Se me acelera el corazón, y tu eres la razón
Las flores lo rodean, no importa para donde mire, solo puede ver flores.
Pero una voz suave y dulce se escuchaba a la lejanía, y no podía identificarla, parecía venir de todos lados. Comenzó a caminar lentamente, y fue ahí que la voz dejo de venir de todos lados, concentrándose al frente de él, donde las flores eran ranunculus rosas y blancas. Cada paso se oía como si pisara sobre lodo, seguía la voz, que ahora provenía del lado derecho. Donde empezaron a haber margaritas, a lo lejos se empezó a ver la figura femenina.
Pero cuando estaba por llegar a ella, el sonido de su alarma despertó a Mocte, quien se despertó algo molesto, pero consiente que no podría volver a ese sueño, se levantó de su cama, para comenzar su rutina diaria.
La voz de su sueño le resultaba conocida, le decía, no un par de palabras sino era un discurso. Pero estaban difusas en sus recuerdos del sueño.
Una vez en el museo se puso a ver las obras que ya estaban listas, comenzando a ponerlas en otra área, las revisaba minuciosamente, para determinar que su trabajo estaba hecho correctamente, las que tenían algún fallo mínimo, las ponía en otra área, para trabajarlas un poco más hasta que quedaran perfectas, como si el tiempo nunca las hubiera tocado.
Tocaron la puerta del salón donde trabajaba, el mexicano se acercó a abrir la, ya que no quería que pasara algo como lo del día anterior, al abrir la puerta, ahí estaba parado el director del museo, junto al encargado del área de pintura histórica, ambos se veían satisfechos con sus sonrisas agradables, a lo que el extranjero solo enarco una ceja, interrogando silenciosamente a sus superiores.
-buenos días señor Mocte-saludo cordialmente el director del museo. Mocte le respondió el saludo con un asentimiento de la cabeza, para luego hacerse a un lado para dejar pasar a los dos italianos. Que entraron viendo en el proceso como el de rastas seguía trabajando.
-es bueno ver que lo que paso el otro día-dijo Fuko, para dirigir su mirada a Mocte, quien ya estaba sacando su celular para poder hablar cómodamente con los otros dos hombres.
La conversación fue tranquila y corto, centrándose en felicitar a Mocte mayormente por su buen trabajo, también le dieron una invitación para la inauguración de la sala donde estarían las obras que había restaurado, además de una extra por si quería invitar a alguien. La celebración se llevaría a cabo en unos 4 días.
Y solo una persona le vino a la cabeza, Ranmy...
Debería de invitar a la rubia a la fiesta, o debería de guardarse la invitación y mejor invitarla a una salida casual de amigos; seria esa la última que podrían tener, ya que tendría que volver a México. Que debería de hacer, que era lo mejor.
Ranmy por su parte estaba ayudando con los arreglos y para la celebración del museo, desde las flores que irían en los arcos, pero principalmente hacia los arreglos para los centros de mesa, que también llevarían luces. Estaba concentrada en su trabajo, y agradecia internamente que esto los tuviera a todos apurados y concentrados, que nadie pregunto si había hablado con Mocte, se sentía rara, en la noche había estado pensado en la noche sobre su relación con el mexicano, y se había dado cuenta que una parte de ella NO QUERIA QUE FUERAN ALMAS GEMELAS, le gustaba demasiado su amistad, y sentía que tal vez ellos solo debían ser eso, y otra parte estaba DESEOSA DE QUE FUERAN ALMAS DESTINADAS. Se encontraba en una encrucijada, y bueno, NO QUERIA SEGUIR PENSANDO EN ESO, por lo mismo estaba esforzándose completamente en su trabajo.
Todo se sentía tan rara...
Mocte le hacía cosas raras a su corazón, a sus pensamientos, pero a la vez esas sensaciones eran tan agradables, le gustaba saber cosas sobre él, desde como conoció a sus amigos, a su jefe en la tienda de tatuajes, como sus amistades lo habían apoyado en su carrera, incluso cuando conoció la historia de cómo perdió la capacidad de hablar, se sintió bien, de alguna manera sentía que era algo que pocas personas conocían del mexicano, pocas personas que se podían considerar como familia, como la verdadera familia del moreno. Todo eso le causaba a la rubia de ojos morados, una sensación parecida a un baso en el estómago que se producía cuando vas en el auto y se da una vuelta rápidamente.
Ella no sabía que debería de hacer...
El tiempo avanzaba lentamente para Mocte, y Ranmy. Las dudas se habían instalado en sus mentes. Y parecía que no se irían...
Pero si le preguntaras a alguien ajeno a la situación que estos dos vivían, les dirían que "Valía la pena arriesgarse, que la vida solo se vivía una vez y que los riesgos eran lo más emocionante de la vida" o eso diría el jefe de Mocte. La madre de Ranmy diría "a veces al corazón le da miedo el amor, por eso debemos ser cauteloso, pero aun así vale la pena probar aquello que tienta al corazón"; así mismo Mixtle le diría a su amigo "inténtalo, si no funciona...al menos abras tenido una nueva experiencia para contar".
Todo se resumía en "quien no arriesga, no gana".
Mocte tomo su decisión, invitaría a Ranmy, si iba a ser la última vez que se verían físicamente, lo mejor es que fuera a lo grande, él había visto como la italiana disfrutaba su trabajo, por lo que era justo que ella viera su trabajo, esa era la mejor manera de despedirse, de arriesgarse ...
La decisión estaba tomada, la invitaría, mañana lo haría, en persona.
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