Eres tú
¡Hola! Este es mi primer OS de Miraculous. Lo hice para un concurso organizado por la página Stay Miraculous en Twitter, hace unos meses, ¡y gané! Al fin me animé a publicarlo :D Estoy un POCO más acostumbrada a escribir en inglés, más que todo por el uso de comillas en vez de guiones, y seguramente cometí varios errores. Pero bueno, no me ha de haber quedado tan mal jajaja.
Sé que el tema del "reveal"/"identidades reveladas" es posiblemente el tema MÁS usado para fanfics en el fandom. Pero bueno, quería hacer mi propia versión. Casi siempre fue así como me lo imaginé, algo muy sencillo pero muy tierno y romántico <3 Espero que les guste, y pongan "In The Rain" en bucle, da mejor ambiente :D
—¡Marinette, espera!
La chica de cabello azul no se detuvo ante la exclamación de Chat Noir. Su visión estaba nublada por las lágrimas y su cabeza ardía de cólera. No miraba por dónde iba, y de hecho no sabía hacia dónde dirigirse. Ella corría con todas las fuerzas que sus piernas le permitían, sin un destino específico. Pero no importaba a dónde iría. Ni siquiera le importaba que estuviese lloviendo a cántaros y se estuviese empapando. Un posible resfriado era la menor de sus preocupaciones en ese instante. Lo único importante era alejarse de él. De inmediato.
Oyó la voz de Tikki que provenía de su bolsa, pero sus pensamientos eran tan fuertes que no distinguía lo que su kwami le estaba diciendo. Solamente podía oír una voz interna, regañándola. "¡Qué tonta eres, Marinette!" se decía a sí misma mientras las lágrimas continuaban resbalándose por sus mejillas enrojecidas. "¡Sabes que tienes que estar atenta!"
Ciertamente, nunca se creyó capaz de distraerse así en un momento tan crucial. Hasta ahora, siempre había logrado alejarse de su compañero felino antes de que sus cinco minutos se acabaran y volviera a la normalidad. Pero esta vez fue diferente.
El akuma estaba derrotado. Todo alrededor estaba restaurado y en orden. Ladybug y Chat Noir chocaron los puños en señal de victoria. Justo en ese momento la lluvia comenzó a descender, empezando suavemente, y en cuestión de segundos aumentando su intensidad. Ladybug se sobresaltó cuando repentinamente dejó de sentir las gotas de agua cayendo sobre ella, a pesar de que aún las veía y escuchaba.
—No vayas a pescar un resfriado, Mi Lady —escuchó detrás de ella.
Quedó impactada. Chat Noir no se veía diferente. Pero algo en él se sentía diferente. Esa sonrisa cálida. Esos brillantes y sinceros ojos verdes. El dulce y caballeroso gesto. Ella no había sentido esta indescriptible sensación de entumecimiento desde que...
¡BEEP, BEEP, BEEP!
Ya era demasiado tarde. No tenía ni idea de cuánto tiempo se había quedado perdida en la mirada gatuna de su compañero, pero había sido lo suficiente para que la energía de su Miraculous se agotara, desvaneciendo su traje rojo con motas negras, dejando al descubierto su rostro y su identidad. La sonrisa de Chat inmediatamente se borró, dejando una expresión de asombro y cierta confusión en su rostro. Marinette, antes de que su cuerpo decidiera congelarse, salió corriendo a toda velocidad, alejándose del chico en el traje de gato.
—¡Marinette, espera! —Chat gritó, estirando una mano hacia su alterada y des-transformada compañera. Marinette no quiso escuchar nada más. No quiso pensar en nada más. No quiso hacer nada más que no fuese correr.
Pero tuvo que parar cuando inesperadamente topó con algo. O más bien, con alguien. Marinette empezó a caer hacia atrás, soltando un débil grito, pero fue detenida por una mano en su hombro, que la ayudó a recuperar el equilibrio. Miró al suelo y pudo distinguir los pies y parte del traje de Chat Noir.
"Por supuesto. ¿En qué estabas pensando, niña idiota?" pensó Marinette, regañándose una vez más. "Él sigue transformado, no había forma de que no te alcanzara."
Marinette ni siquiera subió la mirada para ver la de él. Se giró inmediatamente, con la intención de salir huyendo de nuevo. Pero era inútil. Lo hecho, hecho estaba. Su gran secreto había sido revelado. Se sentía como un completo fracaso. Suspiró en derrota y ocultó su cara, empapada por la lluvia y por el llanto, entre sus manos. Sollozó desconsoladamente, avergonzada y furiosa consigo misma. Chat Noir no dijo nada, pero ella sabía que él seguía ahí, pues escuchaba su respiración, ligeramente acelerada. La chica finalmente decidió hablar. Dejó escapar un fuerte suspiro para tranquilizarse. No abrió los ojos ni se volteó. No se atrevía a mirarlo a la cara.
