Khadija había descolgado el teléfono y del otro lado se oyó una voz.

—Wa-aleikum-salam
》Ohh khadija, hablábamos de ti, conocimos a tu hijo hoy.
》¿Ah sii?. Ya sabes entonces...
》Parece que le temen a Yusuf, es muy bueno tu hijo.
》Si querída, ¿Porqué no vienen algun dia? Ya estamos en casa.
》¿Ya llegó Omar?.
》Que bien...
》 Ya tengo listo lo que me pediste.

Fatima escuchaba mientras recojia la mesa, se sorprendió al saber que la amiga de su madre era justamente Khadija. Quien iba a decir que seria la misma habiendo tantas khadija's.

Halima llevaba dos meses  hablando con una nueva amiga que hizo y a menudo se hablaban por teléfono. Ella le contó a Fátima  que Khadija era una mujer viuda y que estaba muy solitaria, su hijo siempre le daba todo, incluso cumplia sus ordenes, pero esta vez no quería cumplir su capricho  de casarlo y que como repuesta su hijo le habia dicho que se casaría con la mujer que él elijiera tomando en cuenta que le agradara a su madre. Y que según Khadija esa mujer no existía porque su hijo nunca elegiría a una.

Al fin la madre colgó así que Fátima preguntó sobre lo que tenia listo.

—¿Mamá, qué tienen listo?

—Son unos samosas (empanadas de carne molida), ella quería que le prepara algunos porque los que llevé una ves a su casa le agradaron. Hace unas semanas me había invitado un te y llevé algunos para disfrutar en compañía.

Fatima levantó una ceja pensativa.  ¿Cómo era posible que su madre había visitado la casa de khadija y para qué la visitó?. Halima al notar la sorpresa en la cara de su hija se apresuró en aclarar las cosas antes de que pensara mal de ella.

—Yo estaba muy deprimida y ella fue mi apoyo.

—¿Apoyo económico?. Dime que no mamá —dijo cerrando los ojos con fuerza, no quería adelantarse a los hechos.

—No hija, me dio pena pedirle dinero —se apresuró en responder para luego cambiar de tema—. Sabías que Omar me conoció una tarde, se veía muy enojado por algo. Cuando llegó entró diciendo que no comería y subió a su habitación, fue tan extraño todo... Pero dice su madre que él sufre mucho. Khadija tiene esperanza de que vuelva a ser como antes y eso solo lo hace el amorrrr. ¿Cierto? —dice sonreída.

—Mamá no molestes, y por si te estás haciendo planes, de una buena vez te digo que él no quiere boda y yo tampoco.

—Está bien, vamos a terminar  y descansas un rato. Mañana hay que madrugar de nuevo, fue un día muy agotador.

—Si mamá, yo termino. Ve y atiende a papá, se lo merece.

—Estoy muy cansada, le ayudo a darse un baño y lo acuesto, debió extrañar mucho nuestro hogar.

—Debe sentirse mejor de vuelta a casa.  Luego paso a dejarle el te y darle las buenas noches.

—Está bien.

Había sido un día ajetreado, los problemas cada vez aumentaban y de tanto pensar Fátima pasó toda la noche inquieta.

Cuando al fin logró dormir, empezó a soñar cosas raras. En el sueño ella se encontraba con Omar y era feliz. Todo parecía muy real.

** Podía verse a ella con Omar y dos bebés, eran unos mellizos preciosos, una niña y un niño. El niño tenía el rostro tan parecido al padre. Pudo ver como dormían a los pequeños en sus cunas. Luego  él la tomaba de manos y la llevaba a la cama dejandola caer con mucho cuidado para terminar  haciendo el amor. Los besos que recibía de él eran apasionados, cada caricia hacia sentirla única y amada.**

Fátima se había levantado agitada del sueño, sentía su ropa interior húmeda, al parecer se había exitado con aquel sueño sintiéndolo tan real.

—¿Acaso seremos una familia? Y ¿Porqué Omar estaba feliz conmigo dentro del sueño?... — se preguntó levantándose de la cama.

Se pasó las manos sobre el rostro y se estiró un poco para luego mirar el reloj. Vio la hora y eran las cinco y quince, casi la hora de rezar su primera oración. Aún era temprano pero no quiso dormir más, temía volver a tener sueños así.

Se dio un baño para quitarse toda sensación que le haya dejado el sueño y empezó la oración.
Luego se arregló, bajó a desayunar algo rápido y se despidió de su madre.  Habia demorado mucho en la ducha y quería llegar antes de tiempo a la oficina.

Al llegar preparó el contrato de pago con Omar, debía tenerlo listo lo antes posible, antes de que él cambiara de parecer y le pidiera algo peor a cambio.

Llegó al trabajo, habló con sus amigas como todos los días y preparó el contrato de una vez. Pensaba llevárselo a Omar en cuanto llegara, pero estaba tardando así que se lo dejó sobre el escritorio.

Ella estando libre prefirió descanzar un poco pero al notar que se estaba quedando dormida se levantó a buscar una taza de café, no quería que Omar la viera en ese estado.

Al volver con su taza llena se sentó en su lugar, en su mente se empezaron a revivir los recuerdos de aquel sueño. ¿Acaso se estaba enamorando?, se preguntaba, pero debía ser una broma que le jugaba su imaginación, porque él era un hombre imposible de alcanzar. Tenía muchas preguntas sin respuestas y le pasaban ideas absurdas sobre la situación.

《¿Porqué odia a las mujeres?, ¿Y si es gay?... Aunque eso está prohibido en la religión, está en contra de la verdadera naturaleza humana》... suspiró

《¿Cómo puede ser gay un hombre tan atractivo y varonil? Quizás porque es moda ser gay le agrade un poco o simplemente no lo es..., ¡Aighhhhh!, este hombre es tan impredecible, nunca demuestra sus sentimientos》. Cerró los ojos con fuerza y luego sacudió la cabeza para quitarse esas ideas locas. No pudo evitar reir un poco.

《 Hay que admitir que realmente es guapo, desde siempre lo había sido, pero tiene un carácter de los mil demonios y es muy reservado...》pensó mientras saboreaba un poco de su café.

《Él era solitario y su hermana todo lo contrario; Mariam era alegre y muy amigable, ¿Qué habrá sido de Mariam?, ¿Dónde estará su hermana?》

—Buenos días —dijo Omar pasando frente a ella. Se notaba preocupado—. Fátima, pasa directo a la oficina, tenemos que hablar —ordenó sin detenerse.

—Si señor, ¿Le sirvo café? —preguntó ella pensando que la relación entre jefe y secretaria había mejorado. Sin embargo Omar se dio la vuelta y se paró frente al escritorio de Fátima. Su rostro era sombrío, mostraba molestia.

《¿Y ahora qué hice?, ¿Qué le pasó?... solo ofrecí un café...》pensaba con la mirada baja, no quería encontrarse con esos ojos que de seguro estarían fulminandola.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió como Omar la sujetaba de los brazos y la arrastraba a la oficina sin decir palabra alguna, quizás porque era muy urgente lo que tenian que hablar.

¡Hola!

¿Qué creen que pueda pasar?

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