45: los celos de Meliodas
Elizabeth estaba paralizada al ver al rubio sabía que se enojaría pero aún así sentía mucho miedo ante él. Se podía sentir como el Aura de Meliodas estaba ardiendo en llamas y como no estarlo después de ver a su mujer casi ser besada por un hombre desconocido.
-M-Meliodas-sama- la albina se puso detrás de él con un poco de miedo por las intenciones del príncipe
-Elizabeth estás bien? No te hizo nada malo?- le preguntó el rubio preocupado por la princesa está negó con la cabeza mostrándole una sonrisa
-maldito quien te has creído para tratarme así!- reclamó el príncipe levantándose con dolor y mirando a Meliodas con enojo
-más bien quién te has creído tú para tratar de esa forma a mi mujer- dijo con un tono frío y enfurecido que asta Elizabeth le dio un escalofrío de miedo
-tu mujer?- dijo sorprendido por lo dicho -eres idiota o que? Elizabeth es mi prometida así que no tienes derecho llamarla tu mujer!-
La albina miro a Meliodas asustada, no quería que se enterara en ese momento y menos de esa forma.
-M-Meliodas puedo explicar- Elizabeth dejó de hablar al ver la mirada del rubio
Era una expresión de seriedad pero en sus ojos se mostraba la furia y los celos, Elizabeth se puso enfrente de Meliodas para impedir que le hiciera daño al príncipe.
-no es lo que tú crees, quería decírtelo pero no tenía el valor de hacerlo- dijo con un intento de calmar al pecado
Este solo agacho su cabeza sin mirarla y de un movimiento rápido este estaba frente al príncipe dándole un golpe en su estómago causando que este se estrelle contra el suelo. La diosa intento hacer que el demonio parara pero no le escuchaba, pero lo que le sorprendía era que los golpes que lanzaba eran fuertes pero no lo suficiente para causarle gran daño. Tal parece Meliodas solo quería darle una lección sin herirlo gravemente. Cuando Sebastián callo rendido sin poder hacer un esfuerzo en atacarlo, el rubio lo tomó del cuello de su camisa.
-esta ves he sido piadoso contigo, pero si vuelvo a verte cerca de Elizabeth te juro que te mato- dijo Meliodas con una voz grave e intimidante para después soltarlo
El príncipe se levanto como pudo y se fue de ese lugar, Elizabeth miraba a Meliodas con preocupación, un silencio los rodeaba, la albina tenía no era capas de decir una sola palabra, asta que logró conseguirlo.
-Meliodas... yo...- Elizabeth llevo una de sus manos a su pecho apretando un poco su camisa.
-... por qué no me contaste?- hablo por fin el rubio sin mirarla
-quería decírtelo pero no podía, creía que te enojarías conmigo... no le e dicho a mi padre de lo nuestro es por eso que me comprometió con el príncipe Sebastián, pero yo no estaba de acuerdo- lo mira
-... esta bien Elizabeth- dijo Meliodas con una voz dulce mirándola a los ojos -lo entiendo, sé que Bartra no aceptaría nuestra relación- contesto aún si dejar de sonreír
-si le explico sé que lo aceptaría- dijo Elizabeth acercándose a él para después abrazarlo
-Elizabeth...- le corresponde el abrazo
-Meliodas-sama...-
-Meliodas- una voz enfurecía se hizo presente en el ambiente haciendo que un escalofrío recorre por la nuca del rubio -deja de tocar el trasero de Ellie!!- grito con enojo Akemi mirando las manos pervertidas del pecado tocando el trasero de Elizabeth
-mis manitas se mueven solitas- dijo con un tono infantil mientras apretaba el trasero
-kya!!- Gritó sonrojada la albina
-ahora sí!!!-
Mientras tanto en las afueras del reino el pequeño dragón Kazuki y el maestro de las sobras Hawk daban un paseo por el bosque en busca de unos ingredientes para Merlin.
-no puedo creer que en la tienda se les hayan acabado lo que buscamos!- dijo Hawk con enojo mientras tenía la nariz en el suelo olfateando
-no te quejes cerdo que de ves en cuando es bueno salir al bosque- dijo el pequeño dragón mientras volaba en una altura baja junto a Hawk.
