49. Mi Corazón Perdido
📅 Al día siguiente...
Naroa estaba soñando. Estaba sentada en unas escaleras encima de un escenario. Le sonaba muchísimo donde estaba. Lo había visto miles de veces en YouTube. Estaba en el musical "La llamada". Sintió una presencia y al girarse vio que tenía al lado a un chico al que conoció rápidamente. Era dios, bueno, más bien Raoul, uno de los concursantes de Operación Triunfo así como cantante de musicales, en concreto de este musical.
- Ostia puta Raoul -le dijo ella mientras él la miraba divertido- ¿estoy soñando?
- Si, lo estás.
- ¿Y porqué sueño contigo?
- Bueno, es que estoy enfadado contigo Naroa.
- ¿Conmigo? Mira, perdona, pero con todo lo que tengo encima, que tú, un tío que no conozco de nada y al que sé que no le he hecho nada me diga que está enfadado conmigo...como me me suda el coño...
Raoul empezó a reir mientras miraba a Naroa.
- Naroa me encantas de verdad. Pero estoy enfadado porque no estás luchando por lo que quieres.
- ¡Madre de dios! ¿Esto es por Kepa?
- Efectivamente es por Kepa, Naroa...mira, no puedo contarte nada pero las cosas han cambiado y ahora puedo asegurarte que puedes confiar plenamente en él. Todo lo que te ha contado es verdad. Y tú sabes que Kepa nunca miente.
- Mi subconsciente es una puta mierda, me está diciendo lo que yo quiero oír...
- Puede que si o puede que no Naroa...pero a mi no me engañas, tú estás enamorada de Kepa hasta los ojos y no lo perdonas porque tienes un miedo terrible de que vuelva a hacerte lo mismo...
- Algo así Raoul, algo así...
- Dime una cosa, ¿tú que harías porque tu hermano apareciera?
- Lo que fuera Raoul, lo que fuera... -bajó su mirada hasta su vientre y Naroa se puso las manos encima de el de forma protectora negando con su cabeza.
- ¿Y Kepa? ¿Perderías a Kepa, dejarías de quererlo por tener a tu hermano a tu lado?
-Si -dijo Naroa sin dudarlo.
- Pues entiende ahora lo que hizo Kepa por su hermano. Confía más en él Naroa...te juro que esta vez no te va a fallar...
- ¿Y tú como lo sabes?
- Yo lo sé todo cariño...y por cierto, aún no has ido a verme, eso no te lo perdono...
- Bueno yo...
Naroa se despertó después de haber dormido toda la noche. Estaba sola en la cama. Se levantó pensando en el sueño que había tenido y se río. Que guapo estaba Raoul. Se huviera quedado más rato allí charlando con él. Tenía que ir a ver el musical, a poder ser con Chris. La realidad volvió a golpearla. Christian seguía desaparecido y ella no lo soportaba más. Necesitaba a su hermano, lo necesitaba pero ya. Se echo las manos a la cara pensando en él . Tenía que aparecer. Un par de días más y estaba pensando en ir ella misma a buscarlo. Una locura, pero estaba desesperada.
Decidió darse una ducha para espabilarse. Salió de la habitación y vió a Kepa sentado en el sofá con su cabeza apoyada en sus codos. El resto se habían ido a sus casas con la promesa de volver en unas horas.
- Voy a ducharme - le dijo Naroa llevando su ropa en las manos.
- ¿Necesitas ayuda? - le dijo él levantándose.
Ella negó con la cabeza y se metió en el baño. Fue cerrar la puerta y se llevó las manos a la cara ahogando el llanto. Lo de ayer fue muy duro para ella. La posibilidad de que su hermano estuviera muerto la tenía que no vivía. Su hermano tenía que estar vivo. Tenía que estarlo. Tenía que aparecer. Por una vez en la vida se merecían algo de suerte.
Y luego todo lo de Kepa. Hablar con él fue una liberación. En sus ojos, en sus palabras y en sus gestos con ella vio de nuevo al hombre del cual estaba enamorada. Dos días llevaba a su lado sin moverse. Naroa terminó de ducharse y se vistió con un pantalón corto y una camiseta ancha de tirantes. Se miró la barriga en el espejo y sonrío. Se le notaba un poquito, muy poco pero lo suficiente para hacerla feliz.
