Capítulo final
Observé como Ayrton y Kilian dormían abrazados. Ambos cayeron agotados luego que pasaran todo el día en el bosque en una tarde de padre e hijo. El lobo de Ayrton -Blace- estuvo enseñando a Kilian a cazar y mejorar sus reflejos.
Era tierno ver un lobo de dos metros jugar con un niño pequeño. Mi bebé estaba feliz de subir a su espalda y abrazarse contra su pelaje. De hecho, me dijo que ahora quería ser un lobo.
Nos mudamos a su manada unos días después de mi cumpleaños, luego de que le permití macarme. Lo hizo mientras hacíamos el amor en nuestra casa de Londres. Admito que dolió, pero luego ese dolor se transformó en placer.
Kilian lloró porque pensó que Liam y Darius también se irían a vivir con nosotros, él estaba acostumbrado a tenerlo siempre cerca. Se calmó cuando ambos le prometieron venir a visitarlo cada semana y luego Ayrton le enseñó su nueva habitación.
La cama era en forma de avión, cosa que hizo que se emocionara. La pared del fondo tenía dibujado un mapa y el techo estaba pintado de manera que era como ver el cielo. La lámpara era una brújula dorada y sus juguetes favoritos estaban organizados.
Amó tanto su dormitorio, que no quiso salir de ahí. Ayrton lo consiente en todo lo que él quiera, solo tiene que pedirlo y lo consigue.
A pesar de que llevaba unas semanas en la manada, le pedí a Ayrton no presentarme ante su gente de inmediato. Me acordaba a la presentación que tuve con Alexander y lo mal que se puso todo poco después.
Sin embargo, hoy iríamos a la plaza central y me presentarían como su luna. A Allison no le agradaba la idea, aun así, no se atrevió a decir algún comentario. No deseaba tener una mala relación con ella, aunque tampoco iba a dejar que nos faltara el respeto a mi hijo ni a mí.
Salí de la habitación con cuidado, para no despertarlos y me dirigí al jardín trasero para ver el amanecer. No sé por qué, pero hoy me levanté más temprano que de costumbre. El palacio estaba en silencio, pero los guardias se encontraban vigilando y en alerta.
Llegué justo a tiempo para ver los primeros rayos del sol a través de las copas de los árboles. Siempre me ha gustado lo hermoso que se ve el cielo en los tonos naranja y rojo, es como ver un espectáculo de colores.
Me reí porque me acordé de algunos libros que leí, en donde los vampiros se convertían en ceniza si el sol tocaba su piel o se podían convertir en murciélagos. Me gustaba la teoría del murciélago. La verdad es que no me sentía tan diferente a cuando creí que era una humana, lo diferente era mi deseo de beber sangre, mis sentidos más desarrollados y mis poderes. Sin embargo, aún podía dormir, comer -aunque no era muy necesario- y caminar bajo la luz del sol. Mi lado Boutlyn definitivamente era más peligroso, con ella debía consumir almas cada cierto tiempo para mantenerla controlada.
Fruncí el ceño cuando me rodeó la oscuridad, intenté disiparla, pero no pude.
—Kaela, Kaela —Una voz masculina dijo mi nombre. Giré sobre mis talones, buscando a la persona que me llamaba, sin embargo, no se veía nada —. Pensé que me llenarías de orgullo, solo tenías un propósito en tu vida; traer el caos a la tierra. Esperé años y me defraudaste. ¡Mataste a tu propia gente! —gritó, con cólera —. ¡Debías revelar el secreto de las criaturas al mundo! Los humanos no deberían gobernar nuestro mundo, ellos solo son criaturas débiles, estúpidas y crueles.
—Pues no son muy diferente a nosotros —respondí con sarcasmo. Una bola de energía impacto en mi pecho, haciéndome jadear de dolor. Mis piernas cedieron y caí. Traté de usar mis poderes, aunque fue inútil —. Debes ser Loki —murmuré. Una silueta se dibujó en la oscuridad, pero no podía ver su rostro.
—Sí, creador de los Boutlyn y Dios del engaño.
—Si tanto deseas el caos y revelar nuestros secretos, ¿por qué no lo hace tú mismo? ¿O eres tan cobarde e inútil para hacerlo? —Tenía que controlar mi boca por la posición tan en desventaja en la que me encuentro, sin embargo, era inevitable.
