Ellas, ellas, ellas... es todo lo que puedo pensar, ver a la hija de Freddy hizo que mis esperanzas fueran renovadas en un instante, y solo podía pensar en ellas, estaba tan emocionado que no pude ni siquiera ocultar mi sonrisa, así que me dirigí solo al hotel, puede que me estuviera ilusionando y que quien estuviera aquí con las pequeñas fuera Marianna y no, Melissa, así que no le diría a nadie al respecto.

Aún en mi mente llevaba la escena anterior, la chica de la limpieza habló de amenazar con Sophie ¿Será la misma Sophie que yo conozco, mi prima? Y si es, cuando Sop hablaba de darme un regalo ¿Se trataba de Mel? O ¿A qué se refería? 

Esas preguntas me estaban haciendo doler la cabeza, pero sobre todo una de ellas en especial, si es Melissa ¿Se pondrá triste si me ve de nuevo? Sirvo un vaso del precioso liquido ámbar que hay en la licorera, pero no lo llevo a mi boca, voy a necesitar de todos mis cinco sentidos para solucionar esto.

Envié un mensaje a Santiago para avisar que estaba en el hotel, no quería preocuparlo y menos ahora que apagaría el celular, necesitaré algo de tiempo para mismo, necesito recuperar el control de mismo nuevamente. Soy el presidente de un conglomerado internacional, le gané el puesto al heredero, mi hermano mayor, estuve a punto de casarme con una mujer estúpida con tal de controlar no solo mis sentimientos, los cuales por ella eran vagos, sino también a ella, la verdad es que era muy fácil de manipular.

Decidí salir al balcón para reflexionar, mis pensamientos me estaban llevando a verdades que nunca había considerado, como el hecho de que mi relación con Patricia era algo planificado, al final solo la llenaría de regalos costosos que mi secretaria compraría, la dejaría hacer el berrinche que acostumbra hacer y luego le diría que es una niña, que me sientia molesto y que iría a dormir a la oficina, mientras en realidad voy a quedarme en mi casa, de la cual nunca iba a salir, no tendría hijos y seguiría eternamente enamorado de mi escurridiza y misteriosa secretaria.

¿Cuánto tiempo llevo enamorado de Valeria? 

Mi balcón es grandísimo y tiene un jardín floral hermoso, pido la cena desde allí, y me quedo mirando el paisaje que se va poniendo anaranjado, el atardecer va cubriendo el gris de la ciudad, los edificios, los autos que poco aportan colores brillantes al exótico paisaje, puedo contar con los dedos los autos que pasan y que tienen un color aparte del negro, blanco, y un rojo oscuro que pronto no se podría distinguir luego de que caiga la noche, sino fuera por la iluminación nocturna, la cual será amplia, al final del día seguía en la ciudad luz. El sol se iba alejando, dejando uno de los paisajes más hermosos que he visto, tiene varios tonos de naranja y azules, contrastando el frío gris y negro del asfalto.

Tocan a la puerta, y me doy cuenta de que llegó la cena, no solo la colocan en el balcón sino que también llevan una mesa con velas y una silla para que pueda comer mientras veo el paisaje que poco a poco oscurece.

¿Cuándo me enamoré de Valeria? ¿En qué momento me perdí en su mentirosa mirada ámbar? ¿Por qué no me di cuenta antes de que lo que sentía por ella no solo era admiración? ¿Cuál fue el momento que lo empezó todo?

Un suspiro brota de mí cuando masajeo mi barbilla, no puedo recuperar el control, estoy desesperado, si me hubiera dado cuenta antes quizás hubiera podido planear como salir a salvo de este mar turbulento al que he optado por llamar sentimientos, pero solo me estoy ahogando.

Moriré sin ella, debí haberme dado cuenta en el momento en que se enfrentó a Patricia... 

Flashback

Estoy en una junta con mi padre respecto a la adquisición de nuevas empresas, pronto podremos aliarnos, pero mi padre no está conforme con ello, Valeria mi nueva secretaria de hace algunos unos meses, ha estado trabajando duro junto conmigo para presentar el informe de hoy. 

