El peligro sigue.
Omar se había enfurecido al ver la escena del abrazo y decidió dejarla ahí con Gustavo, pero luego se sintió preocupado, sabía que ella pasaría por el mirador, es por eso que se estacionó y decidió esperar.
Omar permanecía apoyado sobre su auto contemplando el paisaje que le ofrecía el lugar. Al rato oyó un grito. Temía lo peor así que corrió a ver. Fátima estaba muy cerca del lugar así que él logró ver lo que sucedía. Ella estaba llorando y Gustavo le besaba el cuello. Al ver aquella escena enfureció más...
—¡Suéltala, es mi mujer idiota! —gritó mientras se iba acercándo—. Te juro que te mato si le vuelves a hacerle daño.— Con un jalón le arrebato a Fátima de sus brazos —Resuelve tus problemas conmigo, no la debes meter en medio de todo esto—. Finalizó para sujetarla con delicadeza y la abrazó al oír como su llanto aumentaba.
Fátima se sentía debil y estaba pálida, no dejaba de llorar. Omar le empezó a acariciar la espalda y le dio varios besos en la cabeza. Él no podía dejar fulminar a Gustavo, éste reía, parecía estar enloquecido.
—Sabes, no debes dejar a tu mujer por la calle sola, hay muchos locos sueltos —dijo burlándose—. Suerte que yo la tenía ocupada, solo nos estábamos divirtiendo en tu ausencia. Como te vi marchar, pensé que Fátima se aburriría sola.
—Callate si no quieres que te rompa la cara, no me provoques, sabes que no soy tolerante y puedo hacerte mucho daño —gritó más fuerte mientras seguía abrazando a Fátima.
—Tranquilo que te la iba a regresar, creí que ella solo era un juguete más. Ya sabes...
—Eso ati no te debe importar, ella vale más de lo que crees.— Omar notó algo raro en Gustavo, quizás estaba drogado o había bebido pero sus palabras sacaban lo peor de Omar, lo hacía molestar.
—Entonces cuidala idiota —dijo Gustavo empezando a reír como loco. Seguro que estaba drogado. No era propio de alguien reír de aquella manera.
Fátima se separó de Omar y empezó a dirigirse al mirador, ahí vio el auto de Omar estacionado y pensó en subir y terminar con esa pesadilla pero no se había dado cuenta que Omar no le seguía los pasos. Al rato oyó quejidos de Gustavo y era Omar golpeándolo salvajemente, le había hecho sangrar la boca y estaban los dos tirados en el suelo.
Fátima no sabía cómo reaccionar, veía a Omar que estaba muy violento. Ella temía ver su verdadera cara, el Omar oscuro del que siempre le advertía. Un escalofrío le recorrió el cuerpo. Fátima levantó su vista al oír gritos de una mujer. Observó un poco más adelante y veía una silueta de mujer corriendo hacia ellos, fue ahí cuando reaccionó y se acercó a los dos, tomó a Omar de los brazos y trato de separarlo pero él estaba demasiado furioso.
—Vamos, déjalo... ¡Lo vas a matar!
—gritó nerviosa—. ¡Sueltalo!
Omar pudo reaccionar y se levantó del suelo dejando a Gustavo demasiado lastimado. Tenia los labios rotos y la nariz le sangraba.
Omar tomó a Fátima y la arrastró hasta el auto, la apoyó contra la carroceria y se le acercó demasiado, le sujetó por la nuca ya que ella tenía el hijab en manos y la miró fijamente. Ella no le siguió la mirada, estaba bien temblorosa y unas lágrimas se le asomaban.
—Escúchame bien, no quiero más problema, no puedo meterme en este tipo de situaciones por ti. Lo peor es que no tienes idea de todo lo malo que va a pasar después de esta pelea —suspiró para bajar un poco el tono—. Si solo te hubieras quedado callada y me escucharas, nada hubiera pasado.— Luego la soltó porque sentía que la estaba lastimando. Ella ahogaba sus quejidos ya que no quería enfurecerlo más— Ahora sube al auto, es todo por hoy —finalizó.
Recorrieron el camino en silencio, más tarde Omar se detuvo en una heladería y compró dos batidos para ofrecerle uno a ella, le pidió que tomara un poco al notar que no se animaba. Fátima decidió tomar un poco, al menos su estómago se lo agradecería. Omar en cambio se quedó apoyado sobre la carroceria, bebió del batido y tiró la basura desde su lugar justo en el tinaco. Subió y arrancó, ya estaban más relajados los dos.
Fátima solo llevaba la mitad del batido pero estaba más aliviada. Él no insistió para que lo acabara. Encendió el aire y subió las ventanas, esperó poder salir ya que un auto lo bloqueaba por atrás y en eso su mirada cae sobre Fátima. Él la miró fijamente y en su rostro apareció una mueca de molestia.
—Se te ve... Algo rosado —dijo quitando su mirada.
—¿Qqq quee? —preguntó Fátima en un susurro que Omar pudo oír.
—Se te ve el —volvió a repetir sin poder terminar la frase, esta vez le señaló el dedo índice su pecho.
—¡Ah!, ¿El bra? —preguntó, pero al instante se percató de que Omar le habia visto su brasier color rosado y parte de sus pechos. Avergonzada por sus palabras se acomodó la camisa, los primeros tres botones estaban rotos así que ella se abrió el hijab completo y se cubrió la cabeza, con lo restante cubrió parte de su pecho. Ella casi nunca usaba el hijab tan alargado, siempre le daba formas y detalles, pero esta vez debía usarlo así para poder cubrirse.
