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➳[ ✦008✦ ]

―¿Qué haces aquí?― Preguntó JiMin a su hermano. Ambos se encontraban sentados en diferentes sofás de la sala en silencio hasta que JiMin decidió hablar.

―¿Acaso no puedo visitar a mi hermano?¿A quién he extrañado tanto estos días?― Negó con la cabeza. ―Me dueles, hyung― JiHyun lo miró llevándose una mano al pecho fingiendo dolor.

―No estoy para bromas, JiHyun― Dijo JiMin tocándose el puente de la nariz. ―Ahora estoy cansado y lo único que deseo es descansar, así que si necesitas algo, entonces dímelo ahora.

―Tranquilo, solo he venido de visita― Explicó.

―Entonces...

―Solo me quedare un par de días y luego regresare a Inglaterra― Lo interrumpió antes de que pudiera negarse o decirle algo.

―Bien, pero no causes problemas― Advirtió.

―¿Problemas?¿Cuando he causado problemas?― Preguntó.

―.....

―No me contestes― Dijo antes de que JiMin pudiera responderle.

JiMin solo negó y suspiró cansado. Se puso de pie y caminó rumbo a su habitación, necesitaba descansar, la cabeza le dolía y sentía su cuerpo bastante pesado. Anteriormente, hizo una parada en una farmacia para comprar pastillas para el dolor de cabeza pero el dolor aún no desaparecía, así que, ahora lo único que quería hacer era dormir.

―¿Qué le pasa?― Preguntó JiHyun señalando el lugar por donde se habia ido su hermano.

Los guardaespaldas solo negaron con la cabeza dando a entender que tampoco tenían idea de lo que le ocurría a su jefe.

En otra parte de la Ciudad, Ji-Ho se hallaba tratando de arreglar los problemas que tenía con Jeon Jungkook mientrás que enviaba a algunos de sus hombres a buscar a Yoongi. Talvez no lo amaba pero era muy celoso y posesivo con lo que le pertenecía y Yoongi no era la excepción. Yoongi era una herramienta muy valiosa para él, gracias a él habia logrado concretar algunos negocios ya que a algunos de sus socios les gustaba la figura del menor y él aprovechaba aquello para firmar acuerdos, obtener acciones o ganar inversionistas, por lo que no estaba dispuesto a perderlo. Aunque Yoongi tratara de escapar de él, él siempre lo encontraría, no importa el lugar donde este, Yoongi es suyo e iba a encontrarlo, de hacerlo dependía la seguridad de muchos de sus negocios actuales.

―¡Maldita sea!,¿¡Cómo es que aún no pueden encontrarlo!?

―Señor, lo hemos buscado por todos los lugares posibles a los que pudo haber ido pero nadie sabe nada de él, además, ninguna de las cámaras puestas por toda la ciudad han podido grabarlo. Es como si hubiera desaparecido de la ciudad.

―¿Cómo puede desaparecer sin dejar rastro? No tiene ni una moneda, ¿Cómo podría sobrevivir solo en ese estado?.... No, yo creo que alguién lo está ayudando. Es imposible que las cámaras no lo hayan captado hasta ahora y más imposible es que no haya señales de él.― Pensó en voz alta. ―Tienen que seguir buscándolo, ¡Qué nadie descanse hasta encontrarlo!

―¡Si, Señor!― Respondieron para luego salir de la oficina de su jefe.

―¡Maldición!― Gritó frustrado. 

━━━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━━━

JiMin se encontraba acostado en su cama tratando de dormir pero por más que lo intentaba no lograba conciliar el sueño.

Entonces se sentó en la cama suspirando con cansancio, luego se puso de pie, caminó hasta la puerta de su habitación y salió. Ni siquiera sabía hacia donde iba pero cuando menos se dió cuenta, ya se encontraba frente a la puerta de la habitación en la cual estaba Yoongi.

Fue entonces cuando supo por que estaba ahí, lo extrañaba, no, más que eso, lo necesitaba, necesitaba escuchar su voz, sentir su presencia, pero sobre todo, necesitaba poder abrazarlo. Tenerlo cerca pero tan lejos al mismo tiempo lo estaba matando por dentro, sabía que Yoongi aún necesitaba tiempo para pensar sobre lo que sentía y poder ordenar sus pensamientos, y él estaba dispuesto a darle todo el tiempo y espacio que necesitara, sin embargo, su corazón solo anhelaba por tenerlo entre sus brazos otra vez, provocando que le fuera más difícil controlar sus acciones y es que tanto su mente como su corazón le pedían a gritos que lo buscara, lo abrazara con fuerza para no soltarlo jamás y lo besara como si el mundo se fuera a acabar. Pero no podía hacer eso, aún era muy pronto y debía conformarse con saber que estaba en su mansión, sano y a salvo, muy cerca suyo pero manteniendo distancia.