—Créeme, lo haría, pero los dioses tenemos una regla que no se puede romper. No podemos decirles a los humanos lo que somos, por más que lo intentemos. Por eso cree una criatura poderosa, aunque me han fallado —enojado, volvió a impactar otra de esas bolas de energía, más fuerte que la anterior.
—Mierda —grité, sujetándome el lugar lastimado. El maldito bastardo se rio.
—No tengo muchas ganas de seguir hablando, pero te diré algo —hace una pausa dramática —. Voy a joder tu vida como jodiste mis planes y lo haré con tus hijos. No será ahora, me gusta tomarme mi tiempo planeando mis venganzas, sin embargo, ese día llegará.
—No te atrevas, Loki, porque ti tocas un pelo de las personas que amo, te destruiré —dije entre dientes.
—Querida, yo soy un Dios —Fue lo último que dijo antes de desaparecer junto a la oscuridad.
Un gritó de frustración salió de mi garganta, ¿no puedo tener una vida tranquila?
—¡Kaela! —El cuerpo de Ayrton cubrió el mío. Su mano se movió sobre mi cuerpo, buscando alguna herida. El dolor en mi pecho se había disipado cuando Loki se fue —¿Te encuentras bien? Los guardias fueron a buscarme al momento en que no te pudieron ver por culpa de esa neblina.
Atrás de él se encontraba una docena de guardias y su beta Anka.
Le conté de manera breve lo que había sucedido, él me escuchó con atención antes de gritar una serie de órdenes a sus guardias. Me cargó entre sus brazos y me llevó adentro.
Kilian seguía durmiendo en nuestra habitación, en la puerta había dos guardias custodiando el pasillo. Respiré con alivio al ver a mi hijo bien.
Ayrton iba a llamar al médico de la manada para que me revisara, pero me negué. Me encontraba bien. También quiso cancelar la presentación y tampoco se lo permití. No cambiaria nuestra rutina por culpa de Loki.
Ayrton se pasó la tarde cerca de mí, a pesar de que estaba trabajando. No me quería dejar sola.
La noche llegó y nos encontrábamos en la plaza central. La nieve cubría el piso, había comenzado a nevar hace dos horas. Cientos de personas de la manada ya se encontraban ahí y cuando pasábamos por su lado, hacían una reverencia.
Se notaba que tenían un profundo respeto y admiración por Ayrton. El miedo se apoderó de mí. ¿Y si arruinaba todo? ¿Y si no era una buena luna y gobernante para ellos? ¿Y si...?
—Oye, todo estará bien. Siempre voy a estar a tu lado, ¿de acuerdo? —Se me había olvidado de que Ayrton podía sentir todo lo que yo siento por nuestra conexión. Su mano libre sujetó con firmeza la mía. En la otra tenía a Kilian, que disfrutaba de la atención de todos. Asentí, aunque no dije nada.
Vi varias mesas llenas de comida y bebidas, la música resonaba en el lugar. Haciendo un ambiente cálido y divertido. Algunos niños jugando con nieve llamaron la atención de Kilian, que los observó con atención. Eso me acordaba que en unos días entraría a una escuela que hay en la manada. Solo a diez minutos del castillo.
Nos detuvimos frente a una plataforma, decorada con flores. A un lado, estaban los padres de Ayrton y su hermana. Allison no parecía muy feliz. Subimos y la música cesó, ahora la atención estaba en nosotros.
Por los dioses, esto me ponía nerviosa.
—Buenas noches —dijo en el micrófono. Al unísono, respondieron el saludo de su alfa —. Algunos de ustedes han tenido el placer de conocer a nuestra luna y reina, sin embargo, hoy quiero presentarla a ella y a nuestro hijo de manera oficial ante ustedes —expresó, con seriedad —. Espero que asimismo, como son leales a mí, lo sean con ellos. Son lo más importante en mi vida y deseo que se sientan cómodos y que tienen una familia aquí.
Asintieron, antes de aplaudir. Ayrton me pasó el micrófono y exhalé. Espero no decir una estupidez.
—Hola.
—Hola, luna —respondieron. Quité un mechón de cabello de mi frente.
—No soy buena con los discursos, sin embargo, esta noche les prometo que siempre velaré por su bienestar, así como ustedes lo harían conmigo. Seré una luna y reina justa. Si tienen algún problema, pueden tocar mi puerta y yo haré lo que esté en mis manos para ayudarlos —miré a la multitud —. Pelearé junto a ustedes si tengo que hacerlo y los protegeré con mi vida.
Los aplausos resonaron y yo suspiré con alivio.
—Lo hiciste muy bien, pequeña luna —Su sonrisa me tranquilizó.
—Papi, yo también quiero decir algo, por favor.
—Claro que sí, campeón —Le pasé el micrófono.
—¡Hola, yo soy Kilian! Y también voy a ser un lobo —No pude evitar reír y ellos tampoco.
Él nos imitó, pareciendo totalmente emocionado.
Luego de eso, nos mezclamos entre la gente. Muchos se me acercaron, algunos simplemente para saludarme, otros para decir que estaban orgullosos de tener una hermosa luna.
Acepté sus bebidas y bailé con algunos niños, que tenían vergüenza pedírmelo. Kilian comenzó una guerra de bola de nieves y Alayna se acercó a él para atacarlo. Su risa me ponía simplemente feliz.
La manada es próspera, mucho de ellos trabajan en varios negocios de Ayrton. Entre ellos, la construcción y venta de aviones.
Me alejé un poco de la multitud, la pequeña Kaela nunca pensó que pertenecería a una familia. Que tendría a alguien que la amará, valorará y la cuidará. Que sería la prioridad de esa persona.
Ayrton se acercó, rodeándome con sus brazos y yo me acurruqué en su pecho.
—¿En qué piensas?
—En lo feliz que me siento. Sé que habrá momentos difíciles, sin embargo, justo ahora soy muy feliz —levanté la cabeza para observarlo. El gris de sus ojos me fascinaba y me hacían sentir segura.
El nudillo de su mano acarició mi mejilla con ternura y suavidad.
—Yo igual soy feliz. Tú y Kilian alegran mis días y soy afortunado de tenerlos en mi vida. Daría mi reino por verlos felices siempre.
Por los dioses, voy a llorar. Sentía que mi corazón estallaría de amor.
—Te amo, Ayrton Mashall —me regaló una de sus sonrisas arrogantes.
—Lo sé —comenzó a sonar snowman de Sia y él comenzó a balancearnos al ritmo de la canción.
—¿Qué haces? —Una carcajada salió de mis labios cuando me hizo girar sobre mis pies y traté de escapar.
—Bailar —dijo obvio —. ¿Piensas que puedes escapar del lobo, Kaela? —inquirió cuando me sujetó.
—No, lobito. No puedo escapar de ti, ni quiero hacerlo.
—Bien, porque no te dejaré ir —Nos movimos al compás —. I want you to know that i'm never leaving, cause i'm Mrs. Snow, til dearh well be freezing —suspiré enamorada al escucharlo cantar en voz baja —. Yeah, you are my home, my home for all seasons —entonó esta parte de la canción rozando mis labios —. I want you to know that i'm never leaving —Unió nuestras bocas en un suave beso, sin dejar de bailar.
Juro que sentí esas mariposas de las que tanto hablan en los libros.
—Te amo, pequeña luna.
—Mami, papi —Vimos a Kilian correr hacia nosotros —. ¡Yo también quiero bailar!
Ayrton se agachó para atraparlo y lo acomodó entre nosotros. Los tres comenzamos a menearnos, disfrutando de la música y de nuestro tiempo en familia.
—Los amo.
—Nosotros también te amamos, ¿verdad, papi?
—Sí, la amamos mucho
Le sonreí, enamorada. Al final, la vida no era tan mala si lo tengo a ellos.
Fin.
Oh, Dios. Llegamos al final de la novela. ¿Soy la única que no quiere decirle adiós?
Pongan presente todas las que estuvieron durante las actualizaciones del libro.
¿Qué les pareció? Todavía falta el epílogo que lo subiré en unos días.
También habrán extras, ¿qué momentos desean leer?
Como sorpresa de año nuevo (algunas lectoras del grupo ya lo saben) tendremos el libro de nuestro precioso Kilian. Titulado: "Peligrosamente mía". En instagram estaré avisando cuando subiré la sinopsis.
Ahora sí, ¡Feliz año nuevo! Gracias por estar aquí y disfrutar de lo que hago.❤
Les quiere, March.
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