San Valentín (Parte 1)
Son las siete treinta de la mañana, estoy de camino a la universidad, no he podido dormir en todo el fin de semana pensando en lo que Denver dijo sobre Kane. ¿Podrá ser cierto que el rey del hielo pueda estar enamorado de mí? Es muy probable, pero necesito escucharlo de Kane, necesito que al menos exprese algo de interés en mí y que deje de estar con otras mujeres para poder creerlo. En mi descuido paso un semáforo en rojo, un auto me esquiva al pasar, por suerte para ambos no chocamos. Debo tener más cuidado, puede que la siguiente vez no tenga tanta suerte, conduzco con mucha precaución el resto del camino, no despego ni un dedo del volante hasta que estaciono el auto.
Al llegar frente al edificio veo a Denver sentado en una de las bancas afuera del edificio, al verme me saluda con la mano, camino hasta la banca para hablar con él, después de todo faltan veinte minutos para que inicie la clase.
— Hola ¿Cómo estás?
— Bien, estaba esperándote.
Denver se corre para hacerme algo de espacio.
— ¿Por qué? — Me siento junto a él.
— Necesito tu ayuda para escoger el obsequio de Jen y necesito también que me digas cuáles son sus flores favoritas.
— Bueno... sus flores favoritas son los lirios rosas.
— Puedo conseguirlas aun en la floristería del otro lado de la ciudad.
— En cuanto al obsequio, no creo que importe mucho, regálale algo que venga de tu corazón.
— ¡Quiero impresionarla Kate! no puedo regalarle cualquier cosa, debo darle el mejor regalo del mundo.
— Esta bien, tranquilo. Déjame pensar un poco. ¿Chocolates? No, ella es alérgica. ¿Joyería? No, tiene demasiada y nunca la usa. ¿Peluches? No, le parecen demasiado cursi. ¿Maquillaje? Si, ahora que lo recuerdo justo hoy sale una edición limitada de una paleta de sombras que tanto le gusta, me dijo que solo ingresaran cien unidades por tienda, hay una tienda en el centro comercial, ella tiene una prueba corta en su clase de la mañana y no puede ir a comprarla, puedo enviarte la imagen para que sepas cual es.
— Genial, envíame los detalles por WhatsApp
— ¿Irás de una vez? ¿Qué hay de la clase?
— Solo es una falta, avísame lo que diga el profesor.
— Esta bien, antes de que te vayas. — Lo detengo. — ¿Qué pasó con Kane? No me escribiste en todo el fin de semana
— Fui a su habitación a hablar con él.
— ¿Qué te dijo?
— Bueno... ¿Recuerdas que dije que había roto la botella de Whisky?
— Si, lo recuerdo.
— De hecho, no fue eso lo que rompió. El golpeo su espejo, lo quebró y se cortó los nudillos.
— ¿Por qué hizo eso?
— Estaba muy molesto consigo mismo por no haber podido invitarte a salir y también con Shawn por lo de la subasta.
— A ti te cuenta todo ¿No es así?
— Sí, soy el único en el que confía, ya sabes... Shawn tiene a Caleb, Kane me tiene a mí. Mi padre siempre está fuera de casa y nuestras madres... Ellas tienen sus vidas en otra parte, las vemos quizás una o dos veces al año.
— Lamento escuchar eso.
— No importa. — Levanta los hombros. — Nos acostumbramos a eso desde hace mucho tiempo. Bueno, me voy antes de que se haga más larga esa fila en el centro comercial, no llegues tarde a clase.
— Conduce con cuidado.
Después de que Denver se marcha subo al segundo nivel, la puerta de mi clase sigue abierta.
— Hola Kate. — Dice alguien detrás de mí.
Al darme vuelta veo a Kane, tiene su mano izquierda vendada, debe ser la mano con la que golpeo el vidrio.
— Hola. — Le ofrezco una pequeña sonrisa. — ¿Qué haces aquí?
— El profesor Lambert me pidió que viniera a su clase, quiere que hablemos de algo al terminar. ¿Él es tu profesor de física?
— Si, él es.