—Bien. Siempre quisiste saber quién estaba debajo de la máscara —habló Marinette, temblorosa—. Pues ahora lo sabes. Tu maravillosa e increíble Ladybug, no es más que la simplona y torpe de Marinette. —Su voz se quebró. Quiso terminar con esto lo más pronto posible, por lo que giró para quedar frente a frente con el chico, aunque mantuvo los ojos cerrados—. Lamento decep...
La muchacha de ojos azul cielo no pudo terminar la frase, pues fue interrumpida por un fuerte abrazo que la rodeó súbitamente. Abrió los ojos debido a su sorpresa, pero quedó aún más sorprendida cuando vio que Chat Noir... ya no era Chat Noir. Mientras ella había estado llorando, él se había des-transformado, desvelando también su identidad.
—¿Decepcionarme? —el rubio susurró tiernamente—. De algún modo... siempre esperé que fueras tú.
Marinette se estremeció. Conocía ese tono de voz, y nunca se había dado cuenta de lo similar que era al de Chat, sólo que un poco más suave. Miró al lado. Los cabellos del muchacho ahora eran más cortos y claros, como rayos de sol. Ella pasó una mano por esa cabellera. Aún empapada, la reconocía bien. Y esa ropa... esa camisa blanca manga corta y jeans azul claro... no cabía duda de que había visto esa ropa hoy en la mañana, en la escuela. ¿Será posible? Marinette dio un paso atrás para ver el rostro del chico, quien no la soltó de la cintura. Su corazón se detuvo cuando lo vio.
—Y me alegra que seas tú —dijo Adrien, viendo a Marinette y sonriéndole dulcemente. Aún bajo la lluvia, Marinette logró distinguir una lágrima rodar por la mejilla rosada de Adrien.
No puede ser... ¿Adrien Agreste? ¿El maravilloso chico del que ella había estado enamorada desde hacía casi dos años? ¿Él era Chat Noir?
Cuando Marinette terminó de asimilarlo, empezó a llorar otra vez. No pudo evitar apoyar su frente sobre el hombro de Adrien, quien se preocupó y puso sus manos sobre la espalda de la chica.
—¿Marinette? ¿Qué tienes?
—Es que...—empezó ella a responder, hablando con dificultad entre sollozos—. T-todo este tiempo, ¡has sido tú! Y yo... —intentó infructuosamente calmar su llanto—. Sé que sentías algo por Ladybug, pero, ¿cómo puedes seguir sintiendo algo sabiendo que soy, sólo yo?
Adrien se apartó un poco y levantó suavemente la barbilla de Marinette entre sus dedos. Ella seguía llorando con sus ojos fuertemente cerrados.
—Marinette, mírame.
El sonido de su voz recorrió el cuerpo de la chica y la hizo estremecer. Perdió el aliento por un momento y eso hizo que su llanto parara, pero el temor aún le impedía abrir los ojos. ¿Qué pasaría cuando lo hiciera? Sintió un suave tacto en su mejilla a la vez que un susurro que la acariciaba.
—Mírame...
Ya no pudo resistir. Seguía temerosa, pero el sonido reconfortante y cálido de su voz inspiró cierta confianza en ella, suficiente como para hacer lo que le pedía. Abrió los ojos y encontró esa vívida pero tierna mirada esmeralda a tan solo escasos centímetros de ella. Se sentía tan impotente e inútil frente a él. También se sentía tonta. ¿Cómo no lo había notado antes? Lo cierto es que esa mirada siempre se había asomado incluso bajo esa máscara y esas pupilas gatunas.
—Durante mucho tiempo ya... —Adrien empezó a hablar, o más bien susurrar, mirando fijamente a Marinette y sin quitar las manos de la mejilla de ella. Su respiración era acelerada y la chica estaba lo suficientemente cerca para notar que su corazón latía tan rápido y desenfrenado como el de ella—. Me he sentido confundido. No sabía a quién le pertenecía mi corazón. Había dos chicas en mi vida. Maravillosas, deslumbrantes y muy diferentes. Las quería a ambas, a cada una de un modo especial. Una de ellas era increíble, pero distante. Era fantasía, como un amor idealizado e inalcanzable como una estrella. Luego estaba la otra. Me reconfortaba en lo más difícil, me hacía reír en las cosas más simples, me hacía pensar en las pequeñas cosas. Podía tocarla y sentirla cerca. Era real, tan claro y sencillo como eso. Me ponía los pies sobre la tierra, recordaba dónde y por qué estaba luchando. Pero estaba tan atontado y distraído con la fantasía que no lograba ver claramente lo que era real. Pero ahora veo que, tal vez, la fantasía no esté muy lejos de la realidad y tan sólo necesitaba verlo con otros ojos. Porque las dos son una sola. Y ya no tengo dudas. Tú eres tú. Yo... yo te amo a ti. Con o sin poderes. Así estés siendo la delegada de la clase o cuidando con paciencia a una traviesa niña pequeña, seguirás siendo la chica valiente, abnegada e inteligente de la que me enamoré aquel día cuando vencimos a Corazón de Piedra.
