Ojos que no ven...
Candy miraba el cuerpo desnudo de la mujer en su cama, era muy parecida a su ángel pero para nada como ella se imaginaba que sería Rory. No, Lauren era experimentada, totalmente segura de sí misma y una completa pervertida, pensó mientras se miraba el moretón que se le comenzaba a formar en los brazos. Lauren la había sujetado con tal fuerza que incluso le había sacado sangre al sostenerle la cabeza cuando la tuvo entre sus piernas.
Candy sacudió la cabeza con pesar, ya arrepentida. Lauren se movió un poco y volteó la cabeza para dirigir su mirada somnolienta a Candy.
―¿No duermes querida?
―Dijiste que después de "conocernos mejor" me llevarías a ver a mi ángel.
―Ella no es un ángel.
―Rory es mi ángel, no hay nada que puedas decir para cambiar eso, así que vístete y llévame hasta donde esté.
Lauren comenzó a reír. Candy pudo notar en esa risa una nota de histeria pero eso no era lo preocupante, lo que verdaderamente le estremeció era la crueldad que expresaban sus rasgos al reírse. No pudo evitar alejarse de la cama como si ésta estuviera en llamas. Lauren dejó de reír al ver esto.
―¿Ahora me tienes miedo?
―Sólo quiero llegar a Rory.
―Te dije que ella es de Shane y jamás lo dejará.
Candy dejó de lado el temor que esa loca le causaba, se acercó y la tomó con fuerza del cabello, obligándola a levantar la cabeza de la almohada.
―Me llevarás con ella ahora, nos alejaremos y cada quien tomará su camino.
Lauren ronroneó y Candy recordó que a ella le agradaban las cosas fuertes.
―Maltratándome no me obligarás a alejarme de ti y menos a que te lleve con mi prima...
―Creo que ya te diste cuenta de que esas cosas que a ti te gustan a mi no me van ―dijo alejándose nuevamente de ella― y que si te gustó lo que pasó antes entre nosotras más vale que me tengas contenta o...
―¿O?
―O seré la persona más dulce y tierna que te puedas imaginar.
Candy sabía que era una amenaza tonta, un tanto idiota pero efectiva cuando vio que Lauren se levantaba de la cama totalmente desnuda y para nada incómoda con eso.
Ahora sólo esperaba que su ángel no se enterara de lo que había pasado entre ellas.
No podía perderla antes incluso de tenerla.
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