Capítulo 3
Días después.
Así pasaron un par de días más y yo colocaba aquel video, el que más me hechizaba. No me cansaba, al contrario, porque era Layne. Él aparecía en el y yo lo amaba con todo el corazón.
Layne esperaba día a día a verme, con su corazón cargado de ilusiones y dicha, y cuando eso ocurría, me observaba perdidamente y agradecido. Tenía un motivo por el que sonreír y eso calmaba sus preguntas y ansiedades al estar atrapado en cuyo video musical.
<< Sé que todo esto es raro, y todavía no lo entiendo, pero me encanta verla. Ver que me sonría. >>
<<Quizás, permanezca atrapado aquí por siempre y solo con verla a ella, sé que estaré bien y tranquilo. >>
-No puedo dejar de pensar en ti. Ni siquiera sé aún cómo te llamas...
Con el video a todo volumen, tocaron a mi puerta y yo suspirando por él, no había oído nada más y mi madre abrió de forma violenta la puerta.
-¡Florencia! ¡¿Por qué no me respondes?!
Él sonrió perdidamente enamorado al oír mi nombre.
<< Se llama Florencia. >>
Miré a mi madre molesta.
-No te escuché.
-Claro ¿Cómo vas a escuchar? Si tienes la música a todo el volumen que da.
-...
-Llegaron tus primos y tíos, así que, como buena señorita que eres, bajarás y te comportarás como tal - Layne frunció el ceño.
-No madre. No pienso bajar y menos para ver a esos idiotas.
-Escúchame bien, jovencita, si no apagas esa porquería y bajas, te dejaré en vergüenza frente a tus primos ¿Eso quieres?
Layne se enfadó, y yo sin saber que hacer, solo escuchaba a Layne cantar tras de mí.
Él me miró y yo me puse de pie y salí con ella...
-Esto no puede ser... - mencionó y volvió a preocuparse por mí...
Después de unas largas horas de supuesta convivencia con mis tíos y despiadados primos, volví a mi habitación y coloqué de nuevo el video, mientras ordenaba un poco...
Layne me vio molesta, y yo oyéndolo, canté con todo sentimiento el estribillo, en tanto que sacudía mi estantería llena de libros y muñecas Barbies y él me observó con detenimiento y con su fuerte sentimiento, que crecía más y más en su corazón.
Sin dejar de pensar en él, ingresaba una fila llena de facturas, que me habían traído de otro terminal de buses y con la música de la radio, registraba los valores, cuando de pronto, se me vino a la mente Layne y el corazón se me aceleró.
<< Amor mío. >>
<< Mi amado, Layne. >>
Coloqué el video ahí en el computador de mi escritorio y esperé con emoción todas las escenas, donde él aparecía.
Layne me miró y supo que yo me encontraba en mi puesto de trabajo y me observó locamente enamorado y contento.
-Creí que tendría que esperarte a que llegaras en la noche para verte, niña mía.
Mi corazón vibró de ilusiones y sueños locos referente a él, y sin dejar de sonreír, miré fijo las tomas donde lo enfocaban a él. Buscaba cada detalle suyo, lo que me fascinaba y su ronca voz me hacía temblar el cuerpo por completo, y él perdido en mí, apareció la escena donde pestañeaba y gritaba "Jesus Christ", la que me enamoraba más a cada instante y Layne me dijo a través de ella, que me amaba.
-Te amo Florencia. Estoy locamente enamorado de ti y daría lo que fuera para besarte y tenerte en mis brazos.
Fue extraño, pero sentí algo especial cuando vi aquella escena, como si Layne me hubiera dicho algo, y sin dejar de ver las demás, pensé en él con más fervor.
<< Layne. >>
<< Si supieras todas las cosas que ya he soñado contigo y que me tienes toda loca por ti. >>
Al cabo de que el video terminara, él sonrió, y yo llena de suspiros, continué trabajando y él se quedó tranquilo y mantuvo con más fervor las esperanzas de volver a verme.
Sentado fuera del granero, soltó un suspiro y cayó en la cuenta de que desde que había regresado, no había tenido necesidad de consumir nada y eso le alivió.
-Es cierto. Desde que regresé, no he pensado en la heroína. Solo he pensado en...
Se sintió de pronto pleno y con más esperanzas.
-Creo que gracias a ella es que he vuelto, y esta vez será diferente. Si tengo una nueva oportunidad, será para estar a su lado, pero ¿Cómo puedo salir de aquí? Tengo que salir de este video de alguna manera y estar con Florencia...
Me tomé el relicario y recordé que tenía guardado, entre todas mis pertenencias, un marco para fotografías, y sin importarme nada, imprimí esa dulce foto suya, cuyo fondo era rosa y él tenía un suéter rojo, con rayas negras. También llevaba puesto un cintillo café en la frente y salía sonriendo con mucha ternura.
Cada vez que veía esa foto perdía la razón y ahora esa foto la quería tener de fijo en mi habitación, para que él me mirará siempre.
<< Así podrás verme siempre, amor mío... >>
Llegué con ansias a casa y me encerré en mi dormitorio.
Busqué con urgencia el marco, donde colocaría su foto y logré hallarlo. Lo sacudí un poco y luego me senté, contenta, en la cama para preparar su foto y colocarla adentro; corté el contorno blanco, y ya lista, la miré con detenimiento unos segundos y sonreí con amor.
-Te verás muy bonito en este marco, mi Layne. Mi amado, Layne Staley.
Abrí con cuidado el marco y coloqué su foto en él; le puse el vidrio y su foto quedó perfecta. La miré con idilio y sonreí al instante.
Layne lucía muy atractivo en aquel marco. Observé sus cautivadores ojos celestes y sentí por un instante que él si podía verme.
<< Estoy loca. >>
Pensé sonriendo y volví a mirarlo y quise perderme unos momentos en su foto, en sus ojos, e imaginar que Layne me besaba, como tanto lo había soñado.
Tocaron a mi puerta y coloqué su foto en mi mesita de noche. Desde allí, Layne podría verme y cuidarme en todo momento.
Fue lo que pensé con anhelos y mi madre me llamó para la cena...
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