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Capitulo 9

El resto del día nos la pasamos realmente genial, entre bromas, juegos, peleas sobre quien modelaba mejor entre Sara y Jean.

Ahora estábamos decidiendo que más hacer, eran aproximadamente las dos de la mañana y yo realmente estaba muriendo de sueño.

Normalmente suelo dormir a las diez u once de la noche por el trabajo o por la escuela.

Pero soy rebelde, en vacaciones suelo dormir a las doce.

Ahora estábamos en una mesa redonda donde Oliver estaba al lado de Sara, luego estaba Jean y enseguida de Jean estaba Carson terminando conmigo el círculo al lado de el.

Estábamos jugando a las cartas, cosa que realmente hacían los demás porque yo solo estaba lanzando cartas a la cara de Jean.

—Ya basta, niña fastidio— Se queja Jean lanzando de vuelta la carta que acababa de golpear su cara.

Yo solo me limito a sonreír y lanzarle otra carta.

—¡Bingo!— Grita de la nada Sara levantándose de la mesa mientras la golpea.

—Cariño, esto no es bingo, estamos jugando a la Brisca— Menciona Oliver haciendo que Sara a sentarse junto a el.

—¿Entonces que estuve jugando todo este tiempo?— Pregunta la pelirroja desconcertada.

—Eso explica porque están excesivamente manchadas las cartas de tinta— Digo mientras observo las cartas en mis manos.

—¿Qué hora es?— Interrumpe abruptamente Jean golpeando su cabeza con la mesa.

Carson saca su teléfono de su bolsillo para mirar la hora y cierra los ojos tratando de enfocar su vista.

Sara le responde la pregunta a Jean antes de que Carson pueda ver la hora.

Mi vista viaja alrededor de la mesa para buscar los anteojos hasta terminar en ellos.

Estiro mi brazo para tomar los anteojos y tender mi mano en frente de Carson.

—Aquí están—Menciono captando su atención.

El castaño con sus ojos entrecerrados me sonríe y toma sus anteojos rozando su mano con la mía suavemente.

Carson se pone sus anteojos provocando que sus ojos vuelvan a un estado normal.

El me agradece y vuelve a mirar sus cartas.

—No entiendo, ¿como es que estuviste jugando todo este tiempo sin ver caso nada?— Pregunta Oliver inclinado ya que Sara en cuestión de segundos se durmió en el hombro de su novio.

—Es fácil cuando puedes contar el número de manchas en la carta— Contesta Carson sacudiendo una carta entre sus dedos.

Oliver se hecha a reír mientras de fondo están los ronquidos de Sara.

—Creo que debo de llevarla a casa— Murmura el rubio pasando su brazo alrededor de los hombros de la pelirroja como es costumbre.

—O puedes dejarla aquí hasta mañana, son dos buenas opciones— Dice Jean tapando con su mano la boca de Sara a lo que ella dormida le suelta un golpe inconsciente.

Oliver ríe y carga a Sara entre sus brazos no sin antes despedirse de todos.

—Yo también me iré, mañana tengo ir con mi abuela a hacer algunos bocadillos para sus amigas— Bufa Jean para levantarse de su silla y tomar algunas cosas.

Jean se despide de un apretón de mano con Carson mientras que a mí me da un beso en mi frente para irse en su auto.

Tanto Carson como yo nos quedamos uno al lado del otro mirando en silencio a la entrada viendo cómo ambos autos de van mientras poco a poco se disuelve su presencia por la oscuridad.

—Supongo que nos dejaron solo a nosotros para limpiar, ¿Cierto?— Menciona Carson rompiendo con el silencio.

Miro hacia atrás para ver el panorama del lugar y ciertamente me sorprendo.

¿De que me sorprendí?

De vaya chiquero que nos dejaron por limpiar.

                      ♡

Llevamos aproximadamente veinte minutos limpiando el lugar cuando de la nada me aburro.

Veo en la mesa una bocina y se me ocurre la brillante idea de poner música.

Mientras Carson está botando la basura a una bolsa, yo camino hasta la mesa para prender la bocina y conectar mi teléfono a la misma.

La melodía de El chico del departamento 512 de Selena inunda tanto mis oidos como el lugar.

Mis caderas se mueven al ritmo de la canción en cuanto comienza a sonar.

Miro a Carson que me mira extrañado mientras sacude su escoba de izquierda a derecha.

Me sorprendo al ver que no conoce la canción y me acerco a el.

—¿No conoces a Selena?— Pregunto ofendida.

El niega con la cabeza mientras sus labios forman una curva.

Me acerco más hacia el y le arrebato de las manos la escoba que tenía para lanzarla al piso.

—En verdad me ofendes Carson— Tomo sus manos y nos llevó hacia el único lugar en donde no hay un montón de basura.

—Bueno lo siento por no conocer a esa tal Selena— Se defiende divertido mientras se deja guiar por mi mientras aprieta sus manos con las mías.

—Debes de sentirlo, no conocerla es un pecado.

