Algo se sentía mal, de alguna manera. La inseguridad de estar cometiendo un error se instaló una vez más en su corazón.

Ranmy tuvo que apartar a Mocte, extrañando al mexicano, pero este no opuso resistencia en apartarse de la italiana.

La chica respiro profundo y comenzó a recordar cómo llegaron a esto. Habían estado bailando, y luego conversando en un rincón, recordaba que entre palabra y palabra ella había tocado la mano del más alto, y este le había respondido el gesto acariciándole la cara de una manera tan dulce. Ambos se veían con tanto cariño...

Y luego un beso...un beso lento, los labios del mexicano eran suaves, algo rasposos, pero en general eran suaves cuando los presionabas con los propios. Se separaron lentamente del beso, ambos sonrojados, ambos ansiosos, estaban deseosos desde el inicio, y ese beso fue lo que detono el que ambos se pusieran de pie y salieran lo más disimuladamente que pudieron del museo, habían pedido el auto. Ninguno de los dos se podía ver a los ojos, pero el que estuvieran de la mano ya era suficiente para ellos de que sintieran sus corazones latir a mil por hora. Una vez que el auto llego, agradecieron, tal vez en el camino para el departamento se saltaron una o tres luces rojas, el ascensor se sintió una eternidad, las escaleras hubieran sido más rápidas, incluso abrir la puerta fue un martirio...

Y eso fue todo lo que la rubia recordó...si todo había sido muy rápido, era algo tan esporádico, no es que se haya sentido mal, pero a la vez sí, al menos para la italiana.

Ella tenía una idea de que debía ser su primera vez, con quien, en que momento, eran muchas cosas que ella tenía pensadas para cuando llegara ese momento; Mocte podría ser esa persona, pero no estaba segura.

El extranjero en una ocasión le dijo que ya tenía 30 años, y en ese tiempo no había tenido mucho interés en encontrar a su alma gemela; no lo culpaba, su vida había sido dura, pero ella quería ESO, ella quería encontrar a su alma gemela, tener ese cuento, y si bien sentía una fuerte emoción por el de rastas, la verdad es que al final podría no ser nada, más que una simple amistad. Y eso le causa un miedo bastante grande...

El de ojos rosas solo se quedó viendo a Ranmy, que estaba sentada con el vestido desacomodado, calmando su respiración. Por su parte él estaba tranquilizándose, su corazón latía menos acelerado, incluso su erección que se empezaba a formar, ahora volvía a su estado de reposo, era más importante asegurarse que la más joven estuviera bien.

El ambiente entre ellos paso de ser uno candente a uno tenso, ninguno de los dos se movía...

Ranmy sentía que debía de explicarse ante el mayor... pero las palabras apenas se estaban formando en su cabeza. Mocte seguía impasible, a la espera de que la italiana le dijera o hiciera algo.

El silencio se volvió más y más largo...

La rubia buscaba en su interior para saber cuáles eran las palabras que debía decir...

-es que yo no sé si esto es lo que quiero, si esto es lo que decidí en el momento de nacer...no...no me malentiendas...te opresión mucho, eres tal vez la mejor persona que jamás haya conocido, estar contigo hace que mi sangre se sienta como aleteos de mariposa, pero aún estoy insegura...no sé si esto es lo indicado o si no lo es...dios, ni siquiera sé si tú y yo podríamos ser almas destinadas o si solo somos algo de paso, y bueno...sonara cursi pero yo quiero "todo" con mi destinado. Soy alguien que debe estar muy segura, sobre las cosas antes de dar un paso tan grande en su vida... ¿cómo puedes ser tan despegado de eso?,  ¿cómo puedes estar seguro de que alguien es tu alma gemela, si nunca dices o escuchas las palabras?-hablo la rubia, había tartamudeado, pero al final había logrado desahogarse, no, había dicho lo que sentía sobre la situación, todo mientras veía fijamente al extranjero.

Mocte sonrió con ternura. Desde donde la italiana estaba era imposible, pero justo en el hombro derecho, estaba escrito en italiana todo el discurso que le dio Ranmy, todas y cada una de las palabras. Con cuidado el de rastas agarro la cara de la rubia, quería estar seguro de que lo estaba viendo.

-"lo sé, y esa eres tú"-no hubo sonido, pero la de ojos morados estaba segura de que el de ojos rosas había "dicho" esas palabras, las mismas que ella tenía en su muñeca izquierda, las que siempre cubría con la manga de su blusa, o alguna pulsera.

La mano derecha de Mocte descendió hasta que agarro la de la más bajo, en ese momento...en ese momento las palabras del hombro de Mocte brillaron al igual que las de Ranmy, brillaron en un hermoso tono azul, las letras también se estaban deformando y extendiendo, la forma que adquirían eran el "glifo azteca de palabra", los ahora glifos iban moviéndose hasta el brazo de Ranmmy, no era doloros, pero ninguno de los dos presentes prestaba atención al evento, estaban más concentrados el uno en el otro.

Por diferentes razones; una por descubrir que había encontrado a su alma gemela, y el otro por ver que tenía razón su instinto. Pero lo más importante, es que en ese momento en ambos reinaba un sentimiento de completo amor. 

Ranmy por un momento pensó, "Quería que fueras tú...y eras tú"