-si pero nos tomará tiempo encontrar los que nos pidió Merlin- dijo el cerdo mientras hacía pucheros
-para ganar más tiempo buscare las otras especias, nos veremos en el laborartorio de Merlin-sama- dicho eso Kazuki alzó vuelo para después perderse de vista
Ya había pasado un rato y Hawk por fin encontró lo que Merlin le encargó, como acordaron Hawk se fue al laboratorio, una ves ahí le dio lo que le pidieron a Merlin.
-aún faltan más especies- dijo la maga examinando las cosas
-lo demás Kazuki se está encargando no debe tardar en venir- dijo el cerdo
Kazuki ya estaba de regreso al reino con los ingredientes faltantes pero había ido demasiado lejos, al frente pudo notar una aldea y se acercó para descansar un rato.
-bueno pues cuanto he volado para llegar tan lejos?- se preguntó a el mismo mientras aterrizaba en el suelo -será mejor que me apresuré o Merlin-sama me ara su rata de laboratorio- un pequeño escalofrío recorrió el cuerpo del dragoncito al imaginar la situación.
En ese momento, un delicioso aroma se hizo presente en el olfato del pequeño dragón, hipnotizado por el olor decidió seguirlo asta dar con una pequeña casa, no dudo más y entro por la ventana, en una pequeña mesa pudo ver un delicioso pay de manzana.
-ay que rico!- se lanzó a la mesa pero antes de dar el primer bocado, una mano le impidió hacerlo
-mmm? Es un dragón- esa voz era del mandamiento de la reticencia, Monspeet
Kazuki pudo sentir el poder del demonio, sabía lo que eres y de quién se trataba, el corazón del pequeño empezó a latir con fuerza no esperaba ver a un mandamiento o más bien a dos.
Detrás de Monspeet estaba Derieri curiosa por saber lo que pasaba.
-eeejeje hola- sonrió con nervios mientras movía su para en forma de saludo.
Después de eso la vista del dragón se tornó negro, quedando inconsciente.
[...]
Las bebidas y unos platillos estaban tirados en el suelo del sombrero de jabalí junto con una Akemi quien al parecer se había tropezado mientras intentaba entregar los pedidos de los clientes.
-Akemi estás bien?- pregunto Diane ayudándola a pararse
-s-si, lo siento mucho- se giró a ver a las personas haciendo una reverencia bastante apenada.
La peli-azul limpio el desastre que hizo y se fue a sentar un rato, Diane y Elaine miraron a su amiga que parecía estar algo inquieta y decidieron ir hacia a ella para hablar, bueno solo Elaine ya que Diane la llamaron otros clientes para que lidera su orden.
-Akemi-chan, te pasa algo?- pregunto la hada sentándose al lado de la joven
-ah si estoy bien- río con nervios pero no pudo convencer a Elaine
-vamos, puedes contarme- le dedica una tierna sonrisa
Akemi la miró por unos momento y después suspiro rendida.
-estoy preocupada por Kazuki, no lo e visto en todo el día- confesó Akemi
-tranquila seguro está explorando- dijo la rubia en un intento de calmar a su amiga pero parecía estar igual de preocupada -estas segura que es solo eso?-
-... tengo miedo, de no poder conseguir mis poderes... y ser un estorbo para todos- baja la mirada deprimida
-no te preocupes Akemi-chan, no nos rendiremos asta que puedas volver a lo que eras antes- dijo Diane con ánimos poniéndose al otro lado de la peli-azul.
-jeje gracias chicas- sonríe tiernamente Akemi ya más tranquila.
-por cierto, dónde está Elizabeth?- pregunto Diane
-es verdad no la he visto y tampoco a Meliodas-sama- dijo confundida la hada al igual que la gigante ahora pequeña
-deben estar por ahí- dijo Akemi con tranquilidad pero sabía muy bien que esos dos estaban juntos y se habían tomado el día.
Estrellita si te gusto el cap ;D
Nos vemos en el siguiente capítulo
Osea nos veremos después de un año :v Okayno XD
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro