Capítulo 9: Juntos
Llego al edificio y me quedo esperando en la puerta, todo mi ser entra en conflicto por lo que ha pasado y no sé qué hacer.
Tomo aire y me recuerdo la clase de persona que se supone que soy, fría, sin sentimientos ni emociones, acepto que debí tener contramedidas contra este tipo de situaciones, me doy cuenta del curso que lleva mis pensamientos, me miro en el reflejo de la puerta y me doy risa ¿La persona que se supone que soy? Más bien la persona que en realidad soy, fría, calculadora, pragmática, con esas mismas palabras podría describirme esa mujer...
Es suficiente, entro al edificio y tomo ascensor, planeo en mi mente que debo decir y que no, espero que todos se hayan ido... Bueno, que todos menos Adrián, no lo quiero reconocer pero parte de no querer entrar es porque me sentiré decepcionada si él se marchó.
Entro y lo veo esperando en una silla, en el mejor de mis pensamientos él ya se encontraba dormido, es cerca de las dos de la mañana, pero está allí aún esperándome, no quiero verle a la cara...
-¿Todo está bien?- Digo que si con la cabeza pero evito verlo, me besé con el tipo que te pone los cuernos, unos momentos antes de casi matar a una chica ¿Desde cuándo tengo conciencia?
-Lo lamento mucho, todo esto es mi culpa, no sé cómo decir esto... Pero Patricia si lo ha traicionado, yo esperaba que solo fuera una mentira pero comprobé que es real... Yo lo lamento.
-No tienes que hacerlo, lo que tenía con Patricia, había terminado hace mucho tiempo, solo no nos habíamos dado cuenta, una prueba de ello es que ella tiene una relación con otro y yo me acosté contigo-
-¿Co-co-como sabes eso?- ¿Qué? ¿Cómo es posible? Se supone que no debías acordarte.
-¿Acaso querías que lo olvidara?- ¡Ay! ¡Dios! Soy de lo peor, lo lastimé, se ve en su rostro el dolor.
-No, bueno si, es que es complicado- Quiero explicarle y a la vez no.
-No es complicado, Patricia es pasado, tú eres mi presente, listo- Ok ¿Qué? -Aunque la verdad hay cosas que no recuerdo muy bien y me gustaría recordarlas de nuevo...
Estoy bloqueada, completamente, y el maldito sonríe para luego besarme, y mi cuerpo traidor, se derrite ante él.
-Compré unas cosas para el apartamento, un televisor...
-Esta bien, ya había pensado hacerlo ¿Te quedaras al menos una semana? ¿Verdad?- Eso, cambiemos de tema, no tengo diez años, así que sé lo que viene si me quedo donde estoy.
-Ajá- ¿Qué pasó con el cambio de tema? Me sigue besando y entre la culpabilidad por lo que hice en el apartamento de Freddy y mi cuerpo traidor, termino cayendo gustosamente entre sus piernas... Termino gimiendo ¡Maldito cuerpo traidor! ¡Infiel! ¡Desleal! Y me pierdo entre la locura, la excitación y el deseo.
Me lleva a la habitación, y como ya soy una experta en ser la víctima, me dejo llevar como ovejita al matadero.
Veo una caja de condones en mi mesa de noche, alcanzo a ver una L hecha con marcador, las igual de desleales amigas que tengo, saben cómo terminaría mi noche.
-Es una excelente periodista- El sarcasmo brota de mí, naturalmente.
La cajita pareció apenas un souvenir. Son cerca de las siete de la mañana y estoy rendida, boca abajo pensando en este fenómeno, este tipo ha de ser un dios... Pero no uno griego, esos eran demasiado infieles, engreídos y conflictivos, mejor un demonio ¡Hmmm! Pero no, los demonios sexuales, siempre son representados de manera femenina, succubus, entonces un vampiro, me enfada que digan que los vampiros son dioses del sexo, o sea, están muertos, por ende no fluye sangre por sus venas, y si no lo hace pues no se les despierta... Su interés sexual por las chicas o chicos, depende del gusto del lector.
