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Protejo lo que es mio.

Debido a que varias personitas manifestaron gusto por la primera parte de la historia, decidí hacer la actualización. Sin mas los dejo leer :3

Era un fin de semana muy lindo en Inazuma. De esos días que parecen sacados de un cuento de hadas,con un cielo azul y pájaros cantando... literalmente, pues era primavera. Por si fuera poco en este bello escenario caminaba tomada de la mano una linda parejita que, aprovechando que no hubo entrenamiento, decidió pasear.

Así muy felices , Shuya Goenji y Shiro Fubuki caminaban tranquilamente con las manos entrelazadas mientras platicaban de manera animada.

El pequeño "lobito" ( llamado así por un empalagoso Goenji) sugirió a su lindo novio que se sentasen en una banca bajo un árbol de flores rosadas y ,dicho y hecho, los tiernos novios siguieron cómodamente hablando.

Pasado un rato los rayos del sol intensificaron y el más alto ofreció comprarle algo a su pareja.

- Um me gustaría un helado. - comentó Fubuki mirando un puesto ambulante a unos metros de ahí.

- Enseguida te lo traigo amor. - respondió el delantero besando su mano y caminando hacia allá.

Si, era el día perfecto en el lugar perfecto, o eso pensaba el peliplata hasta que vio algo que no le pareció.

Que rápido cambian las cosas.

De un momento a otro la mirada de Shiro se transformo completamente y su angelical expresión paso a ser una de molestia pura al ver como dos chicas veían a su novio y una de ellas se acercaba demasiado, tomando sonriente su brazo en un claro coqueteo.

COQUETEO que el albino noto enseguida,frunciendo el ceño inmediatamente.

¿Quien se creía para tocar a SU novio?.

Se molesto aun mas al ver que Shuya pago los helados y quiso irse siendo jalado por la tipa esa.

Oh, no.Lo iba a escuchar. Nadie, NADIE podía retener a el pelicrema mas que el, y menos a tirones.

Se levantó de la banca y caminó firmemente hacia ellos, ignorando todo a su alrededor.

Por su parte,Goenji estaba a punto de forzar el brazo separándose de la chica cuando sintió una presencia tras el, y ladeando el rostro pudo ver a su niño pararse frente a ellos mientras desprendia un aura aterradora.

-¿Que crees que estas haciendo?. - siseo el menor con una voz cruda pero sin dejar de ser amable,lo cual confundió a la chica.

-¿Eh?.- articulo la joven mirando raro a Fubuki.

- Lo siento pero ya tiene dueño, así que consiguete el tuyo. - dijo dulcemente Shiro deshaciendo el agarre de la chica y tomando el brazo de Shuya quien lo miraba con cierto deje de ¿miedo?

- Fu..fubu.- trató de hablar el delantero asustado. Su pequeño príncipe podía ser bastante intimidante si se lo proponía y más si se ponía celoso. Aún le daban escalofríos pensar en aquella vez en que lo vistió de neko y le puso un collar con su nombre, aunque había sido divertido,la voz de su chico no le gustaba nada.

Fubuki se acerco a la tipa,o eso intento ya que unos brazos se enredaron en su cintura impidiéndole avanzar. Se giró molesto para reclamarle a su captor recibiendo un beso en pleno acto.

Shuya como todo buen novio traumado,intuyo lo que planeaba hacer el menor, recordando aquella vez en que le advirtió a Toramaru que dejara de coquetearle o le bajaría los dientes de una patada por lo que, en un intento desesperado de que su novio no se rebajara a ese nivel, junto sus labios en un beso.

El peliplata quiso resistirse y vengar el atrevimiento de la 'intrusa' pero no pudo.
El ojinegro lo había detenido con uno de esos besos que solo el sabia darle, uno lento pero no aburrido, suave pero intenso, tan delicioso que lo envolvía sin dejarlo pensar, por lo que tomo la camisa del más alto y lo jalo siguiendo el contacto.

Luego de un rato se separaron para respirar y notaron que la chica se había ido. Probablemente para salvar su vida .

- Eso es trampa Shuya.- susurro el albino con un mohín de molestia.

- Lo se, pero es la única forma de calmarte cuando estas celoso.- respondió con una sonrisa el pelicrema.

- No son celos, protejo lo que es mío.- respondió el ángel -; Además esto te costará mucho...- sonrió como solo lo hacía en sus planes vengativos.

Malévolamente.

-Oh no, las orejitas no...- se lamentó el delantero de fuego.

Y así todo volvió a la normalidad, oh bueno...el pobre Shuya tendría que encargarse de poner feliz a su amor si quería que el mundo siguiera existiendo.

Y vaya que lo quería.

Muchas gracias por leer e interesarse en mis locos escritos :v

Si os gusta dejen su comentario

Les pido me regalen una estrellita y si no , estoy lista para los tomatazos :"v

Nos leemos <3

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