Lo amo.
Unas lágrimas amenazaban con salir, esas palabras sonaron duras para ella, ¿Acaso sólo era deseo físico?, ¿Deseaba su cuerpo para calmar la sed del deseo sexual?
Pensando en lo último que había oído de él se dejó llevar, ya no tenía más que decir. Al menos podía disfrutar de la pasión entre ellos, se atraían y demasiado como para ignorar sus deseos.
Sus caricias y besos eran suaves y delicados, casi que ella podía confundirse pensando que él le hacía el amor, no era sólo sexo.
Era tierno con ella, sus caricias provocaban muchas sensaciones y sin poder soportar más todo el placer que le daba, ella siguió el juego abriéndose para él, entregándose al hombre que empezaba a amar, deseaba a su esposo tanto como él a ella.
Omar fue adentrándose con cuidado, no tenía apuros, quería disfrutar de ella cada segundo.
Tanto tiempo de espera y al fin estaba con ella, dentro de ella, era gratificante experimentar nuevas sensaciones dentro del matrimonio, sabía que era un matrimonio falso, pero el hecho de no tener que llevar en la conciencia la carga del pecado por fornicación era más gratificante.
Tenía toda la noche para disfrutar de aquella hermosa mujer...
Él se movía con mayor intensidad al notar que ella estaba cómoda y disfrutaba mutuamente del acto sexual. De tanto a tanto acariciaba sus pechos y caderas, era tan suave su piel que le enloquecía, notaba como aquellas simples caricias incrementaban la sensación de placer para los dos hasta llegar a la cumbre.
—Eres mía —gruñe sabiendo que estaban a punto de experimentar un orgasmo.
Sus miradas se cruzaron y pronto ambos cayeron rendidos ante un delirio de placer, sellando el primer acto con un beso silenciando sus gemidos.
Él seguía apoyando su rostro sobre la curva del cuello de Fátima, mientras regulaban sus respiraciones.
Fátima gritaba en sus adentros lo mucho que lo amaba, lo disfrutó sin llantos o dolor y se dejó llevar por sus sentimientos sintiendo que aquello era algo más que sexo.
Para ella era " amor".
Luego de una ducha rápida él se acostó sobre la cama, ella seguía en el baño acomodando su cabello desordenado y se puso un poco de aroma. Volvió y ocupó su lugar para tratar de descanzar y resistirse a dormir abrazada con él. Pasaron unos minutos silenciosos donde ella no podía conciliar el sueño y al parecer él tampoco, una voz a sus espaldas le hizo sobresaltar...
—No me resisto a tu olor, no podré dormir en paz —dijo él con voz ronca, muy cerca de su oído.
Ella se giró un poco para confirmar que aquello no fue un sueño. Se encontró con sus penetrantes ojos marrones con un brillo especial y un beso que ella correspondió de inmediato, lo necesitaba.
—Permanece así, quiero que lo hagamos abrazados esta vez.— Ella obedeció y permaneció en su posición. Él le acariciaba y dejaba besos en la curva de su cuello y hombro incrementado la pasión y minutos después habían llegado a un orgasmo más, quedando así dormidos sin querer levantarse ni separarse uno del otro.
Al día siguiente Fátima se levantó antes, se tomó un baño ( hizo la ablucion mayor), realizó su oración, y rogó a Dios para una vida feliz junto a su esposo.
Ella se alegraba de saber que al menos Omar le era fiel y era ella a quien deseaba tener en su cama.
Salió al balcón a tomar aire mientras Omar se daba su baño y oraba. Minutos más tarde él estaba contemplando el amanecer junto a ella. Los dos veían en silencio como los rayos del sol alumbraban cada rincón.
Omar ya satisfecho por la vista volvió a la cama para dormir un poco más... ella esperó unos minutos esperando encontrarlo dormido para que no fuera incómoda la situación. Al entrar lo hayaba semi despierto, lo ignoró y se acostó del otro lado de la cama. Los dos deseaban dormir abrazados pero el orgullo a admitir sus sentimientos era más fuerte.