— Es el mejor profesor de física en el área común de primero.
— Eso he escuchado y puedo dar fe de que es así.
— ¿Te molesta si nos sentamos juntos? No conozco a nadie aquí.
— Claro, vamos.
Nos sentamos hasta atrás, donde no hay muchas personas, Kane juega en su celular mientras el profesor da su clase.
— Bien chicos, este es el problema que deben resolver hoy, pueden trabajar con sus parejas.
¡Mierda! Denver no vino a clase. Bien, creo que trabajaré sola. Anoto en mi cuaderno el problema, busco entre las hojas del cuaderno el papel donde anoté las fórmulas, aquí está.
Copio la fórmula que creo con un solo despeje puede resolver el problema.
— No uses esa.
Kane está viendo lo que hago de reojo, no aparta la vista de su juego. Borro esa ecuación de inmediato ¿Cuál otra podrá ser?
— Esa tampoco. — Dice justo cuando voy a comenzar a usar otra.
— ¿Entonces cuál sabelotodo?
— Dame eso.
Kane me arrebata el cuaderno y mi lápiz. Comienza a escribir una fórmula diferente, una que no imaginé que podría usarse para resolver el problema, otra cosa que jamás imaginé es que Kane es ambidiestro, pensé que era zurdo, pero resulta que también puede escribir con la derecha muy bien.
— Primero usas esta para sacar el dato del tiempo y luego puedes encontrar la velocidad.
Kane me devuelve mis cosas y continúa con su juego. Aún no muy convencida hago la operación usando sus fórmulas, sorprendentemente Kane tenía razón, al corroborar mis respuestas todo encaja a la perfección.
— Gracias. — Digo en voz baja.
— No hay de qué.
Me levanto para darle mis respuestas al profesor, él confirma que los resultados son correctos.
— Excelente Katrina ¿Te importaría quedarte al final de la clase? Quiero hablarte de un proyecto que tengo entre manos este año.
— Sí, claro. — Digo emocionada. — Gracias profesor.
Regreso a mi escritorio con una enorme sonrisa en los labios, esta es una excelente oportunidad, todos hablan sobre estos proyectos, dicen que dan créditos extra por participar y que te toman en cuenta para futuros grandes proyectos en la facultad.
— ¿Por qué tan feliz?
Kane levanta una ceja mientras me ve.
— El profesor quiere incluirme en un proyecto ¿Puedes creerlo?
— ¿Proyecto? ¿El de la turbina eólica?
— No me dijo de que trata.
— Creo que es ese proyecto, de hecho, por eso estoy aquí.
Una pequeña sonrisa se asoma a la comisura de sus labios, sin embargo, no la deja salir a flote.
— ¿Quieres decir que trabajaremos juntos?
— Así parece. ¿No te agrada la idea?
— Sí, claro que me agrada ¿A ti no?
Él levanta ambos hombros y regresa a lo que hacía en su celular sin siquiera responder.
La clase pasa en un abrir y cerrar de ojos, cuando todos salen de la clase solo nos quedamos Kane y yo, aunque también está Matt espiando desde la puerta, últimamente hace esas cosas, me sigue a la biblioteca, a la cafetería también si hablo con algún chico que no sea Denver, él siempre está allí intentando escuchar la conversación.
— La facultad por años ha querido llevar a cabo el proyecto de la turbina eólica, este año por fin se recaudaron los fondos suficientes para realizarlo, con esta turbina eólica abasteceremos de electricidad este edificio, ustedes son los últimos dos estudiantes que se unirán al proyecto, se les dará cinco créditos por participar y se les incluirá según su desempeño a futuros proyectos. Las reuniones serán los sábados de ocho de la mañana a cuatro de la tarde, aquí les proporcionarán desayuno y almuerzo, también vales de gasolina. Este sábado será la primera reunión, de ocho a diez donde se les ampliará la información, espero contar con su asistencia.
Ambos asentimos al estar de acuerdo.
— Eso es todo chicos, pueden retirarse.
