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Prologo

Odio las mañanas. Simplemente las odio, es decir, ¿cuál es la necesidad de levantarse temprano si de igual forma estaremos medio muertos para la tarde?.

Me senté en mi cama con los ojos aún cerrados y extendí la mano para tomar mi teléfono que estaba en un mueble al lado.

Tomo el teléfono y lo primero que veo es la hora, ¿las ocho de la mañana? ¿En sábado? Y yo ya despierta, esto es un abuso. 

Me levanto para ir a la cocina por agua cuando mi puerta se abre fuerte de repente. 

Lo primero que veo al abrirse la puerta es a Sara con cara de que quiere matarme.

—Donde...¿¡Están mis gomitas!?— Grita entrando con una bolsa de gomitas vacías.

Oh no.

Eran de ella. 

—No hay sistema— Digo cerrando la puerta y corriendo hacia el pequeño baño que esta en mi habitación y de paso escondiéndome en la ducha, doble protección. 

Afuera escucho que abre la puerta de la habitación y se sube a la cama seguramente para buscarlas.

Puf, si supiera que ya me las comí.

Segundos después todo mi alrededor esta en silencio, ¿ya se habrá ido?, salgo del baño en total silencio y no encuentro nada, solo la bolsa vacía de las gomitas encima de mi cama. 

Dios, esto parece película de terror.

—Así que Samantha...Te gusta comer cosas ajenas eh— Escucho a mis espaldas su voz de sicario , volteo hacia atrás para encontrarme con Sara sentada en el piso afuera de la habitación con Eros en sus manos. 

 —Sara, suelta a ese perro. 

—Debiste tomar en cuenta las consecuencias antes de tragarte como animal mis últimas gomitas— Suelta al no muy pequeño Eros el cual emocionado se lanza sobre mi tirándome al piso. 

Bien, si no morí antes ahora lo haré con el golpe en el trasero que me lleve.

Solté un quejido y lo único que hace Sara es soltar carcajadas mientras el canino me lamía toda la cara. 

—Ven, déjame ayudarte— Me tiende la mano a lo que yo la acepto ayudándome a levantarme. —Sabes bien que lo merecías— me apunto con un dedo.

—Si mamá, lo merecía, perdón y bla bla bla.

—Esa es mi niña, cámbiate que iremos al café con Oliver.

—Yo no quiero ir a otra de sus citas ridículas.

—No es otra de nuestras citas...O puede que si pero no es una cita.

—Oh por Dios, yo paso— Camino de nuevo hasta mi cama y cuando estoy ahí me cubro con las sábanas.

—Vaamos, estoy segura de que será divertido— Me quita la sábana de encima recibiendo mi dedo corazón al quitarla.

Ella me devuelve el gesto y me toma la mano sacándome de la cama a la fuerza con mis múltiples quejidos.

—Levántate del piso ahora o te juro que llamaré otra vez a Eros. 

Yo solo niego con la cabeza soltando otro quejido.

Sara suspira y me suelta las manos para ponerlas en su cintura y mirarme fijamente.

—Si vas te compro una hamburguesa saliendo.

—Debiste empezar por ahí y lo sabes— Camino hacia el baño cierro la puerta para ducharme rápido.

                                                                                     ♡
Una vez listas las dos, salimos del departamento, cruzamos el pasillo y bajamos en el ascensor para ir a la puerta principal del edificio.

En la puerta vemos a Carlos, el señor no muy joven que es portero del edificio.

—Señoritas.—Inclina su cabeza como todas las mañanas cuando salimos y entramos del lugar.

—Buenos días Carlos, ¿cómo está tu esposa?— Pregunto al mencionado mientras Sara estaba en su teléfono escribiendo algo.

 —¿Que mas puedo decir ademas de bella y sana?— El sonríe a lo que yo enternecida le devuelvo la sonrisa. 

 —Hola Carlos, lamento no saludarte— Sara habla y luego me mira. —Sam, Jean ya esta afuera esperando.

—¿Jean también ira?— Pregunto haciéndole un gesto de despedida a Carlos y viceversa saliendo con Sara del edificio. 

Mi mejor amigo desde los 10 años, el único que ha estado para mi aparte de Sara.