Cuando era niña mi tía Mary siempre ponía en la radio a Selena mientras su hija y yo aprendíamos a bailar la gloriosa "Cumbia del Tex-Mex".

—Tendré que confesar mis pecados— Responde mientras observa como tomo su mano y la coloco en mi cintura.

Al tener su mano en mi cintura sentía que eran un par de piezas de un rompecabezas que se unieron perfectamente.

Pongo mi mano sobre su hombro y empiezo a moverme al compás de la música.

Mis ojos suben al castaño y veo como su mirada está en sus pies.

Río ante su ignorancia y finjo toser para atraer su atención causando que sus ojos color miel a través de sus cristales.

—No mires abajo, tienes que dejarte llevar por el ritmo— Aseguro moviendo mi cuerpo de un lado a otro junto con el.

Y así pasamos los tres minutos y medio que duró la canción, conmigo intentando guiar a Carson mientras el se tropezó con sus propios pies múltiples veces.

En cuanto terminó la canción, miro ligeramente hacia arriba y cruzo mirada con la de Carson, puedo decir por su expresión que está un tanto divertido por el evento ocurrido.

Estuvimos unos segundos mirándonos a los ojos fijamente cuando siento un golpe en mis pies.

Miro hacia abajo y regreso a la realidad en cuanto veo el montón de basura pendiente por tirar.  

—Creo que deberíamos continuar con esto si no queremos acabar hasta el amanecer— Menciono haciendo que Carson mire a su alrededor antes de poner una mueca cansada.

Concuerdo con la cabeza antes de soltar su mano y retirar la otra de su hombro.

Así pasamos una hora más, limpiando el lugar en silencio con excepción de la música de fondo.

Eran ya las tres y media de la mañana cuando ví mi teléfono.

Me siento en una banca para descansar mis ojos un par de segundos.

Y por segundos quise decir que me quedé dormida un par de minutos cuando me sobresalto por unos par de golpecitos frecuentes en mi hombro.

—Sam.

La voz familiar del castaño me soltar un leve brinco.

—¿Que caraj...— Pregunto somnolienta mirando a mis dos lados.

—Aquí— Carson me truena los dedos para llamar mi atención en frente de mi.

Me tranquilizo al encontrar su cara y apoyo mi cabeza en su pecho.

—¿Qué hora es?— Cuestiono volviendo a cerrar los ojos inconscientemente.

—Las seis en punto.

En cuanto contesta mi ojos se abren a una velocidad rápido y miro hacia arriba al cielo.

Veo como el cielo tienen un tono amarillo con naranja.

—¿Por...?

Empiezo a preguntar cuando el me interrumpe.

—Igual me quedé dormido— Responde antes de tiempo con una leve sonrisa.

Me tallo los ojos para hacer que vuelvan a la normalidad, ya que siempre cuando despierto veo borroso.

Mis manos viajan desde mis ojos hasta mi cabello mientras respiro hondo.

Miro al castaño que se sentó al lado de mi, observo como está contemplando el cielo apenas alumbrado y el como le brillan los ojos mientras lo mira.

                                                              ♡
Algunos minutos después de estar viendo el amanecer en silencio, decidimos irnos ya que se hacía tarde y no queríamos quedarnos ahí.

Estábamos de vuelta en el auto donde yo estaba conduciendo y Carson iba de copiloto mirando el camino por dónde íbamos pasando.

Cuando llegamos al edificio y salimos del auto, el se despidió al igual que yo y me dispuse a subir al departamento.

Realmente me extrañó no ver a Aarón en el camino del pasillo hacia el departamento, pero no le di mucha importancia, realmente aprecia ese momento.

Cuando entré al departamento mi vista se encontró con Sara encima de Oliver mientras se besaban.

Inconscientemente solté un grito lo bastante fuerte para que me escucharán captando su atención alarmados.

—Dios, podrían haber esperado a que fuera de noche— Menciono azotando la puerta mientras entraba al lugar.

—Sam, lo siento tan...

Sara iba a hablar a lo que yo levanté un dedo pidiendo silencio lo cual resulta un éxito ya que se calla al instante.

—Ahora quiero borrar esa imagen de mi mente, así que al mismo tiempo que esté tomando una ducha quiero que los dos me preparen el desayuno como disculpa de habernos dejado todo ese desastre allá y aparte también una disculpa por estar teniendo casi sexo en la cocina que pago por mitad— Digo rápidamente hasta acabarme sin aire mientras ellos solo me miraban quietos. —Ahora— Recalcó provocando que ambos empiezen a sacar utensilios de todo tipo.

Y con eso me voy a tomar mi realmente merecida ducha.

Estoy llena de suciedad y realmente no aguantaría unos minutos más con esta sensación en mi ser.

Voy a mi habitación e inmediatamente me dirijo a mi baño para abrir la ducha y quitarme toda la ropa para entrar.

En cuanto mi piel tiene contacto con el agua suelto un suspiro aliviada.

El agua es mi mejor amiga en estos casos.

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