Comenzar con una platica
La pareja estaba sentada en un café pequeño y acogedor. La chica estaba viendo a sus pies, mientras el más alto tomaba un trago a su café espersso panna, la rubia a había pedido un frappe de chocolate, pero no lo había tocado desde que se lo trajeron, tampoco había hablado con Mocte desde que llegaron al pequeño establecimiento de café.
El mexicano había dejado que el silencio se asentara entre ellos, no quería presionar a la chica, pero todo tiene un límite de tiempo.
-*¿cómo te has sentido?*-pregunto la voz electrónica que salía del celular del moreno, sobresaltando a la italiana que hasta ese momento seguía metida en sus pensamientos. Al alzar la vista se le veía en la cara un leve sonrojo por la pena.
-bien, es curioso me lleve el susto de mi vida, pero no sigo teniendo miedo a que pase, es como si "lo peor ya hubiera pasado". Nose si eso tiene sentido, jeje-respondió la rubia, de manera nerviosa, sus palabras eran verdad, ya que al día siguiente el susto que se llevó ya no estaba, es más ella estaba segura que a las horas el susto se le había pasado; pero no estaba segura de ¿cómo o por qué? Dejo de tener miedo por el hecho.
-*si lo tienen, simplemente te sentiste a salvo junto a tu familia*-comento el extranjero apoyando las emociones de la originaria del país, y sin saberlo le aclaro la duda a la más pequeña, pero esa explicación no la convencía por completo.
-tal vez...y emm...¿Qué haces aquí?-pregunto la menor, era obvio que el chico no era de ahí.
-*tomar un café con una chica agradable*-dijo a manera de broma el de rastas. A lo que la chica se sonrojo más, causando que el de ojos rosas se enterneciera por la acción de la chica.
-eeemmm...¿en...en verdad?-pregunto incrédula la rubia, mientras desviaba la mirada de nuevo a sus pies.
-*sí, aun que vine a Abruzus por cuestiones de trabajo-aclaro el mayor, sin romperle la ilusión a la más baja, o eso esperaba.
-ooo ¿y de que es ese trabajo?-preguntó la menor con curiosidad genuina, aunque aún estaba apenada de lo que había dicho el moreno.
-*de restauración de obras en el Mueso*-dijo Mocte, mediante el uso de su app, por lo que parecía algo monótona la respuesta sin embargo por la cara del más alto se podía ver que él disfrutaba de lo que hacía.
-no lo hubiera imaginado-dijo la chica, pero luego recapacito lo que dijo.
-es decir, no pareces alguien que le guste la pintura-trato de aclararse la de ojos morados, sin embargo se dio cuenta de que solo lo empeoro, su rostro se volvió más rojo.
-*descuida, ser restaurador es más como mi trabajo secundario*-le informo el extranjero, para que la chica no siguiera reprendiéndose por lo que dijo. La de ojos morados lo miro con ojos curiosos, aun con su enorme sonrojo. Mocte le sonrió amablemente y le señalo el frappe.
-*¿no piensas tomártelo?*-preguntó el mayor, a lo que la mujer de baja estatura tomo la bebida y le dio un sorbo con el popote que era una galleta cilíndrica de chocolate.
-*Soy de México, del estado de Oaxaca, suelo trabajar en una tienda de tatuajes, haciendo modificaciones corporales, pero tengo la licenciatura en artes plásticas con maestría en materiales y doctorado en restauración de obras*-le conto el moreno; mientras la app hablaba él le daba un trago a su café. La menor seguía tomando de su frappe, asombrada por lo que el moreno le contaba de su vida laboral.
-*¿y tú??*-pregunto el moreno, haciendo que la rubia se atragantara un poco con su bebida. El mayor se inclinó y le dio unas leves palmaditas en la espalda para que se le pasara el trago.
-g...*cough*gracias-dijo Ranmy, mientras se recuperaba de su pequeño accidente. Avergonzándose más.
-emm, yo pues estudie botánica, y emmm trabajo en la florería de mi familia desde que era pequeña, ¡me gustan mucho las flores!-dijo la de ojos morados, levantando la voz en la última parte.
*Dios Ranmy, pero que torpe eres*se regañaba mentalmente la italiana, pero la sonrisa del mayor por alguna razón la tranquilizo.
-*se nota, que le pones mucho empeño a tu trabajo*-dijo el más alto a manera de alago. La mesera se acercó a ellos y les entrego un plato donde había un calzone bastante grande, y dos sodas, las puso en la mesa y le sonrió suavemente a Mocte, quien le devolvió el gesto. Ranmy se sintió levemente celosa, ya que hasta ese momento el extranjero le había dedicado sonrisas solo a ella. La camarera se fue, y Mocte volvió a prestarle atención, aunque en el rostro de la más baja se podía ver un puchero bastante adorable.
Su plática siguió durante un rato más hasta que el moreno pidió la cuenta, ya que ya eran las 5:40 pm, y la florería estaba algo lejos de la cafetería donde ellos estaban. Para la italiana el tiempo se le fue volando, a pesar de que al inicio le costó hablar con el mayor, con el pasar del tiempo se fue soltando, además de que entre ellos contaron chistes bastante ñoños o cursis, incluso coquetearon aunque de manera de juego, nada serio, fue una salida bastante agradable. Tal vez no eran almas gemelas, pero la joven italiana amante de las flores, estaba segura de que adoraba la amistad que se estaba formando entre ellos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro