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8. No preguntes

📅 AL DÍA SIGUIENTE

Vale si, he huido. Me he despertado a las 8 de la mañana después de haber dormido en una cama súper - cómoda y me he largado sin decirle adiós a Kepa. Está mal lo sé y mientras voy en el taxi es lo único que me repito. Pero, cuanto antes lo olvide todo, mejor. Me refiero a la fiesta y a él. Está claro que Kepa y yo pertenecemos a mundos totalmente diferentes. Ha estado bien conocerlo. Ha estado bien sentir que por una vez le importo un poquito a alguien hasta el punto de gastarse una pasta en mi.
Pero está claro que él para mi es algo inalcanzable y cuanto antes vuelva a mi puta vida, mejor.

El taxi se para en la puerta de casa. Le pago y me bajo de el estirando la sudadera. Me la he tenido que traer porque no era plan de pasearme por mi barrio con estas pintas. Pinta de puta y nunca mejor dicho.

Abro el portal y entro a mi bloque. Voy hacia el ascensor y le doy al botón. Este llega a la planta unos pocos segundos después y se abre la puerta saliendo Jax por ella. El destino es una puta mierda. Se me queda mirando de arriba a abajo con una media sonrisilla y yo le apartó con brusquedad para pasar. Es lo que menos necesito ahora mismo, un interrogatorio suyo.

- No preguntes - le digo haciéndole un gesto con la mano.

- Mejor no saberlo. Te queda bien la sudadera del Atlético.

Le cierro la puerta a Jax mientras lo escucho reír a carcajadas. Cuando el ascensor llega a mi planta me falta tiempo para abrir la puerta, entrar en casa y darme una larga ducha. Y pensar en Kepa. En sus ojos, en esas pestañas tan sexys, en sus gruesos labios, en esas pecas...

Joder. Si es que es guapísimo. Pero guapísimo. Anoche fantasee conque abría la puerta de la habitación donde yo dormía y lo hacíamos durante toda la noche sin parar. No puedo evitar que mi mano se deslice por mi vientre hasta tocar mi clítoris pensando en él. Si cierro los ojos puedo revivir cada uno de los momentos que he vivido con Kepa esta noche y mientras lo hago mi mano se mueve cada vez más deprisa. Mis dedos recorren toda mi abertura arriba y abajo y jadeo desesperada por correrme. Estoy tan sumamente mojada y excitada que sé que no voy a tardar mucho. 

Me gustarían que fueran sus manos las que me tocaran, que sus labios estuvieran sobre mi piel. Pero tengo que conformarme con mis dedos y tener un orgasmo bastante fuerte con su imagen en mi cabeza.

Termino de ducharme y me pongo el pijama para irme a la cama otra vez. Mañana tengo turno en la pastelería y hoy no pienso hacer nada. Me lo merezco después de la noche que he pasado.

📅 AL DÍA SIGUIENTE

No he podido evitarlo. He estado buscando cosas de Kepa en Internet. Soy masoquista. Me gusta sufrir. Y es lo que estoy haciendo. A principios de octubre cumplió 26 años. Tiene 4 más que yo. Bueno 3 si tenemos en cuenta que cumplo 23 a mediados de Noviembre. Amplio un poco lo que me contó ayer y descubro que es de un pueblo que se llama Ondarroa. Recuerdo que de pequeña nos llevaron allí  a la fiesta de la anchoa. Es un pueblo pequeño pero recuerdo que me divertí mucho.

Miro las miles de fotos que hay de él babeando con algunas, sobre todo las que hay sin camiseta y decido cerrar el ordenador o peligrará mi salud mental. El timbre de mi casa suena insistentemente y cuando abro la puerta me encuentro con Ainara.

- ¿Tú para que quieres un móvil? - me pregunta entrando ofuscada hasta el comedor. Pone sus brazos en jarras y me mira soplándose el flequillo.

- Buenos días a ti también -me dejo caer en el sofá y cojo un cojín para ponérmelo en la espalda.

- ¿Buenos días? Son casi las tres de la tarde. Debiste pasarlo muy bien ayer con Kepa.

Tuerzo el gesto mirando a mi amiga debatiéndome entre decirle o no la verdad. Ella abre su bolso y saca un sobre abultado. Alarga su mano y me lo da.

- ¿Qué es esto? -le pregunto cogiéndolo.

- Tu dinero. Mil euros por asistir a la fiesta y dos mil doscientos por el polvo...no está mal para ser tu primera vez.

Abro el sobre y cuando veo el dinero me siento terriblemente mal. Lo cierro y lo dejo encima de la mesa llevándome las manos a la cara.

- ¿Qué tal te fue?

- No paso nada, Ainara.

- ¿Cómo? -mi amiga se sienta a mi lado en el sofá y me mira algo confundida.

- Que no pasó nada. Kepa pagó porque David me dejara en paz, sólo eso.

Ainara abre sus ojos sorprendida y aprieta los labios mirándome fijamente. Chasquea su lengua y se echa el pelo hacia atrás.

- Que un tío pague tres mil quinientos euros por ti y luego no pase nada...

- Pues si, no pasó nada. Me da igual que me creas o no.

Me levanto del sofá y abro el sobre contando el dinero. Cuando llego a 650 euros me lo guardo en el bolsillo de atrás de mi pantalón y el resto lo llevo a mi dormitorio para guardarlo en el fondo del armario. Ainara me sigue mientras yo me zambullo en mi escondite.

- ¿Estás bien Naroa?

Salgo del armario después de haber escondido el dinero y lo cierro. La miro e inspiro con fuerza.

-Si, estoy bien. Tranquila. Gracias por el favor Ainara, de verdad. Pero una y no más. Menuda lié con los dos porteros.

- Si te sirve de consuelo, al minuto de irte, David subió con dos chicas a una de las habitaciones. No es que le rompieras el corazón...

- ¡Tíos! Sólo piensan con la polla...y a veces ni eso, porque no se enteran que la polla no tiene cerebro. En fin. Voy a subir a pagarle a Jax lo del coche...

- ¿Y a echarle el polvo que no le echaste a Kepa? -Ainara me mira divertida y yo le gruño cuando paso a su lado

- Si quieres súbele tú el dinero si tan preocupada estás por la vida sexual de mi vecino.

- Anda no. Me voy a casa que dentro de un rato vendrá Alex.

Cojo las llaves de casa y acompaño a Ainara a la puerta. Antes de abrirla, ella se da la vuelta y me mira mordiéndose los labios.

- Aún no me has dicho que piensas de todo lo que viste anoche Naroa.

- Sinceramente. Creo que mi cabeza quiere olvidar lo que pasó. Veni, vidi, vici, y me he llevado tres mil doscientos euros. Sobran las palabras amiga.

Miro a Ainara y ella suelta un gran suspiro. Decido abrazarla para que se calme y esté más tranquila. Me separo de ella y veo que ahora me sonríe. 

- Anda vamos. Que en cuanto baje de casa de Jax voy a hacer maratón de "La casa de papel".

Abro la puerta de casa y Ainara y yo salimos cerrando tras de nosotras. La acompaño al ascensor.

- El Atlético juega mañana a las 21.00. Lo echan en la tele, por si te interesa verlo.

Ainara me saca la lengua mientras entra en el ascensor y yo ruedo mis ojos dramáticamente. Me despido de ella y subo los escalones hacia el piso de Jax. Llamo a su puerta y a los pocos segundos me abre llevando solamente un pantalón de chándal gris que le queda flojo por las caderas y una camiseta de manga corta que se le queda pegada al cuerpo. 

- ¿Te gusta lo que ves Naorita?

-Te tengo muy visto -entro en su casa apartándolo de mi camino mientras escucho su risa detrás de mi. Entro al comedor y espero hasta tenerlo delante de mi. Saco el dinero de mi bolsillo y se lo doy- lo del coche.

Jax coge el dinero y arquea una de sus cejas mirándome haciéndome sentir nerviosa. A veces parece mi hermano mayor. Entre Christian y él me tienen acojonada.

- Naroa, ¿no habrás hecho algo que no debieras? -el tono que tiene conmigo es de reproche haciéndome sentir mal.

- No, tranquilo. Entre un trabajo que estoy haciendo y dinero que tengo ahorrado lo he conseguido.

- No me estarás mintiendo, ¿verdad?

- Jax, que bastante tengo con Christian. Anda, dame de comer que creo que voy a desfallecer.

- ¿Y tus pintas de esta mañana?

