espejo y me gusta lo que veo, el vestido encaja perfectamente con mi figura y el color rojo me sienta de maravilla, para el pelo, opté por unas ondas, y para el maquillaje algo suave que favoreciese a mis ojos azules, sonrío al espejo y guiño el ojo.
- Venga presumida, nos vamos- anuncia mi amiga parada en el umbral de la puerta.
- ¿En qué nos vamos? - pregunto siguiéndola escaleras abajo.
- Ya verás- dice con una sonrisa pícara.
Llegamos abajo y miro que todas las luces estén apagadas y las cosas en su sitio, hecho una última ojeada y cierro la puerta, paso la llave y me meto en el ascensor, vivo en un séptimo piso, bueno el último piso del edificio. Salimos del ascensor y pasamos por delante del portero que nos saluda.
- Hola señorita Ava, va muy guapa- me piropea y le respondo con una sonrisa.
- Gracias.
Vamos fuera y no me puedo creer lo que veo.
- ¡Una limusina! ¿En serio? - exclamo admirada, una limusina color negro nos esperaba en la puerta de mi casa, lo cuento y no me creen.
- Hay que despedirse a lo grande- comenta mi amiga montando en esta, un señor alto y bigote nos sostenía la puerta abierta.
Entro detrás de Leila y me quedo alucinada con el lujo que hay dentro. Voy a coger una botella de champán que hay en una mesilla cerca de nosotras pero la voz de mi amiga me para en seco.
- ¡No!... no podemos tocar nada - dice poniendo cara de pena.
- ¿Qué hiciste, no será robada ¿no? - pregunto intranquila, sabía que esto era demasiado perfecto.
- Claro que no, bueno si pero la devolveré al llegar a la fiesta- al ver mi cara de confusión mi amiga prosigue su explicación- te acuerdas de Freddie, mi ex novio- asiento- pues él me la consiguió esta limusina y nos va a colar en la fiesta, nuestros nombres están en la lista- dice emocionada y agarrándome de los hombros.
- ¿Por qué aceptó colarnos? - pregunto intrigada
- Bueno pues...somos amigos ¿sabes?... me debía algún que otro favor- confiesa nerviosa, estos están liados otra vez, la miro traviesa y sonrío, ella quita la mirada y puedo asegurar que tiene un más rubor, sonriendo me recuesto hacia atrás.
Estoy ansiosa por ver cómo será todo, que gente habrá, y la coreografía tiene que salir bien, saldrá en la prensa, tiene que salir perfecta, la verdad yo veo innecesario todo el paripé que se genera en torno a esta pero bueno es una fiesta de lujo que se puede esperar de los pijos.
- Llegamos- avisa mi amiga.
El señor de antes nos abre la puerta, bajamos y respiro hondo, el aparcamiento está lleno de coches que ni aunque muriera y volviera a nacer, lo ahorros me alcanzarían. Entramos en el ascensor y marcamos el número cero.
- Oye ponte esto- dice Leila dándome una máscara morada que combina perfectamente con el vestido que llevo.
- ¿Para qué?
- Porque es una mascarada, si son un poco raros- se pone su máscara y yo me coloco la mía, me miro al espejo del ascensor y ¡vaya! ni me reconozco.
- ¿Lista? - pregunta mi amiga tomando mi mano.
- Lista- afirmo.
Se abren las puertas del ascensor y salimos a un recibidor, vemos unas grandes puertas y a Freddie delante de ellas con lo que parece ser la lista de invitados, nos dirigimos hacia él.
- Hola Freddie- dice mi amiga coqueta
- Hola Leila- saluda con una sonrisa jovial.
- ¿Estamos en la lista? - pregunta mi amiga.
- Si, podéis pasar, luego nos vemos- le dice a Leila.
Abre la puerta y el salón está bastante lleno, las mujeres con vestidos elegantes y máscaras con enormes plumas o piedras preciosas, me siento fuera de lugar, mi vestido es bonito, pero al lado de estos se queda muy corto.
- Estás perfecta- me susurra mi amiga al oído, ¿cómo sabe lo que estoy pensando? da miedo- ¡A disfrutar! - exclama ofreciéndome una copa de champán que acepto agradecida.
- A disfrutar- murmuro para mí.
Ya son las 12 de la noche, el hijo del alcalde está dando un discurso que no puede ser más aburrido, creo que supera con creces a su padre. Todos atentos a lo que dice o fingiendo que lo escuchan, como yo, y hasta hay alguno que ya se ha pasado con las copas. Un ruido me sobresalta y miro a mi costado, donde a un señor se le ha caído la copa y uno de los camareros acude hacia allí para limpiarlo. Sin pensarlo voy a ofrecer mi ayuda.