Omar no habia podido dormir bien, así que pensó en levantarse e iniciar su día, pero la vio a ella ahí, dormida profundamente, que no pudo evitar mirarla.
Él llevaba rato observándola, tratando de saber lo que sentía por ella, solo sabía que sin duda alguna para sus ojos era la mujer más hermosa nunca antes vista.
Al ver cómo Fátima empezaba a despertarse fingió estar dormido.
Ella al estar despierta se sentó en su lugar, lo observó unos escasos segundos, se le acercó y le dejó un beso en la mejilla para luego susurrarle un "Te amo".
Se levantó de su lugar y se acomodó el pelo y el hijab para salir de la habitación antes de que Omar abriera los ojos y la encontrara ahí. De seguro iba a ser muy incómodo y no sabia cómo iba a reaccionar.
Fátima entró a la cocina y vio como Mariam preparaba el desayuno, empezó a ayudar mientras veía como los niños jugaban tranquilos con el papá.
Minutos antes de servir el desayuno bajó Faizal con su maleta, se despidió de Ali y salió dándole una última mirada a Fátima, esta vez de odio.
Fátima no preguntó nada, ya sabía la razón por la que se iba...
De un lado se cerró la puerta principal y del otro lado bajó Omar, se notaba muy alegre.
《¿Me habrá oído? No... Estaba dormido, además, debe haber visto al tonto saliendo 》 pensó mientras oía a Omar pedir su desayuno.
《Mmm, ¿Qué hago?, ¿Cómo le sirvo el desayuno? 》... aún seguía sumergida en sus pensamientos sin darse cuenta que él se hallaba sentado esperando.
—Fátima, dame... yo termino, sírvele a tu esposo.— Mariam le da un ligero empujón para despertarla de sus pensamientos.
—No déjalo, tu sirve y luego te sientas a desayunar, yo termino de lavar aquí y luego le doy de comer al pequeño —dice ella sin dejar de lavar algunos platos.
—¿Pero seguro?... vamos déjalo. —insiste.
—¡¡Anda!!, yo solo beberé un poco de leche.
—Ok, como tú digas.— Mariam se rinde al fin. Y lo cierto era que Fátima no solía comer bien en los desayunos. Omar desde la mesa oía la conversación pero se hizo el desentendido. Todos desayunaron y planearon salir.
Iban a pasar por Sorá (un lugar turístico) y luego regresar a casa porque Khadija estaba sola y Omar no podía dejar el trabajo acumulándose. Era su responsabilidad cuidar de la empresa hasta que Khalik regresara.
Salieron de la casa con sus pertenencias, dieron un paseo por Sora sin adentrarse mucho por falta de tiempo, visitaron una de las muchas cascadas y fueron al mirador, luego bajaron las montañas a la carretera principal, almorzaron en el camino unos pescados que a Mariam se le habían antojado, luego volvieron a casa. Al llegar su madre les tenía la cena lista, demoraron llegando, así que acomodaron sus cosas, comieron y fueron a dormir.
Esa noche todo volvió a la normalidad, ella se fue a dormir antes y se acomodó en su sofá, debía estar bien para trabajar y volver a la rutina. Al día siguiente lo mismo, nada nuevo. Salieron temprano a trabajar y ponerse al día. Los dos estaban evitando temas personales y se enfocaron en lo más importante, el trabajo.
Mariam iba a estar por dos semanas más en Panamá, así que pasaría algunos días de paseo con su madre y los familiares de Ali. Mariam había querido llevar a Omar y Fátima al paseo, pero los dos se excusaron con lo del trabajo.
Mariam y los demás habían hecho los preparativos después de descanzar un día, iban a salir al amanecer porque la carretera era de varias horas y tenían mucho que ver. Iban a Chiriqui y sus alrededores. Habían muchos lugares turísticos esperando por ellos. De seguro iba a ser un viaje lejos del bullicio de la ciudad, cerca de la naturaleza y el fresco de aquellas montañas que llamaban mucho la atención de los turistas.
¡Hola!
Me hubiera gustado mostrar fotos de mi hermoso país, pero no los quiero aburrir. De todas formas al final de la novela subiré algunos paisajes y lugares turísticos.
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