Mi padre pide tiempo para el almuerzo lo que me deja con un mal sabor de boca, creo que es su manera de aplazar la negativa a la idea.

–Señor Marqués, hice una reservación para ustedes en el restaurante Farm's Madisson, ya envié un transporte por su esposa.

–¿Transporte para mi esposa?

–Sí, su hijo creyó que después de esta junta sería una gran oportunidad para pasar tiempo con ustedes, ya que se ha esforzado tanto por ello– Interrumpió Valeria con un buen plan que a mi no se me había ocurrido.

–No lo sabía, eh... bueno, imagino que usaras a tu madre para que este a favor de ti, bueno, tráela a ella, vas a necesitar una aliada cuando tu madre pida detalles– Se dirigió a mí.

–Nunca pensé en hablar de negocios, pero por mí esta bien, creo que no ha traído ni siquiera un emparedado ¿No tienes problemas al ir con nosotros? ¿Verdad?

–No hay problema.

Los tres llegamos al restaurante, era hermoso, nunca había venido este lugar, fue una buena elección de mi compañera, en todo momento se hizo atrás de mí, mi madre ya estaba sentada en una gran mesa familiar.

–Hola amor, me alegra que me hayas traído a este hermoso lugar, no lo conocía.

–La idea es de tu hijo, quería pasar algo de tiempo con sus padres al parecer– La voz de mi padre hacía notar la sospecha que tenía sobre mis intenciones, mi madre solo sonreía al respecto. 

–Me parece bien, por eso llamé al resto, creo que nos hace falta pasar más tiempo en familia– Mamá se calló cuando Valeria apareció detrás de mi espalda– No sabía que tendríamos otra invitada.

–Lamento mucho ser inoportuna, me marcharé de inmediato.

–Oh no para nada niña, ya estás aquí, si has venido es porque te han invitado, sería una descortesía de nuestra parte dejarte ir sin alimentarte al menos.

–Gracias– Respondió tímida y un poco sonrojada, se ve linda, muy manipuladora para mi gusto personal, sé lo que está haciendo y me encanta.

Poco a poco llegan mis hermanos, y pedimos a la carta, conversamos un poco sobre como van los negocios, y de algunos asuntos familiares, Valeria se queda callada e intenta parecer invisible, pero mi hermano menor se queda viéndola como si fuera una deidad. 

Cuando sirven el postre, por fin veo una reacción real en ella, crema y fresas bañadas en chocolate, eso me hace sonreír, aunque no soy el único que lo nota.

–¿Te gustan los postres?– Pregunta mi madre a Valeria, al parecer no soy el único que la ha estado observando.

–Me encantan, conozco este restaurante hace unos meses y siempre termino comiendo varios postres.

–¿En serio?

–Si, me lo recomendó una amiga de la universidad, es algo bueno que no sea muy conocido porque puedo venir siempre que quiera, aunque también me da un poco de tristeza, si más personas conocieran la calidad de sus platos Madisson su dueña le iría mejor, es una buena chica y siempre se encarga de que todo salga bien.

–Es cierto, es genial que cualquiera pueda tener acceso, aunque como toda empresaria lo más probable es que quiera llegar a más personas.

–Claro, en especial porque todos sus productos son orgánicos, ayuda a los granjeros locales a comercializar sus productos.

–¿Por eso la invitaste?– Le pregunto a mi padre.

–Vi el nombre de este lugar en la lista que me diste de las empresas, es una chica lista, quería ver que quería, pensé que era tu plan el presentarme el lugar, pero veo que escogiste una buena asistente.

–¿Cuándo llevas trabajando aquí linda?– Pregunta mi madre.

–Unos meses– Contesta ella, se ve firme y segura, me da la impresión de que le gusta pasar desapercibida, pero no tiene nada que ver con su autoestima.

–Veo que toda la familia está aquí, pero yo no fui invitada– Se acerca Patricia la chica que me ha invitado a salir varias veces, su padre es un excelente proveedor y cliente, pero no es nadie con quien quiera compartir algo.

Su padre me la presentó en una fiesta, y desde entonces la chica cree que estamos saliendo, parece tener un puré de cerebro.