Omar puso el carro en marcha y llegaron a casa de Fátima. Para su sorpresa encontró a su madre en casa de Yusuf. Los padres de Fátima junto a Khadija estaban sentados afuera y al parecer tenían una amena conversación.
Al ver el auto de Omar, Khadija se levantó y los saludó y a la ves hizo señas para que bajaran. Yusuf se quedó extrañado ya que no había visto el Mustang gt sino el otro auto, pero Khadija le aclaró que era Omar que traía a Fátima.
Fátima bajó del auto, le temblaban los pies así que decidió esperar a Omar, nesesitaba de él. No quería ver a su padre y su reacción.
Omar acomodó mejor el auto y comenzó a avanzar con pasos firmes. Fátima al verlo tan tranquilo se armó de valor y caminó hacia la casa, él le siguió.
El padre de Fátima se levantó y saludó a Omar tranquilamente, la madre les preguntó cómo les había ido y que habían decidido, pero ninguno se apresuró en responder.
《 ¿Mi madre está loca?, ¡Que pregunta más estúpida!》pensó mientras se apresuraba a entrar.
Ella debía cambiarse de ropa antes de que le vieran la camisa rota, se lavó la cara y se puso algo de maquillaje en los ojos, tenía que disimular los ojos hinchados y el moretón que el asqueroso de Gustavo le había dejado en el cuello. Movió la cabeza de un lado a otro para borrar aquella imagen y se apresuró en salir de la habitación.
Salió en pocos minutos estando más presentable, luego decidió entrar a la cocina. No sabia como reaccionar ante la situación.
Omar era tan raro; a veces le gritaba y otras la defendía. En esos momentos Fátima no paraba de pensar el las palabras de Omar cuando le gritó cosas a Gustavo, en especial cuando dijo: "Es mi mujer, no la vuelvas a tocar en toda tu vida."
Halima interrumpió los pensamientos de Fátima avisándole que Omar y Khadija ya se iban, que debía salir a despedirse. Ella obedeció y salió a despedirse de la señora khadija. A Omar no le pudo decir más que un adiós.
Omar trató de decirle algo con la mirada y seguia haciendole señas con los ojos, al parecer estaba inquieto, desesperado por hacerle saber algo. Ella lo ignoró y entró a su casa, estaba demasiado agotada y deseaba dormir.
De camino a casa Khadija empezó a hablar con su hijo para romper el silencio.
—¿Estás seguro hijo?, sabes, aquella mujer te hizo daño y pues no quiero que Fátima sufra con tus malos humores, debiste pensarlo mejor.
—Si madre, es lo mejor, además ella y yo salimos hace un tiempo y su padre casi me mata con la mirada. ¿No crees que él piensa que yo soy un irresponsable con su hija?. Aparte de eso Fátima me debe algunos favores —dijo para luego arrepentirse de sus últimas palabras, debía buscar una buena excusa para aclarar las cosas con su madre.
—¿Qué?, de que favores estás hablando hijo—. Khadija miró con cautela la reacción de su hijo, pero él estaba muy relajado, casi no se notaban sus nervios. Él odiaba mentirle a su madre, pero debía hacerlo.
—Nada, olvídalo, son cosas de trabajo—. Al ver a su madre inconforme a su respuesta continuó —No quiero mezclar nada, en muy poco tiempo han pasado muchas cosas...
Pitó repetidas veces al auto que estaba en frente, se había quedado en el celular en vez de seguir cuando el semáforo había mostrado la luz verde.
—Además, ¿No es eso lo que querías desde hace mucho tiempo? ... Yo solo te quiero ati y a mi hermana. No se si la amo pero ella es perfecta, ¿No lo crees?.
—¿Perfecta Cómo?. ¿Para ti lo es? — preguntó—. Yo la adoro, es muy hermosa, tiene esos ojos lindos, su rostro tiene ese brillo y esa timidez que las mujeres debemos tener. Puedo notar que a pesar de que ustedes salgan es muy respetuosa...
—Sí, lo se mamá —interrumpió antes de que continuara con una larga lista de virtudes que ella veía en Fátima—. Es simplemente perfecta para mi, ¿no lo crees? —forzó una sonrisa.
—¿La amas?, porque te advierto que no debe sufrir como tu hermana, has tomado una decisión precipitada y quiero que sean felices hijo.
—Madre, no se si ella quiera aceptar. Además, su padre debe preguntarle porque ella aún no me a dado respuestas.— Aparcó el auto pero aún seguían en el —Llegamos, puedes adelantarte porque tengo que bajar algunas cosas.
—Está bien, ¿Quieres comer algo? —preguntó acariciando el hombro de su hijo para luego salir y esperar una respuesta.
—No mamá. Me voy a dormir, tuve un día muy agotador.
—¡Así que sí estaban en una cita romántica! —expresó con alegría—. Y yo que creía que todo era actuado por ustedes. ¡Gracias a Dios! —sonrió para luego entrar a casa, no quería ver la reacción de su hijo. A veces se molestaba por ese tipo de comentarios.
¡Hola!
Les dejo un capitulo más largo, que lo disfruten.
Espero les guste, no olviden votar y comentar. Gracias. 😊
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