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San Valentín (Parte 2)

Estamos en el apartamento con Jen terminando de arreglarnos para nuestras respectivas citas. Jen me prestó un vestido de seda color carmín.

— Ese vestido te sienta de maravilla. — Dice Jen mientras arregla el collar en mi cuello.

— ¿Segura que no me veo como una zorra con esto?

— Totalmente, apenas si muestras los senos, todo lo importante está cubierto, no te preocupes.

— Genial, si parezco una zorra. Quizás debería usar otra cosa.

Intento ir a mi clóset para buscar algo más, pero Jen me detiene en seco.

— Ni siquiera lo pienses, no voy a dejar que vayas luciendo como indigente a tu cita con Shawn. Tienes que impresionarlo, quizás esta noche termine llevándote a su cama.

— No iré luciendo como indigente, solo como una chica sencilla y muy cómoda.

— Ya tuvimos esta conversación, deja de hacerte la difícil.

— Soy insegura, eso es todo.

— ¿Por qué? Eres hermosa, no tienes de que avergonzarte.

— ¿De verdad lo crees?

— Es obvio que sí. — Sonríe. — Ahora siéntate que voy a maquillarte, pronto llegarán nuestras citas.

— ¿Estás nerviosa?

— Para nada, estoy segura de que me lo pasaré muy bien con Denver ¿Tú estás nerviosa?

— Sí, un poco.

— Solo se tu misma, se nota que a ese chico le gustas mucho, todo saldrá bien.

— ¿Qué pasa si toda la noche hay un silencio incómodo?

— Inicia tú una conversación, no esperes a que él haga todo. Dijiste que a él le gustan los libros, a ti también te gustan, puedes hablar sobre eso.

— Buena idea.

— Solo un par de retoques por aquí y estarás lista.

El timbre de abajo suena, Jen se apresura a terminar antes de ir a ver quién es.

— Puedes usar uno de estos dos labiales. — Dice antes de salir a abrir la puerta.

Un labial es palo rosa y el otro es nude, veo mi rostro en el espejo antes de decidir usar el labial palo rosa.

— Es Denver. — Se asoma Jen por la puerta. — Ya me voy.

— ¡Que se diviertan!

— Lo haremos.

Jen toma su bolso antes de irse, yo me quedo parada frente al espejo para ponerme el labial.
Recuerdo que Jen tiene una hermosa pulsera que combinaría perfectamente con este collar, creo que está en su joyero, al abrirlo noto que hay algunos trozos de periódico dentro, hay uno en especial que parece estar envolviendo algo, con mucho cuidado lo desenvuelvo, dentro hay marihuana ¿Jen sigue fumando marihuana? Pensé que habíamos dejado esto atrás. Tomo los demás trozos de periódico para saber qué es lo que dicen, son artículos sobre la muerte de mi hermano, él y Jen fueron novios un tiempo antes de que lo asesinaran, creo que no tomaré el brazalete, si lo tomo sabrá que vi lo que esconde. Meto todo al joyero intentando ponerlo justo como ella lo dejó. Tengo que hablar de esto con ella, pero voy a esperar el momento perfecto.

Escucho mi teléfono sonar en la cocina, voy hasta aquel lugar para contestar la llamada.

— Hola Kate, lamento el retraso, sé que dije a las siete y ya pasaron veinte minutos de esa hora, es solo que mi auto se descompuso.

— Puedo ir por ti en mi auto.

— No, no puedo pedirte que hagas eso.

— No me molestaría en lo absoluto.

— Lo sé, pero al final de la noche querrás venir a dejarme a mi casa y luego conducir sola de vuelta a tu apartamento, es peligroso.

— Bueno tu ganas, me conoces bien. Si quieres podríamos reprogramar la cita para otro día.

— ¡No! Creo que ya resolví el tema del transporte, solo dame un poco de tiempo ¿Está bien?

— Sí, no hay problema.

— Genial, nos vemos pronto.

Shawn cuelga la llamada, sonaba triste al principio, creo que está muy apenado por el retraso, a decir verdad, ni siquiera había visto la hora.
Enciendo el televisor para matar el tiempo, paso por cada canal para saber qué es lo que hay, no hay nada más que programación basura, al encontrar las noticias veo el título de última hora, el FBI ha capturado a una banda de distribución de drogas, han encontrado cientos de kilos de cocaína, lista para ser distribuida. Mi padre aparece al fondo, lleva esposado a un hombre, Gretel, su compañera va justo detrás con otro hombre esposado.

