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El Payaso


Una vez más los raritos es enfrentaban a su enemigo jurado: Upskyde.

La tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo. Sarvente vigilaba a su enemigo tratando de mantener la calma, si bien estaba dispuesta a pelear hasta las últimas consecuencias, liberar su esencia demoniaca por completo podía ser peligroso, así que buscaba a toda costa estar tranquila con ejercicios de respiración, en contraste con ella, Ruv no tenía problemas en desatar su furia, aunque esta no era evidente, su perpetua inexpresividad hacía imposible adivinar sus pensamientos.

Por su lado Upskyde ya denotaba su agresividad en su seño fruncido, no le perdonaba a esa pareja el haber arruinado sus planes, finalmente luego de mucho por fin tenía a Whitty en sus manos y en un instante la operación que tanto habían planeado fracasaba por culpa de esos dos, pero ahora sus prioridades eran otras, esta vez no estaba allí por Whitty, ni por Ruv, iba tras Sarvente.

—Sé que no será así de fácil... Pero la ley me obliga a preguntar de todas formas. Señorita ¿Nos haría el favor de acompañarnos? —Preguntó la Nube tratando de ocultar su desprecio.

—¿Con qué intenciones? Porque hasta donde yo sé, tú no eres una buena persona. —La demonio agitó sus alas alterada.

—Nuestras intenciones no son malas, solo tenemos un objetivo, mantener a salvo a la humanidad. Y tú eres una demonio, claramente no es normal que estés aquí, por lo tanto representas una amenaza para nuestros habitantes.

—¿Y tú que sabes sobre ella? —Gritó Ruv— He pasado cada día de mi vida de los últimos años a su lado y ella jamás le ha hecho daño a nadie.

—Al igual que la señorita Carol con Whitty, pero que sean buenos con ustedes no significa que no sean peligrosos para alguien más.

"No es justo, llevo años esforzándome, tratando de demostrar que soy buena aún siendo lo que soy y no es suficiente... Yo solo quiero cambiar, pero no me dan la oportunidad" Pensaba Sarvente mientras una lágrima rodaba por su mejilla.

—¡Si se la quieren llevar tendrán que pasar sobre mí primero! —Declaró el ruso mientras se tronaba las manos.

—Esa decisión ya estaba tomada señor Ruvyzvat.

"No importa lo que haga... No importa lo que intente... ¡Ellos jamás me veran como su amiga! Pero si quieren que sea un demonio ¡Entonces lo seré!... ¡No! No no no, no debo pensar en eso, no puedo perder el control, yo soy buena, yo soy buena"

Sarvente estaba teniendo una especie de lucha interna contra sus instintos de demonio, la enrabiaba pensar en los prejuicios que tenían contra ella y su furia fortalecía su lado demoniaco.

—Entonces ¿Cuándo comienza la pelea? —Preguntó Ruv.

—Ahora— contestó el hombre de blanco.

Mientras esa conversación se llevaba a cabo, Carol conducía buscando alejarse lo más posible de la zona del conflicto, pero no pudo llegar muy lejos porque una señal de Stop gigante apareció en medio de la carretera obligándola a dar la vuelta, más señales de Stop aparecieron por los costados de la carretera cerrando cualquier via de escape posible y la morena quedó varada en el camino a merced de sus atacantes. El responsable de la mágica aparición de estos carteles no tardó en presentarse, un payaso zombie de piel verde aterrizó frente a Upskyde y se quedó allí de pie, temblando, esperando sus próximas órdenes.

Ruv lo miró en silencio, había algo en él además de su aspecto putrefacto que le daba muy mala espina, presentía que esta criatura era muy peligrosa.

—Premítanme presentarles a Tricky, nuestro amigo de Nevada,  fue una captura verdaderamente desafiante, pero tras un largo proceso de rehabilitación.... —Tricky se abrazó a sí mismo tratando de suprimir algunos recuerdos muy desagradables— ahora está reformado y del lado correcto, por supuesto no podemos dejarlo ir impune luego de los crímenes que cometió, pero puede redimirse, por eso está aquí dispuesto a pelear contra ustedes a cabio de su libertad.

—Aagggghhhh.

Tricky emitió un sonido gutural que buscaba formar palabras pero que solo resultó en un gruñido extraño.

