Quiero escuchar tu respuesta
Ranmy parpadeo rápidamente, no fue la única, algunos de sus hermanos también lo hicieron, inclusos algunos clientes que estaban viendo flores. Mocte estaba parado delante de ellos, con una sonrisa suave en su cara. En la parte trasera de la tienda, la madre de Ranmy había escuchado, la propuesta del extranjero para su hija menor.
-perdona no escuche bien, ¿puedes repetirlo, por favor?-pidió la italiana menor.
-*¿me harías el favor de acompañarme al evento de inauguración que habrá en el museo?*-repitió Mocte su pregunta, aun manteniendo su sonrisa en su cara. Ranmy termino de digerir las palabras, soltó un suspiro y su cara se puso roja cual tomate. Su madre se tapó la boca ante la repetición de la pregunta, por suerte Fiora reacciono rápido.
-mi hermanita estaría encantada de acompañarte-respondió la primogénita, ante el silencio de la de ojos morados, que aún estaba alucinando y dándole vueltas a lo que "esa propuesta podía significar".
-*¿segura?*-preguntó el más alto al ver que la italiana menor estaba roja, nerviosa, y no parecía estar presente, al menos mentalmente, en la conversación, por lo que la sonrisa del moreno se había ido.
-lo estoy, creme, ella estará feliz de ir contigo-le aseguro la chica de cabello castaño, mientras abrazaba a su hermana por los hombros. Los demás hermanos de Ranmy también asintieron apoyando las palabras de su hermana mayor, aun así el mexicano no estaba del todo seguro.
-descuida mi bambina estará feliz de acompañarte-dijo Fabricio, que estaba acomodando unas flores, dándoles la espalda a la escena, había escuchado, y una mezcla de diferentes emociones se había instalado en su estómago, entre emoción, enojo, tristeza, y ternura. Pero él sabía que debía dejar "volar" a su pequeña bambina. Y Mocte parecía ser un buen hombre, independientemente de lo que pasara entre ellos, él hombre tenía la certeza de que ese hombre que era mudo, que venía de otro país, de cara seria, y que no parecía ser un ser normal; que clase de artista sabia defensa personal, los que él conocía eran escuálidos, o levemente musculoso, pero defensa personal avanzada, no era algo que los caracterizara, en fin su "instinto paterno" le decía que podía confiar en Mocte, para cuidar de Ranmy.
El de rastas movió su mirada hasta donde estaba el padre y dueño de la florería, ante los ojos de Mocte, ese hombre tenía un aire de sabiduría y firmeza, se veía como una figura de autoridad, algo que solo había visto en su jefe, y en la esposa difunta de este, o al menos esa era la forma en que él describiría la razón de porque confió en hombre de edad avanzada,
-*pasare por ella a las 5 de la tarde, el jueves*-informo el mexicano, con un sonrisa suave, para luego dar la media vuelta y marcharse del local, ya iba tarde para su trabajo, pero valía la pena el retraso.
-SÍ-respondió Ranmy, con los ojos cerrados, una vez logro salir de su burbuja de pensamientos, pero ya era tarde, algunos clientes se asustaron por la fuerza con la que dio su afirmación tardía, Marcelo, Marco y algunos otros de sus hermanos se rieron por lo bajo, por su respuesta retardad, cuando los abrió por las risas de sus hermanos, se dio cuenta de que Mocte ya se había ido, eso la entristeció un poco, pero Fiora, la animo al contarle que ellos había aceptado por ella, animándola un poco, y preocupándola cuando cayó en cuenta que no tenía un vestido para dicho evento.
-tranquila te compraremos uno-le dijo su madre abrazándola, para calmarla.
Mocte tenía una sonrisa, que parecía que nadie se la podría quitar, estaba emocionado por saber que le deparaba el futuro.
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