Ok, en otras palabras tengo un Adrián Marqués, ninfo del inframundo, volví a los griegos, malditos fornicadores indecentes gracias por crear un título para este chico.
Mis pensamientos se ponen en pausa, cuando siento que mi lindo ninfo está a punto de marcharse, al baño diría yo, pero se detiene. ¡Demonios! Dejé al descubierto mi espalda...
Siento sus besos en cada una de mis cicatrices, y su ternura me conmueve, y a la vez me quema, este hijo de Perséfone me ha hecho sentir la primavera y el infierno en pocos segundos, sus besos me queman, no lo hagas más por favor. Cómo si oyera mi súplica deja de hacerlo, y se queda dormido a mi lado. Trato de hacer lo mismo, espero no tener pesadillas.
Escucho pasos cerca de la habitación, al principio venían de manera normal, pero se han detenido al frente y ahora la persona anda con mucho cuidado seguramente no esperaba a nadie, pero nos ha encontrado a Adrián y a mi, no solamente desnudos sino que dormidos en posición de la cucharita, no tuve pesadillas, no sé si fue por el cansancio del ajetreo de la noche o la protección de los brazos de mi ex jefe, pero me siento aliviada, el obturador de una cámara despierta algo más que mis demonios internos, quién sea toma una foto nuevamente y se aleja despacio, Adrián intenta sacar el brazo que he estado utilizando de almohada
-Ve despacio, no creo que haya salido aún, revisa el lector de huellas... ¿Sabes hacerlo?- Alerto a mi querido ninfo de que no estoy dormida.
-Si.
-Esta bien, ve por favor, ya haré hablar esa rata cuando lo atrape- Estoy furiosa pero estoy casi segura de quién está detrás de todo esto.
Adrián se pone en pie y se pone su pantalón, y hace lo que le pedí, después de que él, yo hago lo mismo, pero no encuentro mi ropa interior de inmediato, recuerdo que la dejé en el pasillo, golpeó mi frente con la mano abierta, me pongo una camisilla que es todo lo que hay, el armario queda muy lejos para ir por ropa y me tomaría más tiempo, solo quiero ir por la rata.
Encuentro los boxer tipo pantaloneta de Adrián y sin pensarlo dos veces me los pongo, mientras me dirijo a la cocina consigo mi bate de béisbol.
Me encuentro con Adrián de frente, al parecer revisaba las otras habitaciones, me queda mirando y puedo jurar que me ha desnudado con la mirada ¿Este hombre no se cansa? ¿En serio podría con más?
-No hay nada en el lector de huellas, ni en la sala de estar o...-
-Ah, eso es porque estaba en la oficina imprimiendo, pensé que no había nadie porque habían unas cosas en la puerta- Freddy señala unas bolsas encima de la isla -Que niños tan desordenados, dejaron un montón de ropa tirada.
-¿Qué haces aquí?- Le interrumpo furiosa.
-Vine a molestarte pero no pensé que me iría tan bien, bueno qué tal si para celebrar la desfloración de mi bebé les preparo el desayuno.
-¿La des qué?- Creo que Adrián está a punto de matar a Freddy y yo prometo enterrarlo y no decir nada a a nadie.
-¡La desfloración, la desvirgacion, que te la follaste tío, como si no hubiera un mañana, macho!- Estoy en shock, y Adrián también, ninguno de los dos sabe qué hacer. El acento español de Freddy lo hace peor.
-Cuándo el juez pregunte de que moriste, diré que te suicidaste tirandote de espaldas hacia el cuchillo de mi cocina una veinte veces- Freddy levanta una ceja tratando de descifrar si era una broma o no, sí, fue un mal comentario debido a lo que pasó anoche -También podría decir que te disparate por la espalda.
