11. Me escondes algo nubecita
Zed'S
Mi sentido arácnido me dice que ésto es una trampa.
Me cruce de brazos, y la miré por cuarta vez.
-¿Para cuando viene tu hermanito? - dije mirando de reojo a Rosa.
-Dijo que estaba a unas cuadras - miró su uñas y se recostó en el sillón.
*¡Dijo eso hace unos minutos! ¡la tortuga Manuelina es más rápido que él!*
Me acerqué a Bruno, sin despegar la mirada de Travis, quien me fulminaba con la mirada.
-Pss - dije tocándole la oreja.
-¿Que quieres ahora? - dijo Bruno mientras sobaba sus ojos.
Lo miré serio, y sacudí mi cabeza - ¿no te parece algo sospechoso todo ésto? ¿quién sabe? - mi giré a verlos, y luego me volví a Bruno - pueden estar ganando tiempo - dije en susurros.
-Zed, si llega a pasar algo, tenemos todo el perímetro rodeado. Nadie va a entrar ni salir, a no ser que sea ese tal Gael.
Asentí algo inseguro, y volví hacia donde estaba antes, y con una trucha de pez, me crucé de brazos de nuevo.
Mire mi celular para distraerme un poco, y me emociono ver uno mensajes de ella.
Clarissa💛
Como va lo de la misión? está todo bien? necesitás algo?
Sonreí de costado, y morí mi labio inferior.
Yo:
Clarilu!! Todo va bien, tengo mucho que contarte 😋 cuando termine nos juntamos, si? 😌
-Pareces un idiota cuando sonreís así - dijo Bruno riendo.
Lo fulmine con la mirada - no se de que hablas.
Bruno alzó su cejas - seguro debe ser Clarissa, no cualquiera te hace sonreír así.
Rodé mis ojos - primero, aprendé a subir una ceja, y segundo, no era Clarissa, era mi mamá - cerré mis ojos y asentí sonriendo.
-¡Ah wue! - dijo Bruno alzando sus cejas - dos cosas, yo no subo las cejas porque me parece algo totalmente tonto hacer, y segundo - comenzó a largar carcajadas - ¿tu mamá? ¡por favor! ¿que te dijo? Gracias por haber lavado la vajilla esta mañana - dijo imitando una vos de mujer.
Lo miré serio, y de lejos oí a Travis y Rosa reírse. Enojado levanté mi dedo - ¡¿y ustedes de que se ríen?! ¡no se metan en lo que no los llaman!
Bruno comenzó a reírse...y ahí estaba yo, rodeado por tres personas riéndose de mí. Sentí mi cara caliente, pero eso no hizo perder mi orgullo.
Zed sentir discriminado.
A Zed no gustar que se rían de él.
Zed querer matar.
Zed acabar de bromear.
*Que mente enferma, ahre que somos la misma persona*
La puerta se abrió de golpe, y todos no callamos.
-¡Gael! - dijo Rosa saltando del sillón a los brazos de su hermano.
Alce mi ceja y lo rebajé con la mirada.
Mierda, odio admitirlo, pero tiene mucha facha...pero mi trasero es mucho mas firme, sory bitch.
¿¡Por qué sonríe así!? ¡se cree el Brad Pitt! ¡ya me cae para el culo! ¡se cree que por ser rubio y de ojos celeste, es todo un potro! ¡y como camina, se cree un campeón! ¡ahh yo lo mato!
-Hola - dijo extendiendo su mano.
-Hola, ¿que onda? - dije sonriendo.
*Idiota*
Bruno dio un aplauso, y sacó su celular - bien, vayamos a un lugar mas seguro, ¿vienen?
El tal Gael miró a Rosa y Travis.
-Son de confianza, los conozco - dijo Travis agitando sus manos.
Gael asintió, y puso sus manos en los bolsillos de su campera, apretando su arma. Abrí mis ojos, y levanté mis cejas.
Alguien está cargado hasta lo pies.
-Vamos entonces - dijo cambiando su expresión a neutra, y bien seria.
Medio bipolar el tipo.
Dylan'S
Me escondes algo nubecita, pero no se que cosa, y lo voy a averiguar. Nadie puede ocultar secretos por tanto tiempo, como el dicho dice "las mentiras, tienen patas cortas", y de ésta no te me escapas princesa.
Creo que me lo estoy tomando muy tranquilo, a ésta situación, cuando en realidad tendría que estar enojado, y exigiendo explicaciones. Pero no quiero ser esa clase de novio posesivo, por lo que esperé hasta que ella se digne a contarme.
Es algo que me carcome la cabeza, y no puedo dejar de pensar que es por algo mío, y que se está metiendo un gran lío.
-¿Hijo? ¿podemos hablar?
Miré de reojo a papá, y asentí lentamente.
-Claro - dije mientras m levantaba de la silla, y nos separabamos de la mesa con todos - ya vuelvo - le dije a Eli, quien despegó su mano de mala gana de la mía.
Sonreí de costado, y seguí por detrás a mi padre. Llegamos a la sala, y se giró hacia mi mientras tomaba mi cara entre sus manos.
-¿Como estas?
