La subasta (Parte 1)
Hoy se da a conocer las 10 chicas que participarán en la subasta que se lleva a cabo a las nueve de la noche en la plaza de la universidad, la subasta es el evento principal, se da dentro de una discoteca improvisada. A parte también organizan una feria, hay muchos juegos donde puedes ganar distintos premios, venden algodón de azúcar, manzanas con caramelo, chocolates y muchas golosinas más. La subasta es una atracción para los chicos mayormente, lo que hacen para atraer a las chicas es un puesto de besos, las chicas pagan para besar a los chicos que tienen los ojos vendados dentro de la cabina, por supuesto es una atracción que los hermanos Casanova atienden personalmente, junto algun otro chico más. Creo que así es como se ganaron la fama de haber besado a casi todas las chicas de la universidad.
Sinceramente, al escuchar la idea de la cabina de los besos no me emociono para nada, lo único que puedo pensar es en que, tan solo un mililitro de saliva contiene cien millones de bacterias, imaginen que besan al menos cien chicas hoy ¿Cuántas bacterias se transmitirán a ellos y cuantas les transmitirán a las chicas? Solo de pensarlo me da asco y escalofríos. De todas formas, esas chicas tontas no piensan en esto, esa es la menor de sus preocupaciones, ellas solo quieren besar a un Casanova, porque están jodidamente ardientes y tienen razón, pero no vale la pena como para poner su salud en riesgo.
Acabamos de volver al apartamento después de un largo viaje, Jen está en el sofá tomando una Coca—Cola Cherry y comiendo nachos mientras ve Friends, es su serie favorita, la ha visto completa unas tres veces y aun así no le importa verla de nuevo, creo que hasta se sabe todos los diálogos, lo cual no me extraña ya que, tiene una buena memoria.
— ¿Lista para iniciar clases el lunes? — Pregunta mientras mastica algunos nachos en su boca.
— Estoy agotada, después de esos tediosos examenes no quiero saber nada de física nunca más en mi vida.
Me dejo caer en el sofá junto a ella, tomo algunos nachos de su bolsa para acompañarla a ver su serie.
— Ya no quiero saber nada de estadística. — Suspira. — Siento que no me cabe en la cabeza una sola definición más.
— ¿Qué tal si nos embriagamos? — Sugiero. — Aún tenemos el vino.
Busco el vino en uno de los gabinetes de la cocina. Jen me mira perpleja desde el sofá.
— ¿A las diez de la mañana?
— ¿Por qué no?
— Ya que.
Jen se levanta para ayudarme a sacar las copas mientras le quito el corcho a la botella.
— ¿Ya tienes algo que hacer para San Valentín?
— Propuestas solamente, pero no les he contestado. - Se encoge de hombros.
Puedo notar su desinterés al decirlo, eso es muy extraño, regularmente para esta fecha ya tiene a un galán con el cuál salir ese día. Sirvo el vino en ambas copas, chocamos copas antes de beber el vino más rápido de lo que tomaríamos un vaso de agua, creo que, si necesitábamos esto, tenemos mucho estrés acumulado a pesar de haber tenido vacaciones.
— ¿Por qué no has aceptado ninguna? — Sirvo un poco más de vino para ambas.
— A decir verdad... estoy esperando los resultados de la encuesta.
Apaga la televisión para poner toda su atención en la conversación.
— ¿En serio? ¿Quieres participar en esa tonta subasta?
— Sí, es una oportunidad para que los chicos se peleen por llevarte en una cita y ellos pagan todo, tú solo debes verte bonita y asistir.
— No puedo contigo Jen.
Ambas nos reímos de su comentario, de verdad no puedo argumentar nada ante esa lógica.
— Lo que me lleva a otro asunto.
Jen sonríe como cuando me ha estado ocultando algo malo que hizo y está a punto de decirme.
— ¿Qué rompiste esta vez? — Levanto ambas cejas.
— Lo de tu celular fue un accidente ¡Supéralo!
— Creí durante un mes que me lo habían robado.
— Se me cayó por accidente de las escaleras, no te dije nada hasta poder comprarte uno nuevo. De todos modos, debes admitir que ese es mejor.
— Sí, lo es. Bueno, ya dime ¿Qué hiciste esta vez?
— Revisa la bolsa que está por allá. — Señala la butaca.
— ¿Qué es?
Dentro de la bolsa hay un hermoso vestido color champagne.
— Es hermoso.
Lo admiro unos segundos antes de devolverlo a la bolsa.
— Ve a ponértelo.
— No puedo aceptarlo Jen...
— Estaba en oferta, no pagué demasiado por él.
Cuando Jen dice eso es para no hacerme sentir mal, sus padres son cirujanos, ganan un muy buen sueldo por eso ambos la consienten y le dan mensualmente mucho dinero para la universidad y para consentir sus caprichos.
Por mi parte, mi papá es agente del FBI, así que no gana demasiado, no tanto como mi mamá que es cirujana, ellos me ayudaron con el primer pago de la universidad y me dan el dinero suficiente para comer y darme pequeños gustos, me dan un poco más de lo que necesito gracias a que no pagamos alquiler del apartamento porque el edificio de apartamentos donde vivimos con Jen es de mi tío, el hermano de mi mamá que es empresario, él tiene muchas propiedades, esta es una de ellas, su manera de apoyarme en los estudios es prestándome este apartamento, y de verdad que es de mucha ayuda, por fortuna ahora también gracias a los padres de Jen tampoco tengo que preocuparme por los pagos de la universidad.
— Ya deja de darle tantas vueltas al asunto, solo di gracias y ve a probártelo.
— Gracias Jen. — Le doy un fuerte abrazo.
— No hay de qué.
Me cambio en mi habitación rápidamente, antes de salir a mostrarselo a Jen, me veo en el espejo para admirar cada detalle.
El vestido es de un tono champagne, casi llegando a gris, el escote deja resaltar mis senos, tiene piedras y lentejuelas desde los tirantes hasta la cintura, la falda del vestido es de tulle, el cual cubre la mitad de mis piernas. Me encanta, es absolutamente hermoso y me hace ver radiante. Salgo hacia la sala para mostrárselo a Jen, ella al verme sonríe ampliamente.
— Sabía que te quedaría bien. Se te verá estupendo en la subasta, vas a dejarlos a todos boquiabiertos.
— ¿Subasta? Ni siquiera voy a ser elegida en esa tonta encuesta, tú sí, tu deberías usarlo.
— Ambas vamos a ser elegidas, ya lo verás. A demás compré uno para mí también, es azul, te lo mostraré luego.
Nuestra conversación se interrumpe cuando vibran nuestros teléfonos, me doy cuenta de que es un mensaje al desbloquearlo.
Ganadoras top chicas hot. Abre el enlace para ver las ganadoras.
— Míralo tú. — Dice Jen abrazando un cojín en el sofá. — Yo estoy muy nerviosa.
No entiendo la razón por la que se comporta así, a veces creo que es muy dramática, pero está bien, yo voy a revisar la lista por ella. Abro el enlace, la página tarda un poco en cargar. Listo, ya está. Bien, comienza en cuenta regresiva, veo las primeras 5, ninguna es Jen. Continúo bajando hasta ver su fotografía, es la número tres y sí, yo soy la dos. Una chica llamada Sally Becker es la primera.
— Lo siento Jen. — Digo con decepción.
Ella me arrebata el celular para ver por sí misma aquella lista, al darse cuenta de que si está entre las seleccionadas me golpea el hombro.
— ¡Auch! — Digo mientras me sofoco de la risa en el sofá.
— ¡MALDITA! Te creí por un segundo.
— De verdad te importa esa tonta subasta ¿Cierto?
— Es por caridad. — Se excusa. — A todos nos importa la caridad.
— No sé si quiero ir.
Mi celular comienza a sonar en la mano de Jen, al ver el nombre en la pantalla sonríe ampliamente.
— ¡Contesta!
Me devuelve el celular, apenas veo el nombre en la pantalla marco el icono verde para contestar con mi temblorosa mano.
— Hola. — Dice con aquella sexi voz que tanto me gusta.
— Hola. — Digo muy nerviosa. — ¿Cómo estás?
— Bien ¿Tú cómo estás? ¿Qué tal el vuelo?
— Estuvo bien, no me quejo.
— Creo que anoche no fui muy claro... — Se escucha algo de nerviosismo en su voz. — Quiero preguntarte, si te gustaría ir a la feria conmigo.
— Me lo preguntas solo porque soy una de las diez chicas de la subasta ¿No es así?
Digo eso en un tono bastante serio, pero estoy bromeando, solo quiero escuchar su reacción.
— No. — Dice aún más nervioso. — Quería preguntarte ayer, pero lo que dije no sonaba a una invitación, además no sabía si tenías planeado ir. Hoy cuando vi la lista supe que, si tenías que asistir de todos modos por la subasta así que, decidí pedírtelo antes de que alguien más lo hiciera.
Shawn habla tan rápido que casi no logro entender las palabras, pero comprendo lo que quiere decir.