Kane y yo salimos juntos del edificio, Matt nos sigue muy de cerca para intentar escuchar nuestra conversación, de verdad no entiendo que ocurre con este idiota, le he dejado en claro cientos de veces que no estoy interesada, aun así, sigue firme con la idea de que algún día estaremos juntos.
— ¿En qué piensas?
Kane ya se dio cuenta de que estoy algo distraída, yo intento sonreír para aparentar que todo está en orden.
— ¿Ya almorzaste?
No puedo creer que esas palabras hayan salido de mi boca. Ya se tardó demasiado en responder. Lo más lógico en este momento es salir corriendo y jamás volver a verlo en la vida.
— Aún no, podemos ir a una cafetería cerca de aquí, está a dos cuadras al salir de la universidad.
— Genial, se me antoja una hamburguesa.
Esta mañana olvidé desayunar, por eso tengo muchísima hambre, incluso puedo escuchar el sonido de mi estómago crujiendo. Jamás había visto este lugar, es una cafetería acogedora, hay unas cuantas mesas y algunas cabinas, Kane me guía hasta una cabina, la más alejada de la entrada, una mesera en patines llega para darnos el menú.
— Aquí vengo a comer regularmente, es muy tranquilo y puedes hacer tus tareas sin problemas.
— ¿Por qué no las haces en tu casa o en la biblioteca?
— En la biblioteca hay demasiado silencio y me quedo dormido, en mi casa hay muchas cosas que me distraen, solo puedo estudiar allí de noche.
— Me pasa lo mismo en la biblioteca, puedo hacer tarea allí, pero no estudiar, me quedo dormida.
— Una vez me quedé dormido hasta las nueve de la noche, la bibliotecaria me despertó para que me fuera.
— ¿De verdad?
— Sí, te lo juro.
Ambos nos reímos de él, esto es sin duda lo más cerca que hemos estado de entablar una buena conversación.
Veo a Matt mirándonos a través del cristal, intenta ocultarse detrás de un árbol, pero puedo notar que está allí, después de unos minutos entra a la cafetería, se sienta en una de las mesas más cercanas de la puerta donde puede verme perfectamente, intento ocultarme detrás del menú para evitar que me mire. Kane nota que algo extraño está sucediendo, voltea para ver de quien me estoy ocultando, al ver a Matt, frunce el ceño, veo su intención de ponerse de pie, tomo su mano de inmediato para detenerlo.
— Por favor, no. No quiero causar una escena. Déjalo, ya se irá.
— Es el idiota de la fiesta ¿Cierto? ¿Qué pasa con él?
— Me invitó a salir, pero no he aceptado ninguna de sus propuestas, muchas veces me sigue hasta que me voy de la universidad.
— Puedo pedirle amablemente que te deje en paz. — Truena sus nudillos.
— Si no me deja en paz en unos días voy a aceptar tu oferta.
— ¿Qué tal si me siento junto a ti? Quizás eso lo intimide un poco.
— Está bien, supongo.
Le hago espacio para que pueda sentarse a mi lado, cuando toma asiento me rodea con su brazo.
— Si piensa que estamos saliendo tal vez eso lo aleje de ti.
— Lo dudo, ya intenté hacerle creer que soy lesbiana y no me deja en paz.
— ¿Cómo hiciste eso?
— Larga historia, solo diré que lo único que me faltó fue besar a Jen frente a él.
— Si tan solo me dejaras hablar con él te dejaría en paz.
— Si necesito tu ayuda te lo haré saber, por ahora intentaré hacerme cargo yo misma ¿Sí?
— Te daré mi número, si tienes algún problema llámame.
Escribe su número en una servilleta, anoto de inmediato su número en mi celular, soy muy descuidada, puedo perder esa servilleta.
Busco su nombre en WhatsApp para enviarle un mensaje, así el también tendrá mi número.
° Hola (:
11:35 am ✓✓
Su teléfono vibra cuando le llega el mensaje, él lo revisa, guarda mi número, pero no responde el mensaje. Miro hacia donde esta Matt sentado, él tiene su celular entre sus manos, es un poco sospechoso ya que no se ve que esté escribiendo, cuando se da cuenta que lo estoy mirando baja su teléfono ¿A caso está tomando fotografías?