No me importa lo que piense al final si se pasó con toda su mierda, el asunto es que si me causó gracia y tengo que voltearme para no estallar de risa delante de ellos. Me tapo la boca para no hacer tanto ruido pero me es imposible, y no puedo parar de reír, incluso no me importa las fotos impresas que Freddy había tomado hacía unos minutos antes.
Cerca de diez minutos después puedo respirar de manera normal, mientras los dos me miran como un raro y exótico insecto, al final me cuesta al menos cinco minutos más poner mi cara normal.
-No me agrada de ninguna manera que hayas tomado fotografías, entiendo que entres y todo eso, porque es parte del trato, pero esto está de más... No es como si no hubiera entrado y te hubiera encontrado en las mismas, pero respete tu privacidad- Si nene, me refiero a ayer.
-Lo dices porque anoche me estaba cogiendo a Patricia, pero está bien...- Quería evitar ese tema, pero a veces olvido que hablamos de Freddy Pomelo.
-No preguntes- Me dirijo a Adrián y por su rostro, no está siquiera interesado en preguntar, algo que al periodista pelinegro que tengo a mi lado no le pasa desapercibido, hora de cambiar de tema -¿En serio pensabas que era virgen?
-Hasta yo lo pensé- Noto que mi ninfo ha pensado en voz alta y ahora se siente avergonzado -Me refiero, a que, ya sabes, bueno, nunca te vi con alguien y esas cosas.
-Les haré el desayuno a estos pecadores mientras se ponen algo decente para recibir visitas, ya que es muy tarde y no demoran en llegar... Uy es cerca de la una.
-¿Qué? ¿Ya es la una?- No puede ser ¿Cuánto dormimos? ¿Visitas? Claro Laura debe llegar en cualquier momento, ya debe estarse imaginando que me enteré de lo que hizo, no estoy molesta con ella, pero tengo que decírselo en palabras.
Decido retirarme, pero cuando doy un par de pasos, me devuelvo por Adrián, por ahora estoy en un cese al fuego entre Freddy y yo, no sé si eso incluye a extraños, así que no los dejaré solos, no confío en ese periodista cizañero, así que como Adrián ya ha hecho me lo llevo de la mano hasta mí habitación.
Al entrar en ella, me abraza desde la espalda y me cubre con sus brazos hasta mí vientre, así que debe estar agachado para poner su mandíbula sobre mi hombro, besa mi piel y me erizo completamente, no estoy acostumbrada a este tipo de cosas.
-No me gusta él, siempre parece tan mal intencionado- Que forma tan cortés de describir a Freddy Pomelo -No sé cómo pueden ser tan amigos con mi hermano.
Su declaración me saca de lugar... ¿Qué? Me giro sin deshacer el abrazo, puede verse como un gesto tierno, pero en realidad es práctico, tanta información en mi cabeza puede hacerme perder la fuerza de mis piernas y no quiero caer.
-¿No lo sabías? Andrés y Freddy son buenos amigos desde hace mucho años, creo que incluso han estudiado juntos desde primaria, cuando Freddy fue enviado al internado, mi hermano Andrés lo siguió.
-¿Internado?
-Si, es una historia larga...- Besa mis mejillas, es una manera de concluir la conversación.
-Me la puedes contar después, tengo curiosidad, no me imagino a Andrés y Freddy juntos... Es decir son agua y aceite- Lo beso en la boca para que no se pueda negar, él me aprieta entre sus brazos y nos fundimos en ese beso, hasta terminar trepada sobre su tronco ¡Ay Adrián! ¿Qué nos estamos haciendo?
-¿Nos duchamos juntos?- Yo afirmo con la cabeza y me dejo llevar.
De su maleta toma algunas ropas y artículos de aseo, y luego vamos hasta mí armario y yo tomo unas prendas para mí, y lo dejo sobre la cama, al igual que la ropa de él, creo que tendré que hacerle un espacio en el armario, por alguna razón que no entiendo eso me hace sonreír. Creo que demasiado sexo disuelve los sesos...