— Estaba bromeando. — Me rio. — ¿Nos vemos en la fuente de la plaza a las siete?
— Perfecto, allí nos vemos. - Dice ahora más tranquilo.
Cuando cuelgo la llamada Jen me ve con demasiado interés, su sonrisa de oreja a oreja me indica que está a punto de sugerir otra de sus barrabasadas.
— ¿Qué quería? ¿Por qué vas a verlo en la fuente? ¿Sabe que eres virgen?
— Ir a la feria conmigo. Porque allí vamos a encontrarnos. ¿Por qué le diría eso?
Respondo todas sus preguntas en el mismo orden, ella presta mucha atención a cada palabra.
— Dime por favor que piensas traerlo al apartamento, prometo no regresar hasta la media noche, solo no lo hagan en el sofá, es un área común.
— No empieces Jen. — Ruedo los ojos. — No voy a traerlo aquí, aún no nos conocemos bien, además no sé si de verdad está interesado en mi o si solo soy otro de sus juegos, mira a Kane a pesar de que nos besamos y me dijo prácticamente que quiere algo conmigo sigue allá afuera besándose con otras chicas.
— ¡Ay! Por favor Kate, has algo espontáneo por una vez en tu vida. Ese chico está como quiere.
Jen muerde su labio inferior al decir esto último.
— Sí, es lindo. Por eso mismo creo que solo quiere jugar conmigo, quizás él y Kane apostaron por quien me lleva a la cama primero.
Ahora que lo pienso tiene mucho sentido, hay algo muy sospechoso en todo esto.
— No veo el problema ¡Tienes la oportunidad de estar con ambos y no la aprovechas! Si yo fuera tú intentaría con uno primero y cuando me aburra de ese iría con el otro.
— ¡Jen! No voy a hacer eso. No soy tú.
— Bien, has lo que quieras, pero no vengas llorando cuando no hayas podido lograr nada con ningún hombre. Luego vendrás rogando por mis consejos y no te los daré.
— Eres tan dramática.
— Y tu tan virgen y aburrida.
— Mejor me voy a bañar. — Digo molesta.
— Eso es, huye de tus problemas.
Puedo escuchar que grita esto último cuando voy por el pasillo, simplemente decido ignorarla, son las once de la mañana por lo que aprovecho para darme un largo baño, si voy a hacer esto voy a hacerlo luciendo espectacular, me animo a mí misma. Luego de bañarme me pongo una pijama para sentirme cómoda mientras arreglo mi cabello.
— ¿Qué haces?
Jen me ve desde la puerta de mi habitación, tiene su celular en la mano, creo que está en una llamada.
— Olvidé decirte que tenemos cita a las dos en el salón de enfrente, van a peinarnos, maquillarnos y arreglarnos las uñas. Cámbiate de ropa.
Me ve de pies a cabeza por lo que llevo puesto.
— Solo es una subasta, no un concurso de belleza.
— Es casi lo mismo, te espero afuera.
— Bien. — Respondo de mala gana — Dame un minuto.
Me pongo un pantalón y la primera blusa que se cruza en mi camino, me pongo mis converse negros, y un cardigan, tomo mi cartera de mano antes de salir a encontrar a Jen. En el salón nos cortan el cabello antes de peinarlo, yo solo quiero unas ondas en las puntas, por otro lado, a Jen le hacen una trenza en cascada, la cual en su cabello largo se ve totalmente hermosa.
Ambas nos hacemos french en las uñas de los pies, yo pido unas uñas baby boomer en las manos, mientras que, Jen pide sus uñas blancas, la del medio con una piedra azul y el dedo índice de color azul.
Al regresar a casa son las seis y cuarto, Jen en ese tiempo que nos sobra se retoca un poco el maquillaje, mientras tanto yo voy a ponerme el vestido y unos zapatos cafés que me prestó Jen, quedando quince minutos para las siete Jen me pide que le ayude a ponerse su vestido ya que lleva un corsé, al terminar por fin puedo apreciar su hermoso vestido azul.
— Te ves increíble en ese vestido.
— Tu también. — sonríe — Vamos a arrasar en la subasta.
— Probablemente. — Me rio con ella.
— Vamos en mi auto, prometo no dejarte esta vez.
— No, vamos en mi auto. Solo no metas desconocidos.
— Por eso me gusta llevar mi auto. — Se cruza de brazos.
— Puedes llevarlo si quieres, pero iré en el mío.
— Tu ganas, vamos en el tuyo. — Dice de mala gana.