—¿Qué no te enseñaron a hablar en Nevada? 

—¿A-acado tienes calor? —Preguntó a su vez el payaso viendo como Ruv se quitaba la chaqueta y su gorro.

—No, sólo no quiero ensuciarlas con tu sangre de zombie.

Ni bien hubo dicho estas palabras, Ruv se abalanzó contra Tricky empujándolo hasta que se estrellaron contra uno de los autos de Upskyde, todos los soldados que los escoltaban se hicieron a un lado dejándoles espacio para que lucharan solos, así era más seguro.

Mientras eso ocurría, Sarvente aún mantenía su lucha interna, pero quien iba ganando la batalla ya se hacía notar. Pronto la demonio extendió sus alas adquiriendo una postura de seguridad completa, sus ojos brillaron de un intenso color fuccia mientras la expresión de su rostro se desfiguraba por completo, su mirada dulce se esfumó dando paso a una sonrisa sádica. Upskyde notó este cambio repentino, pero no podía precisar de qué se trataba. Aunque presentía que algo había cambiado en ella y que era más peligrosa, como siempre mantuvo la calma.

—Bueno señorita... Ahora que no hay nadie que nos moleste ¿Que decidirá?

—¡Vete al diablo!

—Bueno... Lamento que esto tenga que ser así 

Upskyde sacó un arma y le dio una señal a sus soldados quienes de inmediato se posicionaron alrededor de la demonio apuntándola, los dos coches que seguían en buen estado también se acercaron para ayudar a formar una barricada.

—Saben perfectamente que con sus armas no podrán ganarme. —Sarvente se atrevió a sonreír con confianza, si querían una masacre eso les daría.

—Ganarle no, pero sí retrasarla lo suficiente para que Tricky acabe con su amigo y venga a apoyarnos.

La sola mención de Ruv la hizo reaccionar, él no querría que manchara sus manos de sangre sólo por placer, él creía en que ella podía ser buena y no podía decepcionarlo, su deber era salvar a su querido amigo, a la persona que más fe tenía en ella, no podía estar perdiendo el tiempo con esos inútiles.

Agitó sus alas generando una onda de viento tal que todos los que la rodeaban cayeron y en cuanto los vio inutilizados, emprendió el vuelo para unirse a la lucha contra Tricky.

—Señor... ¿Está bien esto? Dejar que vaya a luchar contra nuestra arma especial... —Preguntó uno de los hombres de Upskyde preocupado.

—Sí, tampoco es que podamos hacer mucho contra ella, además, observarla es mucho más beneficioso, así podemos estudiar sus patrones de conducta para ver si obtenemos alguna información que podamos usar en su contra.

Cuando Sarvente llegó a donde estaban los dos combatientes, los encontró encima del coche ensartados en una lucha de fuerza, Tricky estaba encima de Ruv tratando de morderle la cara, mientras que el ruso se defendía como podía agarrándolo por las mandíbulas abiertas tratando de alejarlo, aunque cuando vio a Sarvente acercarse se sintió más motivado y aplicó fuerza extra arráncandole la mandíbula inferior.  

Ambos se sorprendieron un poco por lo ocurrido, Ruv incluso acercó la pieza a su rostro con curiosidad, claro que cuando se fijó en su aspecto repulsivo y su olor putrefacto no tardó en arrojarla lejos. Tricky en lugar de enojarse se apenó por lo ocurrido y salió corriendo en busca de esa pequeña parte que había perdido, sin su mandíbula inferior perdía todo su encanto... Si es que tenía alguno.

—¡Ruv! —Gritó Sarvente una vez el payaso se fue.

—¿Uh? ¿Sarvente? Pero que... —No pudo terminar la frase porque su amiga lo interrumpió de golpe.

—No tenemos tiempo para preguntas tontas, ya te contaré los cuetnos que quieras cuando terminemos con esto, pero ahora la prioridad es patear traseros, así que necesito que muevas el tuyo allá atrás donde está el cabeza de nube.

Ruv se quedó mudo de la impresión durante unos momentos ¿Esa era Sarvente? ¿Por qué hablaba de esa manera?.

—¿Hola? ¿Hay algún par de Neuronas que hagan conexión ahí adentro? —golpeteó suavemente con su dedo la cabeza del ruso.

