Un legado misterioso
Luffy se encontraba mirando el horizonte con expresión serena.
Había tomado una decisión. No era una que fuera a durar a largo plazo, pero era la que había tomado para ganar cierto tiempo.
Zoro y Sanji, observaban a su capitán unos metros mas atrás, sin hablarle ya que parecía muy metido en sus pensamientos.
-¿Que decisión crees que habrá tomado Luffy, pelo de alga?- Pregunto el rubio, sin mirar al espadachín, ya que miraba atentamente a su capitán.
-Quien sabe, Luffy es impredecible, pero sea la decisión que haya tomado, yo le apoyare hasta la muerte- Comenta totalmente serio y decidido.
El cocinero se volteo y vio al espadachín con algo de asombro por su respuesta, luego volvió a mirar al frente, mientras chasqueaba la lengua.
-Idiota...- Murmuro, no lo diría en voz alta pero el pensaba exactamente lo mismo que el musgo.
Minutos después de estar todos en un apacible silencio, Luffy distinguió la isla en la lejanía.
Sonrió y con rapidez se volteo a sus dos nakamas.
-¡Estamos llegando chicos!- Exclama contento y con los ojos brillantes- Avisar a la tripulación que pronto llegaremos- Les pide, para luego estirarse y subirse al mástil, donde se quedo de pie, para poder apreciar el horizonte de la isla que cada vez se hacía más cercana.
Sanji y Zoro asintieron a la orden rápidamente, y cada uno por su lado, fueron avisar al resto de la tripulación.
Una vez atracaron el buque de la marina en la costa de la isla, que parecía deshabitada, salto del barco con agilidad, para aterrizar suave sobre la tierra.
Sus dos amigos le imitaron y se colocaron a sus costados.
El pelinegro cerró los ojos e intento percibir con su Haki de observación si había otro tipo de presencias en toda la isla.
Pero al parecer no había ningún humano más que ellos en estos momentos.
-Es una isla deshabitada, no noto ninguna presencia en toda la isla, estamos solos de momento- Les dice a sus dos compañeros con una expresión seria pero serena.
Nuevamente, cocinero y espadachín se miraron entre ellos por unos instantes.
-¿Que debemos hacer ahora Luffy?- Pregunta Sanji, encendiéndose un cigarrillo.
-Esperar, me internare en la isla, vosotros os tengo que pedir el favor de que os quedéis aquí, que ninguno se interne en la isla, pese a pese a la excusa que tenga ¿Entendido?- Susurra en voz baja, para que solo su mano derecha e izquierda oyeran.
Ambos asintieron serios, recordando la conversación de hace unas horas y el porqué ahora el moreno pedía que hicieran aquello.
-Descuida Luffy, nadie bajare del barco a menos que quieran quedarse sin piernas o cabeza- Contesta Zoro, mientras acariciaba con su mano derecha las Katanas que traía sujetas en su Haramaki.
Finalmente Luffy borra la seriedad de su rostro y vuelve a ser el capitán alegre y entusiasta.
-Bien chicos, iré a explorar un rato, nos vemos luego- Se despide con la mano y con una amplia sonrisa, corriendo hacia el norte e internándose cada vez más en la isla.
Una vez ya no lo distinguieron Sanji tomo una colada a su cigarro para luego expulsar el humo en un suspiro.
-No sé si será mi imaginación, pero tengo un mal augurio, como si pronto las cosas se fueran a complicar de tal grado que no llegue a tener solución- Dice el cocinero, mientras mira al cielo con el ceño fruncido.
El peli verde lo vuelve a ver unos segundos para después imitar al rubio y mirar hacia el cielo azul despejado.
-Son imaginaciones, y si algo llegara a pasar, ya lo solucionaremos, no nos preocupemos por el futuro, si no por el presente- Responde el peli verde serio.
Después de aquello ambos chicos se quedaron en silencio...
De vuelta con Luffy...
Se encontraba caminando por medio de una especie de jungla, silbando todo tipo de canciones para no aburrirse.