—Claro, ¿Quien creías que nos iba a llevar?, Oliver ya esta en el café apartando mesa.

hecho un suspiro y veo no muy lejos el auto de Jean, sin avisarle a Sara voy corriendo hacia el carro y entro al auto en el asiento delantero. 

 —Hey, ¿Cual es la prisa?, ¿tantas ganas tenias de verme?— Dice riendo y dándome un beso en la mejilla como saludo. 

—Ya quisieras, quería ganarle el asiento de adelante a Sara— Respondo viendo como la mencionada se sube en los asientos de atrás con cara  de perro enojado. 

—Me imaginaba— Dice Jean antes de abrir la guantera del auto para sacar una bolsa de gomitas y lanzarla hacia atrás recibiendo un quejido de Sara y después un seco "Gracias".

Ruedo los ojos divertida y Jean arranca para ir al café. 

                                                               ♡

Salimos del estacionamiento para entrar al café, en cuanto entramos el olor a café inunda mis fosas nasales.

Fuimos hasta donde estaba Oliver en una mesa jugando con dos palillos para dientes. 

Sara es la primera en llegar a la mesa y darse muchos...muchos besos con Oliver.

Jean y yo nos sentamos en frente de ellos dos procurando que no den ningún show en medio de nosotros.

—¿¡Por qué yo tengo que cubrir el turno de Carol?! Si se supone que yo trabajé más de los días debidos el mes pasado Karen!!— Escuchamos gritos desde la cocina a lo que por obvias razones casi todo el local se queda en silencio para mirar el origen de los gritos.

—No está en mi que vengas o no Carson, tienes que venir cuando lo diga el gerente, yo solo soy la de los recados—      Responde una mujer para salir de la cocina hacia un cuarto de personal. 

Bien, eso fue violento si hablamos verbalmente.

—Okay, eso fue raro— Menciona Jean poniendo sus manos juntas en la mesa incómodo.

—Tal vez el chico solo tuvo un mal día, cualquiera tiene un mal día— Dice Sara poniendo su brazo rodeado al brazo de Oliver a lo que el corresponde acercándola.

Justo después de decir eso, alguien de acerca a la mesa.

Madre mía.

Este chico está guapísimo.

Veo su cabello castaño claro, sus ojos color miel claro a través de esos cristales de sus lentes, su cara con las facciones marcadas y me atrevo a decir que con buen cuerpo.

Basta Samantha, deja de acosarlo visualmente.

Me dice mi voz interna y me dispongo a obedecer, desviando la mirada hacia Sara que también lo está viendo pero de una forma más descarada, que puedo decir, simplemente Sara.

El chico tose para captar la atención de los cuatro que estábamos en la mesa a lo que todos lo miramos en silencio.

—Bienvenidos al café Dragon's, ¿ya tienen su pedido?— Dice con voz desanimada y con la mirada en su pequeña libreta.

Un momento.

Es el chico que estaba gritando, claro que más calmado.

Después de que Jean, Oliver y Sara tomaron su pedido yo estaba viendo el menú todavía.

—Bien, ¿Eso sería todo?— Pregunta el chico mientras está por cerrar su libreta.

-Ah no, espera, me das un...— No me da tiempo de acabar mi oración cuando su mirada se cruza con la mía. 

Juro que son los ojos más hermosos que he visto en mi vida, y he visto muchos ojos.

Así nos quedamos unos segundos hasta que el vuelve a toser intencionalmente sacándome de mis pensamientos.

Sacudo la cabeza ahuyentando todo mi pensar.

—Ah si, me das una limonada con fresa, por favor— Pronunció con una velocidad más alta a la que normalmente lo hago.

El solo se me queda mirando hasta que unos segundos después anota el pedido a la libreta y se va del área de la mesa.

Yo solo me quedé callada viendo cómo se desvanecía su presencia.

—Okay si antes era raro ahora lo es más— Menciona Jean haciendo que lo mire y causando que haga un gesto de duda.

—Sí, hasta yo sentí la tensión entre ellos— Dice Oliver y Jean choca el puño con el.

—¿De qué hablan, no fue raro— Saque mi teléfono de el bolso para empezar a navegar vagamente por la pantalla.

—Sam, se estaban comiendo con la mirada— Declara Sara de tono burlón.

Yo me tensó por alguna razón que se perfectamente.

Chris...Mi exnovio.

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