Lo veo acomodando sus artículos de aseo en el baño, me parece bien, así él se relaja un poco, seguro estaba tenso de imaginar que no me agradaría, aunque no lo entiendo, se supone que igual se iba a quedar una semana, es obvio que necesita espacio y lo bueno de que duerma conmigo es que no necesitaremos otra habitación, es que no quiero llenar mi apartamento de muebles.
Me quito la camisilla y él sus pantalones, y queda desnudo, lo que me hace recordar que yo tengo su ropa interior.
-No tuve tiempo de colocarme algo más- Me explica un poco avergonzado, es tan tierno.
-Lo sé... Esto es tuyo- Señalo sus bóxer.
-Esto- Toca la tela de los bóxer -O esto- Los quita y quedo también desnuda.
Me alejo y entro a la ducha.
-Averígualo.
-Yo pensé que utilizaríamos la tina... Es más relajante.
-Te recuerdo que tenemos visitas... Y no tan agradables, además seguramente puede llegar alguien más y hay que limpiar el desorden que dejó el infante que está en la cocina.
-Está bien... Seré rápido- Me dice con sonrisa ladina, mientras me levanta de las caderas cuando entra a la ducha.
Al finalizar nuestro baño conjunto, nos dirigimos a la habitación apenas cubiertos por las toallas, cuando empiezo a vestirme me abraza desde atrás, y recarga su cabeza sobre mi hombro nuevamente, empieza a besarme la espalda... No, eso no... Siento como dibuja con sus dedos cada una de las cicatrices que marcan mi espalda.
¡Por favor no me preguntes por ello! ¡Te lo suplico!
-Sabes, leí en algún lado que las cicatrices nos recuerda quienes fuimos pero no dictan quienes somos- Gracias por no preguntar... Suspiro y medito en sus palabras...
-Las mías marcan una historia que no puede ser contada, pero tampoco puede ser olvidada- Me giro para que me vea, mientras se lo digo -Las marcas en la piel pueden borrarse, pero yo no puedo borrar mi pasado, ni quién soy en realidad.
Y como si la luna de miel hubiese acabado, me guardo el dolor de quién soy, de lo que no puedo ser, y mi rostro vuelve a ser de piedra, una lágrima pagana se escapa por mi mejilla y antes de que pueda ser limpiada por ese hombre, ese hombre que me hace olvidar cosas muy importantes, la borro como si no tuviera el derecho de haber existido.
Me visto rápidamente y le dejo antes de que pueda decir algo, sé que cualquier cosa que sea dicha por él, podría hacerme retroceder en mí resolución, nunca en mi vida me había sentido tan cobarde y corro, huyo, como si vida dependiera de ello... Bueno, casi.
Cuando llego a la cocina puedo apreciar la galería de fotos que Freddy ha estado colocando en todas las paredes, no estoy de humor ni para reclamarle, así que solo las voy tomando de todos lados, las tiro en la estufa y dejo que se quemen las que recogí.
-¡Ey! ¡Ey! ¡Quemarás el apartamento! - Gritó Freddy apagando la llama que se prendió por las fotos -¿Estás loca?
-¿Hasta donde crees que puedo llegar para destruir esas fotos?
-¡Wao! Lo que haces por tu querido jefe, que buena niña eres.
-¿Algunas vez has visto una foto de Valeria Sanz?- La pregunta de Adrián hace que por fin Freddy caiga en la cuenta, no se trata de lo que muestra sino a quien muestra. A mí.
-Es cierto ¿Por qué no existen fotos tuyas?
-¿Por qué se suicidó tu novia?
-Eso no te imp...- Alzo los hombros anteponiendo su respuesta sarcástica.
-Sin fotos... Y a cambio no pregunto.
-Voy a pensarlo...