En eso que estaba observando todo a su alrededor curioso, ve a lo lejos un pequeño brillo dorado que le llamo la atención. Curioso, como siempre lo fue, corrió hasta allá, para averiguar de qué se trataba aquel fulgor.
Abrió los ojos como platos y la boca en forma de O cuando vi de qué se trataba aquel brillo.
Una especie de casco dorado muy antiguo, ya que estaba algo oxidado y con musgo, mas a su lado era una especie de Katana mas corta, Wakizashi, según le explico Zoro un dia.
Aquella especie de katana, era de aspecto antiguo también, pero que parecía totalmente sin usar, ya que estaba en perfecto estado, salvo por la suciedad.
-Uaa que genial, encontré un tesoro shishishi, seguro que cuando vea esto Zoro lo querrá para el- Exclamo contento, cogiendo las dos cosas en sus manos, a la vez que los observaba con interés.
Pero claro, antes de que lo viera Zoro o se las quedara, el iba a colocarse el casco a ver que tal le quedaba.
Una vez lo encajo en su cabeza y sostenía la Wakizashi de repente algo sucedió antes de que el joven capitán pudiera reaccionar.
Cientos de imágenes borrosas pasaron por su cabeza. Sin fin. Por más que Luffy intentara ver alguna con detalle era imposible, es como si de una película de fotos a cámara rápida se tratara.
Se estaba mareando ante las imágenes, sentía que se desmayaba.
Pero antes de hacerlo, una imagen se quedo grabada en su cerebro.
Era una persona con armadura, con ese mismo casco mirando con melancolía al horizonte, mientras a sujetaba esa pequeña katana...
...
El barco atraco en el otro extremo del cual se encontraba el barco tripulado por Luffy.
De ese barco bajo; Marco, el primer comandante de Shirogire, Ace y Sabo, los segundos a bordo, junto con algunos muchachos mas, ya que estos tenían que ir a buscar provisiones.
-Aquí no hay más que jungla sin rastro alguno de civilización, no entiendo porque paramos aquí Marco, podríamos a ver obtenido provisiones en otra isla que esta cercana también- Protesto el pecoso con el ceño fruncido y los brazos cruzados, en señal de que no estaba nada feliz.
Marco solo le miro fijamente, Ace tenia razón, el le había pedido a su padre venir a esta isla, sin dar explicaciones alguna, su padre no comentó nada sobre el motivo, simplemente ordeno el cambio de rumbo para estar ahora mismo en este lugar.
-Ace, no te enfades, estoy seguro de que Marco tenía una razón para venir aquí, deja de cuestionarlo, el si sabe lo que hace no como tu- Le regaña el rubio, tirándole de la oreja provocando que el chico de fuego protestara por el dolor y el fénix sonriera divertido ante la escena que estaban dando.
-Ayy, valee valee, lo entendí, pero deja mi oreja Sabo auuu- Protesto ante el dolor de su agarre.
-Más te vale- Le amenazo con los brazos cruzados y con el ceño fruncido.
Mientras aquella pareja discutía Marco miro hacia el interior de una especie de bosque o jungla.
Frunció el ceño al sentir una presencia no muy lejana de donde se encontraban ellos.
No estaba seguro ya que era algo débil el aura de esa persona, pero sus latidos de corazón, los cuales latían con fuerza, le decían que se trataba de aquel azabache de una sonrisa muy dulce y encantadora.
Aprovechando que Sabo y Ace seguían discutiendo, se adentro en lo profundo de la isla, buscándolo, recorriendo con la mirada todo el perímetro.
Estuvo a punto de rendirse, después de unos largos quince minutos en la búsqueda, cuando un brillo dorado lo cegó momentáneamente los ojos.
Por un momento pensó que eran los rayos del sol, pero ese brillo se difumino dejando ven la silueta de una persona en el suelo.
Su corazón se congelo cuando finalmente distinguió de quien se trataba.
Luffy...
Continuara...
Y finalmente también actualice esta historia que abandone, de nuevo la inspiración me llego para esta historia y pienso continuarla, espero que aun la sigáis apoyando. Nos vemos próximamente, un besito grande os loveo mucho *3*
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