Me quito los tacones para conducir, es más cómodo así. Al llegar ya no hay parqueos cerca de la plaza, así que dejo a Jen cerca de allí, luego voy a parquear mi auto a otro estacionamiento más vacío.
— Hola Kate. — Dice Denver detrás de mí. — ¡Wow! Te ves hermosa. — Me mira con detenimiento.
— Gracias. — Me sonrojo por el cumplido. — Tú te ves muy bien.
Denver está vestido con un pantalón negro algo ajustado, camisa formal celeste, un saco azul y unos converse azules, lleva el cabello peinado con gel hacia atrás. Sostiene en sus brazos un letrero "Kissing booth", detrás de él viene Kane, usa un pantalón azul, con unos botines negros, también una camisa rosa pálido y una chaqueta de cuero negra, su cabello está algo alborotado, es lo usual en él. Trae consigo una caja de metal y unas bandas negras para cubrir los ojos.
De hecho, se ve bien, se ve más que bien, ese es su look usual, pero hay algo diferente en él esta noche que lo hace ver mucho más sexi de lo normal, siento su loción entrando por mis fosas nasales, ese delicioso aroma intenso tan masculino, aunque en el fondo se puede sentir un poco el aroma dulce que contiene, vuelvo a respirar para sentir nuevamente su loción.
— Hola.
Kane me mira directo a los ojos, esta vez no lo hace con esa mirada penetrante e intimidatoria sino más bien, con una mirada más relajada, más sincera.
— Hola.
Una pequeña sonrisa se escapa de mis labios, mientras me pierdo en su mirada las llaves de mi auto resbalan de mis manos.
— Déjame ayudarte.
Recoge mis llaves con la mano que sostiene las bandas, cuando me las devuelve las guardo en mi bolsa, soy tan torpe que podría volver a tirarlas.
— Gracias.
— Ya me acostumbré a siempre sacarte de problemas. — Dice arruinando el momento.
Denver cierra los ojos y niega con la cabeza levemente en desaprobación, intenta hacerlo sin que me dé cuenta, pero es muy obvio, está decepcionado de lo que dijo Kane, sabe que arruinó lo que había logrado hasta el momento.
— Sí... bueno. — Hago mi mayor esfuerzo por no tomarlo personal, por no molestarme, pero se me hace imposible. — Lamento mucho ser tan torpe . Suerte con su cabina de besos.
Antes de darme la vuelta para ir hacia la fuente veo como Denver le pega a Kane con su antebrazo en el tórax. Hago mi mayor esfuerzo para caminar como Jen me enseño, debo caminar con un pie detrás del otro contoneando las caderas, según ella eso es sensual, solo espero no verme ridícula.
Al llegar a la plaza veo a Shawn sentado junto a la fuente, está vestido con unos converse grises, pantalón azul, una camisa de vestir blanca y chaleco de lana gris. Está tan concentrado en su celular que no me nota hasta que estoy parada frente a él, en ese momento se levanta para poder saludarme con un beso en la mejilla.
— Es tarde, lo siento. ¿Llevas mucho tiempo esperando?
— Yo llegué un poco temprano. — Intenta hacerme sentir mejor. — Llegas a tiempo ¿Vamos?
— Olvidé mencionarte algo. — Lo detengo. — La única condición que tengo para que estemos juntos en la feria es que me dejes pagar algunas cosas, no quiero que tu pagues todo ¿Sí?
— ¿Qué te parece si tú pagas las entradas y yo la comida? Para los juegos nos podríamos alternar pagando uno tú y luego otro yo.
— Buena idea.
Su propuesta me agrada, y de verdad me alegra que respete lo que quiero, lo menos que quiero que piense es que soy interesada, mis padres no me enseñaron a ser una mujer independiente por nada.
— Te ves hermosa, me gusta como el color de tu vestido resalta tus ojos. — Dice mientras hacemos la fila para poder pagar las entradas.
En ese momento me sonrojo, siento que mi rostro se torna completamente rojo, intento responder, pero las palabras no salen de mi boca, simplemente veo el suelo y sonrío como tonta.
— Nunca te había visto sonrojada, pero me gusta verte así.
Intento hacer contacto visual, pero la timidez no me lo permite.
— ¿Cuántas entradas? — Pregunta el chico de la entrada, al verme la cara nota que soy una de las chicas de la subasta, luego nota a Shawn junto a mí. — Pueden pasar. — Quita la cinta para que podamos entrar.
— Es por eso que dijiste que yo pagaba las entradas ¿No es así?
— No tenía idea— Intenta parecer sorprendido.
