En el ascensor, Fátima se soltó del agarre de Omar y lo abofeteó, él no reaccionó de una vez porque se sorprendió a tal acto, no se lo esperaba. A los segundos reaccionó y la tomó del brazo sujetándola con fuerza.   Antes de que él hiciera algo se abrieron las puertas del ascensor, aún con el agarre la arrastró hasta la habitación abriendo la puerta para lanzarla contra la pared, los dos tenían la respiración agitada.

Omar no podía creer que todo eso estuviera pasando,  se estaba volviendo un miserable al tratar así a una mujer.

Fatima soltó unas lágrimas, su corazón latia muy fuerte y los nervios invadieron su sistema.
Ella estaba muy asustada por las ideas que se le pasaban por la cabeza.
《 ¿Y si me viola?, ¿Porqué escogió este lugar?, ¿Porqué Gustavo esta en el mismo hotel?》. Ella queria tener todas las respuestas pero él se notaba muy enojado para ser interrogado.

Al instante Fátima vio como Omar se sacaba el saco y lo dejaba sobre una silla, luego desabrochó algunos botones de su camisa y se subió las mangas, se sentó sobre la cama y la observó en silencio, quizas estaba tratando de buscar las palabras adecuadas. Ella esperaba una explicación, tenia la cabeza agachada ya que temía encontrarse con aquellos ojos que muchas veces le provocaban sensaciones nuevas y en otras ocasiones miedo.

—Sabes que no soy una cualquiera y no me parece divertido lo que está pasando. Quiero una explicación —logró decir.

Omar no se tomó las molestias para responder, sin embargo movió la cabeza de un lado a otro y la miró fijamente, estaba esperando escuchar alguna tontería más de parte de Fátima.

Ella se sintió vulnerable, pero continuó:

—No debemos estar en esta habitación solos... ¿Podemos salir a otro lado?—. Él permaneció en silencio, se levantó y abrió las puertas del balcon dejándola parada en el mismo lugar donde la había dejado cuando entraron. Ella al verlo salir se relajó un poco y se sentó en una silla. Sentía las piernas débiles.

Desde el balcón se podía apreciar el atardecer, era hermosa la vista. Omar estuvo unos minutos reflexionando, parecía estar controlando su ira. Cuando volvió a entrar cruzó mirada con ella.
—Bien, escúchame muy bien lo que te voy a decir y si tienes alguna duda te la puedo despejar —dijo sin desviar la mirada.

—Tengo muchas dudas y quiero terminar con todo este malentendido, estamos en graves problemas y no quiero saber nada... Yo solo me quiero ir de aquí   —expresó todo lo que deseaba en esos momentos.

—Esta bien, te vas, pero primero me escuchas y te voy a aclarar las cosas —dijo sentándose sobre la cama—. Primero, no me gustas, no te quiero y jamás me involucraria con una mujer sin amarla, ¿Entiendes?...
》No te iba a traer aquí, solo pasó...  Ibamos al parque de la ultima vez, pero cuando salí de la oficina vi como Gustavo y Anastasia estaban cerca, empecé a conducir a ver si nos seguían y así fue, luego creí que si nos metíamos aquí no vendrían, pero entró al hotel y pidió una habitación, creí que mejor te llevaba al restaurante del hotel y ellos se irían a su habitación, pero te informo que no fue así. Gustavo se quedó esperando mi reacción. Decidí pedir una habitación y como te vi tan despistada creí que iba a ser fácil todo esto, pero no fue así.  Gustavo y Anastacia esperaban a que subieramos al ascensor para ellos seguirnos y ya sabes lo que pasó...

—Yo... lo siento —susurró.

—Realmente no tenias derecho a abofetearme, podías haberme preguntado la razón de mi actitud.

—Yo creí que... —se sonrojó un poco, movió la cabeza de un lado a otro para sacudir sus ideas. No tenía valor de confesar las barbaridades que había pensado minutos antes—. Solo reaccioné. Estaban hablando de mi, no de un objeto —dijo mirándolo fijamente.

—¿Creíste que me iba a acostar contigo?, ¿Me ves cara de tonto? —bufó molesto—. Eres la mujer más estúpida que conozco, no te diste cuenta de nada hasta llegar al ascensor, es por eso que fue más fácil convencer al tonto de Gustavo, porque te manejo a mi gusto.

