32. Cuando Christian Se Enteró De Lo mío
📅 Casi finales de Enero
En cuanto veo salir a Maria por la puerta de la terminal voy corriendo hacia ella lanzándome a ella como una loca. Los brazos de mi suegra me envuelven en un cálido abrazo mientras la escucho reírse.
- Joline, que ganas tenía de verte -le digo mientras le beso la cara. Ella acaricia mi mejilla y vuelve a abrazarme de nuevo.
-Y yo a ti Naroa -me responde ella sonriéndome feliz.
-Yo también quiero besos -me dice Aritz viniendo hacia mi. Abrazo a mi cuñado y hasta dejo que él me levante del suelo entre mis risas.
Maria y Aritz han venido a pasar el fin de semana. Kaia se ha quedado con su padre porque a Peio le cansan los viajes. Esta noche el Atlético juega contra el Bilbao y no querían perderse el partido. Sobre todo desde que Kepa es titular indiscutible en el club rojiblanco. Incluso lo llamaron de la seleccion y aunque no jugó por lo menos lo convocaron.
Salimos del aeropuerto en dirección al aparcamiento. Yo voy agarrada a Maria y estoy sumamente feliz de que esté aquí. Llegamos a mi coche y les abro el maletero para que metan sus maletas.
- Al final te has quedado el coche - me dice Aritz riéndose.
- Si hijo, si. Pero no quería -ruedo mis ojos de manera dramática.
- Ya lo sabemos Naroa. Menudo disgusto le diste a Kepa - Maria se sube en la parte de atrás del coche y Aritz de copiloto conmigo.
- Es que no me gusta que me haga regalos tan caros... no me siento bien cuando lo hace -les respondo arrancando el coche.
- Lo sé cariño - dice Maria desde la parte de atrás - pero mi hijo te lo compró con muchísima ilusión...
- Si, si lo sé, ya nos peleamos por eso. Pero bueno, al final me lo he quedado. Es un regalo suyo y para mi eso es lo más importante.
Aritz me da un apretón en el brazo sonriéndome mientras los llevo a casa de Kepa.
- Supongo que pasaras el día con nosotros ¿no Naroa? - me pregunta Maria.
- Mamá, lo mismo Naroa tiene cosas que hacer. No me la agobies.
- Pues lo que tengo pensado es estar todo el día enganchado a tu madre Aritz, así qué. Aunque lo único que tengo que hacer es recoger a mi hermano para ir a ver el partido.
- ¿Y porque no le dices a tu hermano que se venga a comer con nosotros? Me encantaría conocerlo Naroa -me dice Maria.
- Pues... no lo había pensado. Pero seguro que si se lo digo se viene. Su novio no ha podido venir este fin de semana y está solo en casa - le respondo yo.
- Pues perfecto. Dile que se venga. Estoy deseando ver si tu hermano es tan dulce como tú Naroa.
- Uy Maria. En cuanto conozcas a mi hermano lo vas a querer adoptar. Él es más bueno que yo ochenta veces -le contesto riéndome.
- Ay cariño - me dice ella- eso es muy difícil Naroa. Porque Kepa no me deja, pero por mi te llevaba a Ondarroa para tenerte bien cerca.
📅 MÁS TARDE
Ha sido conocer a la madre de Kepa y Christian se ha enganchado a ella como si la conociera de toda la vida. Los dos han conectado de maravilla y mi suegra no para de reírse con las ocurrencias de mi hermano. Hemos ido a comer a un restaurante de comida japonesa. Ha sido idea de Chris y después de probar las Gyozas de pollo creo que se ha convertido en mi sitio favorito. En un par de horas es el partido del Atlético. Le he mandado una foto a Kepa de la comida y me mandado un audio diciéndome que está muy contento de que estemos los cuatro juntos.
Ainara no va a ir al partido. Dice que no quiere ver a Alex, sobre todo ahora que ella y Ferrán están "en algo". Dice que la sorpresa que le dio en Nochevieja fue suficiente para darse cuenta de que en verdad le gustaba al valenciano, y que por lo menos se merecía una oportunidad.
