¡Masoquista De Mierda!
HE VUELTO KDJSIDHDK 💜
¡COMAN TAMAL!
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Hajdhwj se me olvidó decir que kashi no tiene la máscara ahr.
Despertó en una “celda”, no había ningún rastro de luz, paseo sus ojos por todo el lugar, tratando de recordar lo sucedido del día anterior, cuando estaban peleando con Akatsukis y... “¡Mierda!” soltó con enojo, lo habían secuestrado, ¿qué harían con él? ¿Lo matarían? ¿Lo iban a torturar? ¿Sacar información?... Sea lo que sea no iban a lograrlo, él se negaría rotundamente...
Seguía pensando en todo lo que harían con él, nunca se percató de las nuevas presencias, hasta que el sonido de la celda abrirse lo saco de sus pensamientos, miró con rabia a los presentes, Konan y Kisame, escoltandolo hasta el cuarto de... ¡No, no, no, no... Con el masoquista no!, Sí por el fuera daría pelea de no ser por un motivo... Las cadenas que apresaban sus muñecas y tobillos, además del sedante que aún tiene efecto en él, y la falta de chakra empeoraba la situación.
Ahí estaba el demente, con una especie de ritual en el suelo, con sangre por todo su cuerpo, y con el objeto afilado siendo apuntado hacía él, pero, eso no le causaba ninguna sorpresa y ni siquiera le asustaba, estaba con su indiferencia, hasta que soltó un par de insultos burlescos... “¿Al nene le prohibieron hacer su ritu-...” fue interrumpido por la cuchilla dirigida a su rostro, que en un movimiento rápido la esquivo con facilidad, chasqueando la lengua.
El contrario se acercó a él, poso su mano sobre el mentón, acariciándolo... Y sin decir más poso sus labios sobre el contrario, besándolo posesivamente, mordiendo la parte inferior de esté hasta hacerlo sangrar, para luego separarse y lamer el líquido carmesí, sonriendo divertido, Kakashi se quedó estático en su lugar y por primera vez guardo silencio...
–Muy bien, me encargo del resto - agarro el hombro del ninja para meterlo a su habitación, rápidamente lo lanzó hacía la cama, sacando algunos juguetes del armario, lo que más le llamo la atención fue el látigo de cuero que colocó sobre un mueble, asustandose y alejándose rápidamente.
Pero, el creyente le agarro sobre las cadenas, acercándolo a él, sosteniendo su cuello blanquizco, pasado un kunai sobre éste dejándole una herida no tan profunda, lamiendo con sed aquella, el albino no hizo más que quejarse. Pronto empezó a quitarle la camisa lentamente, tirandola junto con el chaleco, ambos en el suelo.
–Te gustará ~ - dijo con ese tono seductor y un deje de demencia, aprisionó el objeto de cuero entre sus manos, posicionó al de ojos bicolor justo en el centro del lugar, sin decir más lanzó el látigo contra su espalda delgada y contorneada, dejando aquella marca rojiza y casi invisible cortada, así siguió por un buen tiempo, los gritos desgarradores que salían por su boca, y las lágrimas que querían salir, sin embargo las resistía. – oh vamos, déjame verte débil...- Susurro cerca de su oído, para relamer sus labios con picardía.
La sangre brotaba de las heridas, pero Hidan quería más, por ende arrojó al peli plata contra la suave cama, soltando vario quejidos tras el impacto, “¡Ah!... Idiota”, fue lo único que salió de sus labios rosados, antes de ver con temor lo que tenía entre sus manos, un traje sexual, que no cubría absolutamente nada, más que sus frágiles brazos, su color era un negro.
–¡No me pondré eso!, Pero creo que con él juegas tú y Kakuzu durante las noches - ahí estaba el tono sarcástico, pero el masoquista no hizo más que reír, acariciando suavemente la cicatriz tan fina que tenía en su ojo derecho.
Desvío la mirada con un sonrojo azotando sus mejillas, el contrario lo llamó y esté sólo obedeció, sin saber que decir o hacer, simplemente sintió como su mano era tomada, llevándolo justo donde él quería, lo vió con rencor, y sin decir nada lo penetró de una sola entocada, sintiendo como su entrada se desgarraba, una, otra y otra vez...
–¡Ah!...¡Basta!, ¡Duele! - gritaba el menor, su cuerpo no podía resistir, lo peor, eran los jadeos de placer que escapaban del Akatsuki, amando la forma en la que lo apretaba, tan extraordinaria, y el calor que le hacía sentir con sus gritos de dolor, aquellas lágrimas querían salir descontroladamente, sintiendo como el rojo vivo escapaba como un río, dolía tanto y más por ser su primera vez, se aferró a la almohada, recordando su sonrisa... «Minato...»
A pesar de esté dolor, seguiría, Hidan colocó una bala vibradora en la punta de su glande, donde sentía un ligero placer, pero aún así el dolor era mayor... Entraba y salía, como una coreografía improvisada, parecía infinito, pronto el sufrimiento cesó.
–ah ~ sí...mhg...- sentía que ardía su piel, como si se estuviera quemando por dentro y ésto tan sólo era un comienzo, el blanco se mezclaba con el rojo, saliendo lentamente, manchando el suelo. Pero aún no se acaba o no.
Del cajón saco un par de cuchillas, se acercó a él y sin pedir permiso la enterró sobre su muslo, tan bien contorneado, se notaba el ejercicio y todas las batallas que no fueron en vano, ahora las lágrimas caían por su mejilla, su sabor salado y amargo, las odiaba, reprimió un gemido de dolor al sentir otra cortada en su pecho...
Así duró hasta que el jashinista se cansó, “¿Qué tan bueno eres con la boca?”, esa simple pregunta con doble sentido, y pronto sintió como le tapaba la nariz, obligándolo ha abrir está, metiendo su miembro, era cálida y eso lo ecxito.
–Eres tan hermoso, te tengo envidia... - se quejó infantil, mientras la sonrisa sádica volvía a su rostro, jalando su cabello sedoso a un ritmo rápido. –¿Por qué cubres tan bello rostro?
–¡Mmm! - Kakashi no podía decir demasiado, sentía que se ahogaba, la necesidad por respirar era demasiada, pero sólo hizo reír a Hidan, que asintió como si fuera lo más obvio.
– cierto, cierto, acabarías en está situación...
Las “embestidas” eran cada vez más rápidas, provocándole arcadas, estuvieron un rato así hasta que se corrió, obligado se lo trago, la escena fue tan erótica según el creyente.
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