— Bien hecho papá.

El timbre suena sacándome de mis pensamientos, voy al intercomunicador para ver la cámara.

— Hola.

— Hola, ya estoy aquí. — Dice Shawn. — ¿Puedes bajar?

— Ahora voy.

Corro hacia mi habitación para tomar mi bolso y el regalo para Shawn, lo pongo dentro del bolso para dárselo más tarde, tomo las llaves del departamento antes de salir al ascensor, al llegar abajo veo a Shawn en la entrada, lleva un smoking negro muy elegante, se ve como el príncipe de un cuento, pero al mismo tiempo como un dios griego ¿Como es posible verse sexy y dulce a la vez?

— Kate. — Dice con una seductora voz.

Shawn me ve de pies a cabeza mientras camino hacia él, sonríe ampliamente al mirarme a los ojos.

— Te ves sumamente hermosa esta noche.

— Gracias. — Digo sonrojada. — Tú te ves muy guapo, me gusta tu smoking.

— A mí me gustas tú. — Sus ojos brillan al decir esto.

Sonrío como tonta y bajo la mirada, ciertamente me sonroje más esta vez.

— ¿Nos vamos?

— Sí, vamos.

Al salir del edificio veo una enorme limusina estacionada enfrente, Shawn me escolta hasta ella, abre la última puerta para que yo pueda entrar primero, luego entra él.

— Esto es... Impresionante. Tú si sabes solucionar problemas. — Digo aún boquiabierta.

— Eso creo. — Se ríe. — Espero no te incomode ir en limusina ni creas que soy pretencioso, es solo que es la única solución rápida que encontré.

— Lo entiendo, no te preocupes, no creo que seas pretencioso, tampoco me incomoda, pero ¿Qué le sucedió a tu auto?

— No lo sé, simplemente no encendió, lo revisé y terminé cubierto en grasa, tuve que bañarme de nuevo y ponerme otro traje, como era tarde decidí contratar la limusina.

— Pude haber ido por ti ¿Lo sabías? No me hubiera molestado hacerlo.

— No quise molestarte ni preocuparte, además creí que estarías ocupada arreglándote para nuestra cita.

— A la siguiente no dudes en llamarme. — Sonrío.

— Por supuesto. — Me sonríe de vuelta tomando mi mano. — ¿Ya te dije lo hermosa que te ves?

— Sí. — Digo sonrojada. — Pero no me importaría escucharlo de nuevo.

— Te ves muy hermosa. — Sonríe ampliamente.

Al llegar al restaurante noto que es un lugar muy fino, un mesero nos escolta hasta la mesa que Shawn reservó, está justo a la par de una enorme ventana con vistas a la ciudad, antes de leer el menú bebo un poco del agua que el mesero sirvió en una copa antes de irse.

— Este lugar es hermoso, está tan lleno que creo que necesitas hacer reservación un año antes de venir.

— Sí. — Se ríe. — Mi padre es uno de los socios del restaurante, gracias a él pude hacer una reservación dos días antes de venir. Si quieres algo fuera del menú puedes pedirlo, el chef lo preparará con gusto.

— No, los ravioles me gustan mucho, creo que voy a ordenar eso.

— Son deliciosos, pero estos tienen carne. — Frunce el ceño. — Creo que ordenaré la pasta Alfredo sin pollo para mí. ¿Quieres tomar vino?

— Claro ¿Por qué no? — Le ofrezco una amplia sonrisa.

Shawn levanta la mano para llamar al mesero, ordena mis ravioles y su pasta, también una botella de vino, el mesero regresa con la orden casi de inmediato, antes de irse sirve el vino en nuestras copas.

— ¿Qué tal estuvo tu semana?

— Muy bien, pedí que me asignaran a la clínica de la universidad y aceptaron. — Suena muy emocionado.

— Felicidades, eso es maravilloso.

— Sí, lo es. Además, eso me ayudará mucho en mi currículum, hacer prácticas allí va a abrirme muchas puertas.

— ¿Dónde tienes pensado trabajar luego de graduarte?