—Pero que rayos... —La miró con detenimiento y notó la expresión de su rostro tan distinta de la normal, casi parecía otra persona — ¿Qué rayos sucede? Tú no eres así, es casi como... Espera, no me digas que tu lado demoniaco a tomado el control o algo así ¡Savernte! ¿Sigues ahí? —Aún que su cara seguía tan inexpresiva como siempre había cierto temor en su voz.

—Deja de hacer tanto alboroto, sigo siendo yo, es solo que cuando mis poderes demoniacos se liberan mi personalidad cambia un poco, pero no es para tanto.

—Está bien... Entonces dijiste que querías que peleara contra Upskyde...

—¡Aleluya! Por fin nos entendemos, ya muévete y deja de perder el tiempo, yo me haré cargo del payaso.

Ruv hizo el ademan de retirarse pero se quedó unos segundos paralizado pensando, entonces se volvió a su amiga.

—Sarvente... Por favor no vayas a hacer algo estúpido...

—Ya cálmate viejo exagerado, no haré nada de lo que me pueda arrepentir más tarde, tengo todo bajo control.

—Eso espero.

Ruv se retiró sin dejar de sentirse perturbado ante esta Sarvente tan rara y distinta del rollito de canela al que estaba acostumbrado. Se le hacía difícil pero tenía que aceptarla, era otra parte de la chica que amaba y no la podía negar.

Ya que Ruv se encargaría de Upskyde, a ella le tocaba lidiar con Tricky, así que se sentó tranquilamente en el techo del auto, cruzó una pierna sobre la otra mientras esperaba a que el payaso regresara por su revancha, porque obviamente arrancarle un pedazo de la mandíbula no era suficiente para acabar con él. 

En cuanto el zombie hubo ensamblado la parte arrancada se devolvió corriendo hasta el auto, dio un salto colosal y aterrizó en el capó hundiéndolo. Ahora estaba furioso, temblaba más que nunca y habría la boca mostrando su espantosa dentadura mientras emitía gruñidos guturales.

Sarvente ya sabía lo que se venía, conocía a toda clase de demonios y su forma de actuar, Tricky estaba a punto de desatar su poder oculto.

—Veamos... Sé que si mato a alguien, cuando todo esto pase me sentiré realmente mal... Pero supongo que este tipo podría ser la excepción, digo, es un zombie, ya está muerto ¿Verdad? Sí, tampoco creo que Ruv se enoje si lo destrozo así que no debería haber problema.... Bien, decidio, hay que matarlo.

El tiempo que demoró Sarvente en tener su monólogo interno sobre si era correcto o no matar a Tricky, le dio suficiente tiempo suficiente para completar su transformación.

Un rayo rojo cayó del cielo con un resplandor tal que todos menos Sarvente se vieron obligados a cubrirse los ojos, fueron varios los segundos en los que se vieron cegados y cuando la luz se disipó, la escena era dantesca.

El payaso ahora exhibía un color blanco que resplandecía emitiendo flamas en sus alrededores y su tamaño había aumentado tanto que ahora tenía la altura de un monte pequeño, el auto donde antes había estado parado ahora era una tortilla bajo sus pies. Sarvente se había alejado lo suficientemente rápido como para no verse afectada por su repentino crecimiento y ahora lo observaba con atención. Tras unos segundos sonrió con confianza.

—Que Dios se apiade de ti, porque yo no lo haré.

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Otro capítulo

Este sí que tuvo un cambio importante respecto al material de origen y me va a afectar mucho en capítulos futuros, aunque no en todos, lo importante de la historia sigue igual.

Una cosa que no me gustaba del original es que el autor decidió hacer dos entidades separadas que conviven en el mismo cuerpo, o sea la sarvente dulce y la sarvente lucifer, de verdad que eso no me convencía mucho y de paso no me gustan esas historias con personajes de personalidad múltiple, siento que le quitaría mucha responsablidad respecto a cualquier desastre que haga la parte mala. Quiero que el ser buena represente un esfuerzo para la chica. 

Así que opté por un ligero cambio de personalidad pero siendo siempre la misma, algo así como cuando la gente se emborracha y actúa extraño. Y eso, hasta otra.


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