Recargo su cuerpo sobre la puerta, haciendo un esfuerzo sobrehumano para no entrar en aquella habitación, pues no quería que Yoongi lo odiara más de lo que probablemente lo hacía. Sus fuerzas comenzaron a disminuir y el sueño muy pronto se apodero de él, lentamente se deslizo hasta quedar sentado sobre el suelo pero con la espalda y cabeza recargada sobre la puerta.

Entonces cerró los ojos y una sonrisa apareció en su rostro.

“El mundo de los sueños era realmente hermoso.”

Mientrás que en el interior de aquella habitación, Yoongi se encontraba observando por la ventana el cielo, era un día nublado pero por alguna razón no podía dejar de observarlo.

―No puedo quedarme aquí para siempre― Dijo mirando al cielo. ―En algún momento debo enfrentar la realidad.... Debo conversar con él...

Quería hacerlo, pero tenía miedo, miedo de escuchar la verdadera razón detrás del viaje al extranjero, por casi diez años, de JiMin. Además, aún no se sentía listo para hablar con él, sus sentimientos eran confusos actualmente, no podía negar que su corazón aún se aceleraba al ver al mayor pero no estaba seguro de si era por que aún lo amaba o por que anheló su regreso por mucho tiempo que al verlo otra vez no pudo evitar emocionarse.

―¿Y si voy a verlo ahora?....― Pensó en voz alta peto luego negó con la cabeza. ―Nah, mejor mañana.

En ese momento escuchó un ruido en la puerta, como si algo la hubiera golpeado, y aunque dudo en salir a ver de que se trataba al final si lo hizo. Pero el susto se lo llevó él cuando abrió la puerta y sintió algo caer sobre sus pies, pero lo que le sorprendió fue ver que se trataba de JiMin.

“¿Qué miércoles hacía JiMin arrecostado en la puerta de su habitación?, mejor dicho, ¿por qué estaba ahí?”

Yoongi se agachó y acercó su rostro al contrario y al sentir la respiración del contrario suspiró aliviado.

―Al menos está vivo.

Al estar seguro de aquello, uso todas sus fuerzas para levantarlo del suelo y subirlo a su cama, al haberlo hecho le quitó los zapatos y los dejó en el suelo, para que de esa forma, JiMin pudiera descansar más cómodamente. Talvez aún no habian hablado ni aclarado nada pero tampoco iba a dejarlo dormir en el suelo, después de todo, JiMin era el dueño de la casa y gracias a él, ahora estaba lejos de los maltratos de Zico.

Lo mínimo que podía hacer, era dejarlo dormir cómodamente en su cama, mientrás él salía a caminar por la mansión y los alrededores. Pues estar encerrado sin moverse a ningún lado más que en la misma habitación tampoco era sano, necesitaba estirar sus músculos y poner a trabajar su cuerpo. De lo contrario, se acostumbraría a holgazanear y aunque la idea no le molestaba, no quería ser tachado como un flojo que no hace nada más que dormir y comer.

Por eso, se le ocurrió la idea de ir al jardín a observar las plantas, pues habia escuchado a una de las sirvientas que le habia traído anteriormente su comida hablar sobre un hermoso jardín detrás de la mansión. Estaba por irse cuando sintió que algo lo jalo de su muñeca con fuerza provocando que cayera en la cama acostado sobre JiMin y con sus rostros demasiado cerca.

―Mío.― Susurró JiMin aún dormido.

Yoongi se alejó de inmediato y trato de levantarse de la cama pero el agarre en su muñeca no se lo permitía. Por cierto, ¿en que momento JiMin lo habia sujetado de la muñeca? No lo sabía, y aunque trato de soltarse le fue imposible hacerlo, por lo que no tuvo más opción que quedarse ahí acostado al lado del mayor.

Poco a poco el sueño también llegó a él y aunque trataba de no dormirse, al final, cayo rendido en los brazos de morfeo.

Pero antes de quedarse dormido sintió un brazo rodear su cintura y ser atraido hacia un cuerpo birn formado y duro, pero al mismo tiempo, suave y cálido. Talvez por que el sueño le estaba ganando fue que no se alejo, en cambio, se apego más a él. Sus párpados se volvieron más pesados, su mente ya no razonaba y poco a poco iba adentrándose en el mundo de los sueños.

Lo último que escuchó antes de caer totalmente rendido en los brazos de morfeo fue la voz de JiMin en forma de un susurro.

“Por favor, no te vayas. Quédate conmigo.”



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