- ¿Necesitas que te ayude? - le pregunto al chico que está agachado recogiendo los vidrios del suelo.
- No hace falta señorita- dice volviendo su cabeza hacia mí, lleva un antifaz negro que deja ver su intensa mirada verde, no puedo dejar de mirarlo, sus ojos, su nariz, su boca todo parece perfecto en él.
Él se levanta y toma mi copa.
- Creo que se la ha acabado- dice y miro la copa, efectivamente ya no tengo nada - ¿Quiere otra?
- No...no- tartamudeo y me pego mentalmente.
- Tiene un azul precioso- dice antes de marcharse con mi copa en su mano dejándome estática en el sitio por el extraño momento que acaba de pasar.
¿Quién era ese chico? ¿Por qué me ha dejado así? Tenía esa mirada penetrante que hace que te sientas pequeña con su presencia.
- ... y ahora daremos paso al baile, si, ese que hemos estado esperando toda la noche. Espero que lo disfrutéis - finaliza el hijo del alcalde y todos en la sala empiezan a hablar alto y a moverse hacia sus sitios, los que bailan se ponen en el centro del salón y los que solo observan rodean a los bailarines. Me coloco en mi sitio, bueno más bien me cuelo en el sitio.
- Suerte- desea mi amiga que se encuentra a mi lado.
- Igual.
La canción Bust your windows de Jazmine Sullivan suena por toda la sala, todos los presentes hacen silencio y solo se escucha la melodía de la canción, recuerdo los pasos, 1...2...3...4... Tomo a la pareja que me toca y empezamos a danzar al ritmo de la música. Doy una vuelta y cambio de pareja, me fijo en que su pajarita está sin atar, alzo la vista y me encuentro con el mismo antifaz de antes y los ojos verdes con mirada intensa, abro mis ojos sorprendida.
- ¡Tú! – exclamo.
Sonríe y seguimos los pasos de la coreografía e imagino que solo estamos él y yo en la sala, esos ojos verdes y yo somos los únicos. Doy una vuelta, me atrapa en sus brazos, me alza, me toma de la cintura sin brusquedad, como acariciando mi cuerpo sin querer hacerme daño.
- ¿Cómo te llamas? - pregunta el chico de repente.
- Ava- digo con dificultad a causa del baile.
Mi espalda choca con su pecho y siento su aliento en mi nuca.
- Bonito nombre, Ava- murmura a mi oído y me recorre una cálida corriente por todo el cuerpo, sonrío y doy la vuelta quedando frente a frente, lo desafío con la mirada, él sonríe sin mostrar los dientes, me coge de la cintura y finalizamos el baile.
Levanto mi cuerpo lentamente, sus manos aún están en mi cintura, soy consciente de que la gente va abandonando la pista pero rodeo su cuello con mis brazos, y nos acercamos lentamente, cierro mis ojos preparada para besar al desconocido pero ese no era su plan.
- Nos veremos, Ava- pronuncia en mi oído y suelta mi cintura, se mete entre la gente y desaparece.
¿Qué acaba de pasar? Casi beso a un desconocido, ¿en qué estaba pensando? yo no soy así de impulsiva, suelo pensar bien las cosas antes de hacerlas, soy una tonta...como pude pensar que quería besarme.
Miro a mí alrededor y la gente está bailando una canción cualquiera, salgo de la pista con las manos en puño, estoy enfadada conmigo misma por haber sido tan tonta, como puedo ser tan inocente... qué vergüenza ¡Por dios!
Alguien me toma del hombro y me hace parar, vuelvo mi mirada y veo a mi amiga.
- ¿Estás bien? por cierto bailaste muy bien con ese chico, fue como si hubierais bailado desde siempre- cuenta mi amiga fascinada, si supiera mi desgracia.
- Estoy bien- me limito a decir- Necesito aire.
Y también necesito olvidar esta funesta noche en la que el chico de ojos verdes me ha dejado sin aliento.
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Hola hermosuras!!
Aquí os traigo el primer capítulo de "Eres tú"... díganme en los comentarios que les ha parecido, cuál es vuestra opinión y no olvidéis los votos ;)
En multimedia os dejo como sería el outfit y como me imagino yo (más o menos) la escena del baile.
Muchísimas gracias por pasarse a leer.
Besoooooooos ❤❤
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