Hace unos días estaba solo y estaba aburrido, la llamé para salir un rato, pero fue más aburrida su compañía que mi soledad, después de la cita compré un videojuego, no quiero volver a cometer el mismo error, pues se ha creado ciertas ideas conmigo, que creo que no haberle infundado. Está loca.

–Y ¿Quién eres tú?– Se dirige ahora a Valeria, que está más pendiente de su postre, ya que le han traído otro, tiramisú rodeado de kiwis y fresas, creo que le personalizan sus postres porque ese en particular no lo vi en el menú.

–Soy la secretaria del señor Marqués– Contesta. Bien jugada niña, hay cuatro de esos en la mesa. No crea que se atreva a preguntar quién. 

–¿Cuál de ellos?– Me equivoqué, pregunta mientras pone su mano en la cintura demostrando su descontento, Valeria ni siquiera la mira, está concentrada en sus fresas, se lleva una a la boca y hace una cara orgásmica al saborearla, mis hermanos se están divirtiendo.

–Si tienes que preguntar entonces no eres tan cercana como para ponerte en esa postura, en otras palabras, no eres importante.

–¿Quién te crees niñita?– Está furiosa, a diferencia de mi secretaria, que ha terminado satisfecha su postre.

–La que va a pagar la cuenta– Se levanta del asiento, y estira su mano hacia mí, hasta yo sé que era el que corría con los gastos, así que saco mi tarjeta y se la paso. Se levanta y va hasta la caja– Si tienes que celar a tu novio y seguirlo hasta sus comidas familiares, seguramente hay algo que no estás haciendo bien– Sale triunfante.

Cuando se va, mi madre pone sus brazos sobre la mesa y junta sus manos, pensativa. Todos nos quedamos callados, creo que la única que se sentía incomoda era Patricia, Valeria volvió a la mesa y miró el reloj.

–¿Por qué trabajas con nosotros?– Preguntó mi madre.

–Siempre he soñado y aspirado con no morir de hambre, por eso hago bien mi trabajo, mientras sea legal, decente y remunerado, le aseguro que lo haré muy bien.

–Perfecto, quiero revisar la idea en la que estás trabajando en estos momentos– Valeria asintió con la cabeza y así lo hizo, le pasó una serie de archivos, y luego el contrato que firmó sin hacer preguntas, luego mi padre lo hizo.

La que luego sería mi novia, estaba ahí de pie como una estatua, llevaba un vestido de seda negro Gucci, y un abrigo de piel, su peinado era de estilista, joyas de oro y diamante adornaban su belleza, no es que no fuera bonita, pero al lado de Valeria, solo era bonita.

Valeria en cambio vestía un traje gris opaco, de falda y chaqueta, una camisa blanca, el cabello recogido en una cola de cabello y podría jurar que no tenía ni una gota de maquillaje. Sin embargo, se veía hermosa e imponente, estaba allí con tanta seguridad que hasta mi madre la vio con tanta determinación que sin dudar firmó los papeles. 

Entendí que mi pequeña y misteriosa secretaria había hecho todo un complot para lograr el contrato, ella le había dicho a Patricia que me había seguido, era lógico, ella ni siquiera iría por sí misma aún restaurante que no estuviera de moda, la utilizó para manipularme o a mi madre, el hecho es que había logrado lo que se había propuesto... Ella me encanta.

Fin del flashback,

–Qué estúpido soy, caí en ese instante, ahora que lo pienso yo no tenia intención de salir con esa loca, ella me llevó a eso.

Verla actuar, siempre me ha hecho verla como es, una diosa del mal, y yo solo he estado fascinado por ella, soy un esclavo de sus deseos, la razón por la que supe que era ella cuando la vi hoy, es porque siempre me ha dejado ver su personalidad real, siempre me ha manipulado a su antojo y yo he dejado que lo haga, porque aunque sus palabras sean mentiras y yo lo tenga claro, solo porque son pronunciadas por ella, se convierten en verdad... 