— ¿Me dejas salir? Vuelvo en un minuto.
Kane me ve desconcertado, pero se levanta para que yo pueda salir, antes de irme le ofrezco una sonrisa, camino hacia la mesa donde está Matt, me siento frente a él mirándolo muy seriamente.
— ¿Por qué estás siguiéndome? — Lo miro directamente a los ojos lo más serio posible.
— ¿De qué hablas? Solo vine a comer algo.
Puedo notar en sus ojos que está nervioso, intenta evitar a toda costa el contacto visual.
— Estas últimas semanas te he visto "casualmente" en todos los lugares donde voy ¿Es acaso una coincidencia?
— Sí, claro que lo es.
— ¿Es también una coincidencia que tomes fotos de mí?
— No estaba tomándote fotos.
— ¿Ah no? Déjame ver tu galería.
— No. — Guarda el celular en su bolsillo. — No estaba tomando fotos.
— Me incómoda verte en todos lados ¿Entiendes? Si vuelvo a verte siguiéndome o tomándome fotos voy a llamar a la policía.
— Solo estoy cuidándote.
Matt intenta tomar mi mano, al ver su intención la quito de la mesa.
— No necesito que me cuides, yo puedo cuidarme sola.
— Jamás respondiste a mi propuesta ¿Cuándo vamos a salir? Sales con todos excepto conmigo.
— No quiero salir contigo.
— ¿Por qué no?
— ¿Recuerdas la fiesta? Intentaste propasarte conmigo.
— Estaba ebrio y...
— No es excusa. Solo deja de seguirme ¿Sí?
Sin escuchar su respuesta vuelvo a la mesa con Kane, un tiempo después Matt se va de la cafetería.
— Hola Ariel. — Dice una amable mesera. — Veo que traes a una chica hoy ¡Feliz día de San Valentín!
¿Ariel? El otro nombre de Kane es... ¿Ariel? De todos los nombres que pude imaginar que era su segundo nombre jamás se me habría ocurrido Ariel.
La mesera lo ve muy contenta parece conocerlo de hace mucho, ella tendrá unos sesenta años, todo su cabello es gris, lo lleva recogido en una cola, su mano tiembla un poco al sostener la libreta.
— Ella es mi amiga, Kate. Kate, ella es Grace.
— Mucho gusto Grace.
— El placer es todo mío, Ariel nunca había traído a nadie aquí desde...
— Desde hace mucho, lo sé. — Interrumpe.
Kane ahora está sumamente nervioso, mueve su talón izquierdo de arriba a abajo muy rápidamente.
— Sí, mucho tiempo. Bien, veo que quieres que deje de hablar. ¿Qué quieren comer tortolitos?
Una pequeña risa se escapa de mis labios al sentirme incomoda, pero nadie aquí está más incómodo que Kane, si pudiera escondería su cabeza debajo de la mesa de tanta vergüenza que imagino siente ahora.
— Quiero una hamburguesa con queso y tocino, con soda y papas por favor.
— ¿Qué hay de ti cariño? ¿Lo de siempre? — Se dirige a Kane.
— Esta vez no gracias, Grace. — Sonríe.
— ¿Ni siquiera el batido de siempre?
— No, quiero lo mismo que ella, por favor.
— Siempre que vienes aquí tomas ese mismo batido ¿Te sientes bien? — Dice para molestarlo.
— Creo que el cambio es bueno ¿No crees?
— Es lo que te he dicho desde hace mucho. — Sonríe con satisfacción. — Regreso en un momento.
Al irse Grace deja en un ambiente incómodo para Kane, o debería decir Ariel.
— Y.... bueno, Ariel, veo que si vienes aquí muy seguido.
— Ya te habías tardado en molestarme con mi nombre. — Frunce el ceño — Le he dicho mil veces que me llame Kane, pero insiste en decirme Ariel.
— Kane es nombre para un chico rudo, Ariel es para un chico dulce y tú eres muy dulce. — Dice Grace pasando junto a nosotros con una charola llena de sodas para la mesa junto a la nuestra.