En cuanto terminamos de comer decidimos ir al Metropolitano para no pillar mucho tráfico. Kepa me dijo el otro día que los familiares de los jugadores aparcan dentro del estadio, así que 20 minutos después llegamos al campo y aparco en la plaza de garaje que me dijo mi amado y maravilloso novio.
- Tienes que venir a Ondarroa, Christian -le dice María a mi hermano mientras enlaza su brazo con el suyo- le vas a encantar a Kaia, seguro que quiere adoptarte como hermano.
- Parece que mi hermana no tiene bastante con Kepa y conmigo -me dice Aritz sonriendo.
- Kaia es de la misma edad que Chris, Aritz, no protestes ¿quieres?
Aritz hace como que cierra su boca con cremallera mientras yo me engancho a su brazo. Le enseñamos al guarda de seguridad nuestra acreditación y nos acompaña hasta el ascensor. Entramos en el y le damos a la planta 4 que es donde está el palco Vip de Kepa. Salimos del ascensor en cuanto llegamos y ya empieza a haber mucho ambiente en el campo. Veo a Ana y la saludo cogiendo en brazos a la pequeña Sara. Le presento a la madre y al hermano de Kepa y estamos un rato hablando con ella hasta que nos vamos a nuestro palco.
Pau y Elena llegan al poco rato. El rubio saluda muy cariñosamente a mi suegra, pues ya se conocían de antes gracias a Ferrán. Diez minutos antes de que empiece el partido nos vamos a nuestro palco. María se sienta en medio mía y de Christian. Está claro que mi hermano la prefiere a ella antes que a mi algo que no me enfada, al contrario me alegra.
- En dos semanas es el cumple de Ainara - me dice Elena sentándose a mi lado - podríamos hacerle una fiesta sorpresa o algo así, ¿que te parece?
- Pues que estaría guay - le respondo - ¿donde podríamos hacerla?
- Pues no sé. Le podríamos preguntar a Ferran a ver lo que se le ocurre... ahora que son novios.
Le sonrío a Elena y empezamos a planearle la fiesta hasta que empieza el partido. Le he preguntado a Aritz que con quien iba y dice que por supuesto que con su hermano.
Me paso todo el partido nerviosa. El Bilbao está jugando mejor que el Atlético y no paran de bombardear la portería de Kepa. No sé como mi novio no me escucha desde aquí de los gritos que estoy pegando. Por suerte, el partido termina con victoria de los colchoneros con un gol de Marcos. Mientras esperamos a Kepa, Christian y yo vamos a la barra a pedir un botellín de agua.
- ¿Te has abierto ya una cuenta de Instagram? -me pregunta él mientras me quita el flequillo de la cara.
- ¿Yo? ¿Para qué? -le digo con cara de asco.
- Ahora eres la novia de un futbolista famoso, ya te queda poco para ser influencer -Christian se ríe mirándome y yo le pego un puñetazo para que deje de chincharme.
- Dime otra vez que eres la novia de Kepa porque no me lo creo -la voz de Puado acercándose a nosotros hace que se me erice la piel. Me giro y lo veo venir hacia mi con toda su sonrisa más maléfica.
- Díselo tú a Kepa, a ver lo que te dice. Que la última vez te quedaste a esto de que te diera una buena hostia -le digo haciéndole un gesto con el dedo índice y pulgar.
- Amigo, no sé lo que habrás pagado por ella, pero a esta tía le va la marcha. Aunque lo mismo a ti te ha cobrado menos que a Kepa -Puado se gira esta vez hablándole a mi hermano y a mi se me hiela la sangre sobre todo al ver la cara que pones Chris.
- Mira tío, no sé quien coño eres -le dice Christian- ni de lo que hablas, pero le estás faltando el respeto a mi hermana y si mi cuñado quiso pegarte y no lo hizo, yo no tendré tantos problemas como él...que para lo que juegas da igual que te lesione para un mes.
La cara de Puado es un poema, sobre todo cuando mi hermano se pone delante de él. Una cosa es ser futbolista de élite y otra ser militar. El futbolista colchonero se da la vuelta mirándome con cara de asco y yo aprieto mis labios nerviosa mirando a mi hermano.