Me cubro el rostro con mis manos, ella me hizo seguirla hasta los vestidores, quería mostrarme su espalda, me engañó, pero no por mucho, si no hubiera visto a su preciada sobrina hubiera caído nuevamente en su ardid, hay algo que ella no sabe de mí, es estúpido y a la vez interesante. Ella hace que mi cuerpo reaccione sin importar la máscara que utilice, si, mi pene se despierta únicamente con su presencia, como si solo ella hiciera que mi corazón palpite como loco, haciendo llegar la circulación a todos mis músculos, aunque quisiera traicionarla solo defraudaría a la nueva amante.

En conclusión, mi miembro erecto y yo estamos de acuerdo, esa mujer era mi mujer, y no hay discusión en ello.

La ciudad ahora está iluminada con luces artificiales por todo lado, todo se ve hermoso, aún bajo la intervención del ser humano, todo puede ser hermoso bajo los ojos correctos, me pongo el pijama pensando que al otro lado de habitación podría haber disfrutado del monumento más grande del mundo, aunque esa torre en particular me gustaría disfrutarla con mi esposa... Espero que para ella no haya malo verme de nuevo.

Me despierta las luces invadiendo mi habitación, la noche anterior había dejado las cortinas y ventanas abiertas de par en par, al principio pensé que era el sol, pero poco a poco me doy cuenta de que son las luces de las calles, no supe en que momento me quedé dormido, prendo el celular y me doy cuenta de que apenas son las cuatro de la mañana, aunque he dormido muy bien.

Me levanto y decido ir trotar, algo que no he hecho en meses y que me agrada hacer, con mi mente libre puedo tomar mejores decisiones, lo primero es averiguar que trama Sophie, ya después me encargaré del resto.

Al volver me encuentro con Valentina en la entrada.

–Hola desconocido– Me dice al saludarme.

–Konichiwa inmouto chan.

–Estamos en Francia ¿Y hablas en japonés? No eres  normal.

–No, soy alguien extraordinario– Le guiño un ojo y ella me sonríe.

–¿Qué? ¿Apenas llegas?

–Para nada, tengo problemas con el horario, es diferente al país y no me adapto, además lo mío no es correr... 

–Vamos por un café.

–Te extrañé...

–Siempre he estado a tu lado.

–No, hace años que no lo estás...Ahora me siento sola, ni siquiera Julián pasa tiempo conmigo ahora. 

–Bueno, es parte de crecer, imagino...

–Pues crecer apesta– Dice después de acomodarse en la silla, de la cafetería –Para ser sinceros, sé que no es solo por crecer, sino por ella, sé que la amas, pero yo la odio.

–¿A quién te refieres?

–¿A cuántas mujeres amas?– Respondo a su pregunta alzando los hombros –Tonto ¿A cuántas quieres en tu cama?– Sin querer una sonrisa tonta brota en mi rostro –Sí, esa...

–¿Por qué la odias?

–Porque tres de mis tres hermanos están enamorados de ella, porque Julián no soportaba que ella te hubiese escogido y se alejó de nosotros, porque Andrés la ama más que tú y aunque trata de no demostrarlo, la extraña mucho... Y que a pesar de que pensé que te había recuperado, a su lado eras feliz, volviste a sonreír y de repente ella se ha ido dejando un despojo de ti.

–Que te puedo decir, es complicado, me siento un poco ajeno a los sentimientos de Julián, sabía que le gustaba, pero nunca supe a que profundidad, sabes que siempre se ha guardado sus sentimientos para él y a veces para ti... Respecto a Andrés, bueno el amor que el siente por Me... Valeria, es algo complicado, no es algo apasionado, es algo más bien filial, siente la necesidad de protegerla como a ti, y la extraña, porque le encanta ser flojo en la empresa, y que ella haga su trabajo o me manipule para que yo lo haga.

–¿Y tú? ¿Qué explicación tienes para ti?

–Ella estaba embarazada de mí, fue un accidente, no lo planeamos ni siquiera estábamos cuerdos en ese momento, ella trató de ocultarlo para que yo no empezara una relación por el bebé, pero soy muy inteligente y lo descubrí... Por desgracia lo perdió cuando Mario intentó asesinarla– Sonrío mientras las lágrimas bajan por mis mejillas sin poder retenerlas –Ella tiene un pasado muy doloroso, del  que Andrés siempre ha querido salvarla, pero no pudimos si quiera preverlo, nosotros lo hemos tenido todo y por eso creímos que podríamos protegerla, cuidarla en una burbuja como en la que hemos estado todo este tiempo... Pero ella nunca ha tenido nada, y al final fue ella quien lo perdió todo, pagó muy caro nuestra equivocación.

–Lo siento, no lo sabía... 

–Lo sé linda, entenderás que no era sencillo para mi decirlo, reconocer que lo eché todo a perder, te imaginas el dolor que podría llegar a sentir Julián de saber todo lo que la hice sufrir.

–No le diré, será peor para él, en serio la ama, ha sido muy difícil para él que se haya marchado...

–Yo lo sabía– La voz de Julián nos hizo timbrar a los dos, ninguno lo esperaba– Lo siento, yo si acababa de llegar cuando los vi conversando en la entrada del hotel y los seguí, estaban muy entretenidos y los escuché.

–Así que lo sabías– Mi hermana pequeña le dio espacio para que se sentara a su lado.

–La observaba todo el tiempo, así que no fue difícil saber que estaba encinta, las primeras semanas vomitaba más de lo que comía y tenía que maquillarse para no mostrar lo pálida que estaba, al principio no sabía quien era el padre, pero mi querido hermanito, no podía quedarse quieto y le robó un beso en la oficina, en ese momento lo supe... Yo le dije a mamá, pero ella parecía saberlo primero que todos. Cuando se fue, pensé que era lo mejor para ella, no estaba a salvo con nosotros, y nadie puede hacerle daño a mi heroína.

–¿Heroína?– Preguntó Valentina desconcertada al relato de Julián.

–Soy diseñador grafico y artista, desde el primer momento en que la vi lo supe, era la niña que salvó a mi hermano de la muerte, sabes que cuando éramos pequeños la pasábamos en tu cuarto– Se dirigió a mí –La razón por la que me convertí en artista es porque ella era mi musa, cuando la vi llegar a la oficina, pensé en lo mucho que se parecían, luego me di cuenta que siempre intentó permanecer oculta, hasta que enfrentó a Patricia esa noche, y la mirada que mi hermano había dibujado apareció en ella... No la amo como ustedes siempre han creído, pero si la amo, eh, es mi mujer maravilla.

–¿Sabías que era la misma niña? ¿Por qué no me lo dijiste? – Le pregunto un poco desconcertado.

–Todos tienen secretos, ese era el mío.

–¿Por qué parece ser que soy la única que no sabe nada?

–Porque es así...– Mi hermano sacó una manzana del bolsillo, y le dio un gran mordisco –No me fui porque no pudiera superarla, me fui porque quería otro trabajo, y para demostrarte que no te enteras de nada, aún vas a ser tía, Laura está embarazada.

–¿Qué? ¿Cuándo te diste cuenta? – Preguntó Valentina sorprendida.

–En el avión, la pobre casi muere en el viaje, y Andrés la miraba con una lástima, que era imposible no notarlo...

–Ok, trabajo con ella, ahora la miraré extraño por tu culpa. Apenas y me entero de  que está saliendo con ese bruto.

–Apenas si miras más allá de tu nariz– Ella le dio un calvazo, y los vi sonreír, Juli se acercó y la abrazó de nuevo.

Pasamos un rato juntos, hablamos de la chica con la que Julián había salido, una tal Jacqueline, desayunamos juntos, y reímos un rato.

Descubrí una parte de mis hermanos que me estaba perdiendo por andar concentrando en mis cosas, fue genial hasta que nos llegó un mensaje de Sophie, nos quería invitar el almuerzo.

Los chicos se emocionaron, y nos fuimos todos para el hotel, convencí a Valentina de que no teníamos que comprar ropa para el almuerzo, aunque si le prometí ir con ellos a comprar para la boda.

Fuimos de nuevo al club para almorzar, allí nos reunimos con los demás, esta vez fue una sorpresa ver al conductor muy bien vestido, se veía un poco molesto, la vi, ella se acercó a él, se veía cansada, negó con la cabeza y se retiró, llevaba ropa deportiva, quise seguirla, pero lo había prometido y me quedé sentado, siguiéndola con la mirada mientras se pierde en la distancia.

