Capítulo 1. Niños
Aclaraciones:
Pensamientos: ( )
Acciones: * *
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Unos niños estaban en su escuela estudiando con el fin de que en el futuro tengan trabajo o se conviertan en héroes profesionales para salvar a las personas. Después de las clases, llega la hora de la salida y Kacchan ya estaba metiéndose en problemas junto con sus 2 súbditos, Deku al ver esto, decidió defender a su compañero que estaba en el piso llorando, indefenso.
- Eso es cruel Kacchan... ¿No puedes ver qué está llorando? ¡Si vas a seguir así, y-y-yo no te perdonaré! -Suplicaba el pequeño Izuku en pose de defender a su compañero, no dejaría que lo lastimaran. Kacchan venía con sus otros 2 amigos, y eso le daba mucho más miedo.
- Aunque no tengas particularidad, ¿Pretendes ser un héroe, Deku? - Decía Bakugo con una sonrisa siniestra.
Los 3 se lanzaron contra Izuku con el propósito de darle una lección, Izuku asustado defendió lo mejor que pudo a su compañero; al ser 3 contra 1, el pequeño Izuku terminó bastante lastimado, con raspones en su cara, manos y piernas. Kacchan al ver qué Deku no daba indicios de querer pelear, se alejo del lugar junto a sus amigos, dejando a los 2 que estaban molestando, por así decirlo los perdono por esa vez. Izuku se encontraba postrado en el suelo dolido, frustrado.
- (¿Porque no tengo aún mi particularidad?) - Se preguntaba Deku en su pensamiento. Todos no fueron creados con igualdad. Izuku tuvo que vivir con esa dura realidad a su joven edad de 4 años.
El compañero que defendió Izuku le dio las gracias y se marchó a su casa dejándolo solo.
Izuku fue a su salón a por su mochila y volvió caminando a su casa, pero de camino se encontró con Tokoyami, su compañero y amigo de clase.
- ¡Midori...ya? - Tokoyami callaba y queda perplejo al ver los raspones que tenía Izuku. (Pero, ¿Quién pudo hacerle esto? Pobre...) - ¡¿Que paso Midoriya?! ¿Porque tienes todos esos raspones? - *Miraba a Izuku preocupado*
- N-no es nada... Es solo que me caí, soy muy torpe... - Decía Izuku haciendo con trabajo una sonrisa.
- ¿Seguro?... Somos amigos, puedes contarme con confianza, no te juzgare, y si puedo, podré ayudarte. - dijo su amigo mientras se acercaba
- S-si... No te preocupes... - *Se tocaba los tapones y se quejaba del dolor*
- Está bien... - Tokoyami al ver a Izuku con esos raspones recordó que tenía unas cuantas banditas en su mochila por si sucedía una situación como está, y de inmediato se puso a buscarlas. *Revisaba su mochila y saca las banditas* - Mira Midoriya, tengo unas banditas para colocarlas en tus raspones - *se acerca a Izuku y le pone las banditas en sus heridas*
- Auch... - Deku se quejaba del dolor que sentía.
- L-lo siento, ¿Te lastime?... Seré más cuidadoso - *termina de ponerle las banditas*
- Muchas gracias Tokoyami; gracias a ti me siento mejor - *mostraba una inocente sonrisa y abrazaba a Tokoyami en modo de agradecerle*
- Fue un placer Midoriya - *sonreía también* - ¿Quieres ir al parque un rato a jugar conmigo? -
- Claro, no creo que haya problema. - Los 2 pequeños niños se fueron cargando con sus mochilas al parque a pasar el rato, jugando a los juegos, platicando y contando uno que otro chiste por parte de Izuku a Tokoyami. El tiempo paso y estaba haciéndose tarde, los 2 amigos se despidieron y se fueron a sus respectivas casas.
*Tocando la puerta de su casa* - Mamá, ¡Ya llegué! - Decía el pequeño Izuku muy exhausto.
*Abre la puerta* - ¡Izuku que son estas horas de llegar! Me tenías preocupada - *Decía Inko abrazando a su hijo, se separa y observa detenidamente a su hijo* - ¡¿Qué son esos raspones hijo?! ¡¿Acaso te golpearon?! -
- No es nada mamá, solo me caí, pero Tokoyami fue muy amable conmigo y me dio unas banditas para que no me doliera tanto. - *Izuku sonrió al recordar cómo Tokoyami le colocaba las banditas*
- ¿En serio? Eso me tranquiliza, lo importante es que ya estás en casa. Ve a darte un baño para que se te quite la tierra que tienes encima y cuando termines ven a cenar. -
- Si mamá. - Izuku se fue al cuarto de baño donde se quitó las banditas con cuidado, coloco ropa limpia cuando saliera, se quita la ropa sucia y se metió a la bañera. Luego del baño se fue a dónde su madre que lo esperaba para cenar juntos y de paso hacer la tarea que le dejaron a Izuku. Después de cenar Izuku se lavo sus dientes y regreso a la cocina nuevamente a dónde su madre que estaba lavando los trastes.
- ¡MAMÁ!, ¡Mamá, la computadora! - Brincaba Izuku de la emoción.
- ¿De nuevo? Cielos, probablemente le has añadido 10,000 visitas tu, Izuku.
Es muy aterrador para mí. No puedo mirarlo. - Inko después de colocar el video, se retira de la habitación.
Era un vídeo antiguo. Un desastre que pasó hace tiempo. El video que debutó hace unos años atrás.
- ¿Puedes ver eso? ¡Ya ha salvado a más de 100 perdonas! ¡Es una locura, no han pasado ni diez minutos! ¡Esto es malo! - Hablaba una persona totalmente asustada.
- Ya todo está bien, ¿Saben porqué? Porque yo estoy aquí. *Mostraba una sonrisa que podría calmar a cualquier persona* - All might, el héroe número 1, había aparecido.
Izuku siempre al ver el vídeo una y otra vez se le erizaban los cabellos de la emoción, era un vídeo especial para el. - ¡Es genial! ¡Una vez tenga mi particularidad, quiero ser como el! - *Imitando la risa de All might*
- Deberías rendirte. - Hablaba un doctor que tenía pinta de científico.
El pequeño Izuku no estaba preparado para procesarlo.
- No puede ser... ¿Le pasa algo? La mayoría de las particularidades de los demás infantes se ha manifestado. El es el único... - Decía Inko en busca de una respuesta.
- Disculpe, pero, es de cuarta generación, ¿No?, ¿Podría preguntar sobre su particularidad? - preguntaba el doctor.
- Si, por supuesto. Puedo atraer pequeños objetos a mi. Mi esposo puede escupir fuego.-
- Normalmente a la edad de 4, ya debería poder manifestar una de esas particularidades, lo que significa que el niño no tiene particularidad. - Decía el doctor sin ningún remordimiento.
Izuku y su mamá regresan a su hogar en un día lluvioso, un día que se volvió triste. Izuku se encontraba viendo el vídeo de nuevo... - Mamá... El salva a todos con una sonrisa, sin importar en el problema en el que estén... Es un héroe genial...- *Gira su silla en dirección a su madre* - ¿Yo también... Puedo ser un héroe?... - *Decía el pequeño Izuku sonriendo entre lágrimas*
*abraza a Izuku* - Lo siento Izuku, lo siento... Perdoname, perdoname... - *Sollozaba en pecho de su hijo*
Pasado el rato, Inko fue a su habitación dejando a Izuku en su cuarto. Izuku se dispuso a dormir ya que estaba muy cansado y triste...
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