- ¿Me vas a decir a que ha venido eso Naroa?
- Joder. Te lo cuento luego ¿vale? cuando estemos solos.
- ¿No me va a gustar lo que me vas a contar, verdad? -trago saliva mirando a mi hermano y asiento con la cabeza.
- Luego hablamos Chris, te lo prometo.
Mi hermano frunce el ceño y lo veo mirarme algo cabreado. María y los demás vienen hacia donde estamos nosotros y yo ya no tengo ganas de nada. Intento sonreír y seguir con las conversaciones pero mi hermano no me quita la vista de encima y me siento terriblemente mal. Kepa y Ferrán aparecen a los pocos minutos. Saluda a su madre y a su hermano y viene a besarme a mi. Lo abrazo con fuerza durante unos segundos más de lo normal.
- ¿Qué te pasa Naroa? -me pregunta él acariciando mi mejilla. Es increíble, pero Kepa me va conociendo cada día más y sabe cuando no estoy bien.
- Nada, no te preocupes, ¿podemos irnos?
- Claro. ¿Dónde queréis cenar?
📅 MÁS TARDE
Kepa nos invitó a cenar a María, a Aritz, a Christian y a mi en un mesón. Yo comí poco porque mi hermano seguía serio conmigo aunque no lo aparentaba con el resto. Kepa no paró en toda la noche de preguntarme si estaba bien. Y para cuando terminamos de cenar le dije que me dolía la cabeza como excusa para irme a casa con mi hermano. Tuve que convencerle de que estaría bien y Christian le prometió que cuidaría de mi y que al día siguiente me llevaría a su casa para desayunar.
Acabamos de llegar a casa y mi hermano se sienta en el sofá mirándome con los brazos cruzados. Estoy nerviosa, no, estoy atacada de los nervios.
- ¿Y bien? ¿Qué coño ha dicho ese tío de que Kepa ha pagado por ti?
Aprieto mis labios mientras siento como los dientes me castañean del frío. Empiezo a contarle todo a mi hermano. Lo del coche, lo que me propuso Ainara, como conocí a Kepa y como pagó por mi para no hacer nada. Y que nos encontramos por casualidad y empezamos a salir juntos. Las palabras fluyen solas y para cuando termino mi hermano tiene una cara que me es muy difícil de descifrar.
- Dime algo Chris, por favor -le digo casi suplicando.
- Joder Naroa. ¿Qué coño quieres que te diga? ¡Qué tenías que haberme contado lo del coche antes de hacer nada!
Chris se levanta del sofá muy cabreado apretando su mandíbula mientras me habla.
- No tienes que encargarte de todo tú sola Naroa. No tienes que cuidar siempre de mi. Joder. Que casi te conviertes en puta por culpa del maldito coche...
No puedo evitarlo y siento las primeras lágrimas rodar por mis mejillas. Siento tanto haber decepcionado a mi hermano que estoy muy triste.
- Lo siento mucho Chris. Yo no iba a hacer nada, te lo juro. Sólo fui a la fiesta y ya está. Siento mucho si te he decepcionado, de verdad.
Me llevo las manos a la cara y me pongo a llorar desconsolada. Escucho a Chris resoplar y como viene y se sienta a mi lado. Me abraza y dejo reposar mi cabeza en su pecho mientras él acaricia mi espalda.
- No llores cariño. Tú no me has decepcionado Naroa. Al contrario. Estoy muy orgulloso de ti, por como luchas por nosotros. Siempre lo has hecho, siempre has cuidado de mi. Pero la próxima vez hazme un favor y me lo cuentas...
- De acuerdo, te lo prometo Chris. Fue un error pero te juro que no volverá a ocurrir.
- Lo sé cariño. Pero mira, lo bueno de todo esto es que al parecer encontraste al amor de tu vida, ¿porqué Kepa lo es, no?
Me río mirando a mi hermano con una risa nerviosa. Es escuchar el nombre de mi novio y la cara me cambia.
- Si, si que lo es Chris, y no, no es el amor de mi vida, es el amor de mis días, de mis noches, de mis minutos y de mis segundos. Kepa es la complicación más bonita que he tenido nunca.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro