Mi virginidad 2.
Omar ya se había acercado demasiado, estaba casi encima de Fátima así que ella rápidamente empezó a levantarse pero él fue más rápido y la sujetó fuerte haciendo que su cabeza reposara sobre una almohada. La ultima vista que Fátima tuvo de él era de su bóxer y su miembro con mucho deseo.
Él empezó a besar su cuello mientras le quitaba el pantalón con una mano, luego le había quitado su ropa interior rozando sus manos en sus partes más delicadas confirmando su virginidad. A continuación, le puso un poco de algo cremoso en su entrada y él se bajó sus bóxer dejando a la vista su miembro listo para recibir placer y darle placer a la mujer que tenía bajo su regazo.
Omar trató de quitarle la blusa, pero Fátima no se dejó, así que sólo la levantó un poco para ver sus pechos quedando satisfecho con la vista, los acarició con las manos, pero no se dedicó a besarlos. Al ver el rostro con lágrimas de Fátima se concentró más en su objetivo antes de arrepentirse. No quería vivir con la frustración de no poder poseerla o peor aún serle infiel con la primera mujer que se le cruzara, al menos estando con ella no le sería infiel y tendría relaciones dentro del matrimonio.
Se estaba acomodando mejor para buscar la entrada al placer... ella, al sentir su piel con la de él se exitó dándole paso a la entrada, abriéndose más... Ya los dos acomodados sentían sus cuerpos pegados uno al otro, ella sentía como él pasaba su mano sobre cada parte de su cuerpo y lo que le provocaba era único...
A continuación Omar se concentró en penetrarle sin hacerle mucho daño...
Fatima sintió un dolor incomparable, perder la virginidad era doloroso. Ella lloraba en silencio tratando de retener sus gritos de dolor y él prefirió ignorar porque no podría seguir con el acto. Él no quería que su primera vez fuera así, pero ella lo provocó. Mientras se daba paso al placer pensaba en lo doloroso que podría ser para ella...
《 ¡Le advertí, pero ella no se está negando a que la haga mía! 》 pensó antes de entrar con más fuerza.
Cuando Omar introdujo su masculinidad en su interior, Fátima supo de qué hablaban cuando decían que la primera vez dolería. Ella soltó un breve gemido y luego trato de reprimir el llanto y los gritos de dolor.
Por suerte, el dolor no duró mucho. Él se movía con mayor intensidad al notar que ya no le hacía daño, de tanto a tanto fue acariciando sus pechos y fue bajando hasta sujetarla por las caderas y continuar con sus embestidas...
El dolor había desaparecido y dio paso a una sensación agradable en su interior mientras él se movía de entre las sábanas expresando el desesperado deseo que tenía por ella.
Ella se relajó un poco al igual que él. Con sus manos sujetaba las almohadas por encima de su cabeza, sentía el deseo de acariciar su pelo o de abrazarlo mientras él la poseía, pero era más fuerte el orgullo antes que admitir lo que sentía por él, "Amor".
La sensación de placer aumentó al punto de llegar a la cumbre, los dos gemían sin poder evitarlo y juntos llegaron al clímax cayendo en un delirio de placer. Ella no lo pudo evitar, tenía una sonrisa en el rostro y las lágrimas habían secado y él seguía dentro de ella, besaba suavemente su cuello y hombro.
Luego, cuando se dio cuenta de lo que hacía decidió dejarla libre. Ella se giró al lado contrario y prefirió hacerse la dormida. Aquello de fingir estar dormida se había convertido en una costumbre desde que se casó con él.
Omar se levantó suavemente, se sentó en la cama un rato, luego se paró a duchar. Se tomó su tiempo relajándose bajo el agua, al salir ella estaba efectivamente dormida, ya había cambiado de posición y se había terminado de desvestir, parecía que esperaba a que él saliera de la ducha para ella bañarse, pero como Omar había tardado mucho, agotada, se quedó dormida.
Omar observó cada detalle de lo que había provocado, veía las manchas de sangre sobre las sábanas del lado donde él dormía y ella en la otra esquina cubriendo apenas algunas partes de su cuerpo con la cobija.
Fátima dormía profundamente. Su piel blanca, sus piernas descubiertas y parte de su espalda era la vista que le ofrecía aquella hermosa mujer.
《 ¿Ella deseaba hacerlo o solo se dejó llevar?, ¿Porqué lloraba si sentí como lo disfrutaba y se abrió para mí?》se preguntaba Omar aun con la vista sobre su esposa.
Sentía culpa de haberla usado de esa manera, pero no lo pudo evitar. En el momento sintió que lo necesitaba hacer, se sintió satisfecho de haberla poseído.
《Es mi mujer, pero ¿Está bien obligarla a complacerme?, pude haberla lastimado física o mentalmente.》reflexionaba teniendo un fuerte deseo de estar ahí con ella, dormir juntos y abrazados... 《¿Y si ella no quiere?》.
Se preguntaba qué iba a pasar entre ellos de ahora en adelante.
Se vistió, la observó unos minutos más, cerró todas las cortinas y luego recogió las ropas tiradas.
Tomó una sábana limpia y la arropó evitando tocarla, porque de solo verla ahí desnuda y disponible para él, le provocaba tenerla una y mil veces, hacerle el amor toda la noche y sentir el placer de estar dentro de ella.
Movió la cabeza negándose a el mismo ante esas ideas, luego encendió la lampara, le dejó una bata larga sobre la cama y salió trancando la puerta. No quería que nadie la viera en ese estado.
¡Hola!
¿Qué pasará con los dos?, ¿Creen que Fátima esté enojada?...
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