Alce mi ceja - ¿bien? ¿y de dónde vino esa pregunta?
Mi papá negó lentamente - nada, es sólo... ¿sigues tomando las pastillas?
-Si, el médico Fray me llamó ayer, para preguntarme lo mismo - sonreí - tranquilo, no dejare de tomar esas pastillas, además sin ellas mis pesadillas volverían.
Uh mierda.
-¿Pesadillas? ¿que pesadillas?
Tosi un poco, y arrugue mi garganta - emm, ¿no te conté?
Mi papá negó lentamente - dime.
Cerre mis ojos, y suspire profundo, bueno después de todo es mi papá ¿no? - la misma de siempre, mis manos cubiertas de sangre, y un ruido aturdente en mis oídos.
-¿Ruido? ¿que clase de ruido? - abrió sus ojos, y me asustó la forma en que me lo pregunto, ¿que le pasa?
-Como si algo hubiera explotado al lado mío, como si un disparo hubiera pasado cerca de mí - dije alzando mis cejas tratando de recordar.
Mi padre se puso pálido, y tenso su mandíbula con fuerza - hijo, no importa lo que pase, tu sigue tomando las pastillas, y haciendo reposo, ya te recuperaras. Te lo prometo - y dicho eso me rodeo con sus brazos, y me atrajo hacia él.
Me costó acostumbrarme a su sorpresiva acción, ya que hacía mucho que no recibía un abrazo de su parte. Reaccioné unos segundos después, y respondí a su abrazo.
-Te amo, hijo mío.
Alce mi ceja - yo también papá ¿estas bien?
Se separo lentamente, y asintió - si, estoy perfectamente, ahora volvamos con los demás, antes que tu madre se enoje.
Reí por lo bajo, y volvimos al comedor.
Me senté al lado de Eli, y agarre su mano de nuevo.
-¿Todo bien simio? - dijo sonriendo, mientras comía un poco de su postre.
-Todo bien nubecita - dije besando su mano.
Luego de levantar la mesa, Eli me acompañó a mi habitación, lo cual aprovecharé para hablar con ella.
-Estoy muerta - dijo tirándose en mi cama boca abajo.
Me encogí de hombros, y me tire sobre ella, sacando una carcajada de su parte.
-Te amo mucho - dije susurrando en su oído.
Ella se giró, y pegamos nariz con nariz - yo igual - me dio un rápido beso en mis labios.
-¿Me vas a contar lo que pasa? ¿o seguirás en fanseta misteriosa?
Eli hizo un mueca, y se a como en la cama sentándose - no se de que hablas, Dylan yo no te he mentido.
Arrugue mi frente - se te está creciendo la nariz, cada vez más mi bella.
Eli sonrió, y se tapó la cara mientras sacudía su cabeza - ¿no confías en mi?
-Nunca dije eso - la mire seria - dije que me escondes algo, y me preocupa que ese algo, pueda que te esté llevando por mal camino.
-¿Mal camino? ¿como qué? - dijo mirándome seria.
Me encogí de hombros - no lo sé, algo que ¿se relacione conmigo?
Arrugo su nariz, y tiro su cuello levemente hacia atrás - ¿contigo? Oh Dios, deja de inventar Dylan.
Alcé mis manos - suposiciones mías, ya que últimamente, has estado muy distante. ¿Descubriste algo y no quieres decírmelo?
-No, Dylan. No descubrí nada ¿que te pasa? - sacudió su cabeza - no crees nada de lo que te digo ¿cierto?
No le contesté, solo me quedé mirando un punto fijo en la pared.
-Bien - dijo ella mientras se levantaba - entonces, te sugiero que me hables, cuando vuelvas a confiar en mi. Sino mi te molestes - dicho eso se sintió la puerta cerrarse fuertemente.
Cerré mis ojos y apreté mis puños.
Yo no quería ésto, puede que fui algo pesado, pero me lo estuve aguantando mucho tiempo.
Estoy perdido, y ya no se que hacer. Me da miedo dormirme, o mirarme al espejo. Estoy harto que todas las personas estén encima mio, preguntando como me siento, o si necesito algo.
Y hay una cosa que si necesitaría.
Mis recuerdos.
Me acosté sobre mi cama, mirando el techo, mientras lágrimas se derramaban por mis cachetes, hasta rosar mis orejas.
Hice una mueca y enojado me pare, para pegarle a la pared. Una y otra vez, quería parar, pero no puedo, la ira es cada vez mas fuerte, y eso no ayudaba para calmarme.
Cerré mis ojos, y me tiré al suelo, con todas mis manos llenas de sangre.
Largue un llanto al verme, en la misma situación que el sueño. Y mi cabeza comenzó a doler. Con dificultad me paré y me fui hasta el lavadero, enjuague mis manos, y me dirigí a l puerta para ponerle el seguro. No quiero que nadie me moleste.
Los gritos de mi madre a no poder entrar, comenzaron a marearme, y todo empeoró cuando sonó el grito de mi papá llamando a mi nombre.
Caí al suelo, y agarre mi cabeza, con el miedo a que me tenga otro ataque.
No otra vez.
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