–¿Te gusta Amelia? – Me pregunta Jorge, quien se ha acercado un poco receloso, y ha bajado el celular que antes ocupaba –No te ilusiones, no está disponible para nadie. Lo siento, no me puedo quedar, los veo esta noche.

–¿Esta noche? – Andrés no alcanza a preguntar cuando el chofer sale también del lugar –Me pregunto ¿Cuándo será la boda? Se supone que era esta tarde ¿No?

–Hola chicos, que alegría verlos– Entró una Sophie despampanante, nunca la imaginé así.

Traía el cabello corto, liso, y natural, su traje era bonito y fino, pero a la vez sencillo, por un momento pensé en su parecido con mi madre, no se parece en nada a la chica loca de hace unos años.

–Hola Sop te ves impresionante– Dice Laura.

–Gracias, Gracias ustedes no se ven nada mal, es un gusto verlos a todos. Por cierto ¿Dónde está Jorge? Oh Amelia tampoco está.

–Jorge estaba aquí hace unos minutos, pero lo entró una llamada y al parecer tuvo que irse, en cuanto Amelia, apenas vino a decirle algo a Jorge, no se pudo quedar mucho tiempo. – Le explico, Sop solo suspira.

–Ese tipo va a ser despedido si sigue cuidando esa muchacha. Bueno nada que hacer, que tal si comemos– Sonrió.

Nos sentamos ante la invitación, y hablamos mucho de negocios, las chicas la interrogaron sobre el gran día, ella las invitó a ir de compras, y a nosotros que nos relajáramos, aunque me dio la impresión de que le hablaba a Santiago quien se veía un poco incomodo al respecto. 

Pensé en pasarlo desapercibido, pero recordé la conversación de esta mañana, sencillamente lo guardé como observación, para más adelante.

Andrés y yo decidimos acompañar a las chicas, mientras que Julián y Santiago se fueron al hotel, paseamos un rato y el día se pasó rápidamente, así que todos nos preparamos para ir a la boda, aunque me pareció extraño que Sophie no estuviera hablando de los últimos detalles de su boda, lo que me hace pensar, que quizás no estaremos en su boda ¿Qué estará planeando?

El salón estaba lleno, muchas personas estaban allí en trajes elegantes igual que nosotros, y entonces vi a Sophie, no parecía una novia, al contrario, tenía gala de noche, estaba acompañada de Amelia que en su contraste con la anfitriona esta si vestía un traje blanco y flores en su cabello, sentí una fuerte presión en el pecho.

Sophia me miró a los ojos y juro que se está riendo de mí, Jorge entró al lugar y todos aplaudieron, lo primero que hizo fue besar a Sop en la mejilla y luego hizo lo mismo con Amelia, la tomó por la cintura y le habló al oído, ella apenas sonrió falsamente, su sonrisa no llegó hasta su mirada.

Mi cerebro dejó de pensar cuando mi prima se acercó al micrófono para dar un anuncio.

–Hola a todos, gracias por estar aquí, estoy muy feliz que nos hayan podido estar aquí en esta velada... Pronto entrará el pastel, así que espero que todos nos reunamos alrededor.

Jorge la vio y entre cerró los ojos, ella en definitiva se reía con gusto.

–Mi esposa y yo estamos muy felices que hayan venido a mi fiesta de cumpleaños, Sophie te amo, gracias por organizar esta fiesta y gracias por invitar a tu querida familia y amigos, es muy dulce de tu parte. Aprovecho este momento para anunciar la llegada de nuestro segundo hijo, Sophia Lourdes, gracias por ser la parte más importante de mi vida. Y por favor no canten la canción de cumpleaños es muy vergonzoso.

Todos aplaudieron, yo en cambio pude respirar, el hombre tuvo compasión de mí, se le veía la caridad con la que me veía y ella se reía a carcajadas, no entiendo y me vuelve loco.

Aun así, no pierdo la mirada en la entrenadora, recibe una llamada y se ve preocupada, le dice algo a Jorge, y se va corriendo, lo que sea que está pasando no es bueno, me siento estresado de verla y no poderla ayudar.