Fatima en apuros...
Fátima estaba acorralada entre una pared y el cuerpo de Faizal. Se sentía demasiado incómoda. Pensaba gritar pero no valía la pena porque con el bullicio era imposible que alguien la escuchara.
—Sé que no amas a tu esposo, te he visto todos estos días... tú me gustas y mucho. Estaba pensando si nos podíamos divertir un poco —dijo casi escupiendo en su rostro. Su aliento apestaba a cigarrillo cosa que le provocó nauseas a la pobre mujer.
—¿Estás loco? ¡Él es mi esposo y si lo amo o no a ti no te debe importar! — dijo ella armándose de valor.
—Mira estúpida, a mí no me dejas y te largas así por así. Yo siempre logro tomar lo que deseo, por eso te digo de buena manera que podemos divertirnos. Al menos dame una noche.
Fátima estaba inmóvil, pero sintió la presencia de alguien, quizás podía ser una buena idea pedir ayuda, pero no podía girarse a ver de quién se trataba. Podía oler un perfume familiar pero no puso atención debida porque era más el miedo a que le hicieran algo que pensó en tratar bien al hombre que tenía en frente.
—Mira, no tienes que preocuparte porque yo no ame a mi esposo, ¿Sí?. Debes darme tiempo y si me llegaras a gustar te aviso, ahora déjame ir que pueden darse cuenta... estoy demorando demasiado —trató de convencerlo, pero sus palabras no hacían efecto en él. Por un momento Fátima se sintió tonta, pero Faizal empezaba a moverse.
—Espera, hay algo —dijo volviendo a la posición de antes.
—¿Qué?... —preguntó descuidando lo que aquel hombre pudiera hacer. En esos momentos Fátima pensaba en ir a contarle todo a Omar, así él le ayudaría a quitarse a ese bobo de encima.
—Yo no puedo más, hay algo que quiero hacer —dijo para luego sujetarla fuerte y plantarle un beso.
En esos momentos Fátima no reaccionó, solo sentía el asqueroso olor a cigarros y tenía unos horribles nervios, al fin sólo fue un beso casto, porque ella no se dejó. Faizal se quitó y le dejó pasar riendo con ganas.
—Sé que aún no estás preparada. ¡Seré paciente hermosa! —le dijo a sus espaldas. Palabras que le causaron un escalofrío. No se imaginaba tener que estar cerca de ese hombre.
Caminó a toda prisa para alejarse de Faizal, ella no sabía cómo le iba a contar lo sucedido a Omar. Los nervios le delataban y sus manos empezaban a sudar.
Compró el algodón de azúcar y se acercó a la niña. Ella buscaba a Omar para decirle, ¿pero dónde estaba?, ¿Porqué no lo hallaba?.
—¡Mariam!, ¿Y Omar? —preguntó nerviosa y con miedo a encontrarse nuevamente a Faizal.
—¡Ah!, Dijo que te esperaba en el auto, quería regresar a casa, que era un asunto urgente.— Fátima oía con mucha atención mientras Mariam apreciaba a Ali junto al pequeño Ahmad en los carritos chocones. —Nosotros nos quedamos con Faizal, volvemos más tarde.
Solo de oír su nombre le daban náuseas. Era mejor así, irse lejos de ese maniático. Ella corrió hasta el auto de Omar, él estaba ahí parado hablando con alguien y estaba muy enojado, no tenía valor de decirle nada así que se quedó parada esperando sus órdenes... no podía mirarlo a los ojos.
—¡Sube! Nos vamos —gritó enojado, abrió la puerta y arrancó. Al parecer tenía mucha prisa en irse de ese lugar.
—Sssiii —dijo más en un susurro que como respuesta. La voz no le salía del miedo y los nervios.
Recorrieron el camino en silencio. Omar manejaba como loco, la velocidad que el auto empezaba a tomar le asustaba a Fátima. Ella esperaría hasta llegar a casa para decirle lo sucedido porque no quería hablarle con ese mal genio que llevaba su esposo.
Al fin, unos minutos más tarde llegaron a casa sanos y salvos, a pesar de la velocidad él tenía muy buen control sobre los autos cosa que le generó más dudas a la pobre mujer.
《 Quizás hace carreras ilegales por las noches》 pensó Fátima, pero no era momento para preguntar tonterías, Omar estaba de muy mal genio.