Salió del baño y fue a su habitación para ponerse unos calcetines cuando vio a Kepa sentado en el suelo. Él levantó su cabeza con los ojos brillantes. Había estado llorando. Y en ese mismo instante, en ese mismo momento, Naroa tomó una decisión.
Se acercó a él y se agachó hasta sentarse entre sus piernas. Kepa le hizo un hueco entre sus brazos rodeándola posesivamente. Aspiro su fragancia a flores y la estrechó aún más hacia su pecho. Su corazón latía tan deprisa que creía que se le iba a salir del pecho. Amaba a esta mujer más que a su vida y pensaba luchar por ella con uñas y dientes con tal de recuperar su amor. No pensaba rendirse.
- Dime que no te vas a ir más Kepa, dime que no vas a dejarme. Haz que confíe en ti. Te necesito a mi lado. Te necesito conmigo.
Los ojos llorosos de Naroa lo miraron mientras ella se giraba para hablarle. Kepa acarició su mejilla y junto su frente con la suya.
- No voy a dejarte en la vida. Voy a luchar porque me quieras de nuevo.
- Si yo no he dejado de quererte.
- Ni yo a ti. Pero tengo que recuperar casi dos meses contigo y tengo que hacer que confíes en mi. Que no dudes ni un segundo de mi amor por ti Naroa.
- ¿Es verdad que no vas a casarte?
- Si, si es verdad. Te lo dije anoche. No voy a casarme con Carly. Y si alguna vez me caso, será contigo.
Naroa dejo escapar un jadeo entrecortado y abrazo con fuerza a Kepa como no queriendo dejarlo escapar.
- Te perdono. Te perdono porque te amo y porque creo en ti - le dijo ella totalmente perdida en él.
Naroa se giró y se puso de rodillas mirando a Kepa. Puso sus manos detrás de su cuello haciendo que las de él se posaran en su cintura. La miraba embobado con cada palabra que ella le decía.
- Te juro que jamás te lo echaré en cara Kepa. Solo quiero que me prometas que esta pesadilla no volverá a pasar nunca más.
- Te lo prometo.
Se miraron a los ojos durante unos segundos y ya no pudieron aguantar más. Naroa fue la que acortó la poca distancia que los separaba y poso sus labios en los suyos. Fue una caricia lenta. La de dos bocas que vuelven a besarse y encontrarse. Se besaron despacio para profundizar el beso ha medida que lo necesitaban. Se tomaron su tiempo, con calma, disfrutando de los besos que se entregaban el uno al otro.
- Te amo Naroa.
- Y yo a ti.
Kepa bajó sus manos poco a poco hasta posarlas en su vientre. Tocó su barriga emocionado dejando que las primeras lágrimas asomaran por sus ojos. Naroa tembló de felicidad, de sentir como él acariciaba su vientre ligeramente hinchado por su bebé.
- Sea quien sea el padre, va a ser un bebé muy querido.
Le dijo Kepa dándole un corto beso en los labios. Naroa lo abrazo sintiendo el furioso latido de su corazón y totalmente segura de que había hecho lo correcto.
Estaba con el amor de su vida y esta vez no lo iba a dejar escapar.
📅 Al día siguiente...
Otro día. Y más de lo mismo. Chris seguía sin aparecer. Naroa estaba que no vivía. Sino fuera por sus amigos y por Kepa se habría vuelto loca hace tiempo. El joven portero no la dejaba ni a sol ni a sombra, y Jax lo mismo. En ese sentido se sentía muy arropada por ellos. Aunque mirándolos sabía que tendrían que hacerse la prueba de paternidad cuanto antes. No podían seguir más con esta incertidumbre.
Naroa estaba en la cocina. Escucho el timbre de la puerta y fue Kepa quien abrió. Ella salió para ver quien era. Oliver entró como una exhalación. Puso sus manos en sus hombros y le sonrío por primera vez en tantos días.
- ¡Lo han encontrado! ¡Lo han encontrado y está vivo!
