Desde aquel, siempre nos encontrábamos en el mismo parque, nunca fui capa de preguntar más a cerca de su tratamiento o enfermedad, pero de algo estaba seguro, sentía que había dado vuelta la hoja. 

Pero no sabía si estaba bien, hace unos meses le lloraba a Tae, ahora está Jimin, quien en dos días regresa a su hogar en Tokio. 

No sabía cómo en dos semanas pasábamos mucho tiempo juntos, hablamos de cosas triviales, pero nos guardábamos nuestros secretos, nunca le dije que era lo que tenía, cada noche salíamos a veras estrellas, la Luna era increíblemente hermosa, como su aquellos ojos con heterocramia.

—¿Que se siente? Tener un color de ojo distinto al resto. 

Mi pregunta lo hizo quedar mudo, el parecía  no hallar respuesta concreta. 

—Ser diferente. 

—Pero eso no es malo. 

—No pero no todos te tratan igual. Algunos te tratan feo. 

—No entiendo, solo tienes un color distinto. 

—Gradualmente voy perdiendo la vista Jungkook, la gente me aleja, solo soy una carga. 

—Pero no es tu culpa ser así. 

Lo vi tomar su café caliente, la banca daba a la vista hacía el río Han, empezaba hacer frío. 

—No lo fue, pero no todos comprendían, los niños son muy crueles, me llene de inseguridades. 

Suspire para ver se perfil, el tenía inseguridades, yo igual, me sentía mal, yo solo tenía problemas de autoestima, y familiares, sus problemas más importantes que los míos. 

Sin querer, una lágrima salió de mí, Jimin me vio. —Te dije que no lloraras. —con su pequeña y gordita mano, limpió mis lágrimas. 

Acuno mi mejilla en sus manos, —discúlpame, mi mente sigue cuestionándome muchas cosas. 

—¿Quieres hablar de ellas? 

—No quiero ser tu carga. 

—No lo serás, a lo mucho sería yo. 

El dejó la lata de chocolate aún lado, y nos tomamos las manos, era como conocer a la persona más pura, y llena de amor, era estúpido sentía que nos conocíamos de años. 

—Ambos tenemos nuestros miedos, somos humanos Jungkook, sea lo que te detiene, no lo hagas.—su mano se desvío a mi pecho, al lado de mi corazón. —se tu mismo, si dejaste tu verdadero tú, regresa a lo que eres, no eres moneda de oro para agradarle a todos, tenías sueños, retómalos, realmente desconozco que sucedió, pero necesito que vuelvas a ser tú. 

“A veces mostramos debilidad y está bien
Está bien ser tú
No vuelvas a mentirte a ti mismo
Todo se conecta por un sonido en común”

Cuando pensé que mis lágrimas había  cesado, me di cuenta que no fue así, ¿cuantas noches anhele palabras de consuelo? ¿De corazón a corazón? Solo quería una voz. 

Que alguien me dijera "Todo estará bien".

—Ya puedes soltar lo que te lástima. 

Gire la mirada hacía el río Han, ¿Podía soltarte Tae? ¿Podía dejarte ser feliz? ¿Me puedo alegrar por ti? Se que también sufriste por mí. 

Se que tus interacciones con Yoongi inició por mí distanciamiento hacía ti. 

Pensaba tal vez, que solo necesitaba estar solo para arreglar mis cosas, que tonto de mi parte, lo que menos quería, era estar sólo. 

Sonreí, y sentí como mi hombro fue el apoyo de alguien más —Pensaba que mis problemas no debían ser dichos en voz alta, no quería molestar a los demás, mi ex- siempre quiso apoyarme en todo, yo no permití eso, y no lo apoyé, ahora tiene a alguien más, que no cometerá los mismos errores, él merece alguien que lo pueda cuidar, un niño dos años menor que él no puede. 

—También mereces ser cuidado Jungkook. 

—¿Tengo ese derecho? 

—Todos nos lo merecemos aún que sea una vez. 

—Lo lastime Jimin. 

—También te lastimaste a ti, tranquilo Jungkook, tienes una segunda oportunidad, tal ves no con él, pero siempre puedes encontrar a una persona que este dispuesta a también cuidarte, por que una relación es de dos personas. 

—¿Quién te cuida a ti? 

—No muchas personas quieren tener la responsabilidad de cuidar a alguien, que terminará perdiendo la vista en su totalidad. 

Mordió su labio inferior, me sentía estúpido, mis problemas emocionales y de autoestima no era la gran cosa, nunca podría entender como se sentía Jimin, cuando una enfermedad esta acabando con una parte de ti. 

—Yo quisiera cuidar de ti. 

Él me vio directamente, con su ojo color turquesa y su otro ojo marrón, era alucinante, lo que su mirada me hacia sentir. 

—Aún no nos conocemos del todo, y debo volver a Japón. 

—Pero podemos seguir hablando y conocernos mejor. 

—Si tu me cuidas, ¿puedo cuidar de ti? 

—Entre ambos nos cuidaremos. 

—Sería bueno—Lo vi alzar su meñique hacia mí y lo vi confundido. 

—Será una promesa, por el meñique. 

Los días pasaron el recuerdo de nuestros meñiques unidos me daban la esperanza que estaríamos el uno con el otro. Después de aquella noche decidí soltarlo, ya no iba a aferrarme al pasado, fui a casa de mis padres, les dije que si ellos querían pelear que no me involucraran, me iría de la casa para cumplir mis sueños, aún cuando no tendría su apoyó. 

Fui a la casa de Taehyung, él también quería verme, nos abrazamos como los amigos que una vez fuimos, me disculpe con él, que yo la pasará mal, no era razón para tratarlo mal. 

Supe que Yoongi era mucho mejor pretendiente de lo que yo fui con él, aún no eran novios pero era claro que sucedería, quería que fuéramos amigos pero aún no estábamos listos, meses habían transcurrido, sí, pero no había logrado superar, ambos necesitábamos más tiempo para retomar una amistad, sin embargo, por primera vez me alegre de ver aquella sonrisa cuadrada dirigida a otra persona y él era feliz. 

Jimin se regresó a su país, hablamos cada vez que podemos, él era una pequeña luz que apareció en mi oscuridad, yo también quería ser su luz, más cuando la oscuridad se acercaba más a él, me comentó de su miedo a la oscuridad.

Trataba de comprender lo que se refería, y quería estar para él, por que así como él fue mi luz, yo quería ser su luz. 

Quería brillar para Jimin, porque su luz brillaba en mí.