—¡Bájate y abre el portón que tengo prisa! —dio órdenes.
—Ya voy —se apresuró en decir. Bajó del auto y abrió el portón. Luego esperó a que Omar estacionara el auto para volver a cerrar.
Entraron a casa y Fátima permanecía parada esperando alguna oportunidad para decirle, pero Omar fue a beber agua, luego subió a la habitación. Sin más Fátima tomó asiento y trató de calmar sus nervios. No entendía la razón por la que Omar actuaba así.
Él se tomó un baño para bajar el temperamento que llevaba, ella también hizo lo mismo, pero en el baño de abajo ya que Ahmad le había regado jugo en la blusa y se sentía sucia, además ella le quería dar tiempo a Omar para contarle lo que le había sucedido con Faizal.
Fátima después de estar aseada y tomar su vaso de agua subió las escaleras con toda la calma del mundo, tomó valor y abrió la puerta de la habitación. Ahí estaba él, subiéndose sus jeans, al verla entrando sin avisar a pasos largos se le acercó y en pocos segundos la tenia acorralada contra la pared.
—¡Dime estúpida!, ¿Porqué me engañas?— Fatima no entendía nada así que esperó a que él se explicara mejor —¡Creí que dándote todas las facilidades serias agradecida, pero te andas besando con cualquiera!; ¿Desde cuándo me engañas? —esta vez le grito muy cerca de sus labios, ella sentía su aliento sobre su boca.
—¡Yo te iba a contar!, ¡Vamos a hablar... suéltame, por favor! —dijo con nervios. No sabía si la cercanía de él con el pantalón desabrochado la tenía nerviosa o era la furia que él cargaba encima.
—¿Que te suelte?... Está bien.— La soltó con brusquedad, pero sin alejarse demasiado. Ella se armó de valor para hablar.
—Yo no te engaño, este hombre me tomó por sorpresa en la feria, te iba a decir la verdad... solo quería quitarme a ese tipo de encima. ¿No lo entiendes?
—¿Me ibas a decir? ¡Y que esperabas para pedir ayuda! Dime...
—Qqq... que yo... yo... le tenía miedo, estaba enfurecido —dijo mientras veía como él levantaba una ceja en señal de que no le creyó. ¿Qué habría oído él después de todo?... pensó ella.
—Que no me amas y que si llegaras a amarlo a él le avisabas, ¿Es eso lo que dijiste?, ¿Y por miedo? — se rió sin ganas—. ¿Para qué, usarme a tu antojo y luego largarte con ese imbécil? —esta vez levantó la voz y cerró sus manos en forma de puño... Aún Omar tenía mucho que decir y Fátima seguía en su lugar parada contra la pared.
—¿Qué?... Espera eso noo —quiso aclarar.
—Eso no es lo que pasó... ¿Acaso fingías porque le tenías miedo? —bufó—. Le podías abofetear, porque a mí si me golpeas por cosas insignificantes.
—Yo no sabía qué hacer —dijo bajando la cabeza, era cierto que ella podía haber golpeado a aquel hombre, pero parecía más peligroso que Omar—. Él me besó y no le seguí el beso. Me ha estado acosando desde que llegó y en la feria me llevó arrastrada, ¡No sé qué oíste, pero estas malinterpretando las cosas! —levantó la cabeza para cruzar miradas.
—¡Escúchame bien, desde ya te digo que tú eres de mi propiedad!, y ahora sacaré ventajas de ti, te voy a usar todas las noches que quiera y me vas a obedecer...
》No quiero que busques nada fuera del matrimonio porque yo también se besar y hacer muchas cosas.
Omar se acercó demasiado, tanto que sus narices chocaban, luego sin poder soportarlo más le sujetó bien fuerte la cabeza y le besó con pasión y deseo... aquel deseo que tenía guardado hace mucho. Su beso fue delicado y suave y cuando recordó su propósito le mordió los labios, haló suavemente de su cabello para que abriera la boca y continuó el beso... cuando le faltó aire la soltó. Ella del impulso trato de alejarse y quedó contra la pared agitada con deseo de más y a la vez destruida por las palabras duras que él le había dicho. Intentó clamarse, pero los nervios empezaban a adueñarse de su sistema.
¡Hola!
Hola, espero que les guste el capítulo. No olviden votar y comentar.
Más adelante se pone mejor. Esperenlo. 😄😄
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