22: Rey de los dragones
-Akemi... ese es mi nombre, cuál es el suyo?...- dijo la pequeña mirando al hombre frontera a ella
-mi nombre es...-
Akemi abrió los ojos lentamente, su vista estaba borrosa pero empezaba aclararse con cada parpadeo que hacía, intentó levantarse pero sintió una punzada en su espalda por la herida. Se sentía mareada y débil por la falta de sangre, la herida no paraba de sangrar y le era difícil moverse.
Algo logró divisar, estaba en un calabozo, los barrotes lo delataban. Se escuchó el sonido del metal de la cerradura abrirse, Akemi fijó su mirada en la persona en la que abrió la celda pero lo que le sorprendió es que no era una persona si no un animal, era una especie de lagarto, su piel era púrpura y sus ojos amarillos, en su lomo llevaba pequeñas alas, este se acerco a Akemi y noto que estaba despierta.
-no hay tiempo, tienes que levantarte- dijo el pequeño con una voz un poco alterada y baja mirando constantemente la reja.
Akemi se quedó quieta por unos momentos pero al ver cómo le insistía trato de pararse, sentía su cuerpo sin fuerzas y el dolor no la ayudaba para nada, Akemi volvió a caer al suelo mientras respiraba rápido.
-n-no... puedo- dijo con dificultad
-claro que puedes, el dolor está en la mente!- dijo dándole ánimos
La peli-azul volvió a intentarlo, esta vez logró mantenerse de pie pero se sujetaba de la pared. El pequeño lagarto salió de la celda junto con ella, se mantenía adelante para guiarla. El lugar era iluminado con antorchas, su vista pasaba por otras celdas que en las paredes estaban manchadas de sangre de hace tiempo o recientes, el miedo se apoderó en la chica ¿si se hubiera quedado más tiempo en la celda, la matarían? Se preguntó ella misma en su mente, Akemi paro para poder descansar pues en su estado le era difícil poder moverse.
-resiste un poco-dijo el pequeño en voz baja -ya casi llegamos- siguió caminando
-oye... q-quien eres?- dijo mientras lo seguía
-soy Kazuki!- dijo con orgullo -y soy un dragón- Akemi se sorprendió
-un dragón?! P-pero tienes la forma de un lagarto- dijo observándolo
-que falta de respeto a tu salvador!- dijo con fastidio
-lo siento, mi nombre es Akemi- dijo la chica
-qué bonito- dijo simpático -es por aquí- dijo para después hacer aún lado un pedazo de piso.
Kazuki entro primero y Akemi intentó entrar pero sintió que alguien la alzaba de la camisa evitando que toque el suelo, ella miro a un monstruo, su piel es roja con unos grandes cuernos, se notaban los grandes colmillos, traía puesta una armadura de metal. Sin decir nada camino con la chica en otra dirección.
-oh rayos- dijo en voz baja el pequeño dragón mientras salía de ese agujero y los seguía
Akemi trató de liberarse del agarre pero la fuerza de ese monstruo era mayor, salió de esa celda y camino por un pasillo, al final entro por una enorme puerta, lanzó a la chica al suelo y cerró la puerta.
-agh- se quejó Akemi mientras se intentaba levantar
-por fin estás aquí- se escuchó una voz grave
Akemi dijo su mirada hacia un escalón dónde estaba aquel hombre la avía atacado en el festival de pelea, pero además de él estaba otra persona sentada en un trono, la oscuridad de la habitación tapaba el rostro por completo.
-te vez horrible, que te pasó?- dijo de forma amable
-no se, por qué será?- dijo con sarcasmo mirando al hombre quien le sonrió sin sentir culpa
-lamento los problemas que te a causado Takeo -dijo la persona sentada -dije que te traiga ante mí con vida, parece que debí ser más específico- miro amenazante a Takeo
-quienes son? P-por que me trajeron aquí?- dijo sosteniendo su hombro
-yo soy Takemaro- dijo mientras se levantaba del asiento- rey del clan de los dragones.... tú tío-
Akemi quedó paralizada, Takemaro se fue acercando dejando ver su rostro, era bastante alto, su cabello era de color café oscuro, lo tenía atado en una coleta baja, se podían notar unas enormes alas rojas, su ropa era formal.