— En el hospital donde estaba internado Kane también dan consultas psicológicas, quiero trabajar allí.

— Estoy muy segura de que conseguirás cualquier empleo que quieras.

— Gracias. — Sonríe. — ¿Qué hay de ti? ¿Cómo estuvo tu semana?

— Muy bien, de hecho, el profesor de física me invitó a participar en un proyecto, es muy raro que inviten a alguien de primer año, afortunadamente por mi desempeño me dio la oportunidad.

— Es increíble, felicidades.

— Gracias. De verdad estoy muy emocionada por este proyecto ya que, si sale todo bien podré participar en futuros proyectos y quien sabe, eso también podría abrirme muchas puertas a futuros empleos.

— Eres impresionante ¿Lo sabías? Eres inteligente, divertida y muy hermosa.

— Gracias. — Digo sonrojada, los latidos de mi corazón incrementan su fuerza y frecuencia.

Shawn me mira a los ojos, amo ver esos hermosos ojos grises, son mi debilidad, Shawn desliza su mano sobre la mesa para posarla sobre la mía, al hacer esto sonríe, sé que si estuviésemos cerca él me besaría, es una pena estar tan lejos.

— Esta es su mesa señor, que disfrute su velada. — El camarero guía a una pareja a la mesa junto a nosotros.

— Hola hermanito ¿Qué tal su cita? — Dice Kane notoriamente ebrio, seguramente su noche comenzó con un par de tragos.

— ¿Qué haces aquí Kane? — Pregunta Shawn un poco molesto.

— La señorita tiene hambre, así que la traje aquí, yo quería seguir en el bar, pero ella insistió.

Veo de reojo a Sally, quién se ve sumamente molesta, se limita a ver el menú, sin presta atención a la conversación.

— Sabías que yo vendría aquí con Kate, por eso viniste.

— No, vine aquí porque es el restaurante de papá y puedo venir cuando quiera.

— Sabes que tiene tres restaurantes más, pudiste haber elegido otro, no es casualidad.

— Por qué no ignoramos el hecho de que todos estamos aquí ¿Sí? Cada uno continúe en su cita sin meterse en la del otro. — Propongo.

— Vaya, es la cosa más inteligente que he escuchado en toda la noche. — Dice Sally sin dejar de mirar el menú.

Nadie dice nada más, cada uno regresa a sus asuntos, o así parece, Shawn y yo seguimos con nuestra conversación, mientras que Kane por otro lado se dedica a mirarnos cada cierto tiempo.

— Sí, bueno. Es lo que pasa si intentas deslizarte por el barandal de las escaleras a los diez años sin darte cuenta de que hay un hierro un poco salido, recuerdo que Caleb se desmayó al ver la sangre.

— ¿En serio? — Me río. — ¿Quién te ayudó entonces?

— La señora Laders, la madre de Denver estaba pasando por allí, ella llamó a mi padre y nos llevaron al hospital.

— ¿Tu padre te regañó?

— Solo dijo que no volviera a hacerlo, creo que con el dolor de cortarme fue suficiente castigo y estaba seguro de que aprendí la lección, luego de que me suturaran la herida nos compró un helado a Caleb y a mí.

— Bueno, al menos obtuvieron un helado al final de todo.

— Sí, eso creo. — Se ríe. — Pero me quedó esa fea cicatriz en la pierna.

— Vaya forma de tratar de impresionar a una chica. — Interrumpe Kane.

— Solo ignóralo. — Dice Shawn.

El mesero quita los platos sucios de la mesa, Shawn pide el postre, pastel de chocolate, el mesero vuelve un poco después con los dos postres.

— ¿Qué te pareció la comida? — Pregunta Shawn.

— Estuvo deliciosa, muchas gracias por traerme aquí.

— Dile la verdad Kate, la cita que tuvimos por la tarde estuvo mucho mejor.

— ¿Qué cita? — Pregunta Shawn intrigado.

— No fue una cita. — Digo molesta. — ¿Recuerdas que te dije que me incluyeron en un proyecto?

— Sí ¿Eso que tiene que ver?

— Kane también está en ese proyecto, luego de hablar con el profesor de física, sugerí ir a almorzar, ya que yo no había comido nada en todo el día, fuimos a una cafetería a comer, pero no fue una cita. — Aclaro. — A demás... — Suspiro. — Aquel amigo de Denver ha estado siguiéndome a todos lados, quería ir a comer algo, pero no quería estar sola, él no me da mucha confianza que digamos...

