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Peligro.

Omar iba pasando en su auto para salir cuanto antes de Causeway y buscar a Fátima, no podía llegar sólo a casa de Yusuf. Por suerte el trafico ya era leve. Mientras recorria su camino, veía de un lado a otro para ver si lograba encontrarla, sabía que debía estar por ahí.

Desde lejos distinguió el hijab de Fátima, pero al parecer estaba muy bien acompañada ya que un hombre la abrazaba por la espalda.
Omar no sabía porqué, pero ver aquella escena fue desagradable para él.

Tomó un poco de velocidad y continuó su camino, no quería siquieras mirarla. Pensó que por alguna razón había pasado todo aquello, así que se fue de largo.

Fátima distinguió su auto y pudo ver que Omar parecía estar de mal humor, seguía enojado por lo sucedido. En esos momentos no le preocupaba mucho poder arreglar las cosas con Omar, sino alejarse de Gustavo, sabía que debía salir de ahí cuanto antes.

Fátima recordó las palabras de Omar y si llegara a ser verdad lo que dijo, ¿Qué pasaría con ella?, ¿Quién podría salvarla de un horrible incidente?

Gustavo sonreía al notar pánico en el rostro de Fátima, para él sería más fácil controlarla sabiendo que Omar la había dejado a su suerte. Fátima retenía algunas lágrimas en los ojos, debía ser fuerte y actuar rápido porque Omar se había retirado.

Gustavo invitó a Fátima a cenar pero ella se negó y se despidió para seguir caminando, deseaba que él no notará la ausencia de Omar o que no lo haya visto pasar porque sería un problema para ella.

《 Es cierto, todo me perjudica a mi no a él 》. Pensó acelerando más el paso, pero Gustavo seguía detrás de ella. No se retiraba.
Al rato, cuando ya pasaron a una calle más silenciosa y menos transitada Gustavo habló:

—Así que Omar te a dejado, vi su auto salir —dijo seguido de una risa. Fátima trataba de ignorar—. Sabes, sé que tienes problemas con él. ¿Acaso no te gusta como te trata?... Porque te puedo dar todo lo que deseas.

Fátima permanecía en silencio, trataba de apresurar los pasos pero ya los pies le dolían. Había caminado desde el hotel hasta casi el final de Causeway, pero faltaba mucho por recorrer si deseaba tomar un autobús o taxi.

—Te llevo a casa —insistió Gustavo. Él sabía que estaba muy cerca de lograr su objetivo.

—Puedo irme sola —dijo Fátima sin ocultar su desagrado.

—Me traes enloquecido, quiero saber qué llevas bajo esa ropa —habló Gustavo con burla.

—Déjame en paz —gritó Fátima.

—¿Porqué?, ¿Acaso temes que te haga algo?. Sabes, podemos hacerlo a las buenas, hoy estoy satisfecho con mi dama de compañía pero no estaría mal divertirme un rato contigo.

—¿Sabes que?, ya me cansé de tus acosos, el hecho de que esté peleada con mi novio no te da derecho a pensar que me voy a ir con el primero que vea. Y por si tienes dudas de una vez te aclaro que Omar me iba a llevar pero yo se lo negué. Quiero caminar un rato a solas y tú vienes a molestar.

—¿Enserio? —ríe Gustavo.

—¡Ahora déjame sola! —grita para luego continuar su camino, pero Gustavo no deja de seguirla.— ¿Aún sigues aquí?.— Se detiene para enfrentarlo —¿Porqué me haces esto, acaso te soy atráctiva o solo quieres provocar a Omar?...

—Vamos mujer, sé que estas enojada con él. Podemos divertirnos y vengarnos a la vez —propone.

—El día que me quiera vengar de Omar no serás a quien yo busque, ¡Lo haré sola!. Ahora largo.

A Gustavo se le dibujó una sonrisa en el rostro, luego de sus labios salió una risa que fue aumentando hasta el punto de reír como loco.

Fátima quería que él creyera en sus palabras pero él solo se burlaba. Ella no sabía qué hacer, estaba temerosa de que algo le pasara, nunca había salido sola y lo peor era que había anochecido.
Ella se había metido en el camino más tranquilo donde casi no pasaban los carros porque quería estar sola, pero ahora se arrepentía, sabía que debía haber ido por el camino principal.

Como Gustavo seguía reído, ella decidió seguir caminando, estaba cerca del mirador, llegando al final del camino oscuro. Gustavo estaba muy cerca, casi alcanzandola.

Fátima empezó a correr pero él era más rápido. Gustavo la sujetó del brazo y la atrajo hacia él.

-¡SUÉLTAME ESTUPIDO! —gritó, luego lo empujó con todas sus fuerzas y le metió una bofetada, pero Gustavo volvió a sujetarla por la cintura con una mano y con la otra le agarro con fuerza la camisa que llevaba puesta rompiendo algunos botones.

Fátima sintió vergüenza y trató de cubrirse. Esta vez sus lágrimas no podían soportar más, empezó a llorar; estaba angustiada y tenia mucho miedo; lo peor era que no veía a nadie.
Si tan sólo llegaba al mirador y luego salía a la calle principal podría conseguir algún taxi, pero ese hombre la sujetaba bien fuerte.

Gustavo le empezó a besar el cuello, era asqueroso para ella. Sentía su aliento a alcohol y le entraban náuseas. Ella sentía que se estaba mareando, no había almorzado bien y ya era hora de cenar. Fátima ya no tenía fuerzas para luchar con él; el asco, la rabia, y el dolor que sentía en esos momentos eran difíciles de controlar.
Fátima estaba debil, fragil. Nesesitaba que Omar la protegiera deseaba verlo y que la salvara como todas las veces.

Gustavo había dejado sola en el bar a Anastasia. Cuando vio a Fátima se excusó diciendo que iba al baño y salió. Anastasia estuvo esperándolo pero como no llegaba pagó la cuenta, al menos no habían consumido casi nada.

Cuando ella había salido del bar había visto desde lejos a Gustavo caminando, le pareció que estaba siguiendo a alguien. Ella quería saber qué sucedía así que fue detrás de él pero no lograba alcanzarlo, lo peor era que en el camino se le había dañado uno de sus tacones, pero todo valía la pena por el amor que sentía por Gustavo. El era todo para ella, esta vez no le interesaba el dinero y estaba dispuesta a luchar por él. No permitiría que nadie se lo quitara.

Ya estaba acercándose a Gustavo, él discutía con una mujer, parecía ser Fátima. Ella seguía caminando descalza en la cera, veía a alguien besándose con una mujer; aunque no distinguía bien por la oscuridad a la mujer ni al hombre, tenía esperanzas de que no fuera Gustavo ni Fátima. En poco tiempo llegó otro hombre, tomó a aquella mujer y discutían, se oían aquellos gritos pero nada era entendible. Puso mucha atención y vio como el otro hombre se le lanzó encima al que podía ser Gustavo así que ella soltó sus tacones y corrió todo lo que pudo.

Mientras se acercaba reconocía los rostros, pero antes de que llegara donde Gustavo, ya la pareja se había ido y dejaron a Gustavo muy mal herido, ella lo levantó y lo sentó en la banca más cercana (como estaban cerca del mirador habían varias bancas), ella lo empezó a acariciar y lloraba, pero él le dijo que no quería lastima de nadie. Ella insistió y se quedó a su lado.

Continuará...

¡HOLA!

Aquí les dejo un capítulo más, espero lo disfruten.

No olviden votar y comentar. Gracias. 😊

(Ya sé,  lo había quitado porque me salia mal el cap. Me costó editarlo, pero ya está de vuelta).

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