Al estar cerca de Akemi se notaron sus ojos rojos de dragón, Akemi seguía sin creer lo que estaba pasando.
-te estuve buscando por todos lados, temía lo peor- dijo con un tono preocupante
-... q-que sucedió? Como termine en el mundo humano?- preguntó Akemi para mirarlo
-tus preguntas las responderé luego, estas mal herida debes ser atendida ahora- dijo para llamar a una sirvienta.
La sirvienta ayudo a la peli-azul a caminar hacia una habitación, una vez que llegaron la misma sirvienta vendo las heridas de Akemi, ella agradeció y la sirvienta se retiró antes hizo una reverencia, la chica se levanto y miro por la ventana, el cielo se podía ver cómo unos dragones volaban, unos eran de diferentes tamaños, Akemi no estaba segura de lo que está pasando.
-Zeldris, ven por mi por favor- dijo en voz baja.
[...]
Una de las sirvientas del Castillo le dijo a Akemi que fuera al comedor, le dio unas prendas de ropa para que ella se vistiera. Aún que la ropa de Akemi estuviera manchada de sangre, le era más apropiado usarlo que ponerse las prendas que le dieron.
Pero aún seguía en desconfianza así que por el momento tendría que hacer las costumbres del Castillo. Era un vestido de color negro, dejaba ver parte del pecho, las mangas llegaban por encima de los codos y la falda llegaba arriba de la rodilla, unas botas de cuero. Una ves vestida camino al comedor, al entrar se encontraba el rey sentado.
-siéntate a comer Akemi- dijo con amabilidad y Akemi se sentó del otro extremo de la mesa
Las sirvientas trajeron la comida a la mesa, todo era carnes de diferentes especies, el rey fue el primero en empezar a comer, Akemi se la pasaba viendo su plato de comida.
-tranquila no está envenenada- dijo burlón el rey
Akemi lo miró de reojo y volvió a mirar la comida, dio un bocado a la carne, era normal, estaba buena.
-disculpe... podría decirme que fue lo que me pasó?-dijo para mirarlo, Takemaro soltó un suspiro
-hubo una guerra ase muchos años, tú eras apenas una niña, desconozco lo sucedido de cómo terminaste con los humanos creímos que te habían asesinado- dijo con un tono triste -pero hay algo que no entiendo, los dragones tardamos muchos años en envejecer en cambio tú eres una adolescente- dijo confundido
-la verdad no recuerdo nada de mi pasado, ase poco me enteré que soy una dragona- se mira sus manos -pero soy terrible en eso- aprieta sus manos
Una vez que hayan terminado Takemaro se dispuso a irse para hacer unas cosas pero luego se detuvo.
-mañana tendrás un entrenamiento- dijo con seriedad -por ahora puedes recorrerá el castillo después de todo es tu hogar- se retira
La peli-azul decidió dar un recorrido al castillo, si algo pasa sería bueno conocer el lugar en donde estaría, el recorrido era bastante silencioso solo se escuchaban los pasos de las sirvientas que limpiaban y ordenaban las habitaciones o los pasillos.
-no recordaba lo grande que podía ser un castillo- dijo Akemi nostálgica refiriéndose al castillo donde solía vivir con sus padres cuando era pequeña.
-pss! Akemi- la mencionada miro a los lados -aquí! Aquí arriba!- gritó en susurros
Akemi miro arriba de ella y logró ver un conducto de ventilación y dentro de él se encontraba Kazuki, este bajo para acercarse a la joven.
-que bueno estas viva- dijo aliviado
-Kazuki, ya me olvidaba de ti- dijo poniéndose de rodillas
-qué mala- dijo haciendo un puchero -pero no importa, cómo lograste escapar?-
-escapar? Yo no escape- dijo confundida pero el confundido era Kazuki
Akemi tomó a Kazuki en brazos y se dirigió a su habitación, una vez dentro, Akemi dejó al pequeño en su cama y le empezó a contar todo lo que ocurrió cuando se separaron.