— No tienes que explicar nada más. — Dice Shawn. — Está bien, te creo que no fue una cita, mi hermano tiende a exagerar las cosas muchas veces. Pero... Creí que Denver ya había hablado con Matt, al menos él dijo eso.

— No lo sé, pero no me deja en paz.

— No lo culpo porque le gustes, solo mírate eres hermosa.

Siento como mi rostro se torna rápidamente de un color ligeramente rojo, no suelo sonrojarme con tal facilidad, pero hay algo en él que me hace sentir de esta manera.

— Ya consigan un cuarto. — Dice Kane molesto.

— ¿Cuál es tu problema? — Digo sumamente harta de sus comentarios estúpidos. — ¿Podrías concentrarte en tu cita? Ella ha estado aquí comiendo sin decir nada toda la noche, es obvio que no la está pasando bien.

— Por fin alguien se da cuenta de lo evidente. — Dice Sally. — Justo estaba pidiendo un Uber para irme a casa.

Sally deja unos billetes sobre la mesa antes de salir del restaurante sin decir nada más, esto a Kane no parece molestarle, el continúa bebiendo su whisky como si nada hubiese ocurrido.

— ¿Qué te parece ir a dar una vuelta al parque? — Pregunta Shawn rompiendo la tensión.

— Sí, vamos.

Luego de que Shawn paga la cuenta vamos a aquel parque frente al restaurante, es un lindo lugar, en algunos postes hay series de luces amarillas, y la fuente en medio del parque tira chorros de agua al ritmo de la música.

— Este lugar es muy hermoso. — Digo mientras aprecio cada detalle de aquel bello parque.

— ¿Nunca habías venido aquí?

— No, nunca.

— ¿De dónde eres?

Dejamos de caminar para sentarnos en una banca frente a la fuente, él me mira con mucha curiosidad en espera de mi respuesta.

— Virginia.

— Cuéntame sobre tu familia.

— Bueno, mi madre es doctora, mi padre... bueno, solo diré que trabaja para el gobierno.

— Padre misterioso ¿Eh? — Se ríe.

— Sí, un poco.

— ¿Tienes hermanos?

— Dos hermanos mayores. ¿Qué hay de ti? Bueno, sé que tienes un hermano gemelo y dos hermanos más, pero no sé nada más sobre ti.

— También sabes que mi padre hace un buen vino. — Sonríe ampliamente, al momento yo también lo hago. — Mi madre es periodista, escribe noticias para el New York Times, no la veo a menudo.

— ¿Siempre has vivido con tu padre?

— No, cuando tenía dos años mis padres se separaron, Caleb y yo vivimos dos años con mi madre, pero era difícil para ella cuidar de nosotros y hacer su investigación al mismo tiempo, por eso decidió enviarnos con mi papá, él no estaba presente la mayor parte del tiempo, pero teníamos una niñera, la señora Thompson, ella era como mi segunda madre, murió hace casi dos años.

— Lo lamento. — Pongo mi mano sobre la suya.

— Estás helada, ten mi saco.

Se quita el saco para ponérmelo, él se queda en su camisa de vestir manga larga, aun con eso puedo ver sus músculos resaltando en la camisa.

— Gracias, eres muy amable.

Shawn mira la hora en su reloj, por la expresión en su rostro puedo notar que algo sucede.

— ¿Qué pasa?

— Ya casi es media noche, pedí que la limusina viniera a buscarnos a esa hora.

— Si quieres pídele que nos lleve a mi apartamento, podemos seguir charlando allí, luego te llevo a tu casa.

— No, jamás te pediría eso, es peligroso conducir de noche, te dejaré en tu apartamento y luego me iré a casa en la limusina.

— Está bien. — Asiento con una mínima sonrisa en los labios.

— Aun tenemos diez minutos antes de que llegue ¿De qué quieres hablar?

— ¿Siempre quisiste ser psicólogo?

— No. — Se ríe algo nervioso pasando lentamente su mano izquierda detrás de su cuello hasta llegar a su hombro. — Para ser honesto de pequeño quería ser chef.

— ¿Qué te hizo cambiar de idea?

— Soy pésimo cocinando. — Se ríe. — Por alguna razón quemo toda la comida o echo demasiada sal o especias y resulta sabiendo muy mal.

— Oh bueno, siempre existirá la comida congelada. — Intento animarlo mientras me rio. — Para ser justos de pequeña quería ser bailarina, en mi primer presentación en el ballet terminé fracturándome una pierna y adiós a mi sueño. — Continúo riendo.

— ¿Cómo te fracturaste la pierna?

— Había una chica que me odiaba mucho, haciendo unos giros puso su pie para que me tropezara y caí del escenario, a ella también la expulsaron del ballet por lo que me hizo, tiempo después terminamos siendo mejores amigas, es Jen por si no has adivinado, solo teníamos siete años.

— Es la historia de amistad más extraña que he escuchado en mi vida. — Ambos nos reímos a carcajadas.

Pronto vemos a la limusina parqueada del otro lado de la calle. Shawn y yo subimos en cuanto llegamos a ella.

— ¿Tú tienes un mejor amigo?

— Si, su nombre es Jimmy, nos conocimos el primer día de universidad, en clase de filosofía, de hecho, no es una historia tan emocionante como la tuya con Jen.

— Si, nada logrará superar el inicio de nuestra amistad jamás.

— Ya lo creo ¿Como es que no la odiaste luego de que te hiciera caer de un escenario?

— Sus padres la hicieron disculparse conmigo, pasó todo el verano yendo a mi casa a visitarme mientras usaba yeso en la pierna, allí nos dimos cuenta de que nos gustaba jugar los mismos juegos así poco a poco se fue formando nuestra inquebrantable amistad.

— Es sumamente inspirador. — Se burla.

— Incluso podrían hacernos una película.

La conversación es tan interesante que sin darnos cuenta llegamos al edificio donde vivo, Shawn le indica al conductor que volverá en un momento, Shawn me ayuda a bajar y abre la puerta del edificio para que pueda entrar, luego de subir en el elevador al encontrarnos frente a la puerta de mi apartamento nos detenemos un segundo, Shawn me sonríe mientras me ve con esos bellos ojos grises, siento como poco a poco nuestros labios se acercan, al primer contacto siento la calidez de sus labios, el beso es dulce y lento al principio, gradualmente se torna en un beso francés apasionado, siento su lengua explorando cada parte de mi boca, yo soy muy tímida ahora para hacer lo mismo, solo me dejo llevar por el momento, finalmente al quedarnos sin aliento terminamos con aquel beso. Siento que ahora mi rostro está totalmente enrojecido, no tengo ni idea de porque él me hace sentir de esta manera.

— Quiero que sepas que de verdad me gustas mucho y quiero conocerte aún más.

— Yo también siento lo mismo. — Sonrío ampliamente.

Abro la puerta de mi apartamento para terminar de despedirlo, del otro lado están Jen y Denver con muy poca ropa sobre el sofá.

— Yo también uso ese sofá. — Cubro mis ojos para no verlos. — ¿No pudieron ir al cuarto de Jen?

— Lo siento, no vi la hora. — Dice Jen corriendo a su habitación.

Al descubrir mis ojos ninguno de los dos está en la sala, solo se escuchan sus risas en la habitación de Jen.

— Creo que voy a quemar ese sofá.

— Será lo mejor. — Se burla Shawn. — Bueno, ya tengo que irme, esperaré con ansias nuestra siguiente cita.

— Yo igual. — En ese momento recuerdo que aún no le he dado aquel libro que le compré. — Esto es para ti.

Le doy aquel libro, él se sonroja al ver que le tengo un obsequio, lo toma de inmediato para quitar la envoltura.

— Gracias. — Sonríe. — Desastre en Mainstreet ¿Eh? De misterio y paranormal, se escucha interesante. ¿Ya lo leíste?

— No, pero la trama se ve muy interesante.

— Si quieres cuando acabe de leerlo puedo prestártelo.

— Si, te lo agradecería mucho.

— Genial, nos vemos el lunes.

Antes de irse me da un beso en la mejilla, entro al apartamento sonriendo como una estúpida, pero una estúpida enamorada, quiero a ese hombre, me gusta cómo me hace sentir cuando estoy con él.

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