30. Ese vestido
📅 MÁS TARDE
Kepa y Naroa no se habían hablado en el taxi. El portero se había sentado en la parte de delante del vehículo lo que dificultó que la castaña pudiera hablar con él. Llegaron a "Disco Room" cerca de las una y media de la mañana. La cola para entrar casi le daba la vuelta a la manzana pero ellos no tuvieron que hacerla. Ventajas de ser quienes eran.
Subieron las escaleras hasta uno de los reservados que previamente Ferrán se había encargado de solicitar. Naroa se quitó el abrigo negro que llevaba y cuando Kepa vio lo que llevaba puesto maldijo en silencio.
Se había puesto el vestido azul, el puto vestido azul con el que soñaba tantas y tantas veces que le quitaba y la follaba hasta que ya no podía más. La muy bruja lo había hecho a caso hecho. Fue darse la vuelta después de dejar el abrigo en uno de los sofás y mirarlo mordiéndose los labios de una manera tan seductora que ya estaba empalmado vivo. Kepa se fue hacia la coctelera de champan y abrió una botella intentando calmar sus nervios. Sirvió cuatro copas y esperó a que sus amigos la cogieran para brindar.
Naroa cogió la suya y miró directamente a Kepa a los ojos sintiendo la mirada de deseo de su novio en ella. Estaba claro que no había sido mala idea ponerse este vestido sobre todo por como la miraba él, como si quisiera follársela ahí mismo.
Los cuatro alzaron sus copas brindando por el año nuevo. Naroa se bebió la suya muy despacio haciendo que su lengua saboreara el liquido amarillo que se le había quedado en el labio. Estaba provocando a Kepa. Pensaba pedirle perdón por haber sido una idiota con él, pero antes quería que fuera él quien se acercara a ella.
La música de Rauw Alejandro empezó a sonar y las dos chicas se pusieron a bailar moviendo sus caderas de una manera muy sensual. Kepa no le apartaba la vista a Naroa y estaba a cero coma de llevársela al baño y follársela hasta calmar la sed que tenía de ella.
- La vas a gastar si la miras así Arri -le llamó la atención Ferrán viendo como el portero miraba a su novia.
- Es que me tiene malo la muy bruja.
- Normal. Si lleváis dos días sin hablaros, y encima sin follar. Y ella te está provocando.
- ¿Tú también te has dado cuenta?
- Ja, ja, ja. Kepa tío, si está claro que Naroa se muere por ti. Lo que no sé porqué no vas ya y le comes la boca.
- ¿Y tú con Ainara? -Ferrán torció el gesto pero esbozó una ligera sonrisa.
- Esta noche me la llevo a un hotel. Quiero pasar la noche con ella y todo el día de mañana. Quiero hacerla sentir especial Kepa.
- Me parece muy bien tío -Kepa le dio una palmada a Ferrán en los hombros y brindaron con su copa.
De pronto escucharon como el reservado de al lado se llenaba de gente y Kepa apretó sus labios algo cabreado. Su compañero de equipo Javi Puado acababa de llegar con sus amigos, gente tampoco muy recomendable, al igual que ellos. De hecho, cuando entraron, algunos se habían fijado en las dos chicas que bailaban ajenas a sus miradas lascivas.
- ¿No tendremos problemas, verdad? -dijo Ferrán apurando su copa
- Espero que no. Aunque tú ya te has quitado de en medio a Alex, no me importaría hacer lo mismo con Puado.
Cuando terminó la canción, Naroa fue a la barra a pedirse un refresco. Estaba muerta de sed y no le apetecía beber más alcohol. Sentía cada mirada de Kepa en su cuerpo y contaba los minutos para que él dejara su orgullo y se acercara a ella. Sintió una presencia a su lado y se giró sonriendo pensando que era su novio. Pero la sonrisa se le congeló en la cara al ver que no era él.
- Vaya sorpresa. Si no es por el vestido ni te reconozco, Tara.
Puado miró a Naroa de arriba a abajo deteniéndose en sus pechos, algo que hizo sentir a ella sumamente incómoda. No supo que decirle, sobre todo cuando él pasó uno de sus dedos por la piel desnuda de sus hombros haciendo que a ella se le revolviera el estómago.
- Me apetece pasar un buen rato Tara, pagándote, claro.
- Vuelve a tocar a mi novia y te parto la cara Puado.
La potente y grave voz de Kepa hizo respirar de alivio a Naroa. Llego hasta ella y la agarró de la cintura atrayéndola hacia su cuerpo. Javi los miró sorprendido y se puso a reir.
- ¿Tu novia? No me hagas reír Kepa. Que le hayas pagado porque esté contigo aquí esta noche no le hace ser tu novia.
Kepa se separó de Naroa y agarró a su compañero de la camisa haciendo que su cuerpo se irguiera. Ferrán que lo vio todo fue también hasta ellos pidiéndole a Ainara que fuera con Naroa.