Omar empezaba a molestarse, se levantó de su lugar y empezó a caminar de un lado a otro. Fátima abandonó su silla para enfrentarlo, sabía que la discusión no iba a terminar bien.

—Tú si tendrás experiencia con otras mujeres y por ser tan experto es muy fácil para ti traerme a un hotel. ¿Con cuántas lograste hacer lo mismo? —dijo casi gritando. Omar rió en seco al escuchar tantas barbaridades.  Buscó cruzar miradas, quería oír más de lo que ella quería decir—. Odio haberte conocido en mi vida, eres tú el psicópata y culpas al otro de serlo solo porque le gusto. ¿Crees que no me se defender? —finalizó.

—No hables sin saber, cuida tus palabras —dijo mientras se removía el cabello con brusquedad—. Quiero que hagas silencio, hay otras cosas más importantes de que hablar. Debemos aclarar todo de una vez y si tu no te pones de acuerdo yo tomare la desicion que me parezca —dijo controlando su tono de voz.

—Al diablo con tus estupideces, ami me dejas en paz. ¡Psicópata! —gritó ignorando lo que sus palabras causaban—. Ahora mismo me largo de aquí.

Fátima recogió su bolso para dirigirse a la puerta, Omar trató de detenerla pero ella lo abofeteó nuevamente dándole un empujón que no hizo efecto en él.  Sin más Omar la dejó ir conteniendo la rabia que cargaba.

《 Que se largue porque soy capaz de hacerle daño y no quiero hacer algo de lo que me arrepienta. ¡¡Rayos!!.  Malditas mujeres, las odio...》 pensaba mientras cerraba los ojos con fuerza y apretaba su mandíbula conteniendo las ganas de gritar miles de cosas.

Fátima se fue por la puerta de servicios del hotel. Empezó a caminar sin rumbo, tenía que buscar la forma de regresar.
Ella no podía caminar hasta la calle principal porque a esas horas los buses no pasaban. Tenia miedo, mucho miedo de lo que le podría pasar.

Omar seguía enojado, no podía creer lo que había pasado. No terminó de hacer de discutir los temas principales, era muy importante aclarar las cosas y converzar sobre el nuevo trato que tenían preparado. Ya no podía hacer nada. Iba a dejar que las cosas pasaran como debía ser.

Omar entró al baño y se despojó de su ropa para tomarse una ducha, total,  no iba a pagar de gratis una habitación  y nesesitaba bajar el enojo.

Durante el baño Omar estaba pensando en lo que Fátima le había gritado y en las bofetadas que recibía frecuentemente de ella, eso le molestaba demasiado.
Su pasado era una tormenta que ya había calmado, pero esa tormenta dejó mucho daño y eso le afectaba en su diario vivir.

Omar no sabía cómo podría soportar a otra mujer, lo peor era que Fátima era sensible, ¿Cómo sería su vida con alguien así?, ¿Sería ella capaz de soportarlo?.

Omar temía hacerle daño por su odio a las mujeres. Él ya no podría amar a nadie, estaba tan desilusionado de las mujeres que creía que todas eran iguales, sin embargo sabía que Fátima era diferente, lograba despertar sentimientos en él.  Omar nesesitaba conocerla, descubrir la razón por la que se preocupaba por ella, nesesitaba descubrir el porqué de ese inmenso deseo de besarla.

Por suerte no habia tenido relaciones muy serias en su pasado, aunque aquella mujer lo había seducido no fue suficiente para convencerlo de cometer pecado por ella. Ante el deseo inmenso que sintió alguna vez por poseer a su seductora, decidió unirse en matrimonio con ella pero el rechazo fue muy doloroso. ¿Sería Omar rechazado nuevamente por una mujer?...

Fátima caminaba por la acera, sentía unos pasos detrás de ella así que apresuró los pasos, podía percibir a alguien muy cerca de ella, la cercanía era tanto que unos fuertes brazos lograron detenerla; alguien la abrazó muy fuerte por la espalda; creyó que era Omar que venía a disculparse, pero el perfume de Omar era difrente, único.

El hombre que la tenía abrazada tenía una fragancia diferente mezclada con un fuerte olor a alcohol.  Fátima se soltó del agarre como pudo y se volteó a ver de quien se trataba, para su mala suerte era él, a quien menos se esperaba...

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