Naroa se abrazó a Oliver llorando emocionada. Por fin, por fin habían encontrado a su hermano. Empezó a llora desconsoladamente fruto de los nervios de tantos días. Se separó de su cuñado y buscó a Kepa para poder sentir sus brazos mientras Oliver les contaba que había aparecido en una pequeña aldea irakí y ya lo estaban trasladando hacia España, que si no pasaba nada esa misma noche estaría en Madrid. Al parecer estaba bien de salud, pero lo ingresarían en un hospital para hacerle un exhaustivo reconocimiento. Que todo era secreto y que les contarían lo que el Ministerio autorizara.
- Ves preciosa mía, al final las cosas siempre salen bien -le dijo Kepa abrazándola.
- Te amo ¿sabes?
- Y yo a ti mi niña bonita.
📅 MÁS TARDE
Naroa pudo entrar por fin a ver a su hermano casi a las doce de la noche. Habían intentado convencerla de que podría verlo al día siguiente pero ella se había negado. Llevaba casi una semana esperando este momento y nadie la iba a separar del lado de Christian. Los médicos le habían dicho que no tenía ninguna lesión grave, sólo algunas contusiones y un par de costillas rotas, nada más. Los detalles del accidente eran anónimos, sólo les dijeron que su hermano se había salvado gracias al inyectable de su asiento, lo demás, era secreto de sumario.
Naroa empujó la puerta de la habitación con mucho cuidado. Iba cogida de la mano de Oliver. Ella quería que su novio también fuera el primero en ver a su hermano. Cuando entraron en la habitación individual, Christian estaba acostado en la cama con un suero en su mano y una máquina que medía su ritmo cardíaco. Todo esto era por protocolo.
El muchacho alzó sus ojos y cuando los vio le sonrió. Naroa empezó a llorar caminando los pocos metros que le separaban de su hermano.
Oliver se acercó a él con mucho cuidado abrazándolo y besándolo .
- Mí amor - le dijo Christian abrazándolo.
- Dios Chris, creí que te perdía.
La pareja de novios hizo llorar a Naroa mientras se abrazaban y besaban. Se intercambiaban tiernas palabras de amor y nuevas promesas. Oliver se apartó para que Naroa pudiera abrazar a su hermano.
- ¿Y está chica tan guapa quien es amor?
Le dijo Christian mirando confundido a su hermana. Naroa trago saliva temblandole todo el cuerpo. Se acerco un poco más sintiendo que las lágrimas le caían por las mejillas sin ningún control.
- Christian -le dijo ella con apenas un hilo de voz.
- Perdona pero no sé quién eres...
- Oh dios mio -Naroa se puso las manos en la cara llorando desconsolada. Su hermano no sabía quien era. Creyó morir.
- Te pareces mucho a mi hermana. Pero ella no tiene el barrigón que tienes tú, enana.
Naroa se quito las manos a la cara para ver como su hermano la miraba riéndose.
- Eres un gilipollas y un desgraciado - le grito ella- casi me muero del susto, estoy embarazada ¿sabes?
- Lo sé. Y estás preciosa por cierto. Anda ven aquí.
Naroa llegó hasta la cama y se arrojó a los brazos de su hermano llorando de nuevo. Él acarició su mejilla con mucha delicadeza y la besó por todos lados.
- Te quiero mucho Chris. Joder, casi me muero sin ti.
- Yo también te quiero hermana -Chris bajó sus manos hasta acariciar su vientre muy emocionado - el saber que iba a ser tío es la razón por la que no me he vuelto loco. No iba a dejar que lo cuidaras tú sola.
- Con respecto a eso...
Naroa se mordió el labio mirando a su hermano.
- ¿Tenemos ya el padre?
Naroa salió de la habitación de su hermano tremendamente feliz. Después de tantos días con la incertidumbre de saber si estaría vivo o muerto, no quería separarse de él. Pero había algo que tenía que hacer y no podía esperar más.
Fue a la sala de espera y Jax y Kepa estaban sentados hablando civilizadamente. Cuando ella llegó se levantaron de su sitio para preguntarle por Chris. Naroa les contó que estaba bien y que pasaría un par de noches en el hospital y después le darían el alta.
- Creo que ya ha llegado la hora - les dijo Naroa cogiendo ambas manos.
- ¿La hora de que Naroa? - le preguntó Kepa.
- De saber quién es el padre de mi bebe.
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