2da Semana
Comenzó una semana más, todo iba bien el Bar, Zhan ya estaba cediendo ante los encantos de Yibo, An ayudaba a Yibo a conquistar a su hermano dándole tips y diciéndole lo que le gustaba y odiaba.
Yibo, cada vez que podía le llevaba bocaditos, jugos o café de Starbucks, Zhan lo recibía con una sonrisa muy tierna cada vez que lo veía llegar.
Zhan: - Yun! ¡Gracias! Pero por favor ya no lo hagas, no quisiera que los demás piensen mal. ¿Qué te parece si me ayudas a escribir mi próxima canción?, anda dime que sí - lo dijo en un tono un tanto coqueto-
Yibo: - Yo, sí, ¡claro que sí! - Yibo se derretía cada vez que Zhan le ponía los ojitos de gatito-
Vamos entonces dijo el omega, mientras aplaudía emocionado.
Llegaron al camerino de Zhan y se sentaron en el sofá, uno al frente del otro. Yibo miraba todo hipnotizado, con atención a cada detalle de como Zhan vivía cada letra escrita. - Dios es demasiado perfecto- pensaba.
Zhan: Yun, Xieeeee, ¡llamando a Xie!
Yibo: - Aquí! ¿si dime?
Zhan: - Qué te pareció?
Yibo: - Me encantó! incluso creo que podrías agregarle... (se para y se sienta a su lado)
Zhan se puso nervioso cuando Yibo se paró, se empezó a sonrojar y bajó la cabeza.
Yibo: - Zhan, estás bien? ¿Te duele algo? agarro el rostro del omega y lo levantó dirigiendo su mirada hacia él y se dio cuenta que los pómulos de Zhan estaban rojos.
Se miraban fijamente uno al otro, no había reacción por parte de Zhan, Yibo - muy nervioso- empezó a a pasar saliva, a mojarse los labios con su lengua, de manera muy coqueta; Zhan al darse cuenta, un tanto nervioso, bajó la mirada hacia la enorme y notable manzana de Adán del alfa que tenía en frente, como subía y bajaba cada vez que pasaba saliva.
La mano derecha de Yibo se empezó a deslizar por el brazo de Zhan llegando hacía su cintura para llevarla por debajo de su camisa provocando en Zhan una sensación de frío por todo su cuerpo.
Yibo: - ¿Estás bien? Preguntándole con una voz más ronca de lo normal, en un tono excitado.
Zhan: - S.... sí!, contestó el alfa cerrando un poco los ojos.
Yibo empezó a sacarle la camisa, dejando el torso descubierto, empezó a besar cada parte del pecho del omega, haciéndole suspirar, los besos empezaron a dejar marcar rojizas, llegando hasta los sensibles pezones de Zhan, chupándolos cada vez más fuertes hasta hacer caer su cuerpo al mueble, los suspiros de Zhan se volvieron jadeos fuertes de puro placer.
Zhan empezó a llevar sus manos a la espalda baja de Yibo arañando y levantado poco a poco su polera, hasta que ambos quedaron iguales; mientras se besaban de nuevo, Yibo llevaba lentamente sus pulgares debajo de los pantalones del omega.
"Yun, Yun!!" - Murmuraba el omega.
Yibo: - Te deseo Zhan Xiao! ¡Te deseo!
Zhan, al escuchar se puso muy nervioso y por impulso empujó hacía atrás a Yibo haciendo que el alfa caiga al piso, con todas sus fuerzas. El omega, avergonzado por lo que pasó salió corriendo del camerino, recogiendo su camisa, del piso, con algo de torpeza.
Yibo: - Diablos! Zhan no!!!, gritaba exaltado, tratando de ponerse su polera, salió a correr detrás del omega.
Todos vieron como Zhan salió del Bar llorando, An se quedó helada al ver a su hermano salir así, cuando de pronto escucha los gritos de Yibo saliendo detrás de él: - Qué le pasó a mi hermano, Yun? - interrumpió la persecución del alfa hacia el omega, claramente asustado-
Yibo: - ¿Para dónde se fué? ¡Dímelo!
An Qing Huan: - Hacía la izquierda, contestó en tono preocupante.
Zhan solo corría y corría, las lágrimas empezaron a brotar por su rostro, recordando cada beso, cada suspiro, cada jadeo que le provocó Yibo en ese momento: - Por qué Zhan?, ¿por qué caíste? el sólo quería coger, pensaba para sí mismo. Zhan!! Zhan!! - Empezó a escuchar su nombre a los lejos, al voltear vio que era Yibo quién lo trataba de alcanzar, a lo que paró un taxi y se subió. Déjame subir, ¡déjame explicarte!, golpeando la luna del taxi el alfa necesitaba conversar con él, desesperadamente.
Zhan: - Sáqueme de aquí, por favor, ¡señor!, mirando a Yibo por la luna.
Yibo, al ver que el taxi arrancaba fue corriendo tras él, pero sin éxito alguno.
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