- ¡Y dale! ¿Tú nunca has pasado la noche fuera? -tanta insistencia me está poniendo nerviosa porque temo que se lo voy a acabar contando.

- ¿Estás saliendo con alguien y no me lo has dicho?

Jax me mira frunciendo el ceño y yo me dejo caer en el sofá resoplando.

- No estoy saliendo con nadie, Jax. Déjame ya.

- ¿Pues con quien estás follando?

- ¡Jax Trujillo! Si no vas a darme de comer me largo. Lo que haga o deje de hacer no es asunto tuyo. ¿Te pregunto yo a ti por lo tuyo?

Me levanto del sofá harta ya de tanto interrogatorio. Él se encoge de hombros y me mira divertido.

- Fue una mierda de polvo seguro. Por eso estas tan estresada. Oye, que si necesitas desahogarte...hasta la noche no he quedado.

Jax se levanta la camiseta y me enseña sus abdominales y por una fracción de segundo, por una pequeña fracción de segundo hasta me pienso en irme a la cama con él para quitarme a Kepa de mi cabeza. Pero es tan pequeña que le pongo cara de asco a mi amigo para que se baje la camiseta.

- Fue el mejor polvo de mi vida - le digo mirándolo fijamente - y estoy deseando repetirlo una y otra y otra vez... por lo menos hasta olvidar la primera.

📅 UNA SEMANA DESPUÉS

La semana ha pasado excesivamente lenta. Jax me arregló el coche hace un par de días y por suerte hoy puedo usarlo para trabajar en la pastelería. Mientras conduzco de camino al trabajo pienso en mi hermano. Le mandé 200 euros para que se lo gastara en lo que quisiera. He tenido que mentirle diciéndole que me han pagado las horas extras del tirón para que no me pregunte. Si no pasa nada lo veré este fin de semana y estoy deseándolo.

El resto del dinero lo guardo bien guardado aunque me he comprado algo de ropa para renovar mi vestuario. Un par de pantalones, blusas y unas zapatillas que llevo puestas ahora mismo. Algo básico porque yo no soy mucho de gastar la verdad.

Ainara y yo no hemos vuelto a sacar el "tema" y sinceramente, es mucho mejor así. Sigo pensando en Kepa. Sigo pensando mucho. Es una pena las circunstancias en que nos conocimos porque si hubiera sido en otro momento y en otro lugar le hubiera pedido el teléfono y le hubiera comido la boca como si no hubiera un mañana. Pero luego pienso que soy una pobre desgraciada sin un puto duro y él un futbolista de élite.
No tendríamos futuro.

Aparco mi coche cerca del trabajo y salgo de el en dirección a la pastelería. Entro por la parte de atrás, por el obrador, y el aroma a dulce y tostado inunda mis sentidos.

Annette, la dueña entra en ese momento y al verme sonríe ampliamente.

- Aquí está mi niña.

Mi jefa, una impresionante francesa cincuentona me envuelve con sus brazos y me dejo abrazar por ella. Es la persona más dulce y cariñosa que he conocido en mi vida. Acabe trabajando en esta pastelería porque vi un anuncio en un portal de empleo. Me citaron el mismo día que se me rompió el coche y conocí a Jax, pero tuve suerte y pude llegar a tiempo. Fue la misma Annette la que me entrevistó. Hablo conmigo, me hizo hacerle un mini-bizcocho y a la media hora ya había firmado el contrato. Tengo suerte y aunque estoy a media jornada, me las puedo distribuir como quiera de lunes a domingo. Y también tengo suerte con ella porque esta mujer es adorable.

- ¿Has merendado? -me pregunta cogiéndome de las manos.

- Aún no. He comido hoy más tarde.

- Pues come algo y ponte a hacer galletas de chocolate y cuando termines tienes que ir a "La casa de Paloma" para llevar tres tartas de yema y una selva negra.

- De acuerdo.

Annette me da un beso en la mejilla y yo voy a coger un delantal para ponerme a hacer galletas. Maldita sea las ganas que tengo de ir a llevar las tartas. El hijo de la dueña no para de molestarme invitándome a salir cada dos por tres. Es el típico niño de mamá que se cree alguien porque sus padres tienen un negocio de éxito y a mi me cae como el culo. Pero bueno, tendré que ir y poner mi mejor sonrisa falsa.
Que eso sí que se me da bien.


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