Cap.21
El deseo de acabar contigo es tan fuerte como lo que siento por ti.
—Es que en serio no puedo creer que les creyeras a una maldita carta, ¿así tomas todas las decisiones? ¿Creyéndole a cualquiera? —Me apunta con el dedo, molesta.
—Tiene demasiado sentido lo que dice la carta, ¿cómo alguien fuera de la manada va a saber que su lado vampiro y boutlyn estaba dormido, cuando los únicos que lo sabemos somos nosotros? —inquiero enfadado, no me gusta que cuestionen lo que hago.
—¡Cualquiera con suficiente poder puede hacerlo!, ella tiene enemigos que le convienen que no la protejas para que sea un blanco fácil. Tu deber es cuidarla y estás haciendo todo lo contrario —suspira tratando de calmarse —. La vas a perder para siempre, no habrá nada que puedas hacer para recuperarla si sigues comportándote como lo estás haciendo.
—No me interesa, ya no.
—Haz lo que quieras, solo sé que te arrepentirás y ella no te perdonará —se va dejándome solo en el calabozo manchado con la sangre de Kaela.
Ella es tan culpable como su padre, tiene que serlo.
—¿Y si no lo es? La habremos perdido para siempre.
—Si es así, me perdonará, soy su mate.
—Sabes como es nuestra luna, la hemos destrozado al desconfiar de ella y al atrevernos a herirla.
—Sé que lo hará, es nuestra le guste o no. Además, si de verdad es hija de Darius me ayudará a llegar a él.
—¡Eres un maldito bastardo! —ruge Matt dentro de mí —. La amo y si vuelve a tocarla, no volverás a transformarte nunca.
Es lo último que escucho de Matt. La furia recorre mi cuerpo, el deseo de destruir todo es más fuerte de lo que puedo pensar. Si de verdad Kaela es inocente, se quedará a mi lado y de no ser así, acabaré con ella.
Cuando salgo del calabozo, noto las miradas de las personas de la manada, algunas son de miedo y otras precavidas. En los años que llevo como alfa, nunca me había sucedido, aunque entiendo por qué están así. Matar a Chad fue un momento donde deseaba matar a Kaela, pero él se interpuso y terminó pagándola.
Creo que fue lo suficientemente idiota para llegar a sentir algo por mi luna y terminar dando su vida por ella.
Al llegar a la mansión lo primero que me aborda son las gemelas y sé que la conversación que tendremos no acabará en buenos términos.
—¿Qué mierda estás haciendo? —los acusadores ojos de Daila me miran triste y con desprecio. Otra cosa que nunca me había pasado, las gemelas y yo siempre hemos estado unidos, me sacan de quicio en muchas ocasiones, pero son lo que más amo en la tierra.
—¿De qué hablas?
—Matas a Chad delante de toda la manada por el simple hecho de defender a tu luna de ti mismo. ¡A Chad! Por la diosa, era nuestro amigo, tiene una familia que justo ahora está sufriendo por la pérdida de su hijo. Un hijo que murió injustamente por su alfa y ahora vuelves a atentar contra la vida de tu mate, ¿quién eres? ¿Dónde se encuentra mi hermano? —Sus hombros se hunden como si estuviera derrotada y sus ojos me miran tratando de buscar algo.
—No es algo que hablaré con ustedes —expreso tratando de retomar mis pasos, aunque Briana no lo permite.
—¡La manada es nuestra familia, Alex! ¡Kaela es tu jodida luna!
—¡Es un maldito vampiro! Debieran de entenderlo, por culpa de su padre, perdimos a los nuestros —ambas me miran con sorpresa ante esa información —¿No lo sabían, cierto? Es hija del asesino que mató a nuestros padres.
—Ella no es responsable de lo que haga su padre…
—Me cuesta creer que la estás defendiendo cuando en las últimas semanas ella no ha sido de tu agrado, Briana.
—Eso no significa que aplaudiré las malas decisiones que tomes, ya que no solo te afectan a ti.
—Oh, lo dices porque tu mate también es un vampiro e hijo de Darius —Cada unas de mis palabras destilan sarcasmo —. La diosa luna nos bendijo con nuestros enemigos, una linda historia ¿no?
—Eres un imbécil, sabes como me siento respecto a eso, ¡hasta llore en tus brazos!
—Esperen… ¿Ya encontraste a tu mate y es un vampiro? —Briana tartamudea algunas cosas, pero asiente.
—Creo que tienen algunas cosas de las que hablar, adiós hermanitas —embozo una falsa sonrisa y me voy directo al piso superior, donde se encuentra Kaela.
La habitación donde se halla, está rodeada por dos de mis mejores guerreros. Cuando me ven hacen una leve reverencia y abren la puerta.
Al entrar, el aroma a sangre golpea mi sensible olfato. Mateo, el médico de la manada coloca una última venda en el abdomen de Kaela. Ella toma lo que supongo es la sangre que el doctor le dio. Sus ojos, ahora con unos destellos rojos me miran al sentir mi presencia.
Emma y James hacen lo mismo, él al verme se tensa y se prepara para cualquier cosa. Una parte de mí se siente traicionado por ver como la defiende a ella y la otra se llena de gratitud porque sé que cuidaría a su luna con su vida.
—¿Se encuentra mejor? —le pregunto al doctor, antes de responderme recoge las gasas manchadas de sangre y unas herramientas médicas.
—Ya se encuentra mejor gracias a la sangre que consume, las heridas tardarán más en cerrarse por la plata; en un día estará como nueva —asiento y los despido con un gesto de cabeza.
—Ya pueden irse —les digo a James y Emma.
—No la dejaré a solas contigo.
—No olvides quien es el alfa, James —Kaela aprieta los labios con notable molestia, su piel se encuentra más pálida de lo que debería dándole un aspecto enfermizo.
—Estaré bien, chicos —emboza una pequeña sonrisa cuando Emma aprieta su mano.
—Las veces que quedas a solas con él no termina nada bien, luna —se expresa James mirándola con cariño. Mis entrañas se retuercen de los celos y el deseo de golpearlo por mirar a mi mate así.
—No le haré nada —mi beta me lanza una mirada desconfiada, sin embargo se aleja de ella. Emma deja un beso en su frente y le susurra que cualquier cosa, solo tiene que gritar y ellos vendrán.
—¿Qué quieres? ¿Deseas intentar matarme nuevamente? —dice indiferente.
Recorro la habitación hasta sentarme al lado de ella en la cama, su cuerpo se tensa, aunque no intenta alejarse. Su aroma me embriaga y en ese momento deseo olvidar todo y estrecharla contra mis brazos.
—Lo siento.
—Un lo siento no arregla nada.
—Estoy tratando de recuperar lo nuestro —Una carcajada llena de ironía brota de sus labios.
—No hay un lo nuestro, Alex. Siendo sincera, creo que nunca lo hubo.
—Estoy dispuesto a olvidar todo si me ayudas atrapar a Darius —rueda los ojos antes de fijarlos en mí.
—Estoy empezando a creer que te dejaron caer de pequeño. ¿Qué vas a olvidar? ¿Qué mataste a Chad? ¿Qué estuviste a punto de matarme dos veces?, ¿Qué ni siquiera me diste el beneficio de la duda, ya que siempre he sido sincera contigo? La única dañada de todo esto soy; me siento traicionada por ti —tuerce los labios y sacude la cabeza —. Nada de lo que digas o hagas me hará olvidar estos días.
—Dices que eres inocente, entonces explícame por qué me llega una carta justo días después de tu transformación diciendo que eres hija de Darius y luego él me llama diciendo que eres su hija —la frustración por toda la situación me supera, quiero creer en ella, pero no puedo.
—¡No sé quién demonios es Darius! —se levanta de un rápido movimiento y en su rostro se dibuja una mueca de dolor. Intento acercarme para ayudarla, aunque me detengo al escucharla —. ¡No te acerques! ¡No conozco a ese tal Darius! Estuve desde que tengo memoria en un orfanato, cuando llegué aquí lo único que deseaba era una vida normal, ¡normal, maldición! —aprieta sus manos sobre su cabeza —. ¿Y qué obtengo? ¡Todo lo contrario! Cuando me hago la idea de todo este mundo, resulta que siempre he pertenecido a todo esto, ¿irónico, cierto? Lo peor es que pensé que me ayudarías a buscar las respuestas que necesito, no que me dañaras.
—Kaela, yo…
—¡Cállate! Confíe en ti, en todo lo que me habías dicho y solo fueron estúpidas palabras que creí como una idiota. Te daré un consejo, será mejor que me mates ahora que tienes la oportunidad porque una vez que logre salir de aquí, seré yo la que te mataré.
—No lo harías, eres demasiado buena para eso.
—A la nueva Kaela Williams no le temblará el pulso para hacerlo —en su mirada no se encuentra la calidez que siempre hubo en ellos —. Aunque nunca lo dije por el miedo que sentía a lo desconocido, te quería, Alex.
Decir que me encuentro impactado por sus palabras no se compara con lo que siento. La euforia me hace querer gritar y besarla, sin embargo, no lo hago.
—¿Querías? ¿En tiempo pasado? —pregunto como estúpido.
—Sí.
—No puedes.
—¿Qué?
—Dejar de quererme, no puedes —arquea una ceja con una ligera sonrisa en sus labios.
—Claro que sí y tú eres el único culpable, Alex.
Sus palabras siguen resonando en mi cabeza aun después de horas de dejarla en aquella habitación. Me quería, ella me quería.
Me tomo de golpe otro vaso de whisky, en estos momentos me gustaría poder emborracharme y olvidar lo que he hecho en las últimas semanas, así volvería a tener mi luna entre mis brazos. Quizá hubiésemos tenido un futuro feliz, junto a tres cachorros viviendo una vida alegre y yo enseñándoles todo lo que mi padre me enseñó.
Nada de eso será posible y todo por mi culpa, sin embargo, ella es mía. Haré hasta lo imposible para que me perdone, aunque primero tengo que acabar con Darius.
—Alfa… alfa. K-kaela se ha ido.
Hola, hermosuras. Disculpen por andar desaparecida, pero fue por motivos de estudios ya que este es mi último año.
Las actualizaciones vuelve hacer como antes, porque estoy libre de clases.
¿Qué les pareció el capítulo? Y ¿a dónde creen que fue Kaela?
Algunas lectoras quieren que Alex muera y Kaela esta de acuerdo...
Para posibles spoilers y adelantos, seguirme en instagram March_libros
Gracias por leer y comentar, les quiere, March.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro