Problemas.
Al parecer él a sus veintiséis años había madurado más de lo que debía, pero Fátima a sus veinte era la mujer más ingenua e inocente que había conocido. Estaban frente a un peligro y ella no se daba cuenta. Con una dulce sonrisa le dio las gracias y se bajó del auto devolviendo su mirada a Omar para despedirse con un adiós. Omar se quedó helado con la mirada fría del padre de Fátima, ella al ver dónde se dirigía la mirada de Omar se dio la vuelta y vio a sus padres parados frente a ellos, ella algo nerviosa se le acercó a su padre pero éste enojado no le dirigió la palabra. El señor Yusuf no dejaba de fulminar con la mirada a Omar.
Fátima permaneció parada al lado de su padre, sabía lo que debía estar pensando.
《 ¡Problemas, más problemas!》 Se golpeó mentalmente para despertar de la pesadilla, pero lamentablemente era la realidad. Cerró los ojos con fuerza tratando de calmar los nervios.
Omar quería irse, salir de aquel lugar, pero otro auto mal estacionado se le cruzó. Desde aquel auto salía un hombre ensangretado con dos balas en sus piernas, entre otro señor adulto y el chofer lo llevaban a urgencias.
La mamá de Fátima y ella conversaban rápidamente de algo, Fátima tomó a su madre del brazo para detenerla pero su madre sin hacer caso se fue acercando al auto de Omar, él temía lo peor y es que su pesadilla daba inicio a algo más, Halima rápidamente se le acercó y él no pudo ser tan grosero así que bajó la ventana:
—Dígame señora —preguntó sin saludar.
—Ya que eres aparentemente el novio de mi hija y veo que no eres cualquier persona me tomé la molestia de pedirte un favor, sé que eres responsable de mi hija de ahora en adelante, aunque Fátima me a negado de alguna relación entre ustedeee...
—No hay nada de que preocuparse, respeto a su hija. Yo soy sobrino del señor que la contrató y solo quise ayudarla. La vi en dificultad y la he traido señora, no es lo que piensa usted.
—Está bien, lo que digan, sé que lo niegan por mi esposo, pero lo que sea, por amor a mi hija o por ser su jefe debes ayudarme. Estamos en graves problemas, ¿Puedes acompañarnos por favor? —preguntó juntando sus manos. Omar parecía pensarlo así que ella continuó—. Además no tenemos transporte.
—Está bien, le ayudo, es usted como mi tía. Suban para dejarlos a casa.
—Primero tengo que decirle algo a Fátima y créeme que ella se va a enojar conmigo... ¿Porqué mejor no te estacionas y vienes?
—Mamá, dejalo que se valla, ya te dije que me vino a dejar... — dijo Fátima interrumpiendo la conversación y fulminado con la mirada a su madre.
—No se preocupen, ya vengo.
—Madre, te dije que... — insiste ella algo enfadada.
—Fátima deja el orgullo, se que es tu novio y debe ayudarte en las malas. Hija, a tu padre yo le digo, ve con él, estacionan y regresan que tengo algo muy grave que decirte.
—Vamos Fátima, no te preocupes, después aclaramos con tus padres... — Dijo él cansado de presenciar la pelea de miradas entre madre e hija.
Fatima se subió al auto nuevamente, su madre fue con su padre y el chófer del auto de enfrente salió dándole paso a Omar, enseguida agradeció con un gesto; aquel hombre se apresuró en salir porque había armado un tranque y había complicado las cosas para Omar sin saberlo.
Demoraron en buscar estacionamiento, así que Omar decidió preguntar y aclarar algunas dudas.
—Tu madre tiene razones para pensar asi, además lógicamente el hombre debe proteger a la mujer, es eso lo que se nos enseña.— Se formó un silencio de parte de los dos, Fátima estaba muy pensativa. —¿Dime que es lo que crees. Crees que sea dinero lo del problema? — preguntó levantando una ceja y con gesto de seriedad.
—Estoy haciendo mis cuentas, según mi madre ella es la que hacía los pagos y depende del ahorro. Supuestamente mis tíos enviaban las ganancias de mi padre desde el extranjero pero nunca vi salir a mi madre para el banco, asi que... Más los 10,000 de ahorros gastados durante un año y los gastos del hospital. ¡Diablos!, ¡Aighhhhh!— Se cubrió el rostro mientras seguía sumergida en los cálculos.
—¿Sabías que eres muy lenta analizando? Siempre te toman el pelo y te das cuenta muy tarde.
—No soy bruta ni nada de eso, prefiero ignorar antes que sufrir toda mi vida y volverme una amargada —gritó de la frustración.
—¿Como yo? —preguntó sabiendo que no iba a recibir respuestas—. Ah si, pero sabes, no debes ignorar todo, al menos debes ser un poco más activa, después se volverá una costumbre eso de ser ignorante. —dijo sin evitar mostrar su disgusto.
—Está bien, si supongo que es dinero no creo que sea mucha la deuda o ¿Si?, además diga lo que diga mi madre, no es necesario que ayudes.
—Sigues siendo ingenua, tu padre conoce a mi madre, ellos son familiares lejanos, y tú eres la mocosa que se chupaba los dedos de niña. ¿Sabias acaso quién soy?... —sonríe de lado, en forma de burla—. Que pequeño es el mundo no...
—No es necesario que ayudes, créeme, estamos bien asi. Además, ni siquieras me acuerdo de ti.
—¿Quieres que yo tenga mas problemas con mi madre?, ¿Acaso no viste lo disgustada que estaba conmigo?. Tu padre cree que soy un aprovechado que usa a su hija y soy incapaz de pagar al menos algo. ¿Sabes acaso lo que van a pensar?, tú serás la víctima y yo el violento, abusador, ¿o cobarde?.
—¿Y que podemos hacer?, ¡No voy a aceptar nada de gratis!
—No te voy a regalar nada, todo me costó sudor, pero podemos hacer algún tipo de trato.
—¿Qué trato? —preguntó exaltada—. Sabes que no voy a fingir ser tu novia, jamás volveré a serlo. ¿Entiendes?.
—Corto medio salario por mes y tus horas extras. Depende de la cantidad de dinero que deben —respondió sin poner importancia a las últimas palabras de Fátima.
—Es justo, pero quiero hablar bien del contrato.
—Ok, cuando salgamos de este problema lo conversamos como es debido.
—Una cosa más... ¿Qué eres de mi familia?, no me acuerdo de ti.
—Tu padre y mi padre son primos, pero como la madre de mi padre se divorció de mi abuelo, yo crecí lejos de ustedes, solo venía de vacaciones donde mis abuelos.
—¡Ah! —reacciona al recordar algo—. El chico tonto, creído y —Se ruborizó de solo pensarlo y no fue capaz de decirlo.
—¿Y guapo?— Él había notado los nervios de Fátima.
—Nop, guapo no. Más bien tonto —finalizó para abrir la puerta y salir antes de que Omar analizara su estado.
Se habían estacionado al fin. Debían caminar un poco ya que los estacionamientos eran escasos y les tocó salir del lugar para dejar el auto lejos.
Omar sabía que la madre de Fatima agradecería ese tiempo para calmar los humores de su esposo, y Fátima no sabia al tipo de pesadilla que daba inicio en su vida, pero Omar no quiso precipitarse, quizás sólo eran suposiciones de él.
Por suerte ese dia llevaba otro auto y asi podía llevar a los padres de Fátima cómodamente.
¡Hola!
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Espero que los lectores sigan leyendo, la primera parte es algo confusa, pero ya vamos revelando parte de la vida de Omar. Más adelante algunos secretos de su oscuro pasado.
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