- Entérate bien cabrón. Naroa no es ninguna puta de las tuyas. Es mi novia. Pagué por ella para que la dejarais en paz y poder sacarla de allí. Ella sólo fue a la fiesta equivocada con las personas equivocadas, pero por suerte, estaba yo allí.
- Buah, que bonito Kepa. Como si fuera Pretty woman.
- Puado, ya le dí de hostias a Collado -le dijo Ferrán acercándose hasta ellos- no me hagas dártelas a ti también, que se me da de puta madre.
Puado miró a ambos chicos tragando saliva. Kepa lo soltó de la camisa y el extremo atlético se recompuso como pudo.
- Puado, no me hagas hablar ¿quieres? -le dijo Ainara viniendo hacia donde estaban los chicos- la última vez que llamas puta a mi amiga. Ya nos puedes estar dejando en paz a las dos o te juro que cuento tus "sucios secretillos", tú ya me entiendes...
Puado se puso encendido y bajo sus ojos avergonzado. Se zafó de las manos de Kepa y se volvió junto a sus amigos. Unos minutos después abandonaban el reservado de la discoteca sin mirar atrás. Kepa se dió la vuelta y acarició la mejilla de su novia con mucha ternura.
- ¿Estás bien cariño?
Naroa asintió y se acercó a él para abrazarlos. Sus brazos rodearon su cintura y los de él sus hombros. Depositó un beso en su cabeza y se separó de ella con una pequeña sonrisa.
- Y ahora quiero verte bailar con ese puto vestido que me trae por la calle de la amargura.
Mientras Ainara y Ferrán estaban bailando abrazados, Kepa y Naroa estaban sentados en un sofá, ella encima de él. Kepa tenía sus manos en su muslo rozándolo con tiernas caricias de sus dedos. Y aparte que no podía quitarle la vista de encima a su escote.
- Me has mirado las tetas ochenta veces Kepa.
- Y las que me quedan. Es que hija mía, vaya escote que me llevas, me tienes loco ésta noche con ese vestido.
- ¿Cómo de loco? -Naroa se acercó para susurrarle al oído y de camino pegarle un pequeño mordisco en su oreja que hizo que su polla le recordara que estaba ahí.
Kepa subió su mano lentamente por el muslo de su chica hasta colarse entre sus piernas y rozar el encaje de sus braguitas. Estaban de espaldas a sus amigos y ajenos a miradas curiosas. Naroa lo miró fijamente a los ojos y acercó su boca a la suya para besarlo como a ella le gustaba, muy lento, recreándose en cada centímetro de sus labios.
Los dedos de Kepa presionaron en su sexo haciendo que ella se retorciera y gimiera en la boca del chico. Sus besos lo estaban matando a él también porque lo tenían sumamente excitado.
- Kepa - le dijo Naroa mientras sentía como sus dedos la presionaban allí donde tanto lo necesitaba.
- Estoy a punto de llevarte a uno de esos baños y follarte Naroa. Lo que pasa es que he tenido otra idea.
Kepa volvió a besarla moviendo sus dedos en círculos. Naroa le puso las manos en el cuello y tiró de él para profundizar más el beso y comerse literalmente esos labios que tanto la encendían.
- ¿Qué idea? -le dijo ella con la voz entrecortada. Kepa sacó las manos de dentro de sus muslos y la hizo levantarse.
- Nos vamos preciosa.
Kepa tiró de ella y le dio su abrigo para que se lo pusiera. Llevo uno de sus dedos y se lo puso en los labios a su chica recorriendo con extremada delicadeza su labio superior.
- Y no quiero protestas Naroa, estoy harto de peleas ¿de acuerdo?
Ella tragó saliva y lo miró asintiendo. Fueron a despedirse de Ferrán y Ainara y salieron de la discoteca cogidos de la mano. En la misma puerta cogieron otro taxi. Se montaron en la parte de atrás y Kepa le dio la dirección al taxista.
- Al Hotel Westin Palace por favor.
Naroa abrió sus ojos sorprendida mirando a su novio mientras él le daba un beso en la mejilla. Kepa sacó su móvil y se puso a teclear durante unos minutos mientras el taxi avanzaba por las calles de Madrid. Cuando terminó, guardó su móvil en el bolsillo de su chaqueta y se giró para mirar a su novia con una gran sonrisa.
- Me llevas a un hotel -le dijo ella haciendo un gesto con la nariz que a él le pareció sumamente gracioso.
- Ferrán me ha dado la idea. Es sábado y hasta el lunes por la tarde no tenemos que ir a entrenar, así que tú y yo nos vamos a quedar en el hotel pidiendo del servicio de habitaciones, bañándonos desnudos en la bañera y haciendo el amor como locos Naroa.
Kepa le habló al oído haciendo que ella se estremeciera de deseo por él, sobre todo cuando puso una mano de nuevo en su muslo recordándole lo que habían estado haciendo hacía unos instantes en el sofá de la discoteca.
- Tengo unas ganas de follarte con ese vestido Naroa que no son ni normales.