-entonces tú eres la sobrina del rey?!- exclamó sorprendido
-eso creo, la verdad no estoy muy segura si creer en el- dijo con la mirada baja -él dijo que mañana tendré un entrenamiento.... pero la verdad no pienso quedarme aquí-
-eh? Por qué?- dijo con tristeza el pequeño
-es qué hay personas que me esperan-dijo mientras miraba la ventana
La noche callo, Akemi estaba recostada en su cama y Kazuki recostado en sus piernas mientras dormía, algo le incomodaba a la joven que le impedía dormir, así que decidió dar un paseo por el castillo. Akemi se acerco a la puerta y la abrió en silencio para no despertar a Kazuki y cerró con cuida, pero su sorpresa fue al ver a Takeo quien estaba recargado en la pared aun lado de la puerta, al verlo dio un grito pero lo callo de inmediato.
-q-que diablos haces aquí?- dijo mirándolo con enojo
-el rey me ordenó que sea tu guardia personal- dijo con seriedad
-después de casi matarme te convierte en mi guardia personal?- sonrió con sarcasmos y se dio vuelta -olvídalo- soltó para después caminar
Takeo siguió a la chica pero mantenía una distancia alejada, Akemi trataba de ir más rápido pero en donde sea que fuera ese tipo la seguía, harta de lo qué pasa, se detiene y lo mira muy molesta.
-para de seguirme!!- soltó con enojo -yo no necesito a un guardia!-
-créeme que yo tampoco estoy contento con la orden que me dieron- dijo con los brazos cruzados
-por qué quisiste matarme? El rey te ordeno que me trajeras viva!-
-te traje viva- dijo con frialdad
-agh! Que fue lo que te hizo?! Yo jamás te avía visto! Dime que hice para que me detestes?!- alzó un poco la voz
-el culpable de todo lo tiene tu padre- dijo para después acercarse a Akemi y tomarla de las muñecas con fuerza -y tú pagarás por ello- la pone contra la pared para después sacar su espada.
-no! Alejate! Ayuda!! Por favor Zeldris!!- gritó desesperada tratando de apartarse pero logró resibie una cachetada
-cierra la boca!- dijo con enojo
Un enorme poder logró percibir Takeo, su mirada se fijo al final del pasillo donde se encontraba una enorme puerta, está fue derribada de un golpe, Takeo quedó sorprendido al ver las dos figuras que menos esperaba ver.
-quítale tus malditas manos-dijo con ira el verdugo quien estaba acompañado de Meliodas
Akemi suspiro aliviada y miro al capitán y al verdugo sorprendida ¿que fue lo qué pasó con esos dos? Eso no lo sabía, pero dejó de tomarle importancia y sonrío hacia el demonio.
-hola Zeldris- dijo feliz
-apártate- le dijo con firmeza y lanzó una de sus llamas oscuras en medio de ellos para apartar a Takeo
Este retrocedió esquivando el ataque pero al momento Meliodas le dio un gran golpe en el estomago lanzándolo lejos, Zeldris se acerco a Akemi y ella se lanzó para abrazarlo.
-tú siempre estás a tiempo para salvarme-dijo entre susurros y sintió como el abrazo fue correspondido
-sate sate sate- lo dijo de forma picara -hermano sé que estás reprimiéndote para no tocarla-
-cállate!- lo mira con enojo
-Meliodas! No puedo creer que estén aquí... los dos... de frente... y sin matarse- dijo nerviosa mirando a ambos hermanos
-llegamos a un acuerdo- dijo sonriendo el rubio
-después te lo explicaré, ahora vámonos- dijo fastidiado el pelo negro
-malditos! No interfieran en mis planes!- dijo con rabia Takeo mientras se acercaba.
Bueno, aquí el cap de hoy!
Qué pasó con esos hermanos que se pueden ver sin matarse?!
En el siguiente cap lo sabrán!
CHAU CHAU
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