Lo que sea que haya pasado con esa chica, ha hecho a Freddy considerar un trato sin tener que obligarlo, me siento bien por ello, una guerra menos que pelear. Sirvo lo que hay preparado en la cocina, huevos revueltos y panqueques, me sorprende que todos estos chicos sepan no morirse de hambre, sirvo para los tres, y me siento en la isla a comer, Adrián seguro está esperando que lo invite a comer pero eso no pasará, lo que sea que esté esperando de mí, no puede pasar.
Aunque son bocados pequeños siento que tragarlos me cuesta mucho, quiero pedir una disculpa y a la vez no, al final sirve su plato y cuando me doy cuenta me pasa una taza de café, come a mi lado sin decirme nada, tan natural como siempre.
-Listo, ya terminé de recoger todas las fotos- Dice Freddy y me las entrega, pero Adrián toma una de ellas y la guarda, lo que realmente me sorprende.
-Es para cuando no tenga compañía- Dice fríamente y se lleva un bocado.
-¿Quién eres y qué has hecho con el Adrián Marqués que todos conocen? Si no fuese porque se trata de tu novia yo también me quedaría con una... Quién diría que el gran presidente es todo un pajero- ¿Qué? No, no es para eso ¿O si? Qué malditos... Son unos asquerosos...
-...- Adrián se queda con la palabra en la boca, porque el timbre suena y en vista de que estamos comiendo Freddy sale a abrir la puerta.
-¿Qué haces aquí?- Escucho la voz de mi amiga detrás de la puerta, seguro lo último que esperaba al venir al apartamento era encontrarse con su hermano, por eso timbró en vez de abrir.
-Desayunando ¿Y tú?- Si, ese es Freddy, el tipo que no parece ver ningún problema en nada.
-Que idiota eres, no estarás haciendo alguna de tus bromas.
-...No...- La alargada pausa que le tomó a Freddy responder me recuerda las fotos y es que quedan un par en la cocina, sin contar las que tengo a mi lado -Vine a desayunar, pasé una noche complicada.
-Me imagino- La voz de Laura se escuchaba más cerca, para entonces Adrián y yo habíamos escondido todas las fotografías -¡Oh! ¿En serio están desayunando?- Dice cuando llega a la cocina -¿Seguro no está envenenado?
Tanto Adrián cómo yo, dejamos el cubierto en el plato, no porque esté envenenado al menos no precisamente pero si puede tener laxante o cualquier sustancia extraño.
-¿Qué tan bajo creen que he caído?- Freddy se acerca toma mi cubierto y come de mi plato -Le debo un favor a Valeria, así que vine a pedirle otro.
-Eso ni siquiera suena lógico- Contesta Laura, veo que mi querido ex jefe ha perdido el apetito, y es lo mejor yo tampoco confío en que no le haya puesto nada al plato de Adrián en cualquier momento, incluso dudo hasta de los cubiertos.
-¿Recuerdas la chica loca?
-¿La que te juraba amor eterno? Seguro te acostaste con ella y ni la recuerdas- Mi amiga habla con cierto tono de desprecio.
-Es una niña, y no me gustan las niñas, en fin, desde el principio le he dicho que tengo esposa...
-Lo sé, me ha preguntado ¿Quién es? ¿Dónde vive? Entre otras cosas.
-Cállate mocosa, tu amiga se hizo cargo de la niña esa y necesito saber quien es- Ahora se dirigió a mi- Sabes de computadoras y de investigar personas. Ayúdame con eso.
-Si tengo una idea de cómo hacerlo- Bueno algo más que una idea -Pero no tengo mi laptop.
No termino de hablar cuando nuevamente suena el timbre, está vez voy yo, me da miedo que aparezca la chica esa o peor, Patricia, y no quiero que ninguno de mis invitados sean descubiertos por ese par...
Al ver por la tableta, veo que es un mensajero, genial, llegaron las cosas que Adrián ordenó. Abro la puerta emocionada, quiero ver las computadoras que compró, cuándo abro la puerta veo que trae algo más que una caja.
Adrián sale a la puerta, y me ayuda a entrar todo, y parece igual de emocionado a un niño en navidad. Nos toma como tres horas y dos invitados más para organizar todo, no sabía que entregaban sofás a domicilio, pero creo que ahora compras una casa y también te la traen.
Cuando veo instalado el televisor de setenta pulgadas en mi sala de estar, y el gran sofá en forma de u, me pregunto si ese tipo de cosas son necesarias para ver películas, yo hubiera comprado uno de treinta y dos pulgadas y muchos cojines, programo el gran y horroroso televisor, le pongo la clave del internet y Andrés me quita el control, por supuesto entra a esa página de películas y series por paga y elige una, ya entendí porque nunca quise tener esto.
Saco la que será mi nueva computadora, y hago el mismo proceso que con el televisor, el resto se los dejo a ellos, ya que al parecer disfrutan hacerlo. Veo que Hannah trae palomitas de maíz y se hace a mi lado derecho, sin querer me he sentado en toda la mitad y Andrés está a mi izquierda casi al final del sofá, Laura trae cobijas y un par de almohadas y se acurruca al lado de Hannah, Freddy se hace al pie de Andrés y comparte lo que sea que traiga en su plato. Es raro, nunca lo había visto compartiendo, Adrián se sienta a mi lado.
Sé que los chicos están conversando pero no les presto atención, yo tengo mi juguete nuevo y quiero pasar tiempo con mi nuevo bebé, cruzo mis piernas y terminan dentro del sofá, Adrián se estira y pone su brazo alrededor mío, por inercia pongo mi cabeza sobre su pecho. Siento que me aprieta un poco y entonces miro la pantalla, están viendo una película de terror muy sangrienta, cada vez que alguien muere de manera violenta él me aprieta un poco el hombro con su mano, yo le acaricio la pierna y él me mira.
Nuestras miradas se encuentran y trato sin decirlo, que se calme, yo estaré cuando me necesite, creo que mi mensaje le llega porque me sonríe.
-Yo debería ser el que te consuela y te promete que te va a proteger- Me susurra al oído, y me saca una sonrisa.
-Disculpe usted, honorable caballero de antigua armadura, pero esta damisela no solo puede protegerse del peligro sino que también puede proteger a quienes ama- Una sonrisa abrumadoramente brillante brota de su rostro y yo lo miro extrañada, entonces me besa en la boca.
Voy a protestar cuando caigo en la cuenta... ¿Cómo pude ser tan idiota? No me refiero a esa clase de amor y tengo que decirle.
-Ya no te puedes arrepentir, me dijiste que me amas y que me protegerás, lo dijiste y yo lo escuché y ya no hay vuelta atrás.
-Mira princesa, no nos conocimos ayer, nos enamoramos ni nos casaremos mañana- Parece una princesa de Disney.
-Príncipe mío- Ahora soy todo un príncipe y Adrián una princesa -Estás enamorada de mí desde que empezaste a trabajar conmigo, por eso llegaste como loca a esa entrevista, querías tener mi cuerpo y yo me hecho el difícil todo este tiempo.
Su simulación de dama acosada me toma fuera de lugar y me hace reír fuertemente, no me imagino acosando a mi jefe.
-Me alegra que disfruten el horror- La voz de Hannah me avergüenza un poco y me recuerda que su película es de miedo, no de comedia.
-Es un placer culposo- Refuta Adrián. Si como no, si porque no le gusta es que terminamos en esta conversación vergonzosa.
Los ignoro y me sumerjo nuevamente en mi computadora, hasta ahora no he encontrado nada de la chica, tengo que buscar más adentro de la web, pero no quiero que Adrián se entere de que puedo acceder fácilmente a la base de la policía y de otras agencias gubernamentales. Sé que por nombre no la encontraré, a menos de que sea una loca legal, pero lo dudo.