— Eres un mentiroso. — Le pego levemente con mi bolso en el brazo. — Por supuesto que lo sabías. Solo por eso voy a invitarte a comer y no puedes negarte.
— Creo que lo merezco. — Dice riendo. — Bien, puedes invitarme un pretzel, me encantan los pretzel.
Veo a mi alrededor hasta encontrar los puestos de comida.
— Está bien, creo es están por allá.
Camino junto a Shawn, con tacones a penas llego a su hombro. Siento el roce de su mano en mi brazo, creo que tiene la intención de tomar mi mano, pero no se anima a hacerlo. ¿Debería tomar su mano? No, no estoy segura de que eso es lo que quiere, podría quedar en ridículo si intento tomar su mano y él la mueve para que no se la tome, mejor no haré nada. Al llegar al puesto veo que tienen pretzels, manzanas con caramelo y algodón de azúcar.
— Quiero un pretzel y un algodón por favor.
— Son diez dólares.
Saco de mi billetera un billete de 20 para dárselo a la chica que atiende el puesto, de inmediato me da mi cambio.
— Me gusta eso de ti. — Dice Shawn, sonríe mientras me ve.
— ¿Qué cosa? — Pregunto desconcertada.
— Que tomes la iniciativa, que no te de miedo ser tu misma. Otras chicas habrían comido un pretzel solo porque yo dije que me gustan los pretzels, es más eres una de las pocas que se ofrece a pagar.
— Así soy yo. — Levanto los hombros. — No vine al mundo para complacer a las personas.
— El pretzel y el algodón.
La chica del puesto nos da nuestro pedido, caminamos por la plaza mirando cada juego y cada puesto donde venden llaveros, tazas, camisetas, peluches y flores, también pasamos cerca de la discoteca, junto a ella está el puesto de los besos. Denver es el cajero, recibe el dinero de las chicas afuera de la cabina, Kane y Caleb tienen los ojos vendados, están de pie, uno junto al otro, Caleb besa a una chica morena, ella es un poco más alta que él, Kane por otro lado besa a una chica rubia muy bonita, desvío la mirada para no prestarle demasiada atención, afuera de la cabina hay dos filas de chicas, las que esperan para poder besar a Caleb y las que esperan para besar a Kane.
— ¿Tú no deberías estar allí? — Señalo la cabina.
— No, este año me ofrecí a ser cajero igual que Denver, me toca ayudar después de la subasta.
— ¿Por qué este año decidiste no participar de la otra forma? Ya sabes... dando besos. — Aclaro.
— No lo sé. — Dice un poco incómodo. — Creo que no dejo de pensar en la única chica a la que quiero besar.
Sonrío nuevamente como tonta, esta vez intento mantener el contacto visual con Shawn, al desviar un poco la vista veo a Kane sin la venda en sus ojos, toma un poco de agua de una botella, tira el resto en el césped junto a la cabina.
— Oye Shawn. — Grita mientras se acerca a nosotros. — Si no estás muy ocupado ¿Puedes comprar unas botellas de agua? Ya se agotaron. — Le muestra la botella vacía.
Shawn lo ve unos segundos, él sabe perfectamente porque está haciendo eso, quiere alejar a Shawn de mí ¿Por qué? No sé.
— Te acompaño. — Le digo a Shawn.
— Debes estar cansada por usar esos tacones, además Shawn puede solo ¿No es así hermanito?
— Claro. — Responde después de mirarlo un momento a los ojos. — Ahora vuelvo. — Se dirige a mí.
— No sabía que vendrías con él. — Espera a que Shawn se vaya antes de hablar. — ¿Qué harán luego?
— ¿Vienes a sugerir que usemos condón porque no quieres ser tío aún? — Pregunto muy molesta.
— No, yo no pretendía...
— Si es así puedes irte al carajo, no soy como las chicas con las que has salido, esas que abren las piernas en la primera oportunidad que tienen. No estoy tan desesperada como crees.
— Yo sé que no. — Intenta decir algo más, pero lo piensa un poco antes de decirlo. — Solo quería saber que tenías planeado hacer luego, pensaba que podríamos ir por un helado o algo así.
Kane se da media vuelta para volver a la cabina. Ahora me siento como una tonta ¿Por qué siempre que hablamos terminamos peleando?
— Kane.
Sé que me escucha llamarlo, pero no se detiene, sigue caminando hasta llegar a la cabina donde una chica lo espera, sin ponerse la cinta en los ojos la besa apasionadamente, tomando su rostro con una mano y con la otra puesta en su cintura la acerca a él, yo sé que me está mirando mientras la besa ¿Está intentando darme celos?
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