Miré a Alyson muy tranquila en su pupitre leyendo un libro diferente al de la vez pasada, me senté atrás de ella y sonreí un poco al leer algo de lo que estaba leyendo era un capítulo +18, me incliné hacía delante para poder hablarle.

—Que valiente eres para leer ese tipo de escenas aquí en la Universidad. —murmure en su hombro provocando que diera un pequeño salto del susto, se giró a verme con una expresión de miedo y vergüenza.

—¿Qué tanto leíste? —susurró observando un poco.

—Algunas páginas nomás, pero eso creo que es suficiente como para saber un poco más de como eres.

—¡Yo no soy así! —chillo en un intento de defenderse, algo que siento que no logró mucho.

—Yo nunca dije como eras. —sonreí de un lado observándola tan nerviosa como si fuera a entrar en crisis.

—¿Y cómo crees que soy?

—¿Enserio quieres saber? —asintió, pero después habló lo más rápido posible.

—No, bueno si, mejor no ¡Ay no sé! —grito exasperada por lo último lo que causó que riera.

—Si quieres saber tendrás que venir conmigo a pasear. —volví a sonreír viéndola abrir sus ojos como si se les fueran a salir.

—¿Pasear? ¿A dónde? —subí y baje los hombros en señal que no sabía, y es verdad, solo quiero pasar más tiempo con ella.

—Pronto lo averiguarás.

«Averiguaremos»

Oh cállate conciencia ya verás que algo se me ocurrirá, su dulce y melodiosa voz me sacó de la mini pelea con mi conciencia.

—No dirás nada de esto ¿Cierto?

—Ni una palabra saldrá de mí. Es una promesa.

—¿Por el dedito? —sonreí al verla como niña pequeña extendiéndome su meñique.

—Por el dedito. —entrelacé mi dedo con el suyo sellando dicha promesa. —¿Sabes? Estoy sorprendido.

—¿Por qué? —preguntó confundida con sus ojos fijos mi.

—Porque hiciste lo de la pinky promise. —su mirada cambió un poco a una molesta y justamente cuando entró la profesora, abrió la boca.

—A veces eres idiota. —murmuró girando en su propio eje y guardo su libro en su mochila intercambiandolo por un cuaderno.

—Como saben, no todo es escribir un libro, también hay que promocionarlo para que lleguen los lectores. Hoy hablaremos sobre el marketing.

Hoy creo que desbloquee un nuevo gusto: Hacer molestar a Alyson, es tierna y parece una niña pequeña enojada, puede que sea verdad de que sea idiota, pero este idiota está dispuesto a pasar más tiempo con ella y conocerla.

***

Son las seis de la tarde, y los últimos dos profesores anunciaron que no vendrían a darnos clases, así que sonreí y me pose al frente del pupitre de Alyson estirando mi mano hacia ella, detuvo su misión de guardar todo en su mochila para verme.

—Es hora de irnos.

—Pero... ¿Y el profesor de última hora?

—Tranquila no vendrá.

—¿Cómo sabes eso?

—Sólo, confía en mí. —suspiró derrotada viéndome.

—¿A dónde vamos? —agarró una correa de su bolso y se lo colocó al hombro.

—Recuerda que es una sorpresa. —salimos dan salón dirigiéndonos a mi auto.

—¿Enserio no me dirás? —volvió a preguntar entrando al estacionamiento.

—No. Y así se quedará mi decisión, no podrás hacer nada para cambiarlo. —respondo frustrada, atrás mío.

—¿No entrarás? —pregunté bajando la ventana del copiloto para poder verla.

—¿Enserio es tuyo? —preguntó anonadada viendo el artefacto en donde ahora estoy sentado.

—Sí ¿Por qué?

— Amo como se ve en negro. — solté una carcajada y le abrí la puerta.

—Ven sube. —se sentó cerrando la puerta a la vez que prendí el carro.

—¿Esto se puede considerar un secuestro?

—Cómo lo quieras llamar, pero yo lo veo como una salida súper normal de amigos. —sonreí empezando a salir del estacionamiento.

—¿Te importa si leo un rato? —negué con una pequeña sonrisa, prendiendo con mi mano derecha el pequeño bombillo arriba de nosotros.

—Así podrás leer mejor.

—Gracias —sonrió sacando el libro, no pude ocultar mi sonrisa al recordar lo que pasó en la universidad hace rato.

Después de unos largos minutos en donde él silencio fue protagonista, habló girandose para verme, aunque no puedo quitar la vista de la carretera, puedo sentir su profunda mirada en mi.

—Estoy aquí dejando que me lleves a no sé dónde ¿Qué pensaste de mi?

—Y el bichito de la curiosidad te ha picado, estaba esperando el momento en que me lo preguntaras la verdad. —la mire de reojo, que sus ojos estaban curiosos y ansiosos esperando saber lo que me pasó por la cabeza en ese momento.

—¿Por eso no parabas de verme de reojo? No creas que no lo note.

—Eres buena detective. Lo admito soy culpable te estaba observando en vez de cuando. —sonreí como un bobo.

—¿Entonces? —suspire para observarla unos segundos.

—¿Sabes? Cuando quieres eres insistente.

—Gracias por tu cumplido. —habló como si estuviera orgullosa de eso.

—Pensé que no eres tan inocente como parece y que en realidad eres cachonda y caliente. —al mirarla, sus ojos decían vergüenza mientras que su cara enrojecio completamente.

— ¡¿Sólo por leer libros +18?!

—Entonces no sólo era ese libro, sino que has leído varios.

—¡Ese no es el punto! —volvió a chillar enfadada.

—Vale, microondas.

—¿Por qué microondas? —pregunto inocente como solo ella puede ser.

—Porque con todo lo que lees debes saber como calentar rápido.

—¡Jaquin!

—Vale cálmate, pondré música. —a penas pude hablar por las grandes carcajadas, prendí la radio, cambiando de emisora hasta que por fin encontré algo que me gusta “Love Story” de Taylor Swift.

—No creí que te gustara Taylor Swift.

—Sólo algunas canciones, no todas. —sonreí al escucharla cantar, le subí un poco el volumen y me uní a ella creando un concierto.

***

—Que bonito se puede ver la ciudad entera. —sonreí al verla embelesada mirando todo, estamos en una montaña sentados en el capó del carro.

—¿Qué hacemos aquí? —cuestionó volteando a verme, sus ojos brillan gracias a la luz de la luna que se refleja en ellas.

—... Sólo... No lo sé, quise pasar más tiempo contigo y admirar un poco las estrellas.

—Me encanta tu concepto de salida. —se recostó al lado mio observando las estrellas.

—Eso que ves allá, es una constelación. —estire mi mano hacia arriba trazando las estrellas formando una forma.

—¿Enserio? Yo nunca pude ver las formas que crean las estrellas. —empecé a reír con tantas ganas contagiandola, porque también hizo lo mismo.

—No lo puedo creer.

—Pues es una verdad muy estúpida, pero sí, ¿Te gusta la astrología?

—Sí, es interesante y fascinante ¿A ti te gusta?

—Me da curiosidad, desde niña he amado las estrellas, todo lo que tenga que ver con ellas me encanta.

—Entiendo ¿Sabes? En la antigüedad se creía que cada estrella era el alma de una persona.

—Por alguna razón no me parece tan loco.

—A mi también me gusta esa teoría.

—Sirve para una historia de romance.

—El romance y las estrellas son como complementos de uno al otro

—¿Crees en el zodiaco? —la miré, notando que no paraba de verme.

—Un poco, no tanto la verdad, pero si hay cosas que he leído que son verdad ¿Y tú?

—Sí, bastante la verdad, también es un tema que me da curiosidad.

—Eres una persona muy curiosa.

—Me han dicho que ese es mi encanto.

—... Y no lo negaré. —sonreí llevando de nuevo mi visita al cielo.

Holisss mis pequeños lectores, aquí tienen otro capítulo para que lo disfruten, para los otros si voy a volver a leerlos para corregirlos gramaticalmente (claro si el colegio y el cansancio me dejan)

Bueno su pequeña escritora con ojeras de mapache 🦝🦝🦝 se va, bye los amo ❤❤❤.