Kepa acercó sus labios a los de la chica y la besó apasionadamente. Ella se abandonó a los besos de su novio disfrutando de cada caricia y cada pequeño mordisco de su boca. Llegaron al hotel un cuarto de hora después. Kepa le pagó al taxista y entrelazó sus dedos con los de su novia para entrar en el hotel. Naroa se quedó muy sorprendida al ver el impresionante hall y el lobby donde estaba la recepción. Los techos eran altos y ostentosos. El hotel gritaba lujo por todos lados y ella se sintió como una extraña porque no estaba acostumbrada a esto.
Kepa deslizó sus brazos por su cintura y fueron juntos al mostrador de recepción mientras Naroa seguía mirándolo todo emocionada.
- Buenas noches. Tengo una reserva a nombre de Kepa Arrizabalaga.
La chica de recepción le sonrío amablemente al chico y después de teclear en su ordenador y confirmar la reserva, le tendió una tarjeta magnética.
- Suite Royal, cuarta planta señor.
- Mi novia y yo celebramos hoy nuestro aniversario, ¿cree que podrían subirnos una botella de champan a la Suite ?
- Claro, por supuesto. ¿Qué champan prefiere señor?
- Don Perignon, gracias.
Naroa contuvo su sorpresa y dejó que Kepa cogiera su tarjeta para subir las escaleras y salir al amplio hall cuya bóveda acristalada la dejo sin palabras. Su novio la condujo de la cintura hasta los ascensores donde un amable botones les atendió. Naroa se abrazó a Kepa y él le dió un beso en la mejilla.
El botones les acompañó hasta la misma puerta de la Suite no sin antes ofrecerles su ayuda para lo que necesitaran. Kepa abrió la habitación con su tarjeta y dejó que Naroa pasara primero. Cuando lo hizo ella se llevó las manos a la cara casi sin poder creérselo. La habitación era enorme y bastante moderna. Naroa curioseó por ella mientras Kepa la miraba riéndose. No sólo era la cama King, era el baño con sauna y una enorme bañera con un montón de productos de belleza de Bulgari y Loewe, un minibar, un televisor con pantalla plana, un comedor con una mesa para ocho personas, una cocina, una biblioteca-estudio con una chimenea de mármol... era como un pequeño piso de lujo todo en uno. Y con vistas a la Fuente de Neptuno.
- ¿Te gusta? -Kepa la abrazó por la cintura mientras ella miraba a través de la ventana. Naroa se dio la vuelta y puso sus brazos en su cuello mirándolo a los ojos.
- Esto es una pasada Kepa. Joder, me siento ahora mismo como una princesa.
-Bueno, es que eres mi princesa cariño.
- Esto ha debido de costarte...
Kepa acercó sus labios a los suyos para que se callara. Se besaron ardientemente. Se deseaban y mucho, llevaban dos días sin estar juntos y para ellos eso era un mundo.
- Gano mucho dinero Naroa y quiero gastármelo en nosotros. Que te quede claro. Ya te dije que iba a darte todo de mí. Olvídate del dinero amor. Solo piensa en el sitio tan increíble donde estamos y lo mucho que lo vamos a disfrutar
- Vale. Esta bien. No protesto más porque la sorpresa me ha encantado.
- Me gusta darte caprichos .
Naroa entrelazo sus manos detrás del cuello de Kepa y lo miro con unas ganas y un deseo por él que no podía aguantarse más. Se besaron de nuevo esta vez con más urgencia, con besos ansiosos y llenos de lujuria.
Tocaron a la puerta y Kepa abandonó los brazos de su novia para ir a abrir. Naroa se quedó en la sala de estar quitándose el abrigo. Lo puso en una de las sillas y se sentó en uno de los sofás. Un camarero entró colocando una coctelera con champan cerca de uno de los sofás. Les preparó una de las mesas con las copas y pequeños platos con fresas con chocolate para después marcharse de allí deseándoles feliz estancia.
Kepa fue hacia la coctelera y cogió la botella de champan para abrirla. Naroa se acercó a él cogiendo la copa que él le tendía. Los ojos de Kepa refugian de deseo por su novia.
- Feliz Año nuevo amor - le dijo Kepa mientras chocaba su copa con la de ella.
- Siento no haberte besado cuando dieron las campanadas...
- Tranquila, ahora te voy a dar yo las doce campanadas...
*** Quiero dar las gracias desde aquí a todas aquellas personas que están leyendo esta historia y que les está gustando.
Supongo que ya sabéis lo mucho que me gusta añadir escenas sexuales en mis historias. Los que me conocéis de otras novelas ya lo sabéis. Hasta ahora nadie se ha quejado (ese quiere decir que lo que escribo y cómo lo escribo os gusta ¿no?).
De todas maneras, esta es mi manera de escribir y es como me gusta. Pero, siempre acepto sugerencias.
Y aunque nunca os, lo digo, si os apetece, votad y comentad, y sino, no pasa nada. Lo importante es que os guste mi historia.
Como siempre, muchos besos y abrazos ***
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