— Tiene razón Ariel. — Digo sofocándome de la risa.
— Muy graciosas, mejor cambiemos de tema. — Dice muy serio. — ¿Que piensan hacer esta noche Shawn y tú?
— No lo sé, Shawn no me dijo. ¿A dónde irán Sally y tú?
— No he planeado nada, quizás a un restaurante o algo así.
— ¿Ya sabes que vas a obsequiarle?
— ¿Obsequio? No tenía pensado darle nada, quizás solo unas flores.
— Que poco romántico eres.
— ¿Por qué debería ser romántico? Ella no me interesa.
— ¿Entonces por qué pagaste por salir con ella?
El simplemente levanta desinteresadamente ambos hombros.
— ¿Vas a regalarle algo a Shawn? — Cambia el tema de nuevo.
— Sí, debo recibirlo en mi apartamento como a las cuatro.
— ¿Puedo saber qué es?
— Si prometes no decirle.
— ¿Por qué se lo diría?
— Un libro.
— ¿Un libro? ¿En serio?
— Sí, vi en su perfil de Facebook que le encantan los libros, sus favoritos son los de misterio.
— ¿Y a mí me llamas poco romántico?
— Si quieres a alguien le regalas algo que le dure para toda la vida y que va a enriquecer su mente, no algo superficial que le durará tan solo una semana.
— ¿Entonces lo quieres?
Creo que Kane dejo de escucharme después de esa parte ¿Por qué los hombres son así? Escuchan solamente lo que les interesa.
— Sí, es un buen amigo.
— Solo un buen amigo ¿Eh?
— Por ahora si ¿Quién sabe que podría pasar después?
— Aquí están sus hamburguesas. — Grace pone los platos en la mesa, frente a nosotros. — También les traje esta rebanada de pastel de chocolate a los tortolitos. Que lo disfruten.
— Nosotros no...
Antes de que Kane pueda terminar de hablar Grace se marcha hacia la cocina. Yo solo me limito a reírme tanto de lo que dijo Grace como del intento de Kane por corregir a Grace. Ella parece ser una mujer muy amable y simpática.
— Lamento todo esto.
— Yo no. — Me río de él. — Grace es muy graciosa y dulce, además me la estoy pasando bien.
— Yo también.
Kane sonríe ampliamente dejando ver su perfecta dentadura y aquellos camanances que le dan su distintivo atractivo, pasa su mano entre su cabello desde su cabeza hasta la nuca, presiento que está tomando valor para decir algo.
— Gracias por aceptar almorzar conmigo.
— ¿Aceptar? Fui yo la que te invito a almorzar, tu solo sugeriste el lugar.
— Bien, bien. En ese caso gracias por aceptar venir a este lugar.
— Me alegra haber venido aquí, me encanta el lugar y la comida es muy buena ¿Puedo hacerte una pregunta?
— Adelante.
— ¿Por qué nunca traes a nadie aquí?
— Es una larga historia, quizás te la cuente algún día, con una cerveza o dos en un bar quizás.
— Claro, porque tengo edad suficiente para entrar en un bar.
— Justo por eso sugerí el bar. — Suelta una risa burlona.
— Muy listo. Bien, en un año y medio te preguntaré de nuevo.
— Estaré esperando. — Sonríe. — Mientras tanto puedes quitar esa mancha de salsa que hay en tu mejilla.
Qué vergüenza, no puedo creer que esté pasando esto ahora, tomo una servilleta para limpiar inmediatamente aquella mancha, Kane ríe discretamente mirando hacia otro lado.
Es la primera vez que Kane y yo estamos juntos sin pelear, es agradable una vez que entramos en confianza, me agrada este Kane, el Kane relajado, atento, gracioso y sobre todo el Kane real, no el chico rudo que aparenta ser todo el tiempo, no el chico que dice la primera estupidez que se le viene a la mente, con el cual he peleado incontables veces.
— ¿Vendrás a la reunión del sábado?
— Sí, eso creo ¿Y tú?
— Es un buen proyecto, no me lo perdería por nada.
— ¿Todo bien por aquí tortolitos? — Pregunta Grace.
— ¿Podrías traerme otra porción de pastel? Kate no lo aparenta, pero come mucho.
— Claro. — Dice Grace riendo a carcajadas.
— ¡Oye!
Le pego levemente en el brazo con mi codo, él y Grace continúan riendo, tomo aquel plato con el pastel y como un bocado.
— ¿Ves a lo que me refiero? — Dice Kane.
Grace va a la cocina aun riendo, vuelve minutos después con otro pedazo de pastel para Kane.
— ¿Qué tal te pareció? — Pregunta Grace.
— Todo estuvo delicioso, este pastel de chocolate esta increíble.
— Gracias, pero hablo de Ariel ¿Que tal te parece?
— No tienes que responder. — Interviene Kane.
— Bueno, Ariel es un poco testarudo, algo gruñón y sumamente impulsivo, pero me agrada. — Sonrío. — Es atento, dulce y agradable cuando está de buen humor.
— Sí, eso es verdad. — Sonríe Grace poniendo su mano sobre el hombro de Kane. — Aparenta ser un chico muy rudo, pero no lo es.
— Mejor nos vamos antes de que continúen avergonzándome.
Kane le da un billete de 50 a Grace, ella lo toma y comienza a buscar el cambio en su delantal.
— Quédate con el cambio.
Kane se levanta, toma sus cosas, yo hago lo mismo, antes de ponerme mi mochila tomo un billete de veinte, cuando Kane se despide de Grace pongo el billete en su mochila.
— ¿Qué haces?
Seguramente cuando abrí el zipper sintió un pequeño jalón.
— Tienes abierta la última bolsa de tu mochila.
— Gracias.
Cierro la bolsa y me aparto de él.
— Espero verte pronto por aquí. — Dice Grace.
— Quizás el fin de semana. — Kane comienza a caminar hacía la puerta. — Hasta pronto Grace.
Kane me espera con la puerta abierta, espera a que salga antes de salir él, camino de vuelta a la universidad el ambiente es más agradable.
— Ahora me arrepiento de haberte llevado allí. — Peina su cabello hacía atrás con incomodidad. — Perdona, no quería que te sintieras incómoda.
— No me incomode, al contrario, ahora siento que conozco un poco más sobre ti... Ariel.
— Bueno... Tú ya sabes muchas cosas sobre mí, conoces a mis hermanos, mi casa, ahora conoces mi segundo nombre y mi lugar favorito ¿Qué hay sobre ti?
— ¿Qué quieres saber?
— Háblame de tu familia.
— Mis padres están casados desde hace veintiocho años, tengo dos hermanos, Travis es el mayor, Joe el del medio, yo soy la más pequeña, soy de Virginia. Me gradué de la escuela a los 17.
— Ahora tienes 19 ¿Cierto? ¿Por qué no entraste antes a la universidad?
— Problemas. — Suspiro. — Quizás algún día te lo cuente, en un bar con un par de tragos.
Kane asiente con la cabeza, una pequeña sonrisa se escapa de sus labios.
— Eres muy vengativa.
— Algunas veces lo soy.
No recuerdo dónde dejé mi auto exactamente así que lo desbloqueo para poder ver las luces en la distancia.
— ¿Es tu auto?
— Sí, es este ¿Dónde dejaste el tuyo?
— Ahora uso motocicleta, después del accidente mi auto quedó totalmente arruinado, decidí comprar una motocicleta.
— ¿No es más peligroso que un auto?
— Si, también es más rápido.
— Conduce con cuidado ¿Sí?
— Lo intentaré. — Guiña el ojo. — Nos vemos por allí.
— Nos vemos por allí.
Dejo mi mochila en los asientos de atrás, conecto mi celular al radio del auto para escuchar mi música en el camino, Kane pasa frente a mí en su motocicleta mientras busco mi álbum favorito en Spotify, ese casco negro, su chaqueta negra y sus botas le dan un toque de chico rudo, sobre todo por esa motocicleta Harley que conduce. Te ves bien Ariel, pienso. Te ves jodidamente ardiente, muerdo mi labio inferior y suspiro.
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