Marinette quedó en shock. Simplemente no podía creer lo que había salido de boca de Adrien. ¿Acababa de mencionar estar enamorado de ella? Y no sólo de ella con máscara y súper poderes. De ella. Como era realmente. No pudo moverse. No pudo hablar. Se quedó ahí, viéndolo fijamente. Una lágrima más brotó de su ojo. Adrien la limpió con suavidad.
—Y en verdad espero, —continuó hablando el rubio—, que tú también me puedas aceptar, en todas mis facetas. Sé que tal vez estés decepcionada de que ese modelo lindo y perfecto al que siempre mirabas con un resplandor tan especial en tu cara... no sea más que un tonto gato que cuenta chistes malos y que siempre arruina todo.
—¿QUÉ? —exclamó Marinette de repente, como si se hubiera despertado del trance en el que estaba. Empezó a hablar rápidamente—. ¡Adrien, no digas eso! Tú no arruinas nada. Ladybug no podría continuar sin Chat Noir a su lado. Admito que a veces me irritaba tu humor inoportuno, pero siempre lograbas sacarme una sonrisa aun cuando todo estaba oscuro. Tu positivismo y tu luz eran tan contagiosos. Siempre fuiste mi apoyo y siempre estabas dispuesto a hacer todo por mí. Y he de admitir que me sentí halagada por tu afecto. Supongo que yo también me cegué tanto con el resplandor maravilloso de Adrien que no pude notar que el mismo se desprendía de Chat Noir, pero en un modo diferente. Chat Noir no es más que el lado extrovertido y despreocupado de Adrien, y pues, ¡claro que me alegro de que sea así! Porque ¡WOW! ¡Todo este tiempo! El chico que amo ha sido mi fiel compañero, luchando a mi lado y...
Paró de hablar repentinamente. Se dio cuenta de todo lo que acababa de decir. Sus mejillas se tornaron de un color rosa intenso casi de inmediato. Subió la mirada tímidamente para ver a Adrien. Él seguía contemplándola, aunque ahora claramente se hallaba sorprendido y congelado. Estaba completamente ruborizado y una pequeña sonrisa un tanto confundida se dibujó en su rostro.
Marinette bajó la mirada, avergonzada.
—Creo que hablé de más...
Adrien soltó una pequeña risa. Ella se miraba tan tierna así. Una vez más sostuvo el mentón de Marinette entre sus dedos y subió su rostro para que pudieran verse a los ojos.
—Dijiste lo necesario, Mi Lady.
El amor que se desprendía de los ojos y la expresión de Adrien le dio a Marinette un nuevo impulso de confianza que la hizo estirarse hacia el rostro del chico y presionar sus labios contra los de él. Adrien no reaccionó por unos segundos. Marinette se dio cuenta de lo que acababa de hacer y su respiración tanto como su corazón se detuvieron un instante. Pero antes de que pudiera apartarse, Adrien cerró los ojos y la abrazó aún más fuerte contra él, devolviéndole el beso con una entrega y ternura que ella jamás había imaginado. Marinette se derritió en sus brazos, cerró sus ojos al igual que él y se perdió en el apasionado beso.
Ella había imaginado muchas veces su primer beso. Adrien siempre estaba en la imagen, sosteniéndola, compartiendo un momento mágico y eterno con ella. Cuando ella besó a Chat Noir para romper el hechizo de Cupido Negro hace tanto tiempo atrás, pensó que su primer beso ideal con Adrien se había perdido. Pero ahora se daba cuenta de que siempre había sido él.
Siempre él. Ahora experimentó esa misma sensación dulce y casi celestial que, aunque había tratado de negarlo, había experimentado cuando besó a Chat Noir. Sus labios unidos como dos gotas de agua que llegaban a formar un solo ser, olvidándose por completo del mundo, de la lluvia que los cubría, y de todas las dudas e inseguridades que habían llegado a sentir. Ya nada de eso importaba. Estaban allí y ahora. Compartiendo el momento mágico y eterno con el que ambos habían soñado por tanto. Ya no había secretos ni preguntas. Sabían quiénes eran. Se amaban. Y nunca más volverían a enfrentarse al mundo solos.
Quiero agradecer a mi amiga Angy López (xAngyLopez) por ayudarme con el monólogo largo de Adrien. Fue sin duda lo más hermoso de la historiay es gracias a ella. Si no la siguen, por favor háganlo, ella escribe 15 veces mejor que yo y lo ha hecho por MUCHO más tiempo (pero no sobre Miraculous x'D)
No soy la mejor escritora, ni siquiera en mi idioma, pero... Eh, ojalá les haya gustado :'3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro