CAPITULO 37
Las manos de Jin empezaron a temblar después de que empezó a escuchar los chillidos del Omega, si no hacía algo, Jimin sería abusado y probablemente Yoongi lo agarraría a golpes por no proteger al Omega, ¿Pero cómo podía hacerlo si él era un beta y tenía menos fuerza que el Alfa que estaba adentro de la habitación?
Las feromonas del Alfa estaban por toda la casa, mientras que el olor de Jimin apenas si se podía percibir.
—M-mierda. —dijo el mayor mientras sacaba su celular e intentaba comunicarse con Yoongi, pero éste no le respondía. —Serás imbécil Yoongi. —bufo el mayor.
El mayor empezó a buscar por todos lados algo con que abrir la puerta, habitación por habitación, pero no había nada que lo pudiera ayudar. Jin ya estaba visualizando su tumba, llena de flores al rededor, mientras Yoongi se reía.
Jin se acordó que cuando se peleaba en la secundaria, sus amigos le gritaban, "dale con la silla", y eso siempre funcionaba, la silla rompía todo. El mayor empezó a bajar las escaleras, para después llegar a la cocina y agarrar una silla e ir hacía el cuarto de Jimin.
—Ahora si hijo de puta, tengo una silla y no dudaré en usarla, a-así que suelta a Jimin. —habló el mayor detrás de la puerta mientras sus manos seguían temblando.
Rápidamente se escuchó la risa del Alfa. —Que estúpido eres, ¿una silla?, eso no te ayudará en nada. Ahora largo maldito beta.
—Las sillas me ayudaron en todas mis peleas.
—Jódete viejo. —gritó Taehyung. —Jimin, parece que hoy es tu día de suerte. —El rubio empezó a vestirse.
El rubio dejó a Jimin y se dirigió hacia la puerta, abriéndola de golpe y mirando como Jin retrocedía con la silla.
—E-ella es mi amiga, se llama María. —sonrió el mayor fingidamente mientras miraba como Taehyung se acercaba a él. Las piernas del mayor temblaban del miedo.
Taehyung levantó su puño y golpeó a Jin en la mejilla derecha, haciendo que éste caiga rápidamente. Otro puño impactó en el labio de Jin, sacándole sangre.
—Te lo mereces idiota. —dijo el rubio mientras se levantaba y se paraba en la puerta. —volveré por ti Jimin. —El rubio sonrió para después irse, dejando a Jin en el suelo todo golpeado y a Jimin con sus dos manos lastimadas.
El pelirrojo como pudo movió sus manos e intentó ponerse su pantalón, lográndolo, pero a la vez jadeando de dolor.
—J-jin, ¿e-estás bien? —El pelirrojo empezó a avanzar hacía el mayor.
La puerta principal se escuchó abrir de golpe, haciendo que Jimin y Jin se espanten.
—Vino a disculparse ese idiota. —dijo Jin mientras se sentaba en el piso.
Jimin se quedó callado, ya había percibido el olor de la persona. Los ojos del pelirrojo se cristalizaron.
— ¡Jimin! —Se escuchó desdé la planta baja.
—Mierda, es Yoongi. —Jin abrió los ojos.
—Jimin, ¿estás bien? —El castaño llegó rápidamente y se acercó a Jimin, revisando que estuviera bien.
—E-estoy bien Yoongi. —sonrió el menor.
—Lo siento tanto. No pude llegar rápido, sentí que estabas en peligro, vine lo más rápido que pude, pero aun así no pude llegar a defenderte. —Yoongi abrazó a Jimin mientras sus lágrimas amenazaban con salir de sus cálidos ojos.
—Yoongi, estoy bien, no me ha pasado nada. —habló el menor mientras correspondía el abrazo. —Jin me ha salvado.
— ¿Jin? —El castaño volteó a mirar a Jin.
El pelinegro estaba a unos cuántos metros de ellos ya, intentando alejarse de Yoongi lo más rápido posible.
—H-hola, ¿es un lindo día, n-no? —sonrió el mayor.
—Tú imbécil. —El castaño se paró y fue hasta dónde estaba Jin.
—L-lo siento. Pensaba llegar temprano, pero en una tienda había descuento de pan y no me lo quería perder. Te juro que no era mi intención llegar tarde, pero las viejas también empezaron a pelear por el pan y entonces también tuve que hacerlo y no pude obtener nada porque una señora me dio un bolsazo. —El mayor empezó a suplicar.
—Eres un idiota. —dijo el castaño mientras tocaba el hombro de Jin. —Gracias por salvar a Jimin. —sonrió Yoongi.
— ¿E-eh?, ah sí, de nada. —habló el mayor de todos orgulloso.
—Jimin, ¿quién fue el hijo de puta que te atacó?
El pelirrojo bajó la cabeza, evitando la pregunta.
—Fue un chico rubio. —habló Jin.
Jimin volteó a mirar a Jin pidiéndole que guardara silencio, pero ya era muy tarde. Taehyung era su amigo y no quería que le pasara nada, aunque había intentado hacerle cosas malas, lo seguía queriendo como el amigo que era.
—Sabía que ese hijo de puta intentaría hacer algo. —dijo el castaño mientras fruncía el ceño. —Jimin, lo siento, pero no podrás salir de casa ahora.
— ¿E-eh?, Yoongi, no me puedo quedar encerrado en casa. —protestó el menor.
—Taehyung intentará venir por ti otra vez, no me puedo dar el lujo de que te haga algo. —respondió el mayor mientras miraba a Jimin, quien tenía su mirada baja.
—Jin.
— ¿S-sí?
—Ve a limpiar tu cara. —habló el castaño.
El mayor tocó su labio y vio que salía sangre. —Mierda. —susurro Jin.
—J-jin, yo te curaré, ven por favor. —Jimin habló mientras entraba a la habitación.
Jin sólo asintió y se metió a la habitación con Jimin.
—C-cierra la puerta por favor.
El mayor hizo caso y cerró la puerta, dejando a Yoongi afuera, quien poco tiempo después se fue hacía la sala a hacer una llamada importante.
El menor se paró y habló apenado.
— ¿P-podrías bajar el botiquín de primeros auxilios? —habló el menor un poco apenado mientras le indicaba con la cabeza en dónde estaban las cosas.
El mayor asintió y fue hacía donde estaba el botiquín, para después traerlo.
— ¿Podría pedirte un favor?
—Claro.
—N-no quiero que Yoongi se enteré de que mis manos están lastimadas. Sé que sonará un poco tonto, pero, ¿podrías ayudarme a que no duelan tanto y la hinchazón baje?
Jin se estaba preparando para ser un gran doctor, así que le fue fácil el poder colocar varías cosas en la mano de Jimin para que la hinchazón bajara. Además de eso, le dio pastillas a Jimin para que el dolor interno disminuyera.
—Jimin, no soy nadie para opinar, pero tus manos no se miran muy bien. —dijo el mayor después aplicar pomada en las manos del menor.
—E-están bien. Pronto sanarán, así que no me pondré gasas.
Jin frunció el ceño, si era lo que Jimin quería, no podía hacer nada, pero sus manos si estaban un poco dañadas por el fuerte agarré que Taehyung ocasionó.
Después de terminar, Jin se curó así mismo y sonrió.
—Es hora de irme.
—M-muchas gracias Jin, y lo siento por no haber sido de ayuda. —El menor bajó la mirada avergonzado.
—Necesitaré que busques a ese tal Kim Taehyung. —dijo el castaño mientras hablaba por teléfono.
—Claro que sí, no dejaré que se salga con la suya.
—Cuento contigo entonces, adiós.
—Yo te aviso después, adiós.
Yoongi colgó la llamada y suspiró. Sabía que era mala idea dejar a Jimin solo, pero no se imaginaba que el rubio intentaría hacer ese tipo de cosas. Tenía que encontrarlo y ponerle un alto, no importaba si uno de los dos perdía la vida.
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