Miro a Freddy para preguntarle algo y me doy cuenta que está dormido en brazos de Andrés, tiene que tenerle mucha confianza, Adrián también se ha quedado dormido, deben estar muy cansados. Laura y Hannah les siguen, quién creería que todos estuvieran tan agotados que incluso en película de terror, se hayan entregado a los brazos del dios del sueño.
Aprovecho el acontecimiento para buscar más a fondo, y por desgracia encuentro algo que no debería haber visto, la chica rubia pertenece a una organización criminal, probablemente querían acceder a la familia de Freddy o incluso de sus negocios, creyeron que la fama del periodista este de pacotilla los ayudaría entrar, pero se equivocaron, ya tendré que solucionar el problema luego.
-¿Encontraste algo?- Al parecer Freddy ya despertó.
-Sí, y no es nada bueno- Creo que he de tener un mal rostro en estos momentos, porque ambos chicos me miran con desconcierto- Después hablamos de eso.
Escucho que Adrián murmura algo y de repente me levanta y me coloca en medio de sus piernas, y me aprisiona en sus brazos.
-Ya te dije que no más trabajo- Y siento como su cabeza cae hacia atrás, mientras me aprieta más a su cuerpo, no puedo creer que alguien dormido tenga tanta fuerza, me alza de nuevo y estoy en la posición de un bebé en los brazos de su padre, Andrés se pone en pie y le coloca un cojín en la cabeza para que cuando despierte no le duela el cuello, toma mi laptop y la deja en la mesa más cercana, pronto me quedo dormida.
Me despierto en mi cama, lo que es raro en verdad, salgo de mi habitación y veo que ninguno se ha ido, escucho una alerta en la laptop y eso me hace ir más aprisa, pero es Andrés quién la coge primero, su cara se pone pálida y me pasa la computadora, la policía encontró el cadáver de la chica ¡Demonios!
Las chicas han hecho la cena y nuevamente estamos todos en el sofá, mi mente no sale de la noticia, fue torturada hasta morir y era apenas una niña, tenía veintitrés años, no es que yo sea mucho mayor, pero es cruel que alguien tan joven muera así.
-Valeria ¿Qué opinas al respecto?- Pregunta Laura y no tengo ni la menor idea de lo que habla.
-Estamos hablando de la siguiente película- Me ayuda Andrés y se lo agradezco.
-Cualquier cosa, la verdad me da igual- Mi mente está a mil, recuerdo que ayer Freddy dijo que su otra chica se había suicidado, en otras palabras dos chicas en su vida están muertas la pregunta es ¿Cuántas más? -¿Quién era la chica que se suicidó?
Las palabras salen de mi boca sin mi consentimiento y cuando quiero retirar lo que he dicho, me doy cuenta que es demasiado tarde. Andrés mira a Freddy con cierto desconcierto, él sabe...
-¿Qué tienen tú y tu jefesito?- Freddy cambia de tema con el objetivo de que sea yo quien llame la atención.
-No tiene nombre ni fecha, pero en definitiva tenemos algo y será muy interesante descubrirlo- Contesta Adrián por mí.
-Ya que tienes defensa, entonces yo seré la defensa de Fred, la chica que se fue de sus manos, la que se suicidó fuiste tú, por la que perdió todo fuiste tú... En tu otra vida.
Sé que buscan algún tipo de reacción en mi rostro, pero me calmo para que no lo hallen, sé que las chicas lo tomaran como una absurda broma, pero yo me quedo en silencio y los ignoro, Adrián me abraza y le miro, está preocupado, pero me besa en la frente diciendo todo está bien.
-Ya entendí, ya entendí... No me meto en asuntos que no me importan ¿Podemos ver anime?
Sé que mi respuesta es de lo más cursi, pero al final funciona para cambiar el ambiente, ponen una película en el género que me gusta y trato de concentrarme en ella, necesito